Seymour Norte, Santa Cruz e Isabela en Galápagos

Recorrer las islas Galápagos abordo de un crucero estaba resultando todo un sueño. Finalmente el crucero de último minuto en Galápagos que habíamos conseguido, tan solo llevaba una veintena de turistas, lo que hacía de todos los desembarcos, comidas y horas de navegación un agradable y organizado momento. Las escalas en las islas de Seymour norte y Santa Cruz eran dos de las más atractivas.

Con el atardecer y después de la cena, en una corta charla, Javier, nuestro guía naturista, nos explicaba la ruta del día siguiente, las especies que a priori encontraríamos, las horas de salida y llegada… sin duda una ruta por las islas Galápagos que estaba siendo todo un lujo. Como todo, los días de navegación tocaban a su fin.

Seymour Norte, Santa Cruz e Isabela: Las Galápagos

Nuestras escalas y ruta seguida en el crucero por las islas Galápagos, os las contamos en los siguientes artículos…

La navegación entre Seymour Norte y Santa Cruz

Por la mañana visita de la isla de Seymour Norte. Comenzamos el trekking a las 7 de la mañana. La atracción principal es el avistamiento cercano de los piqueros de patas azules que desarrollan aquí su peculiar baile de cortejo. Además las fragatas y los machos con sus buches rojos hinchados. Tras las dos horas practicaremos de nuevo esnorquel. Para la tarde desembarcamos en playa de Bachas en el norte de la isla de Santa Cruz.

Hoy salimos a las siete de la mañana. Varios tiburones, esta vez mucho más grandes, andan rondando en barco desde el amanecer…

Lo mejor de la isla Seymour Norte

Al poco de iniciar nuestro paseo, un baile de piqueros de pata azul. El macho levanta alternativamente ambas patas sincronizadamente a la vez que abre sus alas frente a la hembra. Esta decide si acepta o no la propuesta de cortejo. ¿Os suena? El gato al agua, será de aquel con las patas más azules, el mejor preparado. Varias parejas más se muestran adelante a muy poca distancia. Y del otro lado, algún macho de fragata con el buche totalmente rojo e hinchado. También varias parejas cuidando de sus grandes nidos. Sus enormes envergaduras que hace que alcancen hasta 1.80 metros pero tan sólo 114 gramos de peso. Conocidos como los piratas del mar, capaces de robar la pesca de otras aves en pleno vuelo. Y todo esto en un camino sencillo y a muy pocos metros de nosotros, las aves nos ignoran. Espectacular.

Cortejo del piquero de patas azules

Y en cuanto nos alejamos de la costa hacia el interior, las grandes iguanas terrestres, muy amarillas, en una perfecta combinación de colores con el marrón de la tierra mojada para nuestras fotos. Probablemente una de las mejores salidas que hemos tenido.

Regresamos al barco para el esnorquel de hoy en la costa de Seymour Norte. El aperitivo de hoy, sólo son las nueve, jamón, queso, almendras y aceitunas… ¡por poco lloramos! Aunque el llanto puede venir en un rato, los grandes tiburones siguen merodeando el barco, justo ahora que tenemos que bañarnos.

Al final hubo suerte y volvemos a bordo con todas las extremidades. Hemos podido ver dos tiburones de arrecife muy cerca y multitud de peces de cientos de colores. Sin duda un buen último esnorquel en el Sea Star. Ponemos rumbo a la playa de Bachas, el último de nuestros desembarcos.

Hoy el cocinero nos sorprende con un menú ecuatoriano 100% y el plato estrella es un exquisito cochinillo asado. ¿Que haremos cuando bajemos de este barco? Todavía tres horas hasta el penúltimo desembarco antes de abandonarlo. Una “merecida” siesta.

El desembarco en la playa de Bachas

Las tres y media de la tarde cuando echábamos ancla al borde de la playa. Hacia un lado, a escasos 15 minutos junto a otra playa totalmente desierta, una laguna salobre donde vemos tres flamencos más cerca que el día anterior. Las tomas de las más grandes zayapas que hemos visto hasta ahora junto las iguanas comiendo las algas en la roca es inigualable. Volvemos a la playa de desembarco para un baño. En la orilla, pequeños tiburones martillo y de Galápagos hacen las delicias de los pocos turistas que allí estamos. El cercano vuelo de pelícanos y piqueros que se lanzan hacia la superficie a por sus presas, las fragatas oteando la posibilidad de robar su botín, el atardecer… hace el resto y pone la guinda a este riquísimo pastel que está siendo nuestro recorrido por el archipiélago.

Sobrevolando la playa de Bachas, Galapagos

Quedaba el cocktail de despedida, hoy no había nada que programar para mañana y la cena antes de irse a dormir. Todo el personal de a bordo se despide de nosotros en un brindis muy a lo “vacaciones en el mar”. Lo único que nos queda es felicitarlos a todos por su gran trabajo.

