La visita de Machu Picchu

Nuestro viaje recorriendo Perú, llegaba a una de las etapas más esperadas para cualquier viajero: Machu Picchu. Fueron muchas las preguntas que nos habíamos hecho para organizar aquellos dos días en Aguas Calientes: Cual era la mejor hora para visitar Machu Picchu, como hacer la reserva de las entradas a Machu Picchu, como llegar desde Cusco… y finalmente, aquella misma mañana emprendíamos el camino hacia la vieja ciudad perdida de los incas. Para mi una segunda vez, para el resto del grupo, una primera visita de la que estaba seguro no regresarían indiferentes…

Ya eran dos semanas de viaje por Perú y aquí quedaban las escalas de nuestro viaje con mochila por Perú y las mejores recomendaciones e información para no dejarse nada:

Jueves, 23 de marzo de 2017. Cusco-Aguas Calientes

Nuestras entradas para Machu Picchu estaban ya compradas por internet, en la página oficial, hacía un par de meses. El cupo diario de subidas, 2500, de las que sólo 400 personas podían ascender a Wayna Picchu, hacía que fuese arriesgado esperar a última hora, y era prácticamente lo único que teníamos claro que queríamos atar. Pocos meses después de nuestra visita y dada la masificación que sufren las ruinas estos cupos quedaron todavía más restringidos. La amenaza de la Unesco de retirar el yacimiento de su famosa lista, parece que comenzaba a dar sus frutos.

De hecho en el momento actual, cuando andamos publicando esta guía, el cupo y el modo de contratar la entrada ya había disminuido considerablemente. Seguro que Jaume y Pedro nos ponen al día en su post.

Mapa de Machu Picchu @https://www.machupicchu.org/machu_picchu_sanctuary_map.htm

COMO LLEGAR A AGUAS CALIENTES DESDE CUSCO

Así que esa mañana salíamos para Aguas Calientes, la población base y parada obligatoria para emprender la visita de la “Montaña Vieja”. Existen muchas posibilidades para llegar a Aguas Calientes, sobre todo a raíz del encarecimiento del tren turístico que tradicionalmente servía como transporte. Por resumir, las opciones son:

  • La primera y más cara, como escribo, tomar el tren directo desde Cusco a Aguas Calientes. El precio en la opción más económica, 130 dólares; de ahí hacia arriba, según la categoría y servicios incluidos. Comprende la ida y la vuelta en el precio. Unas tres horas de trayecto, pero que en el momento actual y en mi opinión, se han descafeinado, pues es un tren especial y único para turistas. Antes no existía, teniendo que mezclarse todos los viajeros: turistas y locales, lo que lo hacía más auténtico. Sin duda lo más cómodo, lo más caro y lo menos interesante… El tren en cuestión, si sigues convencido de que es tu mejor opción, sale de la estación de Poroy, a unos 10 km del centro de Cusco.
  • La segunda de las opciones sería llegar a Ollantaytambo en micro o bus, en un trayecto que puede llevar unas dos horas, y desde aquí tomar el tren. También sale caro, pero algo de ahorro supone respecto al previo. El hacer el viaje combinado, con la segunda parte en tren, hará seguramente que te ahorres unas horas y una parte complicada por carretera. Tal vez merezca la pena esa inversión. Llegar a Ollantaytambo es bastante fácil desde Cusco, ya sea en transporte público desde la calle Pavitos o subiéndote a un tour organizado al Valle Sagrado que pase por la población. Desde Ollantaytambo pagarás 100 dólares por el recorrido de dos horas en tren hasta Aguas Calientes.
  • Subir a pie a través del Camino Inca. Descartado por nosotros por mil causas. Requiere más tiempo, entre dos y cuatro días, buena preparación física y además, también sale caro… Hay un máximo de personas diarias que pueden hacerlo, tan sólo 500, así que hay que hacer una reserva con tiempo, si de verdad te sientes con fuerzas. El tradicional “Camino del Inca” cubre 39 km a recorrer durante 4 días, con tres noches de acampada. Conocimos a una pareja de argentinos que venían de recorrerlo y nos hablaron de su dureza y también de la satisfacción que produce entrar en Machu Picchu por la Puerta del Sol, por donde acceden únicamente aquellos que llegan del camino.
  • La última de las opciones, que se ha puesto de moda, en principio parece más interesante, combinando una caminata suave y el bus, además de ser la más económica. Ésta era la elegida y la que nos disponíamos a emprender esa mañana. El transporte contratado (hay muchas agencias que lo ofertan en Cusco) nos subiría hasta la hidroeléctrica, en un viaje de unas 6-7 horas y desde aquí quedan 10 kilómetros de ascensión suave hasta Aguas Calientes, sobre tres horas de caminata. El recorrido, como digo, se ha puesto de moda y al principio, lo habitual era hacerlo en transporte público. Pero la aparición de compañías que lo organizan, hace que prácticamente el precio sea similar a hacerlo por tu cuenta. Me explico: puedes tomar un micro dirección Quillabamba, que salen a las 8, 8:30 y 9 de la mañana, bajar en Santa Teresa (15 soles), y desde aquí tomar un taxi hasta la hidroeléctrica para emprender la caminata a Aguas Calientes (otros 5 soles). La suma de la subida y bajada hacen que la diferencia de precio no merezca la pena la historia.

