Viajar a Taiwán no es lo más común entre los turistas pero nunca entenderemos el porqué. La pequeña isla de Formosa está cargada de buenas razones para un viaje: además de ofrecer en Taipei todo eso que resulta tan atractivo de una gran ciudad asiática, cuenta con algunas playas espectaculares en el sur, en la península de Kenting. Valga decir que con solo una semana para visitar lo mejor de Taiwán tuvimos que renunciar a muchos de sus atractivos.
Tan bien fue nuestra escapada de una semana a Corea hacía un año que quisimos acometer una semana en Taiwán… Entre los amigos había quien comenzaba a llamarnos “los Mercenarios”, aquellos carcas que sé enrolaban de vez en cuando en alguna nueva película con la excusa de salvar el mundo o rescatar a alguien de un secuestro, pero cuya real motivación fue hacer dinero en la cartelera. Nosotros no teníamos ni tanto ni tan poco en común. Tal vez carcas era exagerado y desde luego, sacar dinero íbamos a sacar poco.
La sinopsis de “nuestra película”: cuatro “amigotes” más cerca de los 50 que de los 40 que tenían cuatro billetes de avión Madrid-Taipei para viajar a Taiwán y disfrutar de lo que diera tiempo para una semana de viaje en Taiwán. Lo de salvar el planeta no era para estos cuatro asalariados de la guerra…
Una semana en Taiwan: Qué ver en Taipei
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Peculiaridades de la República de China: Taiwán
Difícil pero imprescindible no confundirla con el gigante chino, la gran República Popular China, pero son cosas bien distintas.
La pequeña isla portuguesa de Formosa fue el lugar elegido para el exilio por los perdedores de la guerra civil en el imperio chino de mediados del siglo XX. Aquí migró Chiang Kai-shek tras su derrota frente a Mao, junto con otros dos millones de personas y con un gran botín para crear el nuevo estado. Atrás quedaba la enorme y rebautizada República Popular y por delante, el viejo nacionalismo arrinconado a este pequeño territorio insular.
Hemos conocido muchos rincones de China en otros viajes. Hemos dedicado un par de días a Shanghai, visitado lo mejor y lo peor de Beijing en más de una ocasión. También hemos podido admirar la ciudad de Xi´an y sus guerreros de Terracota, nos hemos embarcado en una ruta por el norte de China siguiendo los pasos de los comerciantes de la seda e incluso hemos cruzado de lado a lado Tibet siguiendo la carretera de la Amistad. Pero Taiwán es diferente a todo ello.
Todavía no reconocido por la mayoría de organismos internacionales, Taiwán pasa hoy día por ser un emergente país y una potente economía además de un atractivo turístico en pleno auge. Pero lejos de ser un producto 100% “made un China”, la isla ha acogido múltiples culturas en sus siglos de historia y hasta unos 50 años de ocupación japonesa que han moldeado como nadie la actual fisionomía del Taiwán actual. El ejemplo típico de esta mezcolanza, Taipei, la capital.
El clima. Cuándo viajar a Taiwán
Calor, bastante y con elevada humedad como corresponde a un clima subtropical. Los días de noviembre que viajamos disfrutamos de días despejados y ni un solo día de lluvia. En el sur, en las playas, todavía era más alta la temperatura. Aconsejable ropa de baño.
Nuestra ruta de una semana en Taiwan
Contábamos con una semana en Taiwán, cinco noches en realidad, y lo habíamos distribuido de la siguiente manera:
–Las dos primeras noches, Martes y Miércoles, las pasaríamos en Taipei. Aclimatarse y tomar contacto con la capital era la mejor manera de comenzar el viaje. Aunque no son muchos los atractivos visitables de la ciudad el propio ambiente con mercados nocturnos propios de Kuala o Bangkok junto con la modernidad y organización de Tokio o Singapur, la hacía atrayente per se.
–Para las dos siguientes, Jueves y Viernes, nos trasladaríamos al sur, a Kaohsiung y Kenting, donde las playas y el parque nacional del mismo nombre eran el mayor atractivo. Tenerlos reserva en un buen hotel donde descansar para emprender lo visita de los alrededores.
