Que ver en Shanghai en dos días

Nuestro viaje por China comenzaba aquí y nos disponíamos a visitar Shanghai en dos días. Lo programamos “para descansar” al principio del viaje, pues ya conocíamos la ciudad. Desde aquí volaríamos a Xi’an, le dedicaríamos dos días a la famosa ciudad de los guerreros de terracota y acabaríamos en Xining donde comenzar nuestra aclimatación de camino al Tíbet, auténtico objetivo de este recorrido por China.

De nuestra primera vuelta al mundo, allá por el 2009, nos trajimos un buen recuerdo de la visita de Shanghai. Entonces fueron cinco días los que estuvimos. Ahora programamos sólo una escala de 48 horas en Shanghai, como digo, en nuestra ruta hacia en Tíbet. Si en el 2009 estuvo cargada de suerte y sorpresa, veríamos que nos depararía esta. Y es que, ¿quien no ha intentado entrar en China sin visado?. Pues nosotros lo intentamos en el 2009… Entonces lo conseguimos y todavía es una de nuestras historias viajeras favoritas. Ahora, sin embargo, íbamos pertrechados con “todos los papeles en regla” y creo que nada debía fallar.

40 días entre China y Nepal. El tren de las nubes, Tíbet y lo mejor de Nepal

La ciudad de Shanghai

Shanghai alberga actualmente la escalofriante cifra de 24 millones de personas, nueve de ellos inmigrantes. Un montonazo de gente que decidió hace algunas décadas construir sus casas hacia arriba y, probablemente, de esa solución, viene su espectacularidad. Moderna, cosmopolita, cargada de neones por doquier y seguramente alejada de los estándares de otras ciudades chinas con barrios más tradicionales, que aquí se han reconvertido en atractivos turísticos.

La ciudad creció en los albores del siglo XX en las riberas del río Huangpu y este es el que separa las dos partes más claramente diferenciadas: el Bund, primero muelle y después el viejo Wall Street chino; y el Pudong, del otro lado y que hacina la mayor parte de las modernas megaestructuras. Por supuesto quedan edificios que recuerdan su pasado colonial, sobre todo agolpados en torno a la conocida concesión francesa y por suerte, todavía se conservan antiguos templos que aguantan sus cerca de dos milenios de construcción y algunos de los más bellos jardines de Asia.

En los nueve años que habían transcurrido desde nuestra visita, Shanghai había crecido frenéticamente, empujada por la Expo Universal y como pasa en estas mega ciudades asiáticas, que cambian su fisionomía cada pocos años. Nos encantaban estas ciudades y nos lanzaríamos a visitar Shanghai en dos días.

La famosa calle de Nanjing, el mejor lugar donde alojarse en un viaje a Shanghai

Martes 4 de Septiembre de 2018. El camino hacia Shanghai y primer contacto

Como siempre en estos casos… vuelos y más vuelos. La compañía Ethiad Airways fue la que se acopló a la perfección a nuestro plan de viaje: llegar a Tíbet y volver por Nepal. Volábamos desde Madrid hasta Shanghai y volvíamos cinco semanas después desde Katmandú. Escala corta en Abu Dhabi (el mínimo deberían ser un par de horas), gran parte del trayecto volando de noche y ¡670 euros!. Creo que fue una buena compra. Para las 11 de la mañana aterrizábamos en el aeropuerto internacional de Pu Dong, uno de los mayores de Asia y el segundo en tráfico aéreo de China solo por detrás de Beijing.

La llegada al aeropuerto de Shanghai. Visado, cajeros y tarjeta SIM

Los trámites de inmigración en China sin problemas, unos 30 minutos con la recogida de equipaje, que llegó sin incidencias. El sistema, ahora informatizado es más rápido y nuestro flamante visado paso los controles sin ningún contratiempo. En el mismo aeropuerto estrenamos nuestra nueva tarjeta de débito N26 y no falló. Sacamos sin comisiones con las ventajas que nos ofrecía. El cambio actual: 8 yuanes por euro, mejor que en nuestras anteriores visitas.

Antes de salir del aeropuerto, nuestro primer objetivo era hacernos con una tarjeta SIM local con la que estrenar nuestro recién comprado router wifi. Y es que íbamos de estreno en estreno en este viaje. Como escribimos en el post sobre “preparativos previos para viajar al Tíbet”, la conectividad a redes en China puede resultar decepcionante. Aconsejados en foros y por otros bloggers, decidimos comprar la tarjeta allí mismo, donde a priori, encontraríamos alguna tienda en la que además de hablar inglés, el personal se prestará a ayudarnos en su configuración.

