Viajando a Latacunga: Descubriendo la Laguna de Quilotoa

Después de días de aventura en Baños nos tocaba una nueva escala siguiendo la avenida de los volcanes ecuatorianos. Nuestra siguiente parada era la ciudad de Latacunga desde donde queríamos visitar la laguna de Quilotoa, el famoso cráter de Ecuador cuya estampa tantas veces habíamos disfrutado en fotos.

El alojamiento y la estancia en Latacunga fue perfecto y no nos hubiera importado descansar algún día más en la pequeña población de Ecuador, tal vez con tiempo de emprender la visita de alguno de los famosos mercados de los alrededores.

Latacunga y la laguna del Quilotoa

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La ruta entre Baños y Latacunga

Viajamos hasta Latacunga, capital de la provincia de Cotopaxi. Dos atractivos naturales en nuestras cabezas: la laguna de Quilotoa y el volcán de Cotopaxi, el más alto del planeta activo, sin duda dos de las razones de este Mordisco. No sólo se quedaba en naturaleza descontrolada, sino que además, la región es famosa por mercados como el de Zumbahua o el Saiquisili y trataríamos de visitar alguno.

Los buses que unen Baños y Latacunga

Desde Baños, no existen buses directos o no los conseguimos encontrar. El galimatías en que se convierten los horarios, oficinas y cooperativas en las terminales, hace a veces complicado hacerse con lo que buscas. Pero al menos dos o tres nos ofrecieron tomar cualquiera de los buses que va hacia Quito, sólo a 90 km de la población y bajar en la carretera a la altura de Latacunga para llegar en taxi. La otra opción y que te lleva al centro de la ciudad, sería viajar a Ambato para después tomar el bus a Latacunga, pero parecía más largo. En cualquier caso, después del check out y desayunar, tomábamos un bus camino a Quito.

La visita de la ciudad de Latacunga

Aunque para nosotros era un enclave desde donde emprender las visitas a Quilotoa o los mercados, la ciudad no dejó de sorprendernos. La conocida como ciudad “romántica”, fue declarada como Patrimonio Cultural de la Nación gracias a su riqueza arquitectónica, sobre todo en edificios de la época colonial. El edifico Municipal, el de la Gobernación o la catedral del siglo XVII y las iglesias de San Sebastián o San Agustín son claros ejemplos de por qué la estancia merece la pena. Respecto a los tradicionales mercados, el de la propia ciudad se celebra martes, viernes y sábados y los más famosos y cercanos son los jueves el de Saquisili, miércoles y domingos el de Pujili y los sábados el de Zumbahua. Trataríamos pues de visitar alguno.

El alojamiento en Latacunga

Mediodía y ¡por fin! en Latacunga. Los buses siguen sin ser nunca directos, y se utilizan como transportes de línea con subidas y bajadas constantes. En el último tramo, donde nos deja el nuestro, hay taxis. Sin negociar mucho, puso en marcha el taxímetro y nos llevó. Nuestro hostal, el Hostal Tiana, perfectamente ubicado. Nada más llegar nos dan información de los tours cercanos, mapas y posibilidades. Nos sentaremos a ver todas las opciones.

Latacunga es una bonita ciudad de Ecuador con muchos atractivos para la visita

Salimos de inmediato buscando lavandería y comida. La ciudad, de entrada, merece la pena visitarse. En la calle Quijando y Ordóñez vemos muchas marisquerías con gente local comiendo. Nos metemos en Marisquería Pedernales. Muchos platos de ceviche, de pargo, camarón, encebollados y arroces. En la misma calle numerosos pequeños restaurantes ofrecen el plato típico de Latacunga, el chugchucaras, pero parece demasiado consistente. En otros, vemos el guiso típico de Semana Santa, la fanesca, a base de bacalao. Si quieres probar algo de comida de la zona, esta calle es tu lugar. Comimos pargo y camarones y ambos platos abundantes y buenísimos. En el rato que estuvimos, no paró de entrar y salir gente.