Cusco-Aguas Calientes, “por la hidroeléctrica”

Así pues, a las siete nos poníamos en marcha desde el Hostel, aunque eran prácticamente las ocho cuando salíamos de la calle Platero, donde se encuentra la agencia contratada. Primera parada cuando ya llevamos tres horas de coche. La carretera discurre entre cimas elevadas, con curvas muy cerradas que parece que al único que no preocupan es al conductor. Dentro de la van, todos vamos de lado a lado. De momento sólo mareos…

Son las doce y media cuando paramos en Santa María para comer. Desde aquí, aproximadamente nos quedará una hora y media más hasta la hidroeléctrica. Aunque nos ofrecieron la comida incluida en el tour, preferimos no contratarla con antelación. Así que lo decidimos una vez llegamos y no tuvimos problema. Un par de hermanos gemelos la mar de simpáticos, junto con el resto de la familia nos sirvió la comida en su casa, lugar donde el conductor tenía prevista la parada. Unos platos de los que preferimos no abusar dadas las curvas que quedaban por delante.

En este último tramo, el vehículo sale de la ruta asfaltada para tomar un estrecho camino junto a un pronunciado barranco y el río. Nos recuerda de alguna manera a la Carretera de la Muerte boliviana. El paisaje se vuelve selva y no es fácil imaginar a aquel americano vagando por estos lares hace más de 100 años, en busca de la ciudad perdida de los incas. El camino desemboca en Santa Teresa, una pequeña población que se ha reinventado para el turismo que, cada vez más, llega por libre en transporte público desde Cusco. Cruzamos el pueblo hacia nuestro destino final a unos 15 minutos.

Son las dos y media cuando llegamos a la hidroeléctrica. Todavía circulamos en la furgoneta unos 3 km junto al crecido río Urubamba. El paisaje es magnífico y hasta una finísima lluvia invitada al espectáculo, termina por regalarnos un tenue arco iris en el valle. A partir de aquí, quedan unos 10 km de caminar hasta Aguas Calientes. En el camino conocemos a Marlen, una joven holandesa, enfermera de profesión, y que lleva dos meses recorriendo Chile, Bolivia y Perú. Con otros dos meses todavía por delante, aún quiere patear Ecuador y Colombia. Algo así como un “mordisco grande”. Finalmente se apunta a nuestro recorrido y sube con nosotros.

