Nepal segunda parte: Regreso del campo base y alrededores del Kathmandu

Postal-Emi-Nepal-II

Día 12. Miércoles 25

Nos levantamos a las 4h30 y nos encontramos con el cielo totalmente despejado, un día perfecto para alcanzar el principal y último objetivo del trekking, el Kala Pattar (a 5545m y que significa “roca negra”), el mejor mirador del Everest. Nos abrigamos bien y con los frontales puestos los primeros metros iniciamos la subida. Con muy buen ritmo, admirando la claridad del día y el magnífico amanecer (sale el sol justo por detrás del Everest), en tan solo 1h30 llegamos a la cima rodeados por un espectacular panorama de 360º. Al fondo vemos la maravillosa Ama Dablam que nos recuerda al símbolo de la Paramount Pictures, y además parece que podemos tocar el pico del Pumori (7161m), que tenemos justo enfrente.

El mejor mirador del Everest desde Nepal

Nos quedamos casi 1h maravillados por todo lo que nos rodea y bajamos al lodge (tardamos menos de 1h en llegar). Según bajamos nosotros las nubes subían y al llegar abajo la niebla lo cubre ya todo y no se ve nada ¡menos mal que hemos vuelto a madrugar! Desayunamos unos ricos pancakes de canela y miel que nos vuelven a recargar las pilas para seguir. 4 horas después llegamos a Dingboche, al Sherpaland Lodge (3450m), uno de los más cutrecillos del viaje y donde vamos a pasar dos noches. Podríamos haber adelantado la vuelta 2 o 3 días, pero ya que estábamos allí queríamos aprovechar al máximo los días entre las montañas más altas del mundo.

Día 13. Jueves 26

Como hemos comprobado que madrugando tenemos mejores vistas, a las 5h30 volvemos a estar en pie para recorrer el valle de Chukunj y disfrutar de todas sus montañas de alrededor, incluido el Lhotse (un pico de más de 8000m). El camino es muy agradable y no se nos hace nada costoso (al pueblo de Chukunj llegamos en 2h).

Por el camino también vemos el Island Peak, un pico de 6189m que en su momento nos planteamos subir por no presentar gran dificultad. Sin embargo, menos mal que descartamos la idea porque las fuerzas ya van justas y no apetece “sufrir” más. ¡Lo dejamos para la próxima!

Antes de volvernos a nuestro lodge nos tomamos un lemon tea tranquilamente en Chukunj, donde coincidimos con unos valientes vascos que parecían no necesitar aclimatarse a la altitud (o eso decían porque aún iban de subida). Habían hecho en 2 días lo que nosotros en 4 o 5!

La vuelta la hacemos en 1h, comemos y por la tarde empezamos a planificar lo que vamos a hacer en Kathmandu porque queremos adelantar un día la vuelta a la capital.

Esa tarde nos damos un paseo por Dingboche, subimos a la Stupa que se encuentra en lo alto, no sin antes comprarnos unas ricas cookies. Volvemos al lodge, apañamos los macutos, cenamos y a la cama.

Día 14. Viernes 27

Nada más despertarnos nos animamos a subir una colina que tenemos cerca (intentamos ir solos, sin el guía pero al poco nos lo encontramos detrás nuestro). Subimos hasta que tenemos unas muy buenas vistas de ambos valles, sin llegar hasta el final. Después de hacer unas cuantas fotos, bajamos, desayunamos y tras recoger las cosas nos ponemos en marcha hacia Tengboche.

El camino es muy bueno pues es casi todo el tiempo cuesta abajo. En Pangboche subimos por la parte alta y pasamos por un colorido gompa lleno de ruedas y acompañados del sonido de un “tambor”. Después de este monasterio pasamos por otro en Debuche, un convento de monjas.

El final del camino se hace un costoso por la pendiente que hay justo antes de nuestro destino, Tengboche. Vamos directos al Tashi Delek Lodge, que se encuentra justo frente al monasterio más grande y bonito que hemos visto hasta ahora. Este lodge es muy grande, con 2 wc y 2 lavabos por planta y todo muy limpio. Nuestra habitación es de las mejores pues tenemos unas vistas maravillosas al monasterio y a las montañas (vemos a los monjes desde nuestra habitación).

