Aquella mañana acabábamos nuestras dos semanas de viaje en Tíbet y comenzaban nuestros 15 días en Nepal. De momento no podían ir mejor y las cinco semanas que nos habíamos planteado de viaje entre China y Nepal estaban yendo rodadas. Nos tocaba madrugar, queríamos ser los primeros en cruzar la frontera entre Tíbet y Nepal, conscientes de que por delante teníamos muchas horas para llegar desde Qyirong hasta Kathmandú. Para nuestro viaje por Nepal solo teníamos programadas las tres primeras noches en un hotel que habíamos reservado en Katmandú hacía un tiempo. El resto sería nuestro viaje a Nepal por libre, por fin sin ataduras, horarios ni guías. En función de lo que nos pidiera el cuerpo y el clima iríamos visitando los mejores atractivos de Nepal.
Aquellas fueron nuestras dos semanas en Nepal por libre, un buen bocado al país del que nos trajimos una sorprendente experiencia fruto de la cual escribimos estos 6 artículos que te ayudarán seguro a montar tu viaje a Nepal:
- Como cruzar la frontera entre Tíbet y Nepal
- Lo mejor de Kathmandú a ritmo lento
- Pokhara y el trekking en los Annapurnas
- La visita de la ciudad de Patán
- Un día en la ciudad de Bhkatapur
- Nagarkot y los últimos días en Kathmandú
Lo que debes saber para cruzar la frontera entre Tíbet y Nepal |
Domingo 23 de Septiembre de 2018
La información disponible para cruzar la frontera entre Tíbet y Nepal no abundaba, no al menos en español y gracias a una web que habíamos encontrado, habíamos disipado algunas dudas. La página Kyirong.com dejó de funcionar me temo… Desde la localidad de Kyirong, todavía en Tíbet donde habíamos dormido, tan solo 25 km hasta la frontera, pero no menos de 45 minutos dado el desnivel de la carretera y los controles que deberíamos pasar. Abandonábamos los 4000 habituales de Tíbet y bajábamos a altitudes más acordes con nuestra condición. Lo que si quedaba claro una vez en Nepal era: nunca utilizar el transporte público en bus y mucho menos viajar de noche, todo ello derivado de las malas condiciones de la carretera. La idea era una vez tramitado el visado, subirse a algún 4×4 compartirlo hasta Katmandú. Pues con todo lo leído, ahora tocaba ponerlo en práctica.
Pero, para empezar, nuestra premisa de salir temprano se vino abajo en el primer minuto. Necesitábamos un sello de salida de Tíbet y las oficinas siendo Domingo, no abrían hasta las 11:30. ¡Eso era mucho atraso! Pero no nos quedaba otra que esperar… Al menos el reloj jugaba a nuestro favor y al entrar en Nepal debíamos atrasarlo dos horas y cuarto. La otra alegría , serían los bocatas de jamón que nos acabábamos de preparar para el viaje. ¡Nuestras últimas existencias!. Se nos iba a hacer largo el día…
Como cruzar la frontera entre Tíbet y Nepal por tierra
A las 11:30 de este Domingo estábamos en la oficina de policía de Qyirong para tramitar nuestro sello de salida. Norbu bajo con ellos en pocos minutos. Tras ello, necesitábamos un nuevo permiso, esta vez para ellos, guía y conductor, para llegar a la frontera. Ahí la cola era mayor… Fueron unos 45 minutos de espera. Así que a las 12:15, por fin, estamos saliendo de camino a la frontera de Tíbet con Nepal.
Un par de kilómetros a las afueras de Qyirong y el primer control policial. Hasta aquí, solo pasaportes y resto de documentación. Sencillo pero otros 10 minutos con los poco colaboradores controles chinos. Aquí comienza el vertiginoso descenso hacia Nepal, un paisaje precioso y densamente boscoso.
Unos 10 kilómetros de curvas y un control militar. Toca bajar todos del coche y presentar pasaportes. Sobre 15 minutos y una actitud bastante desagradable la que nos muestran los jóvenes soldados.
Para la una, alcanzamos el puesto fronterizo chino. Al menos el tramo desde Qyirong es realmente bonito. La segunda sorpresa del día. Es la hora del almuerzo y no abrirán de nuevo la frontera hasta las 13:30. Aprovechamos el parón para cambiar los yuanes que los quedan en la misma frontera (1 yuan=17 rupias nepalies, el euro vienen a ser 136 rupias). Allí mismo también se puede comer, hay varios restaurantes disponibles.
13:30 horas, parece que reabren la frontera. Cruzamos caminando dentro del enorme edificio donde nos chequean las mochilas (solo por rayos y menos mal que no tenemos que abrirlas) y cumplimos los trámites de salida de China. Las comprobación de pasaportes son muy rigurosas, unos 10-15 minutos con cada uno. Como parte buena de tanto retraso, estamos los primeros y prácticamente solos cuando cruzamos. Norbu nos dice que por la mañana son largas las esperas.