Hay un punto en el que hay que registrarse antes de comenzar la caminata. Aquí se podría tomar el tren hasta Aguas Calientes, que cuesta 31 dólares para extranjeros. Igualmente se puede comprar agua y algún tentempié. Comenzamos a caminar a las tres de la tarde, según lo previsto, junto con otro buen montón de turistas. El sendero a seguir rodea las montañas en las que está la ciudadela de Machu Picchu y se haya señalizado al inicio. Habrá que subir un trecho de unos 5 minutos hasta cruzar dos vías de tren, cada una más elevada que la anterior. Después sólo hay que caminar en paralelo a una tercera vía del tren. A partir de aquí y hasta Aguas Calientes, el camino es totalmente llano.

Se atraviesa algún puente sobre el río, caminamos bajo profundas gargantas, se disfruta de las vistas de las cimas vestidas de un verde increíble a estas horas de la tarde, cruzamos túneles y en general, se comparte el camino con un montón de mochileros que llevan el mismo destino. Imposible perderse. Durante el camino, varios puestos junto a la vía, donde comprar agua, tomarse una cerveza o incluso, comerse una hamburguesa. El negocio es más que evidente y han florecido improvisados chiringuitos por doquier.

Al poco rato de ponernos en marcha, arranca a llover de verdad, lluvia que nos seguirá todo el camino. Entorpece el ritmo de la caminata, pero le da un especial color que llena de misticismo la travesía hasta Aguas Calientes. Consecuencia, llegamos calados al pueblo, unas tres horas después; y místicos he de decir…

Las tres horas de trekking desde la hidroeléctrica hasta Aguas Calientes

Y nada más llegar, sin ni tan siquiera buscar el Hostel, nos lanzamos al primer local que nos convence, no es demasiado difícil ahora, pues han florecido cientos de bares, y nos feriamos una Cusqueña para celebrarlo. Por cierto, nos pareció caro, pero creo que aquí arriba todo multiplica su precio.

Un rato más tarde, hacemos el check in en el Catari´s Guest House, donde tenemos dos habitaciones cuádruples a muy buen precio. Sin duda, para repetir.

Aguas Calientes, ahora Machupicchu pueblo, está montado por y para el turismo, y se nota. No creo que haya un hueco mayor de 50 metros sin un Hostel, un bar o una tienda de souvenirs. Sin duda tienen explotado el negocio inca, y al menos han puesto restricciones de entrada en los últimos años, restricciones que al parecer irán en aumento como escribí. En fin, una ducha y unas disquisiciones más tarde, salimos a por una merecidísima cena.

Previamente y aconsejados por el señor del Hostel y lo leído en los foros, vamos a comprar los billetes de bus para subir mañana al yacimiento. Hemos leído colas multitudinarias para comprarlos por la mañana. Junto al río, la caseta que vende los boletos, abre desde las 5 am a las 21:50 horas. Es necesario presentar el pasaporte para comprarlos, aunque una fotocopia nos sirvió. Los buses comienzan a operar de 5:30 a 15:30 y para bajar de 6:00 a 17:30. La frecuencia es cada 10-15 minutos. Por cierto, permite pagarse con tarjeta Master Card o American Express, no se permite el pago con Visa, curiosidades del negocio inca. Solucionado y, esta vez sí, a cenar.

La visita de la ciudad de Aguas Calientes, cuanto menos “curiosa”

Difícil saber si uno u otro. Las cartas de todos son muy similares: pizzas, comida mejicana, hamburguesas…, además de la clásica peruana. Y precios, igualmente para todos los gustos. Hay que tratar de huir de los más céntricos, pero… ¡se puede negociar el precio! Y sobre todo, exigir no pagar el servicio, que es un plus que cobran todos, y a nosotros no nos costó quitar. Así que, cuestión de probarse.

Para mañana, ¡Machu Picchu!