Y así lo hicimos, comprando una tarjeta de China Unicom, una de las grandes compañías de telefonía chinas. La verdad es que no llegamos a ninguna tienda física, una muchacha nos asaltó al salir y nos convenció para la compra. En un mostrador, nos dimos de alta, nos configuro el router (francamente sencillo) y comprobamos su funcionamiento. Su precio, con un buen descuento respecto a lo que teníamos visto previamente, 300 yuanes (36 €) por 30 GB. Ofrecían tarifas menores, de 6 GB por 200 yuanes y de 10 GB por 250 yuanes, pero ¡qué demonios!

Un café más tarde, nos disponíamos a salir del aeropuerto de Pudong en dirección a la ciudad.

Como llegar a la ciudad de Shanghai desde PuDong

La respuesta es el Maglev, el tren magnético de alta velocidad que enlaza con el centro de la ciudad. ¡Y vaya si es alta velocidad! 30 kilómetros, en tan solo 7 minutos, alcanzando los 431 km/h… Sin duda una fascinante experiencia. Su precio: 80 yuanes si compras ida y vuelta (validez para una semana) y 50 por un solo trayecto. Ten en cuenta que presentando tu tarjeta de embarque te costará 40 yuanes. Opera entre las 6:51 y las 21:51 y con unos 20 minutos de frecuencia.

El metro de Shanghai

La opción más económica sería el metro. La línea 2 une los dos aeropuertos de la ciudad de Shanghai, Pudong y Hongqiao, pasando por la Plaza del Pueblo, epicentro de la ciudad. Ojo, hacerse con el metro de Shanghai es fácil y económico pero tener en cuenta que es la mayor red de metro del planeta con 588 km y 364 estaciones. Funciona entre las 6:30 y las 21 horas y el precio oscilará entre los 3 y los 9 yuanes (poco más de un euro) en función de las paradas que se pretendan recorrer.

El importe mínimo para los trayectos más habituales en la ciudad, es de 3 yuanes y el sistema de expedición de tickets se encuentra en inglés. Toda la cartelería e indicaciones se encuentran igualmente en inglés y no es difícil de manejarse a pesar de su extensión. Enormes flechas de colores en el suelo con la dirección de la línea que buscas te ayudarán. En todos los accesos encontrarás un control de seguridad por el que hay que pasar el equipaje obligatoriamente.

Bajamos del Maglev y enlazamos, esta vez si, con la línea 2. El billete sencillo hasta East Nanjing Road, 4 yuanes, 50 céntimos de euro. Solo seis paradas y de lleno en el corazón de Shanghai, la famosa avenida de las compras.

Alojamiento de Shanghai

Así, para la una ya andábamos en el centro de la ciudad de Shanghai y camino del hostel. Teníamos reservado el Blue Mountain Bund Hostel. 90 € por dos noches, en doble con baño, de lo mejorcito en relación calidad-precio, muy cerca de Nanjing Road. Pocos peros que ponerle. Habitación amplia, zona común con bar y buena wifi (recordad activar el VPN si queréis navegar en las redes o contactar con WhatsApp). Un rato para organizarse, ducha y a por Shanghai.

Paseamos por Nanjing Road, comemos allí mismo y bajamos hasta el río. Para lo que queda de día y sacando fuerzas al jet lag y el viaje, visitaremos el Bund y el Pudong, los dos barrios ribereños del Huangpu.



Booking.com

La ribera del Huangpu: Bund y Pudong

Al atardecer, el Pudong y sus enormes y emblemáticos edificios ofrecen la mejor de sus luces para la fotografía. Y es difícil resistirse al clásico skyline de Shanghai. Al igual que nosotros cientos de personas no atascan a disparar sus cámaras. Selfies por doquier y posturas imposibles para la toma. Todo un espectáculo, por tantos motivos…

El Pudong, la más tradicional toma del skyline de Shanghai

De este lado, el Bund y asomados al río algunos de los más insignes edificios, testigos de la bonanza económica de las colonias de principio del XX. Majestuosos moles de piedra que rivalizan con los grandes rascacielos de acero y hormigón al frente. Algunos de los más destacados:

-La Aduana de 1927 y su torreón campanario coronado por la conocida campana “Big Chin” al estilo de la famosa torre londinense y por el característico reloj, durante un tiempo la mayor esfera de Asía.