13:45 Cruzamos caminando el puente que separa ambos países, el puente Rasuwa. Nos despedimos de Norbu, más allá no puede seguir. Buena persona y profesional.
El visado para Nepal y el transporte entre la frontera nepalí y Katmandú
Descartada la opción suicida de un bus, nos tocaba buscar un vehículo privado que nos llevara. El propio Norbu nos dice que en el lado nepalí pagaremos por los 175 km y las nueve horas que calculamos en torno a 180 yuanes cada uno. Eso equivaldría a unas 3000 rupias, 26 dólares, unos 22.5 euros.
Pasado el puente ya se nota la diferencia de infraestructuras. En una caseta improvisada nos revisan a desgana la mochila de mano. De abrir la otra ni lo comentamos y ni lo intentan. Toman nota de nuestros datos en una libreta y adelante. Un muchacho nos asalta ofreciendo allí mismo un vehículo para Katmandú. Pide 170000 rupias para los dos (unos 125 $). Compartiéndolo serán 3000 pero hay que esperar a llenarlo. La verdad es que somos los únicos turistas que hemos cruzado a esa hora.
Optamos por bajar los dos kilómetros que llevan al edificio de inmigración pensando que allí habrá opción de tomar algún vehículo que baje de inmediato. Los dos kilómetros son infernales. Hemos leído que algún Tata, algún camión nepalí de camino te suele bajar, pero no pasa ninguno. Los coloridos camiones los hay por doquier pero todos parados en la cuneta. Suponemos que esperando algún trámite fronterizo. Llegamos a inmigración donde rellenamos un formulario (el clásico con nuestros datos), entregamos una foto y con 25 $ obtenemos el visado para los 15 días en Nepal que necesitamos.
Y nos toca esperar a ver si hay algún coche para compartir. Los pocos que se acercan, van solos y piden entre 125 y 150 $. Me temo que la mejor opción fue la primera, subiéndose cuando hubiera estado lleno el del primer muchacho que preguntó.
Una media hora y tratando de buscar acomodo compartiendo vehículo y gastos pero la frontera china cierra en breve y no baja nadie con quien compartir. Finalmente y ante las escasas expectativas, negociamos por 100 $ un vehículo para los dos. Supone el doble de lo que teóricamente costaba pero hoy el día iba torcido para nosotros desde bien temprano. Mejor emprender el viaje.
Como siempre hay una opción B. Allí mismo, una pequeña pensión puede servir para pernoctar y bajar hacia Katmandú al día siguiente. Nosotros emprenderemos camino.
Sobre las 15 horas, hora china, algo menos de las 13, hora nepalí nos ponemos en marcha. En los primeros 500 metros te das cuenta de lo peligroso que será el camino con un barranco profundo a un lado y un ancho de calzada que apenas permite el paso de un vehículo. Ello hace que los parones sean continuos para permitir el paso de los numerosos camiones que transitan la carretera.
Y así, maravillados por el paisaje, dando tumbos, literalmente, dentro del coche y al borde del precipicio vamos haciendo el jodido camino. Habíamos leído que puede estar entre las carreteras más peligrosas del mundo, ahora ya sabíamos que lo estaba. A la cabeza nos vienen algunas de las carreteras que hemos pasado como la de los Yungas y La Paz, algunas que sufrimos en Colombia o aquella que nos llevó a la hidroeléctrica camino de Aguas Calientes. Y siempre lo mismo, algunos de los paisajes más bellos con las carreteras más peligrosas… Aprovechamos cómo pudimos para comer. Unos frutos secos del Mamper, la “despensa de la Vega Baja” que todavía nos quedaban de España y aquellos bocatas de jamón que preparamos esta mañana. Suerte que no nos atragantamos.
Sobre una hora y media después de salir y 30 km, pasamos por una población mayor, Dhunche, totalmente colgada ladera arriba en la que nos hacen un control de pasaportes. Poco después, pasamos por el PN Lantang donde nos llevamos una nueva inspección de equipaje, muy por encima he de decir. Habíamos leído que en alguna ocasión, los militares que realizan este control en el parque, pueden cobrarte lo que cuesta entrar al mismo. Afortunadamente no pasó.
Más adelante y cuando pensábamos que nada podría empeorar, ascendemos de nuevo entorno a los 2000 metros y nos metemos de lleno en el banco de nubes. Y si, siempre puede joderse más… ¡lluvia!.
A las tres horas y con la desesperación en todo lo alto, un gran valle frente a nosotros, las nubes se disipan, la carretera mejora y comenzamos a descender. ¿Será el valle de Katmandú?. No todavía. En seguida otro control militar. La tónica siempre es la misma, abren puertas, maletero, observan… en algunos abrimos alguna mochila, en la mayoría no.