Booking.com

TIPs VIAJÉFILOS 

Para el bolsillo

  • Transporte entre Cusco y la hidroeléctrica: 50 soles (14 €) por persona. El precio que ofertan las muchas compañías que lo hacen, varía entre los 80 y los 60 soles. Lo conseguimos más barato por ser un grupo. En cualquier caso, es cuestión de buscar y regatear. Además tened en cuenta el punto de partida, hotel u oficina, la comida incluida o no, el tipo de vehículo… En nuestro caso pagamos sólo por el transporte en vans de 15 personas.
  • Menú Santa María: 10 soles (3 €). Una casa y tienda donde la familia ofrece un menú predeterminado, básico pero bien rico y servido por los hermanos gemelos que resultan la mar de simpáticos.
  • Tren desde hidroeléctrica a Aguas Calientes: 31 dólares. Se puede comprar allí mismo, cuando comienzas la ruta a pie.
  • Catari´s Guest House: 11 € por persona fue lo que pagamos en habitación cuádruple con baño.
  • Bus subida y bajada Machu Picchu: 24 $, la mitad un solo viaje.

Tiempos y distancias

  • Transporte en van desde Cusco a la hidroeléctrica: 6 horas. Treinta minutos más hasta comenzar el sendero a Aguas Calientes.
  • Caminata desde hidroeléctrica a Aguas Calientes: 2 horas y 45 minutos. Un ritmo suave y varias paradas para fotos junto alguna para tomar algo. En general el trayecto es apto para todo el mundo.

Información útil

  • Es aconsejable pasar dos noches en Aguas Calientes para explorar Machu Picchu, sobre todo en caso de subir en micro. El transporte, entre 6 y 7 horas se hace duro; y bajar la misma tarde en que se han visitado las ruinas, Wayna Picchu incluido, puede ser un agotador. Mejor dormir esa noche en Aguas Calientes, celebrar el éxito de la empresa y volver por la mañana, al día siguiente.

Viernes, 24 de marzo de 2017. Aguas Calientes-Machu Picchu

Ciudad de Machu Picchu

El gran yacimiento de la vieja ciudadela sigue siendo un enigma en muchos sentidos. Se desconoce a ciencia cierta el momento de su construcción y la finalidad de esta villa. Edificada en el siglo XV, en el último periodo del reinado de Pachacutec, se especula si sólo era una residencia real, un granero o fortificación de defensa a Cusco. La realidad es que parece que fue abandonada años después de su construcción, y tan poco están aclaradas las causas.

La ciudad permaneció en la penumbra durante siglos, de hecho no aparece en ninguna de las crónicas de los españoles, hasta su descubrimiento ya en el siglo XX. Encontrada por el norteamericano Hiram Bingham en 1911, quien creyó encontrar Vilcabamba, la última fortaleza inca, la ciudad de Machu Picchu pasó hasta entonces, desapercibida, primero para los españoles como digo, y en los sucesivos años para todo el mundo. Con el descubrimiento llegó el expolio por parte del equipo americano de Bingham, hecho que todavía es motivo de litigio entre los gobiernos de Perú y Estados Unidos.

Subíamos pues a las ocho y poco de la mañana hacia la ciudadela. Nuestro ascenso al Wayna Picchu, “la joven cima”, contratado hacía meses igualmente, estaba programado para las diez; y estábamos advertidos de que no es posible presentarse antes ni después. Llegar al acceso desde Aguas Calientes se podía demorar en torno a hora y media. En este horario no tuvimos que esperar, y prácticamente de inmediato, el bus se puso en marcha. Es primordial presentar además del ticket de bus, el pasaporte y la entrada a Machu Picchu: los controles de documentación son bastante estrictos. El trayecto de subida es espectacular, ¿por qué edificarían esta ciudad en semejante lugar?

Entramos al recinto y comienza el festival de fotos.

