Organizar un viaje en el Transiberiano parecía imposible unos meses atrás cuando comenzamos a investigar como comprar los billetes para el mítico tren o tratábamos de averiguar cuanto costaba hacer un recorrido de unos diez días en el Transiberiano y nos dábamos cuenta de lo difícil que nos resultaba encontrar buena información en español sobre el Transiberiano. Pero la persistencia de Jaume y las muchas horas dedicadas a navegar en la red, terminaron aquel día. Por fin lo teníamos todo en la mano: los billetes de tren comprados, los alojamientos en Moscú, Kazán, Ekaterimburgo, Novosibirsk, Irkutsk y Ulan Ude, reservados, el visado a Rusia preparado y el día de salida por fin había llegado. ¡Como para no escribir un libro! Nuestro “Asia de ida y vuelta”
Un día completo para preparar la mochila, una mañana dedicada a los últimos detalles, un buen repaso de todo lo necesario y unas dos horas antes, con la desesperación asomando, ya estaba en la estación de autobuses que nos llevaría al aeropuerto de Alicante, punto de partida de nuestro “viajako”, como gustábamos llamarlo. Nuestro viaje en el Transiberiano terminaría en el Lago Baikal pero para la vuelta habíamos pensado cruzar Mongolia y volver por tierra, siguiendo la Ruta de la Seda, nada más y nada menos… De este “viajako” nació, como digo, nuestro primer libro, ese “Asia de ida y vuelta“ que tanto esfuerzo nos llevó confeccionar y espero os sea de utilidad si os embarcáis en una aventura parecida. Sin duda tiene toda la información que pudimos recoger.
Nuestro itinerario completo a bordo del Transiberiano en estos post:
- Moscú, nuestro punto de partida
- Kazán, la primera escala del Transiberiano
- Ekaterimburgo, la ciudad de los zares
- Novosibirsk, la capital de Siberia
- Irkutsk, donde terminaron los Diciembristas
- El lago Baikal, uno de los platos fuertes
- Ulan Ude, la ciudad de paso a Mongolia
- El cruce de fronteras hacia Mongolia
El diario completo y muchas más recomendaciones, visados, presupuesto, tiempos, distancias… en nuestro libro “Asia de ida y vuelta”, de venta en Amazon.
RUSIA
Día 1. Lunes 29 de Agosto Murcia-Alicante-Madrid-Moscú
¿Todo preparado? Pues eso pensábamos, cada uno cerraba la puerta de casa con la certeza de haber olvidado algo, seguramente, o se trataba de un pensamiento erróneo o nada importante para el viaje, de todos modos, ya no tenía solución. Los pasaportes, el bien más preciado para un viajero, con todos los fascinantes y necesarios visados estampados estaban localizados y era lo único verdaderamente importante. Para los que no sepáis donde empezó nuestra ruta, salíamos de Murcia, un bus de Alsa enlaza con el aeropuerto de Alicante (5.95€ comprado telemáticamente pocos días antes, 55 minutos de trayecto). Las 3 de la tarde y con todo el calor de la Región sobre nosotros, rumbo al fresquito siberiano. Vueling nos la había jugado, nuestro vuelo directo a Moscú, había sido absorbido por Iberia unos quince días antes y haríamos escala en Madrid, más horas de espera pero también ¡más horas de viaje!. Por 195 € teníamos ese vuelo reservado unos tres meses antes, Jaume y Pedro lo consiguieron a mejor precio con escala en Barcelona, también era una buena opción. De cualquier manera, el horario de las dos combinaciones era bueno, volábamos de noche y aterrizábamos en la capital rusa sobre las 5 AM, con la hora de adelanto de los moscovitas y con todo el día por delante para emprender la visita de la misma.
Día 2. Martes 30 de Agosto. Moscú
Como salir del Aeropuerto de Domodedovo
Los trámites de aduana e inmigración en el aeropuerto ruso, sin problemas, hasta colaron algunos paquetes de esos al vacío que gustamos llevar para algún momento especial, con jamón, no vayamos a pensar. El visado de Rusia, conseguido unos dos meses antes tras pagar 69 € y rellenar muchos impresos, hizo que cruzar la frontera que nos separaba de Rusia fuera un mero trámite. Toda la documentación a presentar y como lo hicimos ya os lo contamos en nuestros post “visados para el Transiberiano, Rusia y Mongolia” y el siguiente con la info para los “visados para la Ruta de la Seda”. Tras recoger el equipaje y en la terminal de llegadas, varios cajeros, en los que un muchacho español nos indicó que habitualmente no dan más de 5000 rublos (aprox 80 €). En uno de ellos conseguimos con nuestras tarjetas de ING 10000 rublos a débito sin problemas.