Tarde con siesta incluida y sobre todo ¡organizarnos los diez días que teníamos a la vista en Galápagos! Y que no era sencillo…

TIPs VIAJÉFILOS para disfrutar de Latacunga

Para el bolsillo

  • Café y croisant en Honey: 3 $. Sin duda no nos cansamos de tomar café aquí.
  • Bus Baños-Quito con parada en Latacunga, con Amazonas: 2.5 $.
  • Taxi desde la carretera de Latacunga a la ciudad: 3.20 $.
  • Hostal Tiana, Latacunga. Reservamos una noche en habitación doble con baño por 32 $. Finalmente nos quedamos dos. Uno de esos sitios recomendables en los que estás a gusto.
  • Lavandería Millenium en Latacunga: 4 $.
  • Marisquería Pedernales, comida para dos: 16.50 $. La calle tiene más locales, elegimos este al azar y no nos equivocamos. Probar la comida local en este lugar, todo un acierto.
  • Cafetería Pepas. Una especie de heladería, grill y un poco de todo con una buena terraza. Dos cafés: 3.20 $. Impersonal pero un lugar donde pasar la tarde.
  • Paracetamol 1 g, 24 comp: 5 $ y Omeprazol 20 mg, 16 comp: 3 $. Habíamos agotado alguna de nuestras existencias y queríamos armarnos de nuevo para afrontar las Galápagos.
  • 4 panecillos: 40 centavos.
  • 1 cerveza grande en el hostal: 2 $.

Tiempos y distancias

  • Bus entre Baños y Latacunga: 2 horas. Te deja en la carretera (sigue hacia Quito) y tienes que tomar un taxi hasta la ciudad.

Información útil

  • La zona de Latacunga, incluida la ciudad, merece al menos 3 días. Lo ideal es llegar un miércoles por la tarde para poder emplear la mañana del jueves para la visita del mercado de Saquisili, el que dicen más tradicional y colorido. Otro día sería necesario para emprender la visita de Quilotoa y alguno de los pueblos vecinos, y otro más para el parque nacional de Cotopaxi, sin intención de alcanzar la cima, para lo cual es necesario pernoctar.

La excursión a la Laguna de Quilotoa

Salíamos temprano para visitar la laguna de Quilotoa, formada sobre el cráter del volcán del mismo nombre, a 3914 metros de altitud. La frecuencia de buses es una falacia, como tantas cosas por aquí, y en cuanto está lleno, sale. Así que, salimos corriendo hacia la terminal de buses, y a pesar de llegar unos diez minutos antes de las ocho, momento en que se supone que salía, ya estaba de camino. Pensábamos que el siguiente salía a las diez, pero nos venden un billete para 8:40. El caso es que salimos a la estación y en poco sale éste, lo habían llenado… No sabría explicar en cual terminamos por salir, pero el caso es que en cinco minutos estábamos en marcha. El único consejo posible: llegar y preguntar por el próximo.

Cómo llegar a la laguna de Quilotoa

Para llegar a Quilotoa hay que advertirle al conductor que te indique la parada a la laguna, aunque habitualmente hay algún guiri que lleva el mismo destino. El trayecto se hace entretenido, de un lado, nuestros compañeros de viaje, ecuatorianos de las zonas altas, ataviados con sus clásicos y pequeños sombreros; además las señoras, hoy Viernes Santo, visten sus mejores polleras y mantos, con bordados francamente trabajados. De otro lado, el paisaje, con valles y cumbres dedicadas al cultivo y perfectamente divididos en campos de sembrado que desafían las pendientes. Grandes extensiones verdes dedicadas al ganado, estrechos y profundos cañones en los que no alcanzamos a ver el río que lo recorre. De nuevo vemos ondear las banderas multicolores del estado Andino. Leímos que las mejores vistas están en la fila de asientos contraria a la del conductor, pero el otro lado tampoco desmerece. Además, no estuvo la cosa para elegir.

En torno a una hora y cuarto después de salir alcanzábamos Zumbahua, donde se celebra el tradicional mercado de los sábados. Una corta parada y seguimos subiendo hacia el viejo cráter, un cartel indica que tal solo quedan 12.5 km. La temperatura ha bajado respecto a la ciudad.

Las 10 de la mañana y llegamos a Quilotoa, exactamente a una carretera donde bajamos unos cuantos turistas, locales y extranjeros. En el pueblo, varios restaurantes y alojamientos (leímos que hay gente que pernocta aquí). Eso, y un frío que pela (más que aconsejable traer ropa para este día). Haremos tiempo en un restaurante con un café, esperando que se aclare el día. La chimenea del interior es de agradecer. Muy cerca se encuentra la laguna de Quilotoa.