Viajefilos en Machu Picchu

Con 530 metros de ancho y 200 de largo, la ciudad se encuentra dividida en dos sectores diferenciados: el agrícola y el urbano, división que queda clara con un muro y un foso defensivo. Todavía con más de una hora para nuestro turno al Wayna, nos dirigimos primero a la terraza donde salen las fotos más clásicas. Diez, veinte, treinta… no nos podemos resistir a más y más tomas. Nos arriesgamos a terminar la visita aquí con nuestros saltos, no sabíamos que estaba prohibido. Y es que lo de hacer tonterías como el clásico salto con la estampa del Machu al fondo, es una cosa que cabrea y no sabéis como a los vigilantes…

Ascenso hasta Wayna Picchu

Seguimos por la ciudadela siempre hacia Wayna Picchu. Son las diez cuando llegamos, y el día está respetándonos de momento. La subida sólo se permite a 400 personas al día, lo cual quiere decir que hay que reservarlo con mucho tiempo. Se puede elegir entre dos turnos: de 7 a 8 o de 10 a 11 de la mañana, con 200 personas por grupo. Ascenderemos desde los 2453 metros de la ciudad inca a los 2682 metros de la montaña.

Una hora de subida a un ritmo más bien tranquilo, con paradas más que merecidas para las espectaculares fotos que vamos tomando, descansos en los que además aprovechamos para tomar algo del escaso aire en la altura. Duro, pues los escalones parecen hechos por gente de otro planeta. El último tramo de escaleras se atraganta, y de qué manera. Pero una vez arriba, merece la pena el esfuerzo, como siempre en estos desafíos. El paisaje dibujado bajo la luz de un sol radiante que nos ha acompañado en el último tramo, es difícil de describir. Pensar cómo diseñaron la ciudadela con la forma de un águila vista desde arriba, es muy complicado.

En la cumbre de Wayna Picchu

Descansar solo, en la cumbre, se complica. El cuerpo se desplaza inconsciente y constantemente en busca de la mejor toma del espectáculo que supone el fondo. Los mejores lugares se hayan copados, menos mal que el cupo de gente está restringido. Emprendemos un buen rato después la bajada, que se pone difícil por momentos, con tramos mojados que nos obligan a extremar la precaución. Sobre cincuenta minutos después, por fin, aparecemos de nuevo en el control de entrada.

Ocuparemos, después de un descanso, tiempo para ver la ciudadela con tranquilidad. Ya no tenemos prisa a partir de este momento. Y para acabar, una Cusqueña en el bar de la entrada del yacimiento antes de bajar. Desde la terraza del mismo, se controla cómo va la fila de los buses de bajada, que por momentos se pone fea. Tuvimos suerte y sólo tuvimos que esperar un ratillo con nuestra cerve para elegir la ocasión de tomar el bus sin tener que hacer cola.

Para las dos estamos de nuevo en Aguas Calientes, dispuestos a comernos una vaca.

La satisfacción de haber conocido uno de los más míticos enclaves construidos en el planeta

Y para ello, nos acercamos, junto a los raíles, a Full House, un lugar recomendado por el dueño del hostel, que nos promete un 10% de descuento. Comemos y bebemos bien, precios de aquí, más altos, pero el trato fue excelente. Nos invitan a un pisco sour, y finalmente y con la tarde echada, nos vamos a vivir el tardeo en Aguas Calientes.

Una opción en el pueblo es visitar las termas (de 5 am a las 7:30 pm, 20 soles), pero nosotros al final sólo paseamos (poco) y cambiamos esta atracción por la visita de alguno de los bares…

TIPs VIAJÉFILOS 

Para el bolsillo

  • Entrada a Machu Pichu con Wayna Picchu: 59 €.
  • Cusqueña pequeña en el bar del recinto: 17 soles (4 €).
  • Comida Full House, Aguas Calientes: 50 soles (15 €) (por persona, se entiende). Hay tantos que será difícil elegir en cual te sientas a comer. Como tantos otros, disfruta de una entrada peculiar, pegada a la vía del tren, y unas buenas vistas del embravecido río del otro lado. El trato, como dije, exquisito.
  • Cena en Chaska Restaurante: 25 soles (7 €). Ni bien ni mal, lo previsible.

Tiempos y distancias

  • Bus Aguas Calientes-entrada Machu Picchu: 20 minutos.
  • Subida a Wayna Picchu: 1 hora a ritmo tranquilo.
  • Bajada desde Wayna Picchu: poco menos de 1 hora.
  • Visita completa de Machu Picchu con subida a Wayna Picchu: 5 horas sin guía. Supongo que en función del conocimiento e interés por la cultura inca se le pueden dedicar tantas horas como se quiera. Las nuevas restricciones en entradas y horarios, harán que este tiempo esté más limitado.