Tras salir del aeropuerto de Moscú, Domodedovo, y como habíamos leído, existían distintas posibilidades para llegar al centro, taxi, tren o autobús. Una forma sencilla y rápida es tomar el Aeroexpress, un tren que en unos 45 minutos llega hasta la estación de Paveletsky, frecuencia 30 minutos. El precio del billete sencillo era de 470 rublos (poco menos de 7 €) pero a partir de tres personas se pueden sacar tickets compartidos con un considerable ahorro (990 rublos, es decir 4.5 € pp). Desde luego si viajas solo o para evitar atascos a la vuelta a Domodedovo es la mejor opción. Pero para un grupo de cuatro personas tal vez el taxi sea una opción más económica, ahorrando el precio que sumábamos desde Paveletsky a nuestro alojamiento. Varios “espontáneos” se afanan de inmediato en negociar el precio, empezaron pidiendo unos 1000 rublos por cada uno y llegaron a bajar hasta los 750. Finalmente optamos por el taxi que nos ofrecían y directamente hasta el hostel y por 625 cada uno con escasa negociación y en tan solo 45 minutos, tal vez era muy temprano y no pillamos tráfico prácticamente.
Alojamiento en Moscú
El Solyanka Hostel, aproximadamente a dos kilómetros de la Plaza Roja, fue la mejor de las opciones que encontramos, por localización y precio. Reservado con Booking hacía unos tres meses por 1200 rublos (140 € aprox) para los ocho en habitación compartida y las dos noches (8,5 € pp y noche). Buenas habitaciones aunque tal vez con poco espacio en las zonas comunes, pero que tomamos como propias en poco tiempo. Un tedioso check in, con copias de pasaportes, visados, tarjeta de migración… y salimos a patear Moscú, son todavía las 8:30. Para llegar a la famosa plaza, enfilamos la calle Prokovka, repleta de restaurantes y cafeterías, todas de aspecto inmejorable.
La Plaza Roja de Moscú
La calle nos lleva hasta la Plaza Roja de Moscú, incuestionable epicentro de la ciudad y Patrimonio de la Humanidad desde 1990. El nombre de la plaza no procede de ningún sueño de un líder comunista sino de la palabra Kràsnaya que actualmente se traduce como roja pero antiguamente significaba “bonita”. Estamos a finales de Agosto y las celebraciones y el desfile militar que se celebra en los primeros días de Septiembre hacen que la plaza esté vallada y con mayores medidas de seguridad de las que suponemos habituales. Una pena, porque el acceder a alguno de los sitios está restringido en estos días.
Aprovechamos, a pesar de todo, para pasear por los exteriores. Los principales edificios circundan con sus 330 metros de longitud y 70 de ancho son:
-Las galerías GUM, de 1893. Firmas y tiendas de lujo, inalcanzables para los mortales, si bien, visita obligada.
-La multicolor Catedral de San Basilio con ocho coloridas capillas coronadas por las vistosas cúpulas de ladrillo brillante. En total 65 metros de altura y sin duda la foto más cotizada de Moscú. Su interior parece poco atractivo según los foros y decidimos no visitarla, aunque no tenemos claro que en aquellos días se pudiera.
-El imponente Museo Estatal de Historia de ladrillo rojo y enormes dimensiones
-La pequeña Iglesia de Kazan en una de las esquinas, de policromadas paredes perfectamente restaurada dónde está prohibido hacer fotos. La Virgen de Kazan a la cual se rinde culto, es una de las más veneradas en Rusia.
-La Catedral del Arcángel Miguel y enfrente el kilómetro cero de Rusia, donde una más de esas tradiciones manda echar una moneda de espaldas…
-El Mausoleo de Lenin, en el que aguardamos una razonable cola para la visita. En el mismo se conserva el cuerpo embalsamado desde 1924, con una supuesta fórmula secreta. A pesar del deseo del héroe nacional de ser enterrado en su ciudad natal, San Petersburgo, junto a su madre, Stalin ordenó que sus restos se mantuvieran en su actual ubicación y así permanece. Antes de acceder, la conocida como la Necrópolis de la Muralla con las tumbas con algunos de los principales presidentes y personajes ilustres de la historia rusa como Gagarin. El sobrio interior del mausoleo sirve de descanso al malogrado presidente.