–Para la noche del Sábado volveríamos hasta Taipei de modo que dispondríamos de dos días completos más para la ciudad y alrededores. De todas las opciones, elegimos visitar el pueblo tradicional y mercado de Jiufen. El vuelo de regreso el domingo por la noche permitía exprimir todo el día para visitas y ahorraba la última noche de hotel, en vuelo.
Con este plan y la realidad de que una semana no era suficiente para Tainan, los parques nacionales del este como Taroko y tantas otras cosas, empezábamos aquel viaje a Taiwán. ¡Por delante muchos ratos de risas!
El viaje hasta Taiwán y qué preparar al llegar
Para las siete de la mañana nos poníamos en marcha. El plan para hoy: Madrid-Paris-Taipei… Así transcurriría el día, de esos en los que una vez sumas aeropuertos, escalas, vuelos y diferencias horarias, te das cuenta que perdiste. Y es que las 16 horas de vuelos sumadas a las 7 de más en destino así lo querían. Algo de malo tenia que tener viajar.
Nuestro vuelo con Air France pasó sin pena ni gloria, cómodo he de decir, a pesar de las más de doce horas del tirón que nos robó para cubrir la distancia entre Paris y Taipei. Las cosas a solucionar antes de salir del aeropuerto y casi por este orden:
> Hacerse con el visado “on arrival”. En vuelo y poco antes de llegar nos habían facilitado y teníamos relleno el formulario pertinente.
> Conseguir las claves de acceso a la wifi en el país, en la oficina de información y turismo.
> Sacar dinero en cualquiera de los cajeros del aeropuerto. El cambio aproximado: 35 dólares taiwaneses (TWD) por cada euro. La N26, nuestra tarjeta de débito no volvió a fallar y obtuvimos el mejor cambio y sin comisiones.
> Comprar la Easy Card, la tarjeta de transporte en Taipei.
Visado a la llegada a Taiwán
La entrada en Taiwán no pudo ser más sencilla. Los ciudadanos de la Unión Europea obteníamos un visado a la llegada válido para 90 días de manera gratuita. No tuvimos que hacer ningún trámite previo y sólo se exige una validez en nuestro pasaporte de un mínimo de seis meses.
Wifi gratuito para turistas en Taiwán
En el mismo aeropuerto nuestro siguiente paso fue hacernos con una tarjeta para conectarnos a la red de modo gratuito. En el centro de información y turismo nos la facilitaron con el pasaporte y con el nombre de usuario (el número de pasaporte) y la contraseña (la fecha de nacimiento) tendríamos acceso a la red por toda la ciudad de Taipei, con más de 500 puntos gratuitos distribuidos, al igual que en otros muchos puntos del país. He de confesar que no funciono demasiado bien, pero en hoteles y restaurantes no tuvimos problemas de conexión. Además nos hacemos con un par de mapas, de la ciudad y del país.
La Easy Card y el transporte entre el aeropuerto de Taoyuan y el centro de Taipei
Tras cumplir con los trámites de inmigración y pasar por la oficina de información turística, nos hicimos con la Easy Card, la clásica tarjeta inteligente útil para el transporte público del tipo Suica en Tokio. Además del metro también permite pagar la entrada de algunas atracciones. El precio de la tarjeta es de 100 TWD (3 €) y allí mismo nos hicimos con 400 TWD de crédito.
De los 100 que cuesta la tarjeta, 80 pagados como depósito, se recuperarán al devolver la tarjeta. Además de en las estaciones también se puede comprar en los Seven Eleven o tiendas como Family Mart entre otras, donde igualmente se recargará.
La misma tarjeta nos permitía trasladarnos desde el aeropuerto al centro de la ciudad. Para ello existen dos posibilidades: el tren express que llega a la estación central de Taiwán en unos 30 minutos y el Commuter, que utiliza algo más de tiempo.
Llegar al tren fue muy sencillo y solo bajamos un piso desde el área de llegadas. El precio del trayecto una vez recargadas nuestras tarjetas: 160 TWD (unos 5 €). En la última estación, la estación central de Taipei, cambiamos de línea. Sería la línea roja la que nos llevaría al hotel.
El transporte público en Taipei
Una vez en la ciudad, la tarjeta permite usar el metro de Taipei (MRT) por precios que comienzan en los 16 TWD (0.50 €). El pagar con la Easy cada trayecto supone mayor comodidad y ahorrar 5 TWD en cada viaje.
