Hacer una escapadita a Milán desde Murcia es muy sencillo, y es una ciudad que merece la pena visitarla porque, como todas las ciudades italianas, permite comer y beber bien, ver monumentos bonitos y mucho arte e historia.
En el aeropuerto de Alicante, la compañía Ryanair vuela hasta Bérgamo, uno de los aeropuertos cercanos a Milán en menos de 2h. El traslado hasta Alicante puede hacerse en vehículo propio y dejar el coche en uno de los muchos aparcamientos de larga estancia que bordean este aeropuerto, o bien en un autobús, autobuses interurbanos en donde detallan horarios y tarifas. Cuesta 5’23 por trayecto. Nosotros hemos hecho en varias ocasiones ambas propuestas y están bien. El parking que utilizamos es www.lowcostparking.es que da un magnifico servicio de llevada y recogida de la terminal por un precio razonable (17 € por 3 días y medio). El coche se queda en recinto cercado pero al aire libre.
El vuelo con Ryanair suele ser barato y existen autobuses muy frecuentes desde el aeropuerto de Bérgamo hasta la estación central de Milán por 5€ el trayecto y 9 si compras ida y vuelta. En www.terravision.eu se puede acceder a todos los horarios y rutas. En el mismo aeropuerto es fácil ver a azafatas de esta empresa ofreciendo la compra de los billetes de autobús. Se llega a Milán en unos 50 minutos. También se puede emplear la opción de alquiler de un taxi pero es mucho más cara ya que ronda los 100 € por vehículo. Podría plantearse si son 4 personas y se va mal de tiempo, aunque sigue siendo muy caro.
Lo mejor de Milán en un fin de semana
En Milán hay metro y autobuses y tranvía. En la estación central hay una línea de metro que lleva hasta el mismo centro, la plaza del Duomo. Para un fin de semana y si se hospeda uno por el centro no es preciso usar tranvía ni metro.
Hay que partir de que es una ciudad cara en general, cuna de la moda italiana, con unas calles con tiendas de impresión, en donde es fácil ver Ferraris aparcados por la calle. Para una estancia corta y poder aprovechar el tiempo, el alojamiento puede estar comprendido en un perímetro entre Porta Volta, Porta Venezia, Piazza Giorna, Crocetta, San Agostino y Piazza Sempione. En el interior de esta zona considero que está todo lo que hay que conocer en una estancia corta en Milán. Todo este centro es absolutamente comercial y con muchas cafeterías y restaurantes. Por supuesto que hay muchos hoteles en esta zona. Nosotros preferimos el sistema de B&B en Italia por sus precios y situación. En este caso nuestro B&B estaba situado en la Via Cavallotti, a 5 minutos caminando del Duomo y era un apartamento para 4 personas, perfectamente equipado para habitarlo, con wi-fi, y con todo dispuesto para preparar nuestro desayuno diario. También, si se desea, para comer y cenar dado su equipamiento y situación. Se llama así, B&B Via Cavallotti, www.bed-and-breakfast.it/, o en www.booking.es. En estas dos direcciones se pueden encontrar muchos más de acuerdo a precios y localizaciones.
Y qué ver en esta ciudad?. Pues desde luego, el Duomo. Es una catedral, impresionante con estructura renacentista-gótica, preciosísticamente vestida con unas fachadas en mármol “a la italiana”, esculturas anichadas y con unas vidrieras que merecen una visita diurna con luz, para apreciar el juego de colores en su interior.