El Kremlin
Para acceder al complejo del Kremlin (fortaleza o ciudad fortificada), bordeamos la muralla por los jardines del zar Alejandro. Junto a la muralla, la llama eterna en honor al soldado desconocido.
Justo enfrente aprovechamos para un refresco y descanso en una de tantas terrazas. El local, Bar BQ cafe, nos sirve hasta para un click (mini siesta improvisada)
La entrada al Kremlin costó 500 rublos (más 700 si se incluye el Museo y la Armería y 250 por subir a la Torre de la Campana). Solo admiten para descuentos los carnets de estudiante rusos. El horario de apertura y venta de tickets entre las 9 y las 17 horas. En el interior del Kremlin además del gobierno y Senado ruso, no visitables, destacan por su belleza e historia varios edificios e iconos de la ciudad, muchos de ellos en la conocida como Plaza de las Catedrales:
-El Gran Palacio del Kremlin, al que se accede solo previa petición y en visita privada, al parecer por precios no asequibles a todos los bolsillos. Se utiliza en las recepciones oficiales.
-La Iglesia de los Doce Apóstoles, frente a la cual se encuentra en gran Cañón del zar, de 40 toneladas.
-La Catedral de la Asunción del siglo XV y una de las más importantes iglesias rusas, lugar de coronación de todos los zares rusos. Impresionantes cúpulas doradas la coronan.
-La Torre y campaña de Iván el Grande, a la que no llegamos a subir dado lo restringido de los horarios de visita.
-La Catedral del Arcángel, con elaborados frescos que cubren prácticamente en su totalidad las paredes y enormes lámparas que la alumbran en su interior. Sirve de templo sepulcro de los grandes príncipes moscovitas y los primeros zares, dedicada al arcángel Miguel, patrón del ejército ruso. Entre otros, el féretro de Iván el Terrible y sus dos hijos.
-La Catedral de la Anunciación, frente a la anterior e igualmente profusa en decoración interior y dedicada a ceremonias de carácter familiar de los zares y príncipes rusos.
-Y el principal museo de Rusia, el Museo de la Armería, una extensa colección de objetos de arte y una de las mayores exposiciones de diamantes del mundo.
Antes de salir del complejo, circundamos la plaza tomando buenas fotos del conjunto de catedrales, llegando en uno de los extremos a la enorme campana, dicen que una de las mayores del mundo, 6.6 metros de diámetro y 200 toneladas de peso.
Salimos tras un par de horas, exhaustos de la visita en dirección al hostel. Volvemos por la peatonal calle Nicolás, tiendas y restaurantes con aspecto de caros. Y antes de llegar paramos en un restaurante con gente y comida local. Comida georgiana, Sam Prishel se llama, platos a la carta excelentes a base de cordero, ternera, pescados y cerveza por 12 € pp, muy recomendable.
Vuelta al hostel, por fin check in y siesta de verdad, más o menos. Y después del mini descanso, salimos a por una cerveza, una calle cercana junto a un pequeño estanque frente al hostel. El local elegido, Ukuleleshnaya, cerveza de barril (unos 3 € por pinta), wifi y ¡buen ambiente! Muy cerca en una calle paralela otro más, Beer Mood, donde ofrecen multitud de tiradores con distintas cervezas de todo el mundo a 250 rublos la que probamos. Pronto nos damos cuenta, hemos dado con un buen sitio para aprovechar la tarde-noche moscovita, y la aprovechamos… Para cenar y no morir en el intento, Extra Virgin, un restaurante de nivel en el que nos comemos unas excelentes pizzas. No será barato en el país (10 €) pero es una buena opción en Moscú.
Día 3. Miércoles 31 de Agosto. Moscú
¡Descansados! Desayunados, duchados y pertrechados con cámaras y todos los abalorios necesarios nos lanzamos al segundo de nuestros días en Moscú. Justo bajo el hostel, una tienda y cafetería de productos Gourmet, Mawkob, donde por unos 5 € degustamos unos estupendos croisants con un buen café. Muy recomendable.