Recordaremos todo cuanto hemos vivido y muy cercanamente a nuestros compañeros de aventura: aquel grupo de suizos, Margaret, Yolanda, Beatriz y Piere, que se divirtieron tanto como nosotros, la elegante pareja también suiza que venia de recorrer Isabela, Florence y Hugo, el agradable matrimonio, Luccia y Lucas, como no, de suizos, con los que tuvimos buen tiempo de charla, nuestro colega Allan y su mujer Cris, de San Francisco, excéntricos como buenos americanos, la peculiar taiwanesa, Claire, dueña de un emporio de champú en seco y nuestros ya amigos de Nueva York, Rai y Carl.

Pero tampoco nos olvidaremos del personal del crucero que lo hizo perfecto: Mirelly, Daniel, Peñas, Jonhy y todos los que no dejaron que nada saliera mal. Impecables en la limpieza y detalles cada vez que entrábamos en nuestra “cabina”, imposible saber cuántas veces la repasaron. Infatigables en prestarnos ayuda para abordar los “dinguis” y cuantas cosas necesitamos durante la navegación. Exquisitos en el trato y servicio de las comidas y aperitivos. Y sin dejar de recordar la excelente cocina que nos sirvieron. Por supuesto nuestro guía naturista Javier, que se esforzó en traducir sus explicaciones, todas completas y adecuadas.

Sin duda la suerte volvió a acompañarnos al poder elegir aquel “lastminute”.

Nuestros amigos cruceristas

TIPs VIAJEFILOS

Tiempos y distancias

Trekking Seymour Norte: 2 horas

Esnorquel en Seymour Norte: 1 hora

Playa de Bachas: 2 horas

La lancha rápida entre Santa Cruz e Isabela

Terminamos aquella mañana uno de las más bonitas partes de nuestro viaje. Lo acertado del recorrido, las adecuadas visitas a los mejores lugares, el trato y atención del personal, la comida y nuestros compañeros de viaje así lo hicieron. Despertábamos de un sueño con la sensación de haber dormido una eternidad. Pero tocaba reponerse y con tres días más por delante en el archipiélago, decidir en qué los emplearíamos. Y es que son tantas las posibilidades que de nuevo estábamos como al principio.

La primera de las opciones que barajamos fue llegar hasta Isabela, la que era la mayor y más alejada de las islas y que por ese motivo habíamos leído era un espectáculo. Teníamos que emplear bastante dinero y tiempo en el viaje para poder disfrutar tan sólo de algo más de un día completo. Los trayectos en las lanchas entre islas, son de al menos dos horas y eran muchas las quejas al respecto. Pequeños botes que a toda velocidad cruzaban los estrechos y que mareaban al más pintado. Además suponían 30 dólares por trayecto y debíamos abrochar nuestros cinturones de nuevo. Y a pesar de todo, después de leer y leer, darle muchas vueltas y con el empujón final y los consejos de Javier, lo hicimos. La otra opción, emplear los dos días completos que nos quedaban, en Santa Cruz, para Javier, después de nuestro crucero, no merecía la pena.

De nuevo tocaba ponerse a buscar alojamiento, a decidir dónde y que comer, localizar el mejor tour… y es que nos acostumbramos rápido a la buena vida del Sea Star.

Bajábamos para una última visita en Mosquera, un pequeño banco de arena, para dar un paseo entre lobos marinos. El desembarco a las seis de la mañana para disfrutar del amanecer.

Amanecer en Mosquera

Desde aquí, embarcamos, desayunamos y abandonamos el yate en Baltra.

Desde el muelle nos llevaron hasta el aeropuerto, donde gran parte del grupo embarcaba hacia el continente y Europa. Nosotros, como dije, emprendíamos camino hacia Puerto Ayora, esta vez con Karl y Ray. A las 9:30 tomábamos el bus que nos llevaba al canal desde el aeropuerto. Solo diez minutos después estamos en el muelle. Desde aquí un taxi acuático hasta Santa Cruz que nos llevó menos de dos minutos. Y allí mismo compartimos taxi para llegar a Puerto Ayora. Nosotros cuatro y Claire con su enorme maleta, se de qué hablo cuando digo enorme…

A nuestra llegada a Puerto Ayora el mismo taxista nos deja en una agencia donde tratamos de comprar el billete a Puerto Villamil, Isabela. Las tres fibras con 30 personas cada una, están completas… La tarifa oficial son 30 dólares y solo se pueden comprar en agencias oficiales. Una hora antes debes presentarte en el puerto de salida para una inspección obligatoria en los desplazamientos entre islas. La propuesta de la agencia es presentarnos a la 13:30 y ver si cabemos. Pero llegando al puerto, vemos otra agencia anunciando transporte a las 13 horas. Tiene hueco así que lo compramos. Terminamos por comprar ida y vuelta y ahorramos unos dólares., además llegaremos una hora antes a destino. Seguimos teniendo mucha suerte.

