Como disfrutar Lima, la capital gastronómica de Perú

Nuestro viaje por Perú acababa aquellos días pero por delante nos quedaba pasar un fin de semana en Lima, la capital gastronómica de Perú y probablemente una de las mejores ciudades del panorama actual en gastronomía de Sudamérica. Y ese era nuestro siguiente y último objetivo en Perú, conocer Lima en dos días y aprovechar para probar alguno de los buenos sabores peruanos. Veníamos de disfrutar del Amazonas y nos vendría bien algo de “civilización”.

A modo de índice y antes de continuar, aquí van las escalas de nuestro viaje con mochila por Perú con todo lo vivido y escrito y las mejores recomendaciones e información para no dejarse nada:

Jueves, 30 de marzo de 2017. Lima

Amanecíamos en la capital y con el difícil cometido de ver Lima completamente en 48 horas. El alojamiento en el Kaclla, The Healing Dog Hostel, había sido todo un acierto sin duda, 100% recomendable, y quedaba saltar a la calle y comenzar la visita de Lima.

Ciudad de Lima

Si bien desde tiempos prehispánicos la zona estaba ocupada por numerosas culturas como huaris e incluso los propios incas, fue en 1535 cuando Pizarro estableció la Ciudad de los Reyes, localidad que con el paso de los siglos se convirtió en capital del virreinato. La metrópoli acabó pues, siendo la capital de los territorios del imperio que abarcaban desde la actual Colombia al norte hasta Argentina y Chile al Sur. Aquí se estableció la Universidad de San Marcos, la primera del continente y en 1584, los jesuítas crearon la primera imprenta sudamericana. En los siglos XVII y XVIII, casonas y palacios crecieron por toda la ciudad con la explotación de las minas de oro de Potosí, convirtiendo a Lima en el puerto de salida de todas estas riquezas hacia España.

Sucesivos ataques piratas que acudían en busca del preciado botín que aquí se embarcaba, junto con el terremoto de 1746, en que la ciudad resultó gravemente dañada, hicieron que precisara ser totalmente reconstruida. Y ya en 1821, tras la independencia de los distintos estados sudamericanos, cayó en declive. A partir de ahí, la invasión chilena y nuevos desastres naturales marcaron el desarrollo de la ciudad hasta el siglo XX, en que creció sin mesura como la capital peruana actual, multiplicando exponencialmente su población a base de la migración campesina que huía de los movimientos terroristas. Hoy día, con nueve millones de habitantes, la conocida como “ciudad gris” por la frecuente neblina del Pacífico que la envuelve, la garúa, abraza hasta trece millones de almas si se cuenta su periferia, lo que supone la mitad de la población peruana.

En la actualidad, es más tranquila, abordable y famosa, además de por su atestada historia, por haberse convertido en un icono mundial para los amantes de la gastronomía. Nuestro objetivo pues, conocerla en tan sólo dos días, con especial atención al centro histórico y a los barrios de Miraflores y Barranco. Tras el desayuno, a dos cuadras del hostel, en la Avda. Larco, tomábamos el bus (el 301, el único que pasa nos dijeron) hacia el casco antiguo.

Arrancamos andando desde la plaza San Martín, en cuyo centro está la gran estatua ecuestre del general José de San Martín, libertador del Perú. La representación de la patria en forma de mujer, junto a la gran estatua, fue encargada en España. Al parecer se debía coronar con una llama de fuego triunfal y por error, el encargo, terminó con una pequeña “llama animal” sobre la cabeza. En una de las esquinas está el antiguo hotel Bolívar. Desde aquí, la peatonal calle de Boza o Jirón de la Unión, hasta la Plaza de Armas.

En la misma calle nos detenemos en la iglesia de La Merced de 1534, con imponente fachada de granito y donde se celebró la primera misa en latín de Lima. En el interior numerosos retablos barrocos y en la entrada, a la derecha, la venerada Cruz de Plata, donde acuden los limeños a rezar. Uno de los retablos más vistosos, en caoba, dedicado a la Virgen María.