La subida a la laguna del Quilotoa es una de las excursiones más fascinantes en los alrededores de Latacunga

Y sin duda resulta impresionante. Un enorme cráter inundado de un agua verde esmeralda que resulta fascinante. Para los científicos, hasta 250 metros de profundidad; para los locales, sin fondo… El volcán y la laguna pertenecen a la Reserva Ecológica Los Ilinizas. El sol asoma y cambia por momentos el tono del agua, que combinada con el verde que rodea el cráter acaba por ser hipnotizante. Caminamos un rato sobre el sendero que lo circunvala y cada foto es distinta. El sendero lleva unas 5 ó 6 horas en total, pero a esta altura decidimos no completarlo. Llegamos hasta un mirador. Cualquiera de las vistas merece la pena y el paisaje que rodea al volcán es igual de espectacular.

Retrocedemos hasta el área desde donde se accede a la laguna. En unos 30 minutos se baja hasta la misma orilla. En caso de que se atragante la subida, se pueden contratar los servicios de un burro para hacerlo.

Se nos hace mediodía y tras subir, confieso que sólo un tramo, entramos en el restaurante y hostal Chukirawa. Un bonito local en el que hubiera merecido la pena hacer noche. Comemos allí mismo antes de volver a Latacunga. Tiempo todavía para dar un paseo por las tiendas de artesanía, y poco más. El horario del bus no nos tenía tranquilos, eso de que te digan entre la una y la una y media, en este país es todo un riesgo. Al final claudicamos a las negociaciones unilaterales de uno de los hombres que con su coche te llevan a Tungurahua. Unilaterales porque se regatea él solo, hasta llegar a 5 $ por los dos. La ventaja de llegar a Tungurahua es que la frecuencia es mayor y más segura, cada 15 minutos.

Para las tres ya estamos de regreso en Latacunga. Toda el área desde luego, tiene muchos atractivos para explorar y dedicarle más días. Nosotros andamos desde hace unos días pendientes del calendario, cosa la cual no nos gusta, pero el vuelo a Galápagos del domingo así lo requiere. Una buena opción, probablemente, sería alquilar un coche y recorrer los muchos pueblos y lugares de esta bella región.

Es Viernes Santo, feriado para el pueblo entero y, por qué no, para nosotros. El resto de la tarde, un paseo por el centro, un café, un helado y hacer el vago en el hostel.

Para terminar el día e incluso alargar la noche, en la misma peatonal del hostel, dos locales: Templario y Bizarro. Buen ambiente y no sé si lo más animado de Latacunga… Por la mañana emprendíamos el viaje a Quito, la primera ciudad nombrada patrimonio por la Unesco.

TIPs VIAJÉFILOS

Para el bolsillo

  • Excursiones ofrecidas por Tocar Expediciones, que trabaja con el hostal: ofrecen entre otras la excursión al parque nacional de Cotopaxi y la excursión de un día a Quilotoa, con parada y visita de Pujili. Cada una cuesta 40 $.
  • Bus Latacunga-Quilotoa: 2.5 $.
  • Restaurante Dorita, Quilotoa. Dos cafés solubles: 2.50 $. Nos cobró lo que le vino bien…
  • Subida en burro desde la laguna: 10 $ por persona.
  • Almuerzo menú Restaurante Chukirawa: 4 $. Después de la visita a la laguna, una buena opción para comer. Nos hubiera gustado pernoctar allí, el sitio es agradable y nuevo.
  • Coche Quilotoa-Tungurahua para dos: 5 $.
  • Bus Tungurahua-Latacunga: 1.5 $.
  • Helado en Nice, junto a Santo Domingo: 2.5 $.
  • Bar Templario, cerveza de barril, pinta: 4 $. Buena música, muy ochentera cuando estuvimos y buena carta de cerveza de barril. El dueño, que circulaba por allí, no terminó de gustarnos. 

Tiempos y distancias

  • Distancia a la terminal terrestre caminando: 15 minutos.
  • Bus Latacunga-Laguna Quilotoa: 1 hora y 45 minutos, unos 55 km.
  • Descenso a la laguna Quilotoa: 1.7 km. Aproximadamente unos 30-40 minutos de bajada y en torno a una hora y media de subida.

Información útil

  • A priori estos son los horarios de bus entre Latacunga y Quilotoa: 6, 7:30, 8, 10, 11, 13:30, 14:30, 15:30, 18:30 y 19:30; pero según se llenan, salen. Quizá puede salir alguno más. Así que ve a la estación en una de esas horas, mejor un rato antes, y pregunta… Otra opción sería viajar a Zumbahua que tiene frecuencias horarias y desde allí tomar transporte a la laguna.

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Jose Luis Bauset
Soy Jose Luis, más conocido como Bau. Aquí compartimos nuestras experiencias viajando. Viajefilos es nuestro blog de viajes, donde todos aquellos adictos a viajar pueden buscar inspiración.

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