Roma en 3 días… y la noche de la llegada. (Roberto Martín y Candy Retuerto) Al contaros esto, no pretendo servir de guía para nadie. Simplemente, quiero dibujaros unas líneas que a mi mujer y a mí nos han servido para hilvanar los distintos sitios de una ciudad que, en principio, parece inabarcable, por la cantidad de reclamos que encierra.
Roma en tres días. Del sueño a la realidad
La organización del viaje a Roma en tres días
El viaje empieza en España: es fundamental elegir el hotel en Roma en una zona centrada, cómoda y sin bullicio. En nuestro caso, nos eligieron lo mejor: Al lado del Vaticano, “Residenza Alexander” -fabulosa- Via Cola Di Rienzo. Edificio decimonónico, señorial y que en una segunda planta te sientes como en casa. 10 minutos Vaticano. 12 minutos Plaza Navona. Diez minutos Plaza del Pueblo… 110-120 €, desayuno incluido. Si esto lo has solucionado, sigue leyendo.
Alojamiento en Roma
Al llegar a Fiumicino, si vas allí, la mejor combinación y más barata para Roma es el SIT BUS SHUTTLE, ida y vuelta, 11 Euros. Salidas cada media hora y tarda unos 45 minutos. La parada es la nº 3 al final de la Terminal 3. (En un disco pone su indicativo). Conviene que saques por Internet los billetes; si no lo haces, allí también te los vende una chiquita con su peto identificativo.
Después de instalarnos, Alexander nos ofreció varias opciones de cena. Siempre nos indicaba sitios donde comen los romanos…y no falló. Llevaba razón. Aunque estén en zonas turísticas -Roma es solo turismo- son genuinas y la comida es esencialmente autóctona. Fuimos a “La Pratolina”, en Via degli Scipioni. ¡Fabulosa!. Amén de otras muchas cosas, probad las pizzas al estilo original romano: OVALADAS, y con una base distinta a todas las demás. El servicio atentísimo, el ruido altísimo -son italianos- y el precio muy bueno. Lo más caro la bebida… Paseo nocturno por esa zona hasta el Castillo de Sant´Angelo: iluminado es muy bonito y siempre tiene ambiente. Ojeada al Tíber y a descansar.
Primer día en Roma
Vaticano. Sacad por Internet las entradas para los Museos Vaticanos y la Sixtina. 40 Euros. Si no lo hacéis, posiblemente estéis horas en la cola de los tickets. Con las entradas sacadas la entrada es rápida. Después de pasar el control, subid las escaleras de enfrente y validáis vuestra reserva con el ticket en unas cabinas al efecto. Y ahí empieza vuestra odisea de turista en Roma: chinos, japoneses, alemanes, franceses, españoles, todos en cola para todo y todos haciendo fotos y selfis…seguid mi consejo: fotos, sí, pero contemplad lo que allí hay y SIN PRISA. El gentío te invita al aceleramiento y eso nos es bueno. El recorrido está marcado y hay que seguirlo.
Las estancias de Rafael…únicas. “La escuela de Atenas”… ¡Ah! .Terminas en la Capilla Sixtina: hay que dar gracias de que lo interesante esté en el techo y en las paredes, porque NO VES EL SUELO, de tanta gente como hay. Lo peor, los vigilantes que te tratan como escolares. ¡SILENCIO!, ¡CHISSS!, constantemente…pero, bueno, es genial, genial y genial y eso que Miguel Ángel era ya viejo…
De allí por la zona amurallada vas a la Plaza de San Pedro. Te sitúas a la derecha y te pones a hacer cola para la entrada por las cabinas de control. Las pasas y ya a tu libre albedrío para disfrutar de la Basílica. No os marco nada. Solamente, a la entrada, a la derecha, os espera La Piedad de Miguel Ángel. Saludadla, a través del cristal, y a empapaos de mármol, Papas, sepulcros, altares y ornato en cantidades industriales. No olvidéis que la nave central tiene 187 metros y una capacidad para 60.000 personas. 45 altares y 11 capillas…sin prisa…
Cuando salgáis, observad el Obelisco Vaticano, 25,5 metros, el único de la antigüedad de Roma que sigue en pié. Vista la plaza habréis disfrutado de la ingente obra de Bramante, Rafael, Antonio Sangallo, hasta que se hizo cargo Miguel Ángel quien diseñó la impresionante cúpula, 132 metros de altura y 42 de diámetro. Después pasó la obra a Maderno; hasta que Bernini diseñó la impresionante plaza oval con su majestuosa columnata. Si no tenéis claustrofobia, subid a la cúpula. Tres o cuatro horitas no hay quien os las quite. Siempre y cuando no te hayas detenido en los distintos museos… nada más que lo imprescindible.