Comemos, descansamos un rato y antes de las 15h estamos en la puerta del monasterio que es cuando se puede entrar (los monasterios únicamente se pueden visitar cuando los monjes entran a rezar). El sitio es muy bonito tanto por fuera, como por dentro. Con el sonido de una trompeta los monjes acuden a la llamada y van entrando todos al monasterio. Tras leer las normas (algunas de ellas muy curiosas), entramos detrás de ellos, nos quitamos los zapatos y nos sentamos pegados a las paredes y en silencio. Disfrutamos durante una media hora de sus rezos y sorbos de té, un momento único a pesar del frío que hacía. Cuando salen todos, aprovechamos para hacer fotos a esa sala tan recargada y tan colorida.

Cuando salimos está lloviendo y hace mucho frío por lo que nos vamos directos al lodge a calentarnos junto a la estufa. Pasamos la tarde sin salir más por el mal tiempo, así que con el té, pasatiempos y cartas llega la hora de la cena y a la cama.

Día 15. Sábado 28

Sobre las 7, tras hacer montones de fotos al monasterio con el sol y las montañas de alrededor, salimos de Tengboche cuesta abajo todo el tiempo hasta que pasamos el río. Después vamos detrás de unos monjes con sus yaks (no queremos adelantarlos para disfrutar de la curiosa estampa). Las vistas siguen siendo de lujo, con la “Dama de Blanc” siempre a nuestro lado y el Lhotse a lo lejos.

4 horas después de la salida llegamos a Namche, al mismo hotel que a la ida y nos acercamos al mercadillo de los sábados. Éste es una mezcla de todo: comida, utensilios varios, gallinas, tés… curioso al menos. Por la tarde volvemos a subir al monasterio en el que una semana atrás conocimos a una simpática niña y vimos a los monjes rezar. Sin embargo, esta vez nos lo encontramos totalmente cambiado. En el lugar donde estaban los monjes hay un patio sin el techo y una amable señora vendiendo entradas para ver el museo (parecía que estábamos en otro sitio totalmente diferente pero es que los monjes dejaron de rezar justo hace una semana). Así que entramos en el museo, bastante interesante sobre la cultura budista. Aquí nos compramos las típicas banderitas tibetanas.

Después entramos en un ciber, hacemos algunas compras y pasamos por la bakery. En las tiendas de Namche te encuentras todo tipo de ropa y material de montaña de imitación, pero nosotros llevábamos ya bastante equipaje…

A la hora del té vemos si se puede adelantar el vuelo a Kathmandu un día y hablamos con Shishir por teléfono quien nos dice que lo va a intentar (luego ya el avión saldrá dependiendo del tiempo que haga). Nos echamos unas partidas a las cartas, cenamos y después una clase de español al guía (después de nosotros va a hacer el mismo recorrido con otro español).

En esta ocasión nos han dado una habitación con enchufe (¡un chollo!), así que nos dedicamos a cargar todo lo que podemos sin pagar nada, aunque en teoría nos quedan 1 o 2 días de trekking (pero nunca se sabe cuándo podemos salir de Lukla).

Día 16. Domingo 29

¡Hace justo un año terminamos la ruta del Kilimanjaro  y, si todo va bien, hoy es nuestra última etapa por el Himalaya! ¡Ni a cosa hecha!

El día de hoy promete ser muy largo y duro (vamos a hacer 2 etapas en 1). Así que a las 7 estamos en marcha, vamos por el mismo camino de la ida. Las 2 primeras horas se nos pasan muy bien cuesta abajo, además Chitra nos confirma que han reservado el primer avión de la mañana para el día siguiente (muy buena noticia porque cuanto más pronto sea más posibilidades tiene el avión de salir). Cuando llegamos a Pading se nos van todas las energías porque todo lo que queda es cuesta arriba y las pilas las tenemos ya en la reserva. Bajo el solanero y con mucho calor, llegamos a Lukla 6h30 después de salir de Namche y realmente cansados. Vamos directos al lodge (Sunny Garden) donde comemos sin apenas fuerzas.