Desembocamos finalmente en la Plaza de Armas. Concentra como siempre los símbolos de poder de la ciudad, político y religioso: la catedral, el ayuntamiento y el palacio de Gobierno. Antes de la visita, nos atrae fuertemente la Sanguchería el Chinito, en una esquina de la catedral. Pedimos por recomendación de la muchacha que nos atiende, un sándwich de chicharrón, la especialidad de la casa.

Sanguchería el Chinito

Fortalecidos e hidratados le damos la vuelta a la histórica plaza, primer asentamiento de Pizarro en el siglo XVI. Con el paso de los años, este lugar y sus edificios colindantes, erigidos sobre los antiguos incas, han sido testigos de todos los eventos más importantes de la nación. Aquí fue asesinado su fundador, Pizarro, se celebraron las primeras corridas de toros o se ajustició por parte de la Inquisición a multitud de supuestos herejes. Del noreste, el Palacio de Gobierno, también conocido como Palacio Pizarro, residencia del presidente de la República. De otro de los lados, la Catedral de Lima de controvertida reconstrucción tras caer en el terremoto de 1940. En su interior, a la derecha de la nave central, los restos del conquistador Pizarro descansan en paz, después de una no menos controvertida exhumación de los mismos. El ayuntamiento de vistosa fachada amarilla y el Palacio Arzobispal con bellos y grandes balcones tallados en madera cierran la plaza.

Catedral de Lima

Decidimos la visita guiada de la catedral. Si bien el interior es bastante austero, cuenta con algunas capillas especialmente interesantes, la mayoría obra de artistas españoles. Cada una tenía un duelo y servían como criptas para los enterramientos, criptas que fueron encontradas siglos más tarde. No pudimos ver el altar mayor por estar en restauración. Bajo el mismo, los mausoleos arzobispales, donde se han enterrado las personalidades religiosas y políticas más importantes de la ciudad: arzobispos, cardenales y algún virrey. Aquí fue donde casualmente se encontraron los restos que después se demostraron pertenecientes a Francisco Pizarro.

Saliendo de la cripta por el otro lado, la sacristía con numerosas pinturas antiguas a modo de museo. Resulta interesante el primero de los lienzos en el que se representan todos los reyes incas y posteriormente españoles, que reinaron en el Perú hasta Felipe V, año en que falleció el artista. El relieve de madera que recubre una de las paredes de la sacristía costó diez años de trabajo, que se justifican en lo elaborado de la talla. Pasada ésta, la sala capitular donde se firmó la independencia del país.

Seguimos por la nave principal y alcanzamos la Virgen del Rosario, de 1555, la primera traída a Sudamérica, donación de Carlos V. Tras la visita de Juan Pablo II, fue renombrada como Virgen de la Evangelización por ser destinada en el siglo XVI a ese fin. Más adelante, el retablo de San Martín de Porres y Santa Rosa de Lima, junto con otros dos de los santos peruanos.

Y para el final, uno de los principales atractivos de la catedral, el mausoleo de Pizarro, que se encuentra en realidad a la entrada. Muerto tras la lucha con los almagristas en 1541, sus restos fueron hallados en 1977. El mausoleo esta bellamente decorado con trabajados mosaicos.

Salimos de la plaza frente al Palacio Presidencial, estos días convertido en improvisado centro de recogida de ayuda a los damnificados por las inundaciones, por la calle Conde de Superunda, aquél encargado de reconstruir la catedral. Desde ahí a la Iglesia de Santo Domingo, pero antes, hacemos una visita a la Oficina de Información Turística en el pasaje Nicolás de Ribera y paramos en la plazoleta, ante la insistencia de los bares y restaurantes, a tomar una cerveza.

Ya en Santo Domingo visitamos primero la basílica, sin demasiado atractivo, y al lado el convento. Aquí se encuentran los cráneos de San Martín de Porres, el santo negro y Santa Rosa de Lima. Se accede a los dos claustros del convento, el primero del cual cuenta con bellos azulejos sevillanos del siglo XVII. Bajo los artesonados del claustro se compuso el himno del Perú en 1821. Desde el mismo se accede a la antigua biblioteca conventual, con alrededor de 25000 volúmenes antiguos; y al frente, la escultura sobre la sepultura de Santa Rosa, de nombre Isabel, pero beatificada como Rosa, por su belleza. Se puede acceder a la cripta con sus restos. Por encima, la Sala Capitular, donde se formó la primera universidad de Sudamérica, la de San Marcos y que contaba con un pequeño balcón desde donde los reyes presenciaban las clases. No conseguimos subir al campanario, pues para el acceso se precisaba realizar la visita guiada.