-El edificio del banco de Honkong & Shanghai, cuyo mayor atractivo es su artesonado interior.

-El Fairmont Peace Hotel, de 1929 y uno de los lugares donde se han hospedado las grandes élites de visita en el país. Sostenido según leemos por 1600 pilares de madera.

-El edificio North China Daily News, “la dama vieja del Bund”, el principal periódico en inglés de China hasta la década de los cincuenta.

-La estación meteorológica, encargada de guiar los barcos cuando arribaban a puerto.

-El Banco de China, de 1942 y diseñado para ser el edificio más alto de la ciudad aunque se terminó con un metro menos que su vecino el Fairmont Peace Hotel.

-Y otros más, hasta 22, algunos de ellos convertidos en la actualidad en locales de moda de la noche en Shanghai.

El Bund de Shanghai, el famoso paseo de antiguos edificios junto al río

Cruzamos a Pudong por el túnel peatonal construido bajo el río. Abre entre las 8 y las 23 horas y su precio es de 50 yuanes por la ida o 80 por la ida y vuelta. Se puede combinar con otras atracciones en la orilla contraria como la subida a la Torre de la Perla, el observatorio de la Torre Jin Mao o el Acuario entre otros. No deja de ser una atracción de feria y neones en la que, subidos a una especie de teleféricos subterráneos sobre rieles, cruzas el canal rodeado de un espectáculo de luces multicolores parpadeantes, todo muy muy kisth. El hilo musical acompañante, redondeada la experiencia… Abstenerse epilépticos y en general cualquiera que se quiera ahorrar los seis euros.

Los tradicionales cruceros fluviales, recorren a estas horas el río, ofreciendo las vistas de ambas orillas sin esfuerzo. En su día, hace ahora nueve años, disfrutamos del recorrido y ahora reímos al recordar que, sin conocer de antemano la fecha de la celebración, vivimos la experiencia del 60 aniversario de la revolución china en este transitado paseo, por entonces mucho más que transitado, diríamos abarrotado. Hoy atardece en un ambiente sin duda más relajado.

A las siete de la tarde se inicia el verdadero espectáculo de luces en Pudong. La Torre de la Perla comienza a parpadear al tiempo que los mega edificios colindantes iluminan sus fachadas. Es el momento de tratar de tomar una cerveza en el Grand Hyatt, en la planta 87 de la Torre Jin Mao. Veremos si con sandalias… Y vaya si entramos, eso si, tras perdernos unas cuantas veces entre escaleras mecánicas, ascensores y enormes paredes de mármol. Hay que llegar a la entrada sur y subir directamente a la planta 87. Junto a la recepción: el lobby del hotel y el Bar Cloud 9, que en esos momentos se encontraba con muy poca gente y al que accedimos sin que nadie preguntara (barba de dos días, vaquero roto y sandalias de trekking…). Las vistas, ¡espectaculares! y la cerveza, 9 € por una buena Tiger. Además wifi gratis, para colgar algún “aquí sufriendo” en la red. 100% recomendable. De 11:30 a 14:30 ofrecen un sabroso buffet por 180 yuanes (sobre 23 €).

Las fabulosas vistas de Shanghai iluminado desde el Grand Hyatt

Tan a gusto estábamos que nos tomamos más de una, pero es que el cuerpo se resistía a salir de esa “zona de confort” después del vuelo. Pero, dado que tampoco andábamos para reservar una noche en el Hyatt en ese mismo momento, tomamos el metro, de nuevo la línea 2, en dirección al hostel.

En la misma calle del hostel, Shanxi road, varios restaurantes de comida local, muchos de ellos con buen aspecto y más de un sitio abierto 24 horas. Así que compramos alguna cosa para irnos, por fin, a dormir.

Las calles de Shanghai iluminadas con la omnipresente Torre de la Perla

Miércoles 5 de Septiembre de 2018. Los barrios más tradicionales de Shanghai

Nada de madrugar, nuestra primera semana en China quería seguir los principios del slow Travel… además de que nos hacían falta unas buenas horas de sueño. Hoy queríamos volver a visitar alguno de los lugares de Shanghai que la lluvia de hace nueve años tal vez deslució para nuestras retinas pero no en nuestros recuerdos. Otros, tal vez, los pasaríamos por alto.