Taipei cuenta con cinco eficaces y conectadas líneas de metro que combinadas con los autobuses públicos la convierten en una ciudad fácil de recorrer. El color de las líneas hace que sea sencillo elegir la correcta. El taxi también es una opción barata para viajar por la ciudad y más en nuestro caso, siendo cuatro personas. Los trayectos salen entre 75 y 150 TWD (2.5-5 €). De todas estas posibilidades daríamos cuenta en los siguientes días.
El alojamiento en Taipei
Habíamos barajado tras rastrear Booking varias opciones. Nuestra prioridad, como siempre, la localización y buscamos desde el primer momento un lugar en Zhongzheng, el distrito que habíamos leído esta mejor ambientado y cerca de todo, dada su ubicación alrededor de la estación central. Finalmente elegimos el Taipei Hua Shan Din by Cosmos Creation, con aspecto de muy reciente construcción, otra de las cualidades que nos gustaban en los hoteles. Un 9.9 en Booking, una buena comunicación con el metro (la estación de Zhongxiao Xinsheng a pocos metros) y 160 € por la doble por dos noches, desayuno incluido, eran el resto de argumentos necesarios.
Y no nos equivocamos, amplias y luminosas habitaciones con una moderna decoración y todo tipo de amenities. Limpieza exquisita y buen trato. Seguro, que no son muchos los años de su construcción. Justo debajo y del propio hotel, un bar y restaurante donde tomar algo, el Machi 34. Aquí servían un desayuno continental con frutas, tostadas, zumos y yogures más que completo. Una buena elección de alojamiento en Taipei.
Alojamiento en Zhongzheng, Taipei
La otra opción, en el distrito de Ximen tal vez sea mejor si buscas tiendas y bares por doquier. Mucho más animado, fue donde nos alojamos la última noche tras nuestro recorrido por Taiwán. Esta vez fue el Hotel E-House Xining Branch. Tenía una muy buena puntuación en Booking y contaba con todo lo que queríamos además de estar a escasos 250 metros de la estación de Ximen. Por menos de 100 € una perfectísima habitación doble, tal vez pequeña, con desayuno incluido.
Alojamiento en Ximen, Taipei
Para las doce del mediodía (unas terroríficas cinco de la mañana en España) el check in ya estaba hecho y salimos a conocer la ciudad. Lo primero que conocimos tras poner un pie en la calle, el tremendo calor que nos acompañaría. Entre esta tarde y mañana disfrutaríamos de los principales lugares que visitar en Taipei además de patear todas las calles que se pusieron al alcance, una delicia.
Lo mejor de Taipei en dos días
Ruta guiada por Taipei
> El templo de Confucio, abierto entre las 8:30 y las 21 horas entre semana y hasta las 17 horas los domingos. Entrada gratuita. El complejo, si bien data de 1920 merece la visita como ejemplo de la arquitectura tradicional del sur de China. En el interior varios edificios de bella manufactura se suceden. El puente y el estanque Ban, la puerta de la Celosía de las Estrellas, la sala Minglun o la puerta Yi, entre otros.
> El Dalongdong Baoan Temple, junto al anterior. Más animado en cuanto a gente que lo visitaba a esas horas de la tarde y aunque construido por el mismo arquitecto, nos resultó más vistoso y colorido.
> El mercado nocturno de Shilin, el que dicen es imprescindible de entre los muchos mercados que se pueden recorrer en la capital. Sirven pescados y mariscos frescos, elegidos y cocinados frente a nosotros al momento. Pero eso no es todo, puestos con comida de todo tipo y condición, ropa, abalorios, souvenirs… todo un crisol de posibilidades para echar un buen rato. Para llegar se toma la línea roja hasta la estación de Jiantan y se sale por la salida 1.
Nosotros y por ser la primera noche, “para estirar las piernas”, llegamos caminando. Comer unos pinchos en la calle fue muy barato, el acompañarlos con cerveza no tanto (nos cobraron € por cada cerveza y creo que fuimos los únicos en pagar tanto…). Por cierto, todavía estoy pensando de que serían aquellos pinchos que no nos quiso servir tras preguntarnos “¿estáis seguros?”. Volver, eso si, volvimos en taxi, unos 6 € por la carrera. Otros como el Nanman Market o el de Ningxia Road también aparecían en guías y otros blogs.