Salimos y nos dirigimos en dirección contraria, a la Iglesia de San Francisco. Junto al Palacio del Gobierno, pasamos por la famosa casona de la familia Aliaga, pero decidimos no visitar el interior. Nos asomamos, eso sí, al río Rimac, que hace pocos días puso en alerta la ciudad con su crecida. La calle Ancash que nos conduce a San Francisco tiene bellos casones a ambos lado algunos ocupados como museos hoy día. Al llegar a San Francisco, sorprende el pórtico de la entrada flanqueado por dos torreones pintados en ocre. Justo al lado y ocupando la misma plaza, incluso compartiendo fachada, la Iglesia de la Soledad. La visita únicamente se puede emprender con guía, y así lo hicimos.

Calle Ancash, centro histórico de Lima

En San Francisco no está permitido hacer fotos durante la visita. Sin duda, puede ser un recorrido interesante, pero el guía que nos llevó destrozó ese interés. La Iglesia tiene aspectos francamente notorios como servir de tumba a más de 70000 fieles en sus famosas catacumbas, o la antigua biblioteca, la segunda en importancia de Sudamérica después de la de Quito, con algunos manuscritos que merecen un cuidado mayor. En fin, un lugar a visitar pero en el que tendréis que cruzar los dedos para que os toque otro guía…

Enfrente mismo, paramos a comer alguna cosa en el Restaurante De César. Rápidos y muy majos. Ya con el atardecer subimos al cercano Parque de la Muralla. No tardaremos en volver al Hostel, hoy tenemos nuestro regalo especial. Esta vez sí se trata de morder, y ¡de qué manera!: cenaremos en Astrid and Gaston… Lo que viene siendo un capricho. Desde hacía unos dos meses, tenemos la reserva hecha. No es para menos. Según algunas publicaciones, el famoso restaurante de la capital, ocupa el puesto 14 de entre los 50 mejores restaurantes del mundo… Con estas credenciales y nuestras bocas salivando hace horas, salíamos a eso de las ocho y media para catarlo. Esto sí era un mordisco en toda regla. A las nueve empezaríamos a conocer el sabor.

Contar lo que vino después sería difícil. Imprescindible para conocer la gastronomía actual peruana. Desde aquí, todavía con ganas para acercarnos a Ayahuasca y probar algo de la noche limeña.

TIPs VIAJÉFILOS

Para el bolsillo

  • Kaclla, The Healing Dog Hostel: 12 € por persona en habitación cuádruple (baños compartidos) con desayuno incluido. Un lugar que nos gustó desde el primer día. Bien ubicado, con cuidadas instalaciones, buen ambiente y mejor personal, todo lo que esperas de un hostel.
  • Bus 301 de Miraflores al centro: 1.5 soles.
  • Sandwich de chicharrón en El Chinito de la Plaza de Armas: 14 soles (4 €). Rogamos encarecidamente probar los sanduches de este lugar y, como siempre, dejarse aconsejar por la gente local para probar lo mejor de la gastronomía limeña.
  • Museo de Arte Religioso de la Catedral: 10 soles (3 €). El conjunto, que incluye el Museo Arzobispal, cuesta 30 soles (9 €).
  • Iglesia y Convento de Santo Domingo: 10 soles (3 €). 5 soles con el carnet de estudiante.
  • Iglesia y Convento de San Francisco: mismo precio que el anterior.
  • Sándwiches y refresco en el Rte De César, frente a San Francisco: 21.5 soles (6 €). Nada especial.
  • Taxi centro-Miraflores: 20 soles (5.5 €).
  • Menú degustación en Astrid y Gastón: 400 soles por persona. Fueron 500 con coktails y vinos (140 €). Comer en un restaurante de este tipo suele valer mucho en cualquier lugar del planeta. Con las estrellas Michelin, como es el caso, llegan los abusivos precios. El de este en concreto, no es tan elevado como el de restuarantes de otras grandes ciudades del mundo y decidimos no dejar pasar la oportunidad. No nos equivocamos. Se paga y se nota el porque. Buenísima comida, mezcla de sabores peruanos e internacionales y presentación exquisita, como corresponde.
  • Taxi nocturno entre Miraflores y Barranco: 20 soles (6 €)