Flores de Nepal

Después de comer vamos a la habitación, que extrañamente tiene baño incluído, descansamos, hacemos las cuentas de las rupias que nos quedan para dar las propinas correspondientes y nos damos un paseo por la única calle de Lukla. Después preparamos los macutos para el avión y cuando cenamos damos las propinas a los porteadores (en teoría no los íbamos a ver más).

Día 17. Lunes 30

Nos levantamos a las 5 con una importante niebla fuera del lodge. Nada más salir del lodge hacia el aeropuerto, Chitra nos regala un fular blanco a cada uno que en teoría es típico de ellos ofrecerlos para dar suerte y nos los tenemos que poner. Cuando llegamos al aeropuerto el dueño de nuestro lodge arregla todo el papeleo (parece una persona bastante influyente). Es todo muy caótico, nos revisan el equipaje al mínimo detalle con linternas porque no hay luz. Sin embargo, en cuanto todos pasamos el “arco de seguridad” (sin luz) se van los de seguridad y todo el mundo puede entrar y salir sin ninguna vigilancia.

En teoría el avión debía salir a las 7, pero hay muchas nubes y la visibilidad es bastante mala. Pasan las horas y el tiempo no mejora. A las 11h viene Chitra a decirnos que podemos ir a comer al lodge porque no va a salir ningún avión por el momento. Nuestras sospechas de que no es rara la cancelación de vuelos en Lukla se confirman, hoy no volamos.

Mientras comemos, preguntamos sobre la posibilidad de volver a Kathmandú en helicóptero. El dueño del lodge hace algunas llamadas y nos confirma el precio, 300$ por persona, pero “solo” tendríamos que pagar la diferencia con el avión 150$ por persona. Después de pensárnoslo mucho decidimos hacerlo (tenemos muchas ganas de dormir en un hotel con una buena cama y una buena ducha). Para que el precio fuera el acordado, es necesario llenar el helicóptero, así que tenemos que esperar hasta que se forme un grupo. Cuando nos confirman que el helicóptero viene vamos al banco para sacar el dinero en efectivo. Luego nos informan de que el helicóptero no puede aterrizar en el aeropuerto de Lukla por la mala visibilidad pero que aterrizará un poco más abajo y tenemos que bajar.

La caminata es de una hora cuesta abajo y a la carrera para llegar al punto de recogida (menos mal que al final los porteadores aún siguen con nosotros y cargan con nuestro equipaje). En total éramos 6 personas para hacer el vuelo hasta Kathmandu y nada más montarnos en el helicóptero el piloto advierte por radio que se le enciende una luz de peligro y no sabe lo que es. Cruzando los dedos despegamos y afortunadamente podemos disfrutar de un paisaje verde espectacular con arrozales en las laderas de las montañas. Un paseo muy bonito que dura 1hora y llegamos sanos y a salvo por fin a Kathmandu.

En el aeropuerto nos recoge Shishir, y en un momento nos adentramos en el caótico tráfico de la capital (¿de verdad que teníamos ganas de volver a esta civilización?). Vamos a otro hotel, Blue Horizon, con una habitación en la 4ª planta sin ascensor y cuya “ducha” deja mucho que desear (es un grifo en la pared sin plato de ducha, el agua caliente tarda siglos en salir y se moja todo al ducharse). Sin embargo, podemos decir que nos hemos duchado de verdad.

Cenamos en el jardín del mismo hotel porque estamos muy cansados para buscar otro sitio. Esta noche por fin nos acostamos en una cama bastante cómoda y sin sacos de dormir.

Día 18. Martes 1

Sin tener que madrugar, desayunamos en el agradable jardín del hotel y vamos al hotel de la primera noche, Samsara, donde nos espera Shishir. Éste nos informa que esta mañana siguen sin poder aterrizar aviones en Lukla por el mal tiempo. Así que nos alegramos mucho más de haber bajado con el helicóptero, porque estar atrapados en Lukla 2-3 días no es una idea muy apetecible.

Lukla

Una vez instalados en el Samsara nos vamos a patear la ciudad. En media hora llegamos a Swayambhunath (el templo de los monos), donde se mezclan las culturas hinduista con la budista. Subimos la larga escalinata por la entrada oeste del “templo”, con algún que otro mono alrededor nuestro. En lo alto nos encontramos con una gran stupa en el centro, rodeada de gran cantidad de esculturas hinduistas y coloridas banderas.