El templo de Jing’ an

Nos dirigimos en primer lugar hasta el Jing’ an Temple, el templo de la paz y la tranquilidad. El templo data de 1216, dinastía Song y a él se puede acceder con la línea 2 del metro (solo tres paradas desde Nanjing West). Tomamos la salida 1 en la estación.

Entre los muchos atractivos del templo, la estatua con el mayor Buda de China y una enorme campana de tres toneladas de la dinastía Ming. Abre entre las siete y media de la mañana y las siete de la tarde y cobran 50 yuanes por entrar. Aunque fue destruido en la época de la revolución cultural y utilizado como fábrica de plásticos, su reconstrucción en la década de los 80, permitió su reapertura y hoy día es patrimonio nacional.

Jing’ an Temple, la mayor estatua de Buda de China

El enorme edificio de madera se encuentra actualmente rodeado de otras mayores construcciones y lo que debió de ser un remanso de paz y tranquilidad, ya no es tal. En el centro de la plaza, un gran jarrón budista para las ofrendas donde los fieles lanzan sus monedas probando suerte para alcanzarlo. A ambos lados dos inciensarios. El primer recinto de la izquierda, alberga una estatua de Sakyamuni, tallada en Myanmar en jade blanco de casi 4 metros. En el gran pabellón central andan preparando una ceremonia, desconocemos de que se trata. Accedemos al pasadizo superior, abierto al patio, desde donde tomamos muchas más fotos. En este primer nivel, el gran Buda. Tras el mismo, algunos relieves con escenas de la vida de Buda en mármol y más allá, las estancias de los monjes. En el tercero de los recintos, de nuevo abajo, una talla en madera de Guanyin Bodthistva, también de considerables dimensiones.

Tras la visita, los centros comerciales y cadenas habituales de los alrededores, como no, Starbucks, nos sirve para un café-desayuno. Poco menos de una hora es suficiente para visitar el templo.

Al norte, otro templo de visita obligada, el del Buda de Jade que ya visitamos en otra ocasión y que hoy decidimos saltarnos. También dejaríamos los jardines Yuyuan, tan conocidos e igualmente obligatorios en un viaje a Shanghai. Preferimos adentrarnos al sur en los barrios de Xintiandi y de Tianzifang. Para ello, enlazamos de nuevo la línea 2, intercambiando esta vez con la 13 en dirección Shibo.

Paseando por Shanghai: los barrios de Xintiandi y de Tianzifang

El Barrio de Xintiandi

Xintiandi se restauró con fines totalmente turísticos y hoy día es frecuentado por sus restaurantes y locales de comida internacional, además de algunas de las tiendas de firmas más selectas. De otro lado, se encuentra también la sede del primer congreso nacional del partido comunista y, la realidad, que poco más que visitar. Durante el día tal vez parece algo desangelado, aunque es mediodía y los restaurantes comienzan a llenarse. Recordamos nuestra anterior visita, muy pasada por agua y cuando realmente lo sentimos como un decorado fantasmagórico. El barrio es por la noche cuando cobra vida.

Antes de adentrarnos en Xintiandi, entramos en otro de los barrios tradicionales, Xichengli, esta vez no restaurado ni con tiendas, sino donde todavía vive la gente en sus casas al antiguo estilo Shikumen y que fue en tiempos, sede del gobierno coreano. Entre las estrechas callejuelas sólo circulan las discretas motos eléctricas, mucho ojo porque aparecen silenciosamente por todos los lados. Enlazando sus fachadas, numerosas cuerdas soportan las coladas. No se puede negar su punto fotogénico.

Una cerveza más tarde (repetimos el Paulaner de entonces, por pura nostalgia), seguimos caminando en dirección a Tianzifang. En la arboladas calles que nos llevan se mezclan edificios de oficinas y centros comerciales con pequeños bajos, todos ellos dedicados al comercio. Nos sigue llamando la atención la limpieza de las calles y la tranquilidad de las mismas, sin demasiado tráfico y, tal vez, alejado del concepto de la vieja China que todos tenemos en mente.