Tiempos y distancias

  • Bus 301 de Miraflores al centro: 1 hora por la mañana.
  • Visita de la Catedral de Lima: 30 minutos.
  • Iglesia y Convento de Santo Domingo: 1 hora.
  • Iglesia y Convento de San Francisco: 40 minutos.

Información útil

  • Con la intención de hacer turismo o teniendo prisa, el bus de línea, el 301, tal vez sea demasiado lento. Explorar la opción taxi es una buena alternativa para ahorrar tiempo en los trayectos. Y sin duda, para moverse de norte a sur y al revés, la línea del Metropolitano que atraviesa toda la ciudad. Se trata de un bus eléctrico poco convencional que utiliza un carril propio, y por lo tanto es más rápido. Se ingresa a través de plataformas que también aceleran el acceso y el desembarque.



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Viernes, 31 de marzo de 2017. Lima

Todavía relamiéndonos de los sabores de la noche, amanecíamos en lo que para la mayoría del grupo era el último día de viaje. Nos lo tomaríamos más tranquilo, visitando el bohemio barrio de Barranco. Nos probamos esta vez con el Metropolitano. Básicamente hay que tener en cuenta qué dirección llevas, norte o sur, y según el color, hará más o menos paradas. Sin duda, mucho más rápido.

Hacemos nuestro stop en Bulevar, en pleno barrio de Barranco. La calle peatonal te lleva a la Plaza Central de Barranco. De un lado la Iglesia de la Santísima Cruz y del otro la bonita biblioteca. Pero hoy pasearemos simplemente, el barrio merece la pena. Conocido como “la ciudad de los molinos”, el pueblo abarca algunas de las tradicionales playas limeñas, como las Cascadas, los Yuyos o las Sombrillas. Desde la plaza, bajamos hasta el Puente de los Suspiros que nos lleva hasta el Mirador de Catalina Recavarren. Por debajo del puente, un tranquilo camino lleva hasta la playa. La calle con antiguas casonas a ambos lados, alberga bonitos bares y restaurantes.

Volvemos a la plaza y junto a la biblioteca tomamos un mapa en la Oficina de Turismo que hay allí mismo. Nos recomiendan seguir la Avda San Martín. Además de varios restaurantes con muy buena pinta, alguno de los cuales nos recomendaron ayer en el Astrid, pasamos de nuevo frente a Ayahuasca, donde terminamos ayer. Adelante, la avenida cruza con la calle Sáenz Peña, famosa por algunas de sus antiguas casas, dedicadas, en casos, a la venta de artesanías. Merece la pena entrar en Dédalo. Hacia este lado, el océano Pacífico y los acantilados de Barranco, con algunas de las casas, entendemos, más caras de la ciudad. Para el otro lado, la calle Cajamarca, otra de las clásicas del barrio y también de bonitas viviendas. Entramos en Las Pallas, otra de las tradicionales tiendas de artesanía de la zona. La calle termina en el carril del Metropolitano, cerca de la parada de Bulevar, desde donde volvemos a Miraflores.

Llegamos hasta la parada de Ricardo Palma, la más cercana a la Plaza Kennedy y el Parque Central. En la plaza comemos en la sandwichería criolla La Lucha, un local tradicional en el que la variedad de bocatas te hará dudar. Elegimos el sándwich La Lucha, con lomo fino y queso edam, tremendo.

Sanguchería criolla La Lucha

Justo al lado, un Starbucks, ese sitio que sirve para un buen café, un buen baño, una buena wifi, una buena siesta… Cerca y con la intención de gastar los últimos soles, nos acercamos al Mercado Indio, más y más artesanía, la misma que llevamos tantos días viendo.