Información útil

  • En la mayoría, si no en todos los restaurantes de Aguas Calientes, cobran unos soles por servicio, cantidad que no es despreciable y que se puede negociar previamente a sentarse. En muchos de los locales, te lo quitarán gustosamente con tal de que consumas.
  • La subida al Wayna Picchu a las 10 de la mañana nos permitió ascender con las atrayentes nubes posadas en las cimas, para después poder disfrutar sobre la montaña de un día soleado y despejado. Es cierto que la bajada al mediodía la hicimos bajo un sol de justicia, pero creemos que subiendo a las 7 de la mañana el paisaje estará totalmente cubierto, al menos en esta época del año.
  • Tal vez contratar uno de los muchos guías que se ofrecen a la entrada, es una buena idea para entender mejor el modo de vida en la ciudad perdida. Pasear si más sobre las ruinas no te hace entender la auténtica importancia del paraíso. Al menos llevar una guía escrita seguro que hace la visita más interesante.
  • El único baño disponible en todo el yacimiento está a la entrada…

Sábado, 25 de marzo de 2017. Aguas Calientes-Cusco

Hoy es un día de ésos de transición… Pero ¡cómo se puede llamar así a un día de camino (entiendo que no hay sinónimos para viajar)! Viajando siempre pasa algo, aunque sea un día mal llamado así. El caso es que amanecíamos en Aguas Calientes, y dormiríamos en Cusco. Y para ello nada más y nada menos que teníamos por delante la inevitable caminata hasta la hidroeléctrica, y las otras 6 ó 7 horas de maldita furgoneta a Cusco, donde preveíamos llegar a dormir. Así, desayunados y concienciados, nos poníamos en marcha sobre las diez de la mañana. César, el conductor de la furgo, nos esperaba en la hidroeléctrica entre las dos y las tres de la tarde. Tomando algo en algún local del camino, teníamos tiempo de sobra.

Dispuestos a emprender la vuelta a Cusco

Y al rato de salir, de nuevo, arranca una fina lluvia. Este desfiladero parece abonado a las precipitaciones. Así que, después de caminar unos tres cuartos de hora, hacemos un descanso en Mamá Angélica, un lugar muy agradable con café orgánico y jugos naturales. Un buen sitio tanto a la ida como a la vuelta, para ese stop necesario.

Después de media hora, parece que la lluvia vuelve a cesar, y emprendemos de nuevo el paseo. El resto del camino lo hacemos con mejor tiempo, pocos ratos con lluvia muy fina que alternan con claros. Paramos una vez más a un kilómetro y medio, un nuevo sitio en San Miguel, donde venden bebidas y comida. Antes de las dos y habiendo llevado un ritmo tranquilo, ya estamos cerca de la zona donde aguardan todas las furgonetas. Aprovechamos para comer en uno de los restaurantes, Inti Watana, junto a la vía, antes de empezar con las infernales horas de vuelta a Cusco.

Abajo y a voz en grito, van llamando a los turistas a los micros que van saliendo. Esperamos una media hora antes de partir. Y la manera de organizarlo es, como siempre con estas cosas, por orden de llegada. Un polaco gordo sin camiseta a un lado, puede hacer que odies la fuerza centrípeta que te lo lanza en las curvas; un pobre y largo inglés que no cabe en la última fila; y en general, una lata de sardinas en la que sufrir la carretera. Cargan 15 turistas en cada furgoneta y… ¡suerte! Salíamos a las tres de la tarde.

Para las siguientes horas, más vale que trates de dormir. La temeridad de estos tipos al volante hace que tu sueño, caso de que lo consigas, sea lo único que te libre de estar en tensión todo el camino. Eso sí, será toda una proeza conseguirlo entre bache y bache… Y un momento interesante: aquél en el que un control policial nos obliga a parar. Los agentes con cara de muy pocos amigos revisan el vehículo a la vez que unas muchachas sonriendo nos venden sus productos… Un rato más tarde, no sé cómo se solucionó o qué buscaban, seguimos camino.