> El museo y palacio nacional, una de las que viene publicitada como visita fundamental en Taipei a pesar de lo que decidimos saltarla. La gran cantidad de obras de arte chino traídas con el exilio lo coloca entre uno de los museos más importantes del panorama museístico internacional, pero para nosotros el tiempo en la calle era más importante.
> La Plaza de la Libertad, donde se encuentra el memorial a Chiang Kai-shek. Un enorme mausoleo a modo de castillo de amplísimos muros en blanco que destaca sobre la planicie arbolada que conforma la plaza. Los ocho lados que lo conforman son símbolo de riqueza y prosperidad. El edificio se halla coronado por un vistoso techo de azulejos azules. Los bajos sirven de museo, tiendas de recuerdos y salas con distintas funciones incluido un gran auditorio. Se exhiben reliquias del héroe nacional. Subimos hasta la cuarta planta donde se muestra la estatua de bronce de Chiang Kai-Sheila custodiada por el ejército. Cada hora hay cambio de guardia.
Bajando hacia el parque los dos pabellones laterales de estilo más tradicional chino, el teatro nacional y el salón de conciertos. En uno de los lados un cuidado y fotogénico estanque y más atrás la gran puerta de entrada al recinto. La mencionada puerta conocida como “Gran China hacia la justicia” tiene unas dimensiones de 30 metros de altura por 80 de anchura y se abre al fastuoso pasillo de 1200 metros de largo que llega al memorial.
> El jardín botánico de Taipei, al que llegamos casi por casualidad de camino al templo Longshan. En las inmediaciones algunos edificios como el museo de historia Nacional. En general nos pareció descuidado, tal vez no es la mejor época para visitarlo.
> El templo Mengjia Longshan junto al que se encuentra el mercado nocturno Huaxi Street. Para llegar al templo, se toma la línea de metro azul hasta la parada Longshan Temple Station saliendo por la salida 1. Nosotros hicimos todo el recorrido a pie desde la plaza de la Libertad. El templo se encuentra en el lateral del parque Bangka en el que nos llama por primera vez la atención, la gran cantidad de gente con pocos recursos en los alrededores. El templo, con aspecto de más antiguo respecto a los anteriores, data de 1738, también es el que más turistas atraía cuando lo visitamos. Tampoco se pagaba, al igual que en todas las anteriores visitas. Aunque originalmente se trataba de un templo budista aunque actúe mezcla imágenes y tradiciones taoístas.
> La casa Roja y el distrito de Xiamen, a priori más animado y con más posibilidades para comer algo. Alrededor de la propia casa de caravista, varias terrazas que abren de noche. En el interior, tiendas de ropa y complementos de moderno diseño. La peatonal de Xiamen y cerca de la boca de metro, tiene un ambientazo envidiable, tiendas y centros comerciales como para perderse. Comimos en un local allí mismo por unos 7 € cada uno de manera más que suficiente y muy rico. Hay muchas opciones para comer allí mismo.
> La Torre Taipei 101. Inaugurada en 2003 y la más alta del planeta durante los siguientes siete años gracias a sus 508 metros de altura. En 37 segundos el ascensor te sube a la planta 89. Aquí se encuentra el observatorio y desde aquí se pueden subir dos o tres pisos más para salir al aire libre. La entrada 600 TWD (17 €) y las visitas entre las 9 y las 22 horas. La estructura del edificio revela ciertas características de la cultura china y está construido en forma de caña de bambú. Además, se separa en estructuras de ocho pisos, el número que simboliza la prosperidad en China. Los 380 pilares que se hunden hasta 80 metros de profundidad dan la estabilidad al edificio.
Para llegar se toma la línea roja del metro y se baja en la estación 101 Taipei World Trade Center, tomando la salida 4. Arriba, además de las vistas, los datos de la construcción y curiosidades como la enorme esfera maciza que evita la vibración de la megaestructura, cuestiones que sin duda escapan al entendimiento del profano. Desde la planta 88 a la que llega el ascensor, todavía quedan tres más que subir a pie para llegar a una terraza abierta.