Swayambhunath (el templo de los monos)

Comemos allí mismo, en el Café de Stupa, con unas estupendas vistas a la ciudad y muy tranquilos. Reposamos un poco y seguimos la ruta, esta vez volvemos andando a la plaza Durbar, pero esta vez sin pagar la entrada porque entramos por un callejón. La plaza está llena de gente y nos quedamos a ver un concierto de una banda de policías o militares que tocan la canción del Titanic entre el caos de la gente, bicis y coches pasando, todo un poco surrealista.

Esa noche cenamos en un bonito restaurante (New Orleans), no típico nepalí, pero donde comemos muy bien y por menos de 10€ los dos.

Día 19. Miércoles 2

A las 9 nos recoge un taxi (ya contratado previamente por Shishir) para visitar unos pueblos cerca de Katmandu. Primero visitamos Kirtipur, un pueblo muy tranquilo, sin turistas y con sus templos hinduistas y una stupa budista. Después vamos a Chobar, una garganta por el que discurre el río Bagmati y que es famosa por su leyenda: se dice que una dividnidad budista desenvainó su espada sagrada y de un solo golpe cortó el valle y convirtió el lago que había en este lugar para formar la actual garganta. El lugar no tiene nada de particular, un templo, y el río está realmente sucio.

Y por último el taxista nos lleva a Patan. Otro pueblo con una espectacular plaza Durbar, como la de Katmadu pero aún con más templos budistas. Además de ver la plaza, damos un paseo bajo el paraguas por sus calles entre templos y patios newares. El templo más famoso de este lugar es el Golden Temple, un recargado templo dorado que merece la pena una visita.

Después de “hartarnos” a templos, volvemos al taxi y tras un paseo apasionante en coche llegamos al hotel, donde descansamos antes de la cena. Esta noche quedamos con Shishir para cenar (nos debe una cena típica nepalí). Cuando llegamos al lugar, por fuera parece un palacio y nos quedamos boquiabiertos. La parte del restaurante es pequeña pero lujosa, nos quitamos los zapatos y nos sentamos sobre unos cojines en el suelo. Pensamos que la cena va a ser espectacular, sin embargo deja un poco que desear. Está muy enfocada a los turistas, con espectáculos de baile y los típicos platos no son de los mejores que hemos probado (en el trekking estaban más elaborados). Sobre las 20:30 acabamos y nos volvemos andando al hotel (menos mal que vamos acompañados de un nepalí, porque a esas horas no se va muy seguro por las calles de Kathmandu).

Día 20. Jueves 3

A las 9 vuelve a recogernos el mismo taxista para hacer otro tour, esta vez nos llevamos algo de equipaje porque vamos a pasar una noche fuera.

Bajo la lluvia nos bajamos en la primera parada, el templo de Charangu Narayan, uno de los templos hinduistas más importantes del país, cargado de figuras cada una con una historia.

De aquí vamos al pueblo donde nos quedamos a dormir, Baktapur. De camino a la guest house (Shiva 2) vemos el mejor andamio de todo el viaje! (no suelen emplear mucho en seguridad). Dejamos las cosas en la habitación, que está muy bien y muy cerca de la plaza Durbar, y nos ponemos en marcha para ver este pueblo. Sacamos las entradas para 2 días (vale lo mismo que para un día pero hacen una anotación en el ticket) y nos adentramos en la enorme plaza Durbar de Baktapur, repleta de templos, museos, esculturas… Y lo mejor: sin coches que molesten alrededor nuestro (todo el centro del pueblo es peatonal). Además de esta plaza también están Taumadhi square (donde comemos muy bien en Marcopolo Restaurant, un restaurante cutrecillo por 4-5€ los 2), Pottery square (una plaza llena de cacharritos de barro y Dattatreya Square.

Baktapur

Damos un largo paseo por todo el pueblo, adentrándonos por las típicas calles, sin turistas y viendo templo tras templo y sin el estruendo de los coches. Nos tomamos el típico yogur de este lugar, juju dhai, en un auténtico bar nepalí, buenísimo!

Esa noche cenamos en la misma plaza Durbar, en la otra guest house Shiva 1 y muy bien, pero después de cenar nos damos un paseo que no nos resulta muy agradable debido al ambiente que hay, asi que nos volvemos a nuestra habitación.