Metro de Moscú
Giramos hacia la izquierda en el hostel y nos acercamos a la estación de metro de la línea 1 de Chistye prudy, a unos 300 metros. Para hoy recorremos algunas de las famosas estaciones marcadas como visita obligada. El billete sencillo cuesta 50 rublos y no es fácil de comprar dado el nivel de inglés de los vendedores. Es recomendable llevar una chuleta con los nombres de las que queremos visitar en cirílico ya que la cartelería de las mismas no aparece en inglés en muchos casos. Tras descender a las profundidades de la tierra… y siguiendo la línea 5, la circular, visitamos Komosomol skaya, Rizhskaya (en la línea 6), Savelovskaya (en la línea 9), Belorusskaya y Kievskaya. Otras dos que recomiendan las guías, Paveletskaya y Kurskaya, no las llegamos a visitar. Lámparas enormes, azulejos, mármoles y mosaicos… no es de extrañar que el metro en sí se haya convertido en una atracción turística obligada.
Monasterio de Novodevichy
Tras pasar Kievskaya aprovechamos el cruce con la línea 1 y nos acercamos el Monasterio de Novodevichy del siglo XVI (300 rublos, 100 como estudiante, abierto de 9 a 17 horas). Hay que pagar 100 más por poder echar fotos en el interior). En su interior se edificaron cuatro catedrales, aunque el recinto sirvió como fortaleza e incluso prisión. La más antigua es la catedral Smolensky famosa por sus frescos y el ornamentado retablo (muy recomendable). Tomamos buenas fotos del conjunto desde el exterior, del otro lado del conocido lago de los cisnes. Varias historias adornan el transcurrir de los años de vida de la edificación, como que Pedro el Grande encerró a su hijastra en el mismo tras tratar de arrebatarle el trono o que una monja evitó la destrucción del convento por parte de Napoleón, desactivando las cargas de pólvora colocadas en el último momento.
Después de la visita del interior, en torno a una hora, bordeamos el lago echando un montón de fotos. En uno de las orillas, el restaurante U pirosmani. Al entrar fotos de famosos como Richard Gere que han probado su cocina, georgiana de nuevo. Nos lanzamos a comer pues. El menú que cuesta 380 rublos con tres platos nos dicen no lo sirven en Agosto… bueno, entendiendo la tomadura de pelo, comemos a la carta. Platos en torno a 8 €, aunque con la bebida y el servicio nos fuimos a unos 13 € pp. Caro para la calidad de la comida en mi opinión.
Tras la comida seguimos el lateral del estanque en busca del cementerio sito tras el convento. Entre otros nombres insignes, la tumba de Boris Yeltsin aunque la escasa información existente en inglés hace la visita prescindible. Valga como curiosidad el hecho de que las lápidas se hallan talladas con motivos que recuerdan la profesión del difunto, peculiar cuanto poco…
Catedral de Cristo Salvador
Tomamos de nuevo la línea 1 hacia el centro y paramos en la estación de Kropotkinskaya. Visitamos desde aquí la Catedral del Cristo Salvador (entrada gratuita, 9 a 19 horas) la que dicen más bonita de Moscú y la iglesia ortodoxa más alta del mundo, construida en el XIX aunque derruida posteriormente en su totalidad en la era comunista en 1931 tras dinamitarse y reconstruida de nuevo en 1994. Este hecho, pese a lo desafortunado de la decisión, la convierte en un bellísimo edificio que no ha precisado todavía de restauración. No te debes quedar con la visión únicamente del nivel superior, pues bajo el templo principal existe otro de gran belleza. Son más rígidos en las medidas de seguridad y decoro, vimos como a algún turista le negaban la entrada con pantalón corto.
Después de muchas fotos y con la bonita vista del Kremlin desde el puente, caminamos unos 20 minutos hasta la más famosa calle peatonal de Moscú, Arbat. Parada obligatoria para nosotros en el Hard Rock Café, para una buena cerveza, Sibirskaya Corona. Como casi siempre, el local no defrauda.
Pateamos la calle al anochecer, muchos restaurantes, algunas tiendas de souvenirs y en general buen ambiente. En una amplia avenida paralela (New Arbat Av) buscamos alguno de los restaurantes de comida rápida rusa. Encontramos un Teremok, al estilo de los famosos americanos, dos sopas reconstituyentes y un par de crepés salados (con muchas opciones, salami, champiñón, pollo, queso, salmón…) por 13 €. Algunas otras cadenas que ofrecen precios similares y buena comida según habíamos leído son My-My y Yolki-Palki.
Volvemos ya de noche hacia la Plaza Roja con la esperanza de que esté abierta y poder echar alguna foto con los edificios iluminados. Y el gran fiasco, entradas restringidas a un cierto número, con venta de tickets hasta las 21 horas y al precio de entre 1800 y 3600 rublos… ¡Imposible hacerse con una entrada! Para el turista, desde luego, esta semana es mala para visitar Moscú. Tomamos algo en la peatonal de Nicolás, damos un rápido paseo por las Galerías Gum y emprendemos la vuelta al hostel.
