Abarcar en un solo post todas las buenas cervezas de Australia y por ende los buenos recuerdos que nos dejaron (os aseguro que probamos muchas de ellas…) sería imposible. Así que vamos a hacer un repasito a aquellas que primero probamos y, como no, se acompañaron de buenas sensaciones y a la postre mejores recuerdos.
En primer lugar decir que la archiconocida Fosters, la más nombrada en Europa como la clásica australiana, no conseguimos degustarla en aquel alejado continente y no fue porque no la buscamos, creo que por allí no deja de ser “una más” y desde luego no la más vendida.
En segundo lugar una aclaración que nos llevó en más de una ocasión a malentendidos. Las famosas pintas europeas (570 ml de cerveza), en Australia se sustituyen habitualmente por su medida clásica y hay que pedir una schooner, equivalente a 450 ml de birra. Para pedir media schooner el término utilizado es “una middie”.
Y por empezar por el principio, por allá por Adelaida en South Australia, al poco de aterrizar y en pleno corazón de la ciudad embobados, como andábamos y con la grata sorpresa de tropezarnos con el famoso Fringe Festival, probamos nuestra primera birra australiana, Coopers. Se trata de la producida en este extremo sur del continente y con una amplia familia en cuanto a variedades se refiere. Hay Ale de varias graduaciones, lager y hasta alguna Light. Para nosotros la mejor, por suave, la Sparkling Ale que tomamos aquel primer día y que volvimos a catar en algún otro sitio.
Pues bueno, como os cuento, se celebraba el Fringe Festival, un certamen anual en el que Adelaida es el centro de la vida cultural del país, música, teatro, actuaciones de todo tipo y multitud de comediantes se reúnen en la ciudad durante los días que dura el evento. ¡Y nosotros allí! Habíamos llegado después de dos fabulosos días en Singapur con Vanesa y Jesús, habíamos conseguido pasar la temida aduana australiana y ya teníamos nuestras mochilas en el Backpack Oz, un hostel que destacaríamos por su buena localización. Que más quedaba… pues lanzarnos a Victoria Square, convertida esos días en un enorme escenario y ¡tomarnos esa Coopers!
Los días que estuvimos allí pudimos probar al resto de la familia Coopers y todavía recordamos el buen ambiente que se respiraba en Rundle Street y en alguno de sus famosos locales como The Austral o Exeter, la mayoría con música en directo.
Por seguir con el Sur de Australia y acordándonos de una de las mejores etapas de nuestro viaje, mención especial merece la Carlton Draught, una lager suave y que encontramos por todo el país. Pero fue en Kangaroo Island donde la probamos por primera vez…
Teníamos reservada una cabaña en el extremo más alejado de la isla, en pleno Parque Nacional de Flinders. Con un pequeño coche utilitario llevábamos todo el día maravillados con los paisajes que íbamos descubriendo en la pequeña isla del sur. Reservas de leones marinos, acantilados de caprichosas formas creadas por la naturaleza y canguros, ¡sobre todo canguros!
Pero a pesar de que nuestras expectativas eran altas, pensábamos que nuestro primer contacto con estos simpáticos marsupiales sería sencillo, la realidad superó a lo que habíamos imaginado. Y es que después de aquel intenso día de buenas rutas en la isla, nos sentamos en la pequeña terraza de la cabaña al atardecer con dos buenas Carlton. Y ahí llegó el espectáculo, al caer la noche. Decenas de canguros salieron de sus cómodos y frescos refugios para la cena y en plena noche nos encontramos rodeados de muchos de estos graciosos animales. Un momento imborrable que recordaremos cientos de veces y que seguro os toca escuchar más de una vez con nuestras historias viajeras…
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