Después de una semana sin wifi, nos lanzamos a buscar una red. Comemos tratando de conectarnos, pero es cierto que las conexiones aquí son peor que malas. Sacamos dinero, en Puerto Villamil no hay cajeros y en poco tiempo estamos de nuevo sobre un barco… El trayecto hasta Isabela no fue tan malo, peleamos por un lugar detrás, en la parte abierta de la fibra y no tuvimos problemas de mareo. Los saltos eran más que considerables pero llevaderos. Tal vez lo peor fue el ruido de los dos motores fuera borda.

Para las tres llegamos a Puerto Villamil, capital de isla Isabela. Toda la tarde por delante para buscar alojamiento y organizar la excursión de mañana a los Túneles. Quedaba un taxi acuático para alcanzar el muelle, una nueva tasa para poder entrar en el mismo y un nuevo transporte al pueblo, solo a un kilómetro pero mejor no caminarlo a estas horas.

El peculiar taxi que nos lleva, pues se trata de una especie de camionetas abiertas con gradas, pregunta de camino al centro en un par de sitios. El segundo de ellos, el hostal Villamil nos apaña por precio y lugar, así que nos quedamos. El amable señor que lo lleva, Kiko, es una delicia de anciano. Bajamos de inmediato a buscar la agencia Pahoehoe, que le recomendó Javier, el guía.

La mala suerte aparece y es que el tour de los Túneles, uno de los mejores esnorquels según leímos, está lleno para los dos próximos días. Así que cambiamos de planes y hacemos una combinación arriesgada por completa, para mañana. Saldremos temprano hasta el cráter del volcán Sierra Negra y por la tarde realizaremos una inmersión en las Tintoreras, el otro lugar recomendado para esnorquel cerca de Puerto Villamil. Contratamos los dos tours y empleamos así todo el día de mañana.

Con todo esto empleado le dedicaremos el resto de la tarde a pasear por la muy tranquila población de Villamil. En torno a la Plaza, varios restaurantes nos sirvieron… Al final elegimos mal y ¡nos engañaron con la cena!

Atardecer en Puerto Villamil, capital de Isabela

TIPs VIAJEFILOS

Para el bolsillo

  • Bus del aeropuerto al muelle para cruzar en canal a Santa Cruz: gratis.
  • Cruzar el canal de Itabaca: 1 $.
  • Taxi Aeropuerto-Puerto Ayora: 25 $. En bus cuesta 2 $, pero empiezan a operar sobre las diez de la mañana cuando llegan los primeros vuelos.
  • Los trayectos entre las tres Islas principales se realizan en las lanchas conocidas como fibras y en cualquiera de las posibles rutas costaban 30 dólares por persona.
  • Comida en Café Hernán de Puerto Ayora: 20 $ por persona.
  • Tasa portuaria para extranjeros en Puerto Villamil: 10 $ que se pagan a la llegada.
  • Taxi desde el muelle de Villamil al centro: 1 $
  • Hostal Villamil: 40 $ la habitación doble con bañ
  • Cerveza grande en Rte El Velero: 7 $

Tiempos y distancias

  • Distancia Aeropuerto-Puerto Ayora: 42 km, aproximadamente treinta minutos en taxi.
  • Alrededor de dos horas es el tiempo que lleva recorrer en fibra las distancias entre San Cristóbal y Santa Cruz y de aquí a Isabela. A la inversa el tiempo no varía, si bien las condiciones del mar pueden hacerlo más o menos largo. No es infrecuente que no puedan realizar el viaje.
  • Desde el muelle de Isabela a Puerto Villamil: 1 km

Información útil

  • Baltra, donde se encuentra el aeropuerto de Santa Cruz, es una pequeña isla al norte de esta. Al llegar al aeropuerto, las compañías se encargan de llevar a los pasajeros hasta el muelle de la isla. Aquí se toma un taxi acuático que nos cruzará el canal de Itabaca, que separa Baltra de Santa Cruz. Tan sólo 200 metros por los que pagaremos un dólar. Desde aquí se puede tomar bus o taxi hasta la ciudad.
  • Hay dos frecuencias diarias entre islas de fibras. Es conveniente hacerse con el billete al menos 24 horas antes porque realmente están muy solicitadas y son el único medio de transporte habitual entre las mayores poblaciones. Los horarios de las fibras de traslado entre las principales islas son:
    • San Cristóbal-Santa Cruz: 7 AM y 3 PM
    • Santa Cruz-San Cristóbal: 7 AM y 2 PM
    • Santa Cruz-Isabela: 7 AM y 2 PM
    • Isabela-Santa Cruz: 6 AM y 3 PM
  • El traslado entre las tres principales islas es posible en avioneta, pero con precios que pueden rondar los 100 dólares.

Los artículos de viaje a Ecuador y las Galápagos de Viajéfilos

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Jose Luis Bauset
Soy Jose Luis, más conocido como Bau. Aquí compartimos nuestras experiencias viajando. Viajefilos es nuestro blog de viajes, donde todos aquellos adictos a viajar pueden buscar inspiración.

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