Y ya sólo quedaba volver al Hostel, preparar mochilas, salir a cenar y esperar la triste despedida del día siguiente. Muy temprano, Carmen y yo seguiríamos nuestro particular banquete sudamericano.

TIPs VIAJÉFILOS

Para el bolsillo

  • Billete sencillo del Metropolitano: 2.50 soles.
  • Sándwiches en La Lucha en torno a los 15-20 soles (5-6 €). Un sitio en el que repetiríamos si volviéramos a Lima. Lo recomiendan en muchos lugares por ser uno de los más tradicionales lugares donde probar un buen bocadillo limeño y han sabido modernizar su aspecto sin perder ese sabor a tradición. 

Información útil

  • Sin duda el mejor de los transportes para cruzar Lima de norte a sur, es el Metropolitano.

Sábado y domingo, 1 y 2 de abril de 2017. Lima

Comenzaba la mañana del sábado con la amarga despedida del resto de viajéfilos. Curioso que aunque tu viaje sigue adelante y andas loco de alegría, te sientes triste y deseoso de volver al ver partir a tus compañeros de viaje. En fin, tocaba reponerse.

Nuestro último día juntos en el Kaclla, The Healing Dog Hostel

Sábado y domingo nos quedaríamos definitivamente en Lima. Descansar y organizarnos para emprender Ecuador en 48 horas, ése era el plan. Sin muchas visitas, sólo pasear y tratar de entender algo mejor el ritmo de vida limeño. Buena comida, un fabuloso paseo sobre los acantilados con vistas al Pacífico y en general, un ritmo, en Miraflores al que no nos costó adaptarnos. Con esto terminaba nuestro periplo peruano, prematuramente cortado por las circunstancias climatológicas.

Mi segunda estancia en Perú, y he de decir, que gratamente sorprendido. Hacía ya diez años que visité el bello país y tenía dudas de si emprender de nuevo un recorrido por el mismo, resultaría interesante. Pero sin duda, cada viaje, cada estancia, es distinta, aún repitiendo lugares tan emblemáticos como los repetidos en este caso. Perú tal vez haya abusado de grandes destinos, y la masificación amenaza con desnaturalizar lugares como el lago Titicaca. Pero sin duda, otros como la impresionante ciudadela de Machu Picchu gozan de buena salud. Las alternativas de transporte para llegar, así lo han hecho. Aguas Calientes ha crecido desmesuradamente, y eso sí es un desastre que convirtió la pequeña ciudad trampolín a las excavaciones, en una suerte de feria cazaturistas.

Pero Perú tiene mucho más para diversificar un buen viaje, como la fabulosa selva amazónica en Iquitos, sin duda una de las mejores sorpresas del viaje. Nos quedamos con muchas ganas de emprender el norte y visitar Chachapoyas y los prometedores enclaves históricos y naturales del área, pero no pudo ser, por desgracia. El cambio climático terminó por aguarnos la fiesta y lo peor, por generar graves heridas en esta emergente sociedad, que sufrió un paso atrás con ello. Pero un país en el que si te dicen que van a la playa a lo mejor sólo están aparcando el coche, en el que pueden regalarte el mejor sangucho que has probado, sin ni siquiera caer en que era un bocadillo, y en el que a los restaurantes chinos se les conoce como chifas… merece más visitas para conocerlo. Tan parecido y tan distinto, cuestión de volver una tercera vez y seguir probando los ricos sabores peruanos…

Los desayunos del Kaclla, The Healing Dog Hostel
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Jose Luis Bauset
Soy Jose Luis, más conocido como Bau. Aquí compartimos nuestras experiencias viajando. Viajefilos es nuestro blog de viajes, donde todos aquellos adictos a viajar pueden buscar inspiración.

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1 comentario en “Como disfrutar Lima, la capital gastronómica de Perú”

  1. Lima fue el final de un estupendo recorrido por Perú con amigos, un final apoteósico con menú de degustación en el Astrid y Gastón de la capital peruana. Como nos quedó por conocer el norte del país, siempre podemos volver a recordar los sabores de Perú y después continuar el viaje por los lugares que no conocimos entonces.

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