La plaza donde se asienta el Duomo es muy bonita y siempre muy animada. Si nos situamos frente a la portada del Duomo, a la derecha se encuentra el Palacio Real, edificio bastante anodino, pero en el que suelen programar actividades artísticas que suelen ser muy interesantes. Por ejemplo nosotros tuvimos la suerte de ver una exposición de Van Gogh, espectacular. A la izquierda se encuentra la Galerïa Vitorio Emmanuelle, diseño de galería muy italiana con dobles arcadas que se cruzan y techo de estructura de hierro y cristal, que también merece la pena verla de día, por la luz que se genera y porque se aprecian mejor los colores de sus esculturas y altorrelieves. En ella se encuentran comercios de múltiples y famosos diseñadores (Versace, D & G; Vuitton, etc). Es un espacio bonito en el que tomarse una caña en una de sus coquetas terrazas sabiendo que una caña o una copa de vino supera los 10 €. Es curioso que a partir de las 8 estas cafeterías pasan a restaurantes y ya no se puede tomar una copa. Esta dualidad es relativamente frecuente en bares de Milán. En el centro de esta Galería, debajo de la cúpula, hay un toro en mosaico y verás que hay muchas personas pisándole los testículos, por lo que hay un auténtico hueco en esa zona, y colas para hacerlo porque dicen que es un símbolo de suerte.
Continuando por la Galería se accede a la Piazza de La Scala. En esta puerta, en el chaflán de la Galería a la izquierda se encuentra el museo de Leonardo da Vinci, interesante porque se pueden apreciar las maquetas de muchos de sus inventos y casi todas se accionan de forma interactiva.. En la Piazza de la Scala se encuentra el teatro que le da nombre, cuna de la ópera italiana y lugar de estreno de muchas óperas de Verdi, Puccini,… Es interesante saber que desde siempre los programas de las actuaciones presentan el mismo diseño. Normalmente las programaciones son muy buenas en cuanto a selección, directores y músicos. Es cierto que las entradas son caras en patio de butacas y platea, pero a partir de aquí los precios son más asequibles y, para quién le guste la música, merece la pena.
En un lateral de La Scala se encuentra la Vía Verdi. Solo comenzar a la derecha se encuentra una pizzería encantadora, Pizzeria Verdi que aconsejo por el lugar (funciona también como tienda “vintage”) y la comida a precio razonable. Siguiendo la Vía Brera con calles muy bonitas y animadas, se llega a la Pinacoteca de Brera, en donde destacan importantes obras de pintores como Caravaglio, Bellini, Hayez, Tintoretto, Raffaello, Braque, Modigliani, etc. Muy cerca de la Pinacoteca se encuentra la Piazza Marcos y la Iglesia de San Marcos en ella que merece la pena dedicarle un rato a ambas. Por esta zona hay un entramado de calles estrechitas con muchos bares y comercios donde pasear o sentarse. Es bonita también la Piazza del Carmine con sus terrazas.
Muy cerca ya de ésta se encuentra la Piazza Cordusio, centro desde el que parte una calle que lleva al Castello Sforzesco o Sforzinda, otra que termina en la Piazza del Duomo a través de una calle peatonal que se la denomina la Vía Mercati, en donde antiguamente estaba el Mercado y que actualmente mantiene su animación. También cerca de la Piazza Cordusio, por la Vía Armorari, se encuentra la Pinacoteca Ambrosiana, con obras de Tiziano, Giordano, Leonardo… y un espectacular Caravaglio. Todo esto en un edificio que con patios, biblioteca, artesonados, mosaicos, que también merecen la visita. En esta zona, en la calle Torino se encuentra la bonita Iglesia renacentista de Santa Maria presso San Sátiro.
Desde la Pizza de la Scala siguiendo la Vía Manzoni, otra gran vía comercial, nos cruzamos con la Vía Montenapoleone que nos lleva directamente a la Piazza San Babila, con una ermita pequeña que le da nombre. Muy cerca está la Vía Passione con la Iglesia de Santa María de la Passione con una fachada curiosa. Es agradable el paseo por todas las calles circundantes, más residenciales y tranquilas, que nos pueden llevar hasta el Corso di Porta Romana para ver la zona de la Universidad Estatal, la iglesia de San Nazario in Brolo, interesante sobre todo el exterior por la zona del ábside, la Torre Velasca, edificio de 1958 y 26 plantas, que destaca en la arquitectura de la ciudad y que seguramente sería un hito en su momento, pero ahora… Tambíén por esta zona se encuentra otra bonita iglesia, San Gotardo, con una esbelta torre y de ladrillo rojizo, como muchas de ellas.