De allí, después de tomar un café-siempre en barra porque en mesa te clavan -hay que visitar- MÁS QUE NADA POR LAS VISTAS DESDE SU AZOTEA- el Castel de Sant´Angelo, porque lo hizo Adriano para que lo enterraran allí. Después ha sido mausoleo, muralla de Roma, prisión residencia de papas y museo. Sin más. De noche esta zona y el puente del mismo nombre están animadísimos. Hay que ir.
Es hora de comer. Lo hicimos en otro recomendado por Alexander: “No solo Pizza”, cerca del metro Ottaviano, en la misma Via degli Scipioni. 6 euros, menú abundante.
NOTA: Si volviera, lo primero haría la visita a la Basílica y luego a los museos…POR EL CALOR PARA LA COLA DE ENTRADA a San Pedro.
Por la tarde, hay que meterse de lleno ya en la visita a las plazas y monumentos del centro, al otro lado del Tíber. Plaza Navona; de día y de noche, son dos cosas distintas. Su fuente central, de los Cuatro Ríos, Bernini; la de Neptuno y la del Moro. Si podéis andar, porque está llena de todo tipo de “artistas”, hacedlo y visitad la iglesia contigua. Luego sentaos en algún banco porque si lo hacéis en las terrazas…
De allí hacia La Fontana de Trevi, pasando por el Templo de Adriano, el Pantheón -que hay que verlo con sol, por el “oculus”. De Trevi al Quirinal y, subiendo por la Via del Corso, se llega a la Plaza de España y a la Plaza del Pueblo. Si el cansancio aprieta, lo mejor es tomar algo y consultar tu mapa y tu guía, y NO HACERME CASO.
Si se hace tarde para todo lo anterior, quédate a cenar donde te indico ahora y luego sigues hacia arriba. Sin duda, vete a cenar a “Da Francesco”, -te hablarán de Baffetto, La Montecarlo… -se llega por la calle trasera de la Iglesia de la Plaza Navona. ¡Genial!. Si puedes, reserva antes, si no, te apuntas y a esperar paseando por allí. Todo es bonito y de noche más. Precios muy asequibles para el sitio y la calidad: 12-15 Euros persona.
Cuando cenes, tienes que tomarte un helado en la mejor “gelatteria”de Roma: “Frigidarium”, en Via del Governo Vecchio-al lado de la cena- y enfrente de Baffetto. ¡Sensacional!. Para repetir todos los días que estés en Roma. Y ya verás el precio y la calidad. (Pide tu helado con cobertura de chocolate crujiente…ummm)
De vuelta al hotel. ¡Fíjate que aún no hemos cogido transporte público… la verdad es que aguantamos, pero ¡es tan bonita Roma a pié! Y de noche, ni te cuento. Vívelo y ya me contarás. Ah! Y ciudad segura.