Día 4. Jueves 1 de Septiembre. Moscú y Transiberiano entre Moscú y Kazan (12 horas)
¡Hoy salimos por la tarde para embarcarnos en el Transiberiano!, el primero de los grandes desafíos del viaje. Aprovecharemos la mañana y parte de la tarde para completar algunas visitas de Moscú. La amable muchacha del hostel nos deja las taquillas y guarda nuestras mochilas hasta la salida sobre las 18 horas. Realmente recomendable el hostel, limpio y en una habitación en la que hemos estado a gusto.
Bulevares de Moscú
Así que después de desayunar en el Mawkob, bajo el hostel, salimos hacia el norte de la ciudad caminando por Petrovsky Boulevar. Nos dirigimos al Monasterio Upper Saint Peter. Incluye varias iglesias como la de San Sergio y aunque en actual proceso de restauración, sus más de 300 años de historia y las reliquias que conserva a pesar del expolio por parte de las tropas napoleónicas, merecen la visita. Frente a la misma, una pequeña iglesia en honor a San Pedro del siglo XVI y la iglesia de Madre de Dios de Bogolyuhovo.
Seguimos camino siguiendo los amplios boulevares que circunvalan la ciudad. Moscú nos sorprende gratamente, amplias avenidas, multitud de zonas ajardinadas y extremada limpieza. Nos dirigimos al famoso café Pushkin, pero es pronto y la terraza no abre hasta las doce. Parece que el restaurante de la planta baja no es una buena idea para comer dados los precios que maneja. Cada una de las plantas está decorada con un estilo diferente. Nos conformamos al final con tomar alguna foto y un café, eso sí, 3.5 € por el capricho. Si entráis, merece la pena recorrer el camino hasta los baños pasando por el magnífico restaurante.
Más adelante, tomamos Tverskaya hacia el centro, dirección al Teatro Bolshói. En la famosa calle Tverskaya, la que dicen con animada vida nocturna buscamos la librería Moskva en el número 8 pero no la llegamos a encontrar. Alguna de las pequeñas calles perpendiculares están repletas de restaurantes. La impresionante fachada de grandes columnas del Bolshói nos sirve para muy buenas fotos. Cansados ya del paseo, bajamos al centro comercial situado bajo los jardines de Alexander y nos abandonamos un rato de tiendas.
Todavía con tiempo para la última vuelta por la Plaza Roja. Esta vez está abierta San Basilio y aprovechamos para la visita del interior (350 rublos, 100 para estudiantes). Si bien como habíamos leído, el interior desmerece la fantástica estructura tan vistosa desde el exterior, la visita de las pequeñas capillas de ladrillo rojo nos gustó. Tal vez no da la impresión de un templo religioso sino más bien de una exposición de arte litúrgico. Exhaustos de tanto Moscú volvemos hacia el hostel.
Antes de salir, paramos de camino para comer en la calle Prokovka, el local Two Sticks, con una amplia carta en sushi aunque también comida coreana y tailandesa (unos 10 € pp por platos más bien justos). Jaume y Pedro tienen mejor suerte y en la misma calle comen en un restaurante de comida rusa, menú de tres platos (ensaladilla, sopa y un plato principal con puré y cerdo además del postre, el café y las cervezas de rigor) por unos 8 € cada uno.
EL TRANSIBERIANO
¡Pasajeros al tren!
De vuelta al hostel, tiempo para recoger las mochilas y enfilar el camino hacia la estación de Kazanskaya, donde cogeremos el Transiberiano, uno de los mejores momentos del viaje. Atrás quedan muchas horas de búsqueda e investigación, gracias fundamentalmente a Jaume, nos hicimos con los mejores precios y las mejores billetes de tercera clase. Los precios de los billetes del Transiberiano, como y donde comprarlos en la web oficial y ahorrar un dinero, cuando comprarlos… mucha información a base de mucho navegar por la red, todo os lo contaremos en un post “como comprar los billetes del Transiberiano” (aunque seguro que ya lo podéis leer en “Asia de ida y vuelta”).
Y ahí estábamos, dispuestos a embarcarnos en una de las mayores experiencias para cualquier viajero, el mítico Transiberiano. Teníamos los billetes para 5 trayectos, desde Moscú hasta Ulan Ude, en el Lago Baikal. Un total de 10 días y 6 pernoctaciones en el tren, nada más y nada menos que 5640 kilómetros hasta Ulan Ude. Así emprendíamos el primero de los mismos que nos llevaría a Kazan.