El Barrio de Tianzifang y el parque Fuxing

Algo más abajo, unos dos kilómetros, y accesible en un paseo desde Xintiandi. Igualmente un barrio reconstruido a partir de las antiguas longtangs o callejuelas que sin embargo conserva mejor el ambiente tradicional de la antigua China. Llegamos a la hora perfecta, la de comer, y es que hemos leído buenas cosas al respecto de la comida en esta zona. Tres calles principales: la 210, la 248 y la 247; y entre ellas multitud de callejuelas y decenas de locales donde perderse. Desde luego, si bien plagado de turistas, más auténtico que su vecino barrio de Xintiandi. Ropa, souvenirs, gafas, collares y muchas cosas que llevar a precios razonables. Entre los muchos sitios donde comer, elegimos por azar uno frente a una de las salidas: Saigón Mamá, de comida vietnamita. Unos 20 € por los noodels y los rollitos con sus correspondientes Tsingtao.

El Barrio de Tianzifang, el mejor lugar donde pasear en Shanghai. Compras y buenos sitios para comer

Para el café, nos saltamos el omnipresente Starbucks esta vez y probamos en otra cadena: Kafelaku Coffee, ¡excelente!. Aunque a Carmen vuelven a colocarle un pozal, el cortado no se lleva por aquí…

Repuestos y algo más descansados, que no mucho, nos ponemos de nuevo en marcha. Relativamente cerca, los jardines de parque Fuxing. Enfrente, Sinan Mansion’s, área igualmente restaurada de casas de lujo y un buen puñado de restaurantes con pinta de “muy caros”.

El parque de Fuxing permanece abierto entre las cinco de la mañana y las nueve de la noche. Un oasis en medio de la ciudad, donde papas y abuelos se ocupan del entretenimiento de los críos a estas horas de la tarde. Muchos ancianos realizan sus particulares ejercicios. Alguna laguna, cuidada vegetación y un apacible ambiente donde pasear. Los mosquitos comienzan a hacer acto de presencia y salimos por piernas al poco.

Nos dirigimos hacia el epicentro de Shanghai, la famosa Plaza del Pueblo donde nos alojamos en el anterior viaje.

La Plaza del Pueblo

Llegamos atardeciendo a la que representa el lugar de paso de los turistas en Shanghai. Rodeado de grandes edificios de cadenas hoteleras, famosos museos y galerías de arte, no es hoy día, tan “del pueblo”, al menos según los cánones comunistas que la bautizaron. Un breve paseo y siguiendo la tradición de una cerveza con vistas y dado que anochece y los edificios se iluminan, buscamos en el Radisson Hotel la nuestra. Subimos hasta la planta 47, al Sky Dome Bar, donde, de nuevo, con un aspecto más bien “informal” entramos sin problema. El lugar es impresionante, con una enorme cúpula de cristal por techo y las vistas también de impresión, si bien resulta más difícil tomar fotos por la disposición.

Y con otro espectacular momento disfrutando de los colores nocturnos de la gran urbe, bajamos hacia Nanjing Road y el Bund para las últimas fotos de su perfil. Paseamos hasta el puente y el extremo más alejado. Más de doce horas después de salir esta mañana nos damos por satisfechos…

¿Hacia donde hay que mirar?

Shanghai de nuevo nos deja impresionados, una de esas ciudades de Asia a la que no importa volver. Mañana partiremos hacia Xi’ an, esta vez en busca de uno de los más famosos patrimonios de la humanidad…

Picture of Jose Luis Bauset
Jose Luis Bauset
Soy Jose Luis, más conocido como Bau. Aquí compartimos nuestras experiencias viajando. Viajefilos es nuestro blog de viajes, donde todos aquellos adictos a viajar pueden buscar inspiración.

¿Te ha gustado nuestro post? ¡Déjanos tu opinión o cuéntanos tu experiencia!

2 comentarios en “Que ver en Shanghai en dos días”

  1. Excelente. Otros atractivos: la gente andando en pijama en la calle, la plaza con las madres casamenteras ofreciendo a sus hijos, con sus datos sobre paraguas y los niños con sus ropitas con culitos al aire

  2. Vuelta a Shanghai 8 años después, casi nada!!!! Y de nuevo un largo paseo por el Bund disfrutando de ese skyline tan fotogénico de día y de noche… Que repito cada vez que quieras.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Responsable: José Luís Bauset +info
Finalidad: Compartir recomendaciones de viaje. +info
Legitimación: Consentimiento del interesado. +info
Derechos: Tiene derecho a acceder rectificar y suprimir los datos. +info
Información adicional: +info

Scroll al inicio