Segundo día en Roma
Como nos gusta patear las ciudades, nos bajamos toda la Via del Corso desde la Plaza del Pueblo hasta la Plaza Venezia y a diestra y siniestra vas contemplando todo lo que te salte a la vista. Es el momento de deciros que Iglesia que veas, Iglesia que visitas. Todas son bonitas y todas guardan relieves, pinturas, mosaicos, estatuas…ninguna te dejará indiferente. Además, se agradece algún descanso a la sombra. Seguro que ya habrás visto la columna de Marco Aurelio…
Al llegar a la Plaza Venezia y observar la grandiosidad del Monumento a V.E. II, llegas al meollo de la cuestión, al quid de la cuestión, a la esencia de la cuestión… al Foro Romano. Al centro político, económico, social y religioso de la Antigua Roma, entre las colinas Capitolio y Palatino. El consejo fundamental es que saquéis las entradas en el Foro, hay menos gente y sirven para Palatino y Coliseo. 14 Euros. Cuando entréis…a vuestro libre albedrío. Seguid la guía, vuestro instinto o el sentimiento de sentirte y pisar donde vivió y murió Julio César.
Recomiendo que después del Arco de Septimio, subáis a la Plaza del Campidoglio, al lado. Desde allí tendréis las vistas más maravillosas y completas de todos los edificios y su ubicación. Ya que estáis arriba, y si tenéis ganas, debéis visitar Los Museos Capitolinos, 15 Euros. Para descansar y tomar algo hay que buscar en las cercanías, es fácil. En cualquier caso no olvidéis llevar agua en botella que se rellenará fácilmente porque Roma está llena de fuentes con agua fresca y buena.
De vuelta a “las piedras”, seguid por la Via Sacra y a través del Arco de Tito, enfiláis el Coliseo…Aaaaaalucinante! Majestuoso, casi ofensivo, recio, marcando el poder y la opulencia en el vivir y disfrutar de la época. Como lleváis las entradas, por la fila habilitada estáis dentro en un plís plás. Cuidad mucho de los bolsos y demás pertenencias y nunca dejéis que alguien os ofrezca hacer una foto con vuestra cámara o móvil. Se corre el riesgo de…
En todo el recorrido hay lavabos, aunque las mujeres lo tienen más complicado por las colas de espera.
A la salida, foto en el Arco de Constantino y, nosotros, fuimos a la zona del Circo Máximo y comimos en un bar rápido y bien, 10 euros. Después del café, nos dirigimos a Santa María in Cosmedin, a ver la Boca de la Veritá. Como había cola, foto y seguimos. Tampoco…
Tranquilamente ya nos dirigimos al Trastevere, cruzando por el Puente Palatino y observando la Isla Tiberina. Curiosa y refrescante. Nos dirigimos, lo primero, a visitar la plaza y la Iglesia de Santa María in Trastevere. Sin desperdicio. Preciosa. Cierra tarde. Tomamos un capuchino en la cafetería que hay a la izquierda de la salida, 2 capuchinos, en terraza, 9 euros. Pero aquí mejor que en Navona…para nosotros. Hay que pasear el barrio, sobre todo de noche y hay que cenar en un sitio donde te comerás los mejores bucatini a la matriciana que te puedas imaginar, y las alcachofas fritas maravillosas… Se llama “Zi´mberto”. Como estás paseando por allí, reserva para cuando quieras y sigues viendo cosas. Si no lo haces, siempre habrá cola…de romanos. Por algo será. Queda al lado del Ponte de Sisto. 28 euros, los dos: entrantes, alcachofas, achicoria, espaguetis, pizza, pan, aguas, cafés…y un servicio ejemplar.
Como somos andariegos, volvimos por el puente de Sixto hacia el Campo de Fiori. Saludamos a Giordano Bruno y ¿qué?…Nos fuimos a tomar otro helado maravilloso en “Frigidarium”. Y andando, andando, lo terminamos en la Plaza Navona. Sin más remedio…a la cama.