En menos de 30 minutos recorremos el camino entre el hostel y la estación de Kazanskaya, en mucho menos tiempo nos damos cuenta del exceso de peso en las mochilas. La estación cuenta con muchos puestos, cafeterías y algún pequeño súper donde comprar comida, fundamentalmente deshidratada, nosotros traíamos algunas cosas para cenar… Nuestro tren Moscú-Kazan (comprado 12 de Julio, unos 45 días antes, como indicábamos en el post, por 32 € en tercera clase) sale a las 19:40. Así que hacemos tiempo en la estación.
¡Y llegó el momento! Nervios, estrés, ansiedad… La provodnitsa (la señora que revisa cada uno de los vagones y es la máxima autoridad en el mismo) espera en cada uno de los vagones revisando billetes y pasaportes, todo en orden. Subimos, tratamos de organizarnos y ¡en marcha! ¡Rumbo a Siberia! Puntualidad máxima.
Los compartimentos de tercera, abiertos al pasillo cuentan en uno de los lados con cuatro literas junto un habitáculo superior para colocar las mochilas y otro espacio bajo los asientos. Del otro lado del pasillo, un espacio menor donde duermen dos vecinos de pasaje, una cama arriba y otra abajo montada con la mesa que utilizan durante el día. Entre las cuatro literas, una pequeña mesa. Son 54 las camas disponibles en cada vagón. Todo nos parece sorprendente e ilusionante. Emprendemos los primeros kilómetros…
Cada cama cuenta con una paquete cerrado con toalla y sabana. El aseo, a modo del de los aviones es pequeño pero cuenta con papel higiénico, jabón, toallas de papel para secarse… y también en buenas condiciones (al menos así fue en el primero de nuestros trenes). Y así pasamos los primeros minutos, explorando el vagón por completo. Para cuando nos quisimos dar cuenta, sobre las 21 horas empezamos a sacar cosas para la cena, a las diez, la provodnitsa apaga la luz y hay que ir a dormir. Cada vagón cuenta con un dispensador de agua caliente gratuita, el samovar, con lo que la mejor opción son las sopas, fideos y alimentos deshidratados. La mayoría de lo que compramos va en su propio recipiente, lo cual facilita la comida sin demasiado pringue. Importante llevar una navaja, un cubierto multiusos y hacerse con una taza de las clásicas de aluminio. ¡No puede decirse que no fuéramos preparados!
Aquí os dejo nuestro enlace y video del Transiberiano que seguro os ayuda a “ver” todo esto.
Para las 21:30 salimos a explorar el resto del tren. Llegamos hasta el vagón restaurante, abierto durante todo el recorrido. Sirven el desayuno de 8 a 10 de la mañana. Nos pedimos una Sibirskaya Korona, el precio 130 rublos (menos de dos euros). Un desayuno puede andar en torno a unos 3-4 €. Poco después de las diez de la noche nos metemos en la cama mecidos por el agradable balanceo del tren ¡y eso que pensábamos quemar la noche en el Transiberiano! Por delante la primera noche en el tren…
Continuará…
Pero si de verdad estás preparando este viajazo, no dudes en adquirir nuestro “Asia de ida y vuelta”, nuestro cuaderno de bitácora del Transiberiano, Mongolia y la Ruta de la Seda, donde además encontrarás muchos más secretos para organizarlo por tu cuenta junto a mapas, ilustraciones y un buen glosario de localizaciones…
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4 comentarios en “Viajar en el Transiberiano I: Que visitar en Moscú”
Que sepáis que tomo nota. Os voy a copiar. Lo voy a hacer.
Besos
Estoy muy entusiasmada leyendo tus muy interesantes y detalladas entregas del tren y las ciudades. Cómo pienso viajar para la misma época , quisiera conocer tu experiencia y sugerencias con respecto al clima. Muchas gracias.patricia
Hola Patricia, me alegro de que te gusten nuestros diarios y nos sigas. Para el mes de Septiembre-Octubre en el que nosotros lo hicimos en clima fue buenísimo, no pensábamos que pasaríamos calor en Siberia y así fue. Manga corta la mayoría del tiempo. Otra cosa es si te adentras en Mongolia, allí si tuvimos noches muy duras. Seguiremos subiendo la info! Y quedas invitada a compartir tus recomendaciones!
La primera entrega de muchas que seguirán de este fantástico viaje…Deseando seguir con el resto.