Día 21. Viernes 4

Nos pegamos un buen desayuno a base de yogur, fruta, tostadas (y porque no quisimos comer más) y mientras esperamos al taxista, damos un tranquilo paseo a la plaza Durbar bajo la lluvia y sin gente a nuestro alrededor.

Esta mañana vamos a Pasupatinah, un lugar de culto donde realizan las cremaciones los hinduistas. Pagamos una desorbitada entrada y poco después de entrar nos damos cuenta que no vamos a disfrutar el paseo entre las hogueras, la gente realizando sus rituales y siempre acompañados de un olor particular. Además, vemos cómo echan al río sagrado Bagmati los restos de las hogueras y se bañan en esas mismas aguas. Mucha cultura pero demasiado duro para nosotros.

Con el cuerpo un poco trastornado seguimos el itinerario que nosotros mismos planificamos. Tras un embarrado camino y lleno de baches, nos paramos en Gokarna Mahadev, un templo nada turístico a las orillas del río Bagmati y repleto de gente rezando. Junto al templo hay un concierto donde nos quedamos un rato viéndolo. Aquí nos recuperamos de la visita a Pasupatinah.

Nuestra última parada del día es Boudhana, donde está la mayor parte de los budistas de Nepal (sin contar los que se encuentran en la montaña). La principal atracción de este lugar es una stupa gigante situada en el centro de una plaza y rodeada de casas, tiendas y restaurantes. Todo muy colorido y bastante tranquilo al ser peatonal. Un lugar totalmente diferente a lo que habíamos visto hasta ahora. Paseamos junto a los monjes budistas, compramos algunas cosillas (entre otras cosas un bonito cuenco tibetano), andamos por encima de la stupa, giramos todas las ruedas que podemos y todo en el sentido de las agujas del reloj, como manda la tradición.

Comemos con unas estupendas vistas a la stupa en la terraza del Café Paradise y tras volver a dar otras cuantas vueltas a la stupa vamos al taxi que nos lleva hasta el hotel. Descansamos un rato y salimos a gastarnos las rupias que nos quedan. Para cenar me tomo de despedida un último Dal Bhat, pero esta vez lo sirven picante.

Día 22. Sábado 5

Nos levantamos a las 5h30, desayunamos junto a Shishir que viene a despedirse de nosotros y un taxi nos lleva al aeropuerto. Tras unos cuantos cacheos y controles (a pesar de que dejan pasar el agua), despegamos puntuales a las 8h45. Hacemos escala en Estambul, donde tenemos 6h hasta el siguiente vuelo y a las 19h subimos en nuestro último avión del viaje hasta Madrid.

Consejos para un viaje a Nepal

– El avión que va de Kathmadu a Lukla, donde se inicia la ruta, es recomendable cogerlo tanto a la ida como a la vuelta el primero de la mañana, que es cuando el cielo está más despejado. Es muy fácil que se anule el vuelo por mal tiempo, por lo que no se debe ir con los días justos. A nosotros nos anularon el de la vuelta y cogimos un helicóptero que nos costó a cada uno 150$ (en realidad cuesta 300$ pero descuentan el vuelo Lukla-Kathmandu que vale otros 150$). Es mucho dinero pero merece la pena pagarlo si quieres salir de Lukla cuando tú quieres. El dueño del lodge Sunny Garden (donde nos alojamos) tiene bastante influencia en el aeropuerto y además con él contratamos lo del helicóptero.

– Con un porteador-guía es suficiente para dos personas si no se lleva mucho equipaje. Si uno es valiente y se considera fuerte puede hacer el treklking solo.

Hacer la ruta circular por el valle de Gokyo merece la pena, está mucho menos transitada y los paisajes son muy bonitos. Nosotros hicimos la ruta en el sentido de las agujas del reloj y nos fue muy bien. El paso del Cho La Pass se aconseja también hacerlo en este sentido, sobre todo si no se tiene destreza en las bajadas pronunciadas, por rocas resbaladizas y heladas (como es mi caso).