Tercer día en Roma
Este día lo planteamos para visitar lo que no pudimos hacer como circuito y es necesario ver. Para ello, y así lo vivimos, cogimos el metro. En Roma, línea A y B. 1,50 Euros y 75 minutos para transporte cualquiera menos si sales del metro. Lo cogimos en la Plaza de España, después de descansar de la bajada de la Villa Borguese, y nos fuimos a San Juan de Letrán, en la parada de San Giovanni. Sales por la derecha y llegas a la plaza de la catedral de Roma. A la espalda de la entrada principal se levanta el obelisco más antiguo y más alto de Roma, 31 m, s. XV a.C. Bajas por la Calle San Giovanni in Laterano y llegas a la Domus Aurea. Comes en cualquiera de los restaurantes del “Monti” y esperas, si está cerrada, a las 17 h. que abren San Pietro in Vincoli. Allí está el Moisés…y las cadenas de San Pedro. Merece la pena. Por la Via Cavour, se llega a Santa María la Mayor…alucinante.
Como estaréis cansados, buscad autobús, es fácil, para llegar al Pantheon, en la Plaza de la Rotonda. Superalucinante y superlleno. Siempre con luz. El ojo del techo es majestuoso y da la vida que necesita su visita. Si traducís el frotispicio es que sabéis latín.
Como tuvimos la desgracia, o la suerte de que nos cambiaran el vuelo de regreso. El Pantheon, el Ara Pacis y el Mausoleo de Augusto y alguna otra cosa la vimos en la mañana última, 4º día.
En fin, esta es nuestra humilde experiencia romana. Como sabemos que volveremos, la segunda visita será más calmada y, seguro, que preparatoria para una tercera. Que disfrutéis.
Consejos para visitar Roma en tres días (o más…)
• Ropa y calzado cómodos. Dejad la moda para los italianos.
• ¡Paciencia!. Las cola, a veces, son largas…
• Parad y tomad café cuando os apetezca. En cualquier sitio es bueno. En la barra es barato. Sentado fuera, caro. Si pides descafeinado, te abrirán un sobre y lo echan a la máquina.
• Los helados, baratos y abundantes. A pesar de lo que os he marcado, cualquier heladería suele ser buena.
• Si preguntas despacio te haces entender, si no…inglés, desgraciadamente.
• Bájate alguna audio-guia de Internet. Son útiles y algunas no precisan datos móviles.
• Aprovecha tu carnet si eres periodista, profesor, estudiante…infórmate de otros. Para muchos son gratis las visitas…menos en el Vaticano. Ahí paga todo dios.
• Vuelve con tiempo a Fiumicino: es caótico.
• Sobre todo…¡piensa que vas a disfrutar.!
Ha sido un placer poder contarte todo esto. ¡Ciao!
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5 comentarios en “Roma en tres días. Una escapada imprescindible en Europa”
Me alegra muchísimo que hayáis disfrutado este viaje, y que hayáis aprovechado tan bien el tiempo. Esa era la idea!!!
Una manera muy clara de expresar que hace que me imagine recorriendo las calles romanas mientras os leo.
Gracias por toda la info, seguro la utilizaré muy pronto. Un besazo
Muy buena idea. Roma en tres días…
Besos
Buena guía para cualquier viajero. Muchas gracias por la aportación gastronómica, tengo clarísimo que visitaré los restaurantes que mencionas la próxima vez que viaje a la ciudad eterna…¡Bienvenido!
Gracias Roberto, gracias Candy por compartir vuestro viaje. Tengo muchas ganas de visitar de nuevo Roma. Con vuestras indicaciones me dan ganas de pillar un avión ya mismo. Que didáctico lo habéis echo, añadiré una visita a mi restaurante favorito “El Maratoneta” , distrito universidad. Gracias y un saludo.
Sin duda todos sabéis la ilusión que me hace esta web, pero una de las cosas que más “me mola” es contar con nuevos viajefilos que se animan a compartir sus experiencias. Muchas gracias por animarte a hacerlo en nuestra, y a partir de ya, tu red de viajes. Un buen resumen de lo que debe ser, a mi entender, el perfecto fin de semana largo en Roma. Sin duda, para la próxima visita a la capital italiana, no dejaré de visitar esos locales de los que tan bien nos hablas, y sobre todo, esa heladería que veo ¡hicisteis un poco vuestra! Gracias de nuevo y ¡a por el próximo!