Y bajamos y bajamos. Y todo es verde, increíblemente verde. La época de lluvias que parece ha terminado así lo quiere. Menudo verde lucen los arrozales.
Pero no se habían acabado todavía los kilómetros ni mucho menos los baches. Solo quedaba no pensarlo. Paramos un momento en Bandre tras cuatro horas y media de tortura. Tomamos un agua grande y un refresco por algo más de 1 euro. Este país es más barato que China seguramente. Por delante todavía 55 km dice Maps.me.
Anochece. La ruta es distinta a la que marca el programa. Subimos otro infame puerto de montaña. Le preguntamos al conductor y nos dice que trata de evitar el atasco enorme que seguro hay en la principal a Kathmandú. Más gente parece que ha hecho los mismo. El camino es insufrible. Llegamos a lo alto de una montaña desde donde se divisa Kathmandú. Por momentos temo nos quedemos atascados, se rompa el maldigo coche o, lo peor, nos despeñemos.
Por fin llegamos a las ocho y media de la tarde, de noche cerrada, Unas siete horas y media desde la frontera, muy, muy, muy duras. Nos había quedado claro: que no volveríamos jamás a Kathmandú en coche desde Tíbet y que el país nos iba a volver locos de lo bonito que nos había parecido este trozo, el que hicimos con luz de día.
El alojamiento en Kathmandú
Nuestro alojamiento para las próximas tres noches: Kumari Boutique Hotel. 43 € por noche. Teníamos reservadas tres noches. Después de los últimos días en Tíbet y la paliza de las 48 horas para llegar, necesitábamos algo de descanso. Habíamos leído maravillas de este hotel de reciente construcción y tiramos la casa por la ventana. A pocos minutos en Thamel, pero tranquilo. Nada más entrar, ¡alucinamos! Solo un rato para el check in y bajamos a por nuestra primera cerveza nepalí. Por casualidad, un par de Everest ¡tremendamente buenas!.
Pero después del día que llevábamos, nos fuimos para la cama pronto. Para mañana, veríamos el plan, no hay prisa…
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Nuestros artículos después de dos semanas recorriendo Nepal por libre:
El viaje de Emi hasta el campamento base del Everest y cómo organizarlo:
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8 comentarios en “Cómo cruzar la frontera entre Tíbet y Nepal”
hola jose luis
en 2019 estuve en Nepal durante 11 dias. tenía pensado pasarme un mes allí, pero por circunstancias familiares me tuve que volver a casa. mi intención es volver pero también tengo ganas de subir a Tibet por la carretera de la amistad. indícame si puedes, todos los pasos necesarios para el viaje (visados, restricciones, guias locales de confianza, agencias de viaje españolas que lleven a TIBET…) sobre todo pensando en entrar en TIBET desde Nepal, incluso me vale la misma opción vuestra, desde TIBET a NEPAL. un saludo
Escribimos un post muy completo con toda la info que preguntas. La verdad es que no resulta sencillo y tuvimos que acudir a una agencia para hacernos con casi todo. En el año que estuvimos no estaba permitido viajar a Tibet por libre. Échale un ojo y a ver si te resulta de ayuda. Con Youlan Tours quedamos súper contentos. https://viajefilos.com/preparativos-viaje-tibet/
¿Que completo! Tiene que ser una pasada este viaje
Una experiencia a la que le teníamos muchísimas ganas. Recomendabilísimo!
Yo hice el mismo camino hace un par de años (2018) . Nunca imagine que para 170 km pondríamos mas de 7 horas a los saltos y con el corazón en la mano. Hoy lo recuerdo con humor , pero ese día se me hizo eterno sintiendo el peligro en cada curva. Una experiencia extraordinaria
¡Un viaje con mucho atractivo! Sin lugar a dudas un sitio donde nada te deja indiferente y de esas duras jornadas de viaje después quedan buenas anécdotas que recordar. Para nosotros un viaje muy recomendable
Hola, gracias por el diario de viaje, realmente excelente.
Si dices que hay que pensarlo dos veces antes de hacer el tramo Qyirong con Katmandú, vi wie realmente es duro, que otra alternativa podemos tomar?
Muchas gracias
Llegábamos desde el norte recorriendo la carretera de la Amistad y no queríamos volver a Lhasa para tomar un avión. Nos gusta recorrer los países por tierra. Entonces sólo estaba abierto este paso pero la verdad es que no lo pillamos en condiciones. Supongo que eso cambia mucho en ese territorio. De haberlo sabido hubiéramos vuelto a Lhasa y tomado un avión. Las carreteras de Nepal estaban destrozadas. Lo pudimos comprobar también de camino a Annapurnas… Esa info tendrá mil actualizaciones hoy día, espero…