– Aunque mucha gente no recomienda ir al Campo Base, a nosotros nos gustó porque nos parece muy especial el estar en el sitio donde se inician las expediciones a la cima del Everest. Además el lugar es bonito y si se tiene la suerte de tener el cielo despejado se ve la cima del Everest casi todo el camino.

Es muy aconsejable madrugar para poder ver los cielos despejados y poder disfrutar de los picos que tienes a tu alrededor. A partir de las 10h está el cielo prácticamente nublado y el paisaje cambia mucho.

La temporada alta es octubre, cuando mejor tiempo suele hacer, antes de que empiece el frío invernal y después del monzón. La primavera (mayo-junio) también es buena época antes de la temporada de lluvias. Nosotros fuimos un poco antes del inicio de la temporada alta y lo notamos. Al principio íbamos prácticamente solos (la ruta por Gokyo está poco transitada) y los últimos días nos cruzábamos en sentido contrario con grandes grupos. Se agradece la tranquilidad en la montaña.

Nos tomamos el Edemox ® desde el primer día (se recomienda tomarlo antes de alcanzar los 3000m) hasta que bajamos de los 4000m y nos fue muy bien. Hay que beber mucha agua, vital para una buena aclimatación y por el Edemox ® que es un diurético. Para la aclimatación es muy importante subir muy poco a poco, subir alto y dormir bajo y sobre todo hacer un par de noches a una misma altitud cada 600-900m. Nosotros lo hicimos y nos encontramos en muy buena forma hasta el último día.

Cuando te cruces con yaks, algo muy normal, ponte siempre en el lado contrario al barranco, mejor pegado a la pared de la montaña.

Los paisajes de Nepal

– En general, durante el trekking, con forme se va ganando altitud las cosas son más caras. Nosotros dejamos de comprar agua y la potabilizábamos con las pastillas Micropur Forte ® (1 pastilla por litro), y no nos pasó nada (el agua la dan sin hervir, porque hervirla cuesta casi lo mismo que comprarla). También había que pagar, y bastante, para cargar las baterías y por el agua caliente de las “duchas”, que son muy básicas.

– Si se tiene tiempo durante la estancia en Kathmandu, es aconsejable visitar Bhaktapur, recorrer sus calles sin coches y con templos hinduistas por todos los lados.

– Se ven muchos “personajes” por la calle. Si se dan cuenta que le haces fotos te pedirán dinero a cambio. Así que si quieres hacerles fotos o les pagas o que no se den cuenta.

– Se puede entrar a la plaza Durbar de Kathmandu sin pagar, para ello hay que callejear un poco y no entrar por las entradas principales, donde están las casetas que controlan la entrada.

No es peligroso callejear por Kathmandu y los pueblos de alrededor, sin embargo, por la noche mejor no salir de las zonas turísticas.

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Nuestras fotos del regreso del campamento base y los alrededores de Katmandhú

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Emi
Viajera incansable con la familia. Ha compartido grandes diarios de algunos de sus viajes con todo lujo de detalles. Si quieres subir al Kilimanjaro, emprender alguno de los más fabulosos trekkings de Nepal o recorrer gran parte de Australia con niños, debes seguir sus relatos.

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5 comentarios en “Nepal segunda parte: Regreso del campo base y alrededores del Kathmandu”

  1. Muchas gracias a todos! Ir a Nepal y hacer un treking entre las montañas más altas del mundo deberían ir siempre en un mismo pack. Hay rutas para todos los gustos, desde 3 días asequibles a cualquiera hasta alcanzar la cima del Everest. La ruta que hicimos nosotros no requiere grandes esfuerzos físicos, solo una buena aclimatación. La etapa en la que cruzamos el Chola Pass fue complicada y dura pero el resto está al alcance de todos los que os guste la montaña, llevando siempre precaución con la altitud (que puede jugar muy malas pasadas).
    Además de la experiencia en la montaña, nos encantó descubrir su cultura, tan diferente a la nuestra y tan enriquecedora.
    Animo a todos aquellos que quieran ir pero que no se atreven por miedo, Nepal es un país para ver y sentir.

  2. Definitivamente impresionante recorrido, de esos que siempre andan en la frontera del deseo y el miedo. Muchas gracias por dedicarle un buen rato a escribirlo y compartirlo en la red. Espero seguir leyéndoos en vuestras aventuras!

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