La última zona que vistamos en Milán fue la zona de la Sforzinda o Castelo de Milano. Desde la Piazza Cardosio se llega en muy poco tiempo caminando por una calle peatonal. Se trata de una Fortaleza que pertenece al Ayunamiento de Milán. Constituye un espacio de encuentro ya que se realizan en el muchas actividades. Tiene también una museo con obras de, entre otros, Leonardo, Bramantino, Mantegna y Miguel Angel (de éste la famosa Pietá Rondanini). Es agradable pasear por esta zona y sus jardines. En el Corso Magenta se encuentra la Iglesia de San Maurizio con unos frescos muy interesantes. En este mismo corso, atravesando la vía Carducci encontramos la Iglesia de Santa Maria delle Grazie, lugar donde se encuentra el Cenáculo Vinciano, es decir, la última cena de Leonardo da Vinci. No es fácil verla porque se mantiene cerrado muchos días. Es necesario, si se tiene interés de concerlo, consultar fechas y horarios en www.cenacolovinciano.org y reservar previamente la visita.
Desde aquí tenemos un agradable paseo, también de ambiente más universitario hacia San Ambrosio que es donde se encuentra la Universidad Católica. Seguimos hacia el Corso de Porta Ticinese encontrando el Conjunto de San Lorenzo, en el que está el Pórtico de columnas, una Basílica de características barrocas en parte y una capilla en su interior, la de San Aquilino con frescos bizantinos del siglo IV. En esta zona, la porta Romana y la Porta Ticinese, restos romanos, sin mucho interés, excepto que es una zona con comercios más alternativos, más de gente joven y divertida, especialmente la Porta Ticinese que donde comienza Naviglio.
Como siempre falta algo de tiempo para visitar más zonas, como Naviglio, que tiene ambiente cultural propio, pero en tres días hemos podido ver muchas cosas interesantes, mejor caminando o en tranvía para vivir la ciudad. Hay 17 líneas de tranvía y 3 de metro en Milán, pero es una ciudad cómoda para pasearla.
En cuanto a la comida, hay muchísimas Trattorias, Pizzerias y Restaurantes y de muchos precios ya que existen muchos estudiantes. Comer una pasta o una pizza no suele pasar de 15€ pero las bebidas y café suelen subir la cuenta. En cualquiera de las zonas mencionadas se puede encontrar una amplia oferta de establecimientos para comer y cenar. Se debe tener en cuenta que es horario europeo y que a partir de las 14h puede ser muy difícil hacerlo, al igual que a partir de las 21-22h, Una opción es ir a establecimientos de comida preparada, que hay por doquier, y comer en el apartamento. Un lugar de delicatessem para ello, y por ende, no barato pero todo exquisito es Peck, en la via Spadari. En cuanto al vino, entre las uvas de la zona se encuentran la curtefranca (CA’del Bosco 2010), valtellina superiore o sassella (Cantina di Ville), nebbiolo. También se dan los vinos un poco achampanados. Un lugar para informase bien es la Enoteca Iemmallo, en via Cardinal Federico, muy cerca de la Pinacoteca Ambrosiana. En cuanto a las cervezas ya se sabe: Nastro Azzurro Birra Moretti o Peroni, según gustos, son las del país.
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1 comentario en “Fin de semana en Milán”
Gracias Carmina! La verdad es que nunca he tenido la oportunidad de patear Milan, solo el Duomo y las Galerías. Recuerdo un buenísimo café hace un par de años camino de los famosos lagos. No dio para mas pero habrá que volver después de leerte!