La única parada, tres horas después de salir, es más que necesaria. Y como todo, bueno o malo, termina, y a las nueve y media de la tarde llegamos ¡por fin! a Cusco. Última noche en el Hatun Quilla, donde amablemente nos han dejado las mismas habitaciones, encontrándonos las mochilas allí. Salimos rápidamente a cenar en el Meat Ball Club, en la calle Educandas, un local especializado en albóndigas y gestionado por gente joven, que nos gustó. El día no dio para más.

TIPs VIAJÉFILOS

Para el bolsillo

  • Mamá Angélica: café orgánico 5 soles, jugo natural 8 soles, menú 15 soles.
  • Menú Inti Watana: 10 soles (3 €). Un lugar donde parar a comer antes de emprender la vuelta hacia Cusco. Nada que destacar en el menú, pero el precio tampoco permite quejas.
  • Alojamiento Hatun Quilla: 22 €.
  • Cena Meat Ball Club: 20 soles (6 €).



Booking.com

Tiempos y distancias

  • Salíamos de Aguas Calientes a las 10 de la mañana para llegar a Cusco cerca de las 10 de la noche, 12 horas después.

Información útil

  • El día de vuelta a la hidroeléctrica, aunque el recorrido se puede hacer en unas dos horas, tal vez se puede aprovechar para hacer los 10 km con más tiempo y comer en cualquiera de los sitios del camino, o al final en la propia estación. Basta con estar a las 14 horas y esperar tu micro de vuelta a Cusco.
  • Una vez hecho, creemos que invertir en el pasaje de regreso en tren (Aguas Calientes-Cusco), no es descabellado. Una vez disfrutado el trekking a la ida y pudiendo evitar las seis horas de micro de la vuelta llegando de noche a Cusco, es una opción a valorar.
Picture of Jose Luis Bauset
Jose Luis Bauset
Soy Jose Luis, más conocido como Bau. Aquí compartimos nuestras experiencias viajando. Viajefilos es nuestro blog de viajes, donde todos aquellos adictos a viajar pueden buscar inspiración.

¿Te ha gustado nuestro post? ¡Déjanos tu opinión o cuéntanos tu experiencia!

5 comentarios en “La visita de Machu Picchu”

  1. He leido en multitud de sitios que la contratación de un guía es obligatoria en la 1ª visita (si vuelves dos días consecutivos o si sacas entrada de mañana y tarde, entonces ya no).
    De vuestra narración veo que no os obligaron… os preguntaron, dijisteis que no y ya?

    1. El viaje lo hicimos en Marzo del 2018 y si bien los guías se mostraban bastante insistentes no tuvimos problema para hacer la visita por nuestra cuenta. Es cierto que poco tiempo después cambió, por ejemplo el sistema de compra y cupo de entradas y no sé si con ello han modificado el tipo de visita que se puede realizar por libre. Supongo que ante la avalancha de gente pueden haber tomado medidas, sin duda, los vigilantes del yacimiento tenían bastante trabajo tratando de impedir que la gente se colara por todos lo rincones en busca de la “mejor foto”. Siento no poder ayudarte. Nos gustaría mucho que nos contaras y actualizaras la información a la vuelta. Gracias por tu comentario.

  2. precioso. Una manera de llegar a Machu Pichu andando es hacer el camino Inca. Si te gusta la naturaleza y las montañas no tiene desperdicio. Son 4 días a través de los Andes, con paisajes de ensueño. Se llega a casi los 4400 metros, pero se puede hacer bien.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Responsable: José Luís Bauset +info
Finalidad: Compartir recomendaciones de viaje. +info
Legitimación: Consentimiento del interesado. +info
Derechos: Tiene derecho a acceder rectificar y suprimir los datos. +info
Información adicional: +info

Scroll al inicio