Aprovechamos la noche que lo visitamos para cenar en el restaurante Din Tai Fung, el famoso local de dumplings con estrella Michelin. Hay que probarlo si o si.
> El memorial a Sun Yat-sen, muy cerca de la Torre Taipei 101.
> Elephant Mountain o Xiangshan, una colina a la que llegar al atardecer y desde donde se puede ver gran parte de la ciudad. Para ir se ha de llegar hasta la última estación de la línea roja de metro (Xiangshan) y tomar la salida 1. Unos 30 minutos de escaleras nos esperan a partir de ahí (abstenerse con problemas cardiacos). Tal vez merece la pena aprovechar para subir y ver la torre Taipei al caer la tarde y subir de vuelta a la misma. Esta muy cerca una atracción de otra.
> La calle de las compras tecnológicas, Zhongxiao con Boai Road. Centro comercial para lo mismo: Guanghua Digital Plaza en la estación MRT Zhonxiao Xinsheng
Pues hasta aquí nuestras visitas y más de 20 km de caminar por la ciudad. No tiramos tanto de metro como hubiéramos debido, solo por el placer de andar. Otra opción al caminar: La aplicación Yuobike para moverse en bici por Taipei. Parece sencilla tan solo con registrarse una vez descargada la APP y vimos cientos de bicicletas en toda la ciudad. Y para distancias mayores, más allá de la ciudad, las tiendas Giant que alquilan bicicletas por toda la isla.
Salir de noche y comer en Taipei
Para salir, el distrito Ximen o la Casa Roja y alrededores son los lugares a priori con mejor fama de ambientados. En esta zona decidimos reservar la última noche de hotel, el sábado antes de la vuelta. Alguno de los sitios que probamos, los más conocidos, el resto fue más comida de calle:
El restaurante Modern Toillet, es uno de esos que aparece en las guías y cuyo atractivo reside en la decoración a base de utensilios, muebles y objetos más o menos escatológicos. Curioso cuanto poco. Localizado en el distrito de Ximen.
El restaurante Ding Tai Fung, en el piso inferior de la Torre 101 y con una estrella Michelin. Este es el original que sirve los famosos dumplings y que se extendió a otros países. Conseguimos cenar, eso si, después de una media hora esperando. El sistema informatizado te facilita un número y no hay más que esperar. Unas muchachas te echan una mano con la carta mientras tanto. Unos 15 dumplings variados, arroz, noodels y cerveza por 2000 TWD (14 € por persona)
En los alrededores de la Red House todas las opciones de comer y tomar alguna copa. No se puede negar que es la zona de marcha de Taipei. Probamos en el Café Sol, una carta variada con algunos platos españoles como la tortilla de patatas. Unos kebabs, unas pizzas y cervezas por 50 € los cuatro.
La copa en el Yen Bar en el piso 31 del W Taipei o en el Lounge Marco Polo del Shangri-La Eastern Plaza Hotel, ambos con buenas vistas de la Torre Taipei 101. Después de cenar los fabulosos dumplings, nosotros aprovechamos para llegar hasta el cercano Yen Bar a poco más de un kilómetro. Subir hasta el piso 10 donde se cambia de ascensor hasta el 31. El precio por las cervezas sobre los 8 €.
Muy cerca del hotel de Ximen, una pequeña cafetería, Oven Coffee, sirve el que probablemente sea el mejor café que probamos en Taipei y a mucho mejor precio que en el temido Starbucks.
Habíamos leído la posibilidad de hacer un food Tour con My Taiwán Tour, una experiencia gastronómica en la que un local te lleva a cenar. Visita de dos mercados nocturnos y una ruta posterior de bares. Nos quedamos con las ganas…
¿Te interesa conocerlas playas de la península de Kenting, al sur de Taiwán?
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2 comentarios en “Una semana de viaje a Taiwán: lo mejor de Taipei”
Hola! En una semana viajo a Taiwan y me ha resultado maravilloso leer vuestro viaje, me apunto muchos tips, gracias!!!
Buenas! Muchas gracias por tu comentario. Fue un viaje diferente, con amigos y poco tiempo. Buscamos un destino diferente y la verdad es que sorprendió para bien. Un país pequeño, con mucho atractivo, una capital impresionante y algunos rincones naturales que justifican el viaje. Lo vais a pasar genial! Buen viaje!