Nuestra primera semana de viaje en China había discurrido en el norte del país, entre Pekin y Xi´an, probablemente la parte más visitada. Años después repetíamos enclaves únicos como estas ciudades, pero también descubríamos poblaciones nuevas para nosotros y que nos dejaron gratamente sorprendidos como Datong y Pingyao. Nos disponíamos ahora a conocer el sur de China. Aquella madrugada volábamos desde Xi’an hasta Lijiang.
Comenzaban así nuestros cinco días de viaje a Yunnan para seguir hacia el este, Guilin, Yangshuo y finalmente Hong Kong desde donde volveríamos. En aquellos cinco días en Yunnan visitaríamos Lijiang y sus alrededores, Shangri-La y el pequeño Potala, adonde llegaríamos siguiendo el trekking de la Garganta del Salto del Tigre y Kunming, la capital de la provincia. Pero vamos poco a poco, vamos a contaros con detalle cómo fueron aquellos días de viaje a Yunnan.
El viaje a Yunnan, lo mejor del sur de China
Lijiang Old Town. Provincia de Yunnan
Lijiang, la ciudad de los puentes, una antigua población atravesada por canales con más de 350 puentes. Eso leíamos cuando preparamos esta parte del viaje y antes de llegar ya estábamos arrepentidos de no haber podido sacar más tiempo para aquel viaje a Yunnan. Hacía años que habíamos cruzado la carretera de la Amistad en Tíbet y nos enamoró. De alguna manera esperábamos algo parecido en esta provincia del sur de los Himalayas. Y cuanto más leíamos, más convencidos estábamos: minorías étnicas ancestrales, grandes montañas nevadas, pequeñas poblaciones ancladas en el pasado. ¿Sabíais que Yunnan significa “al sur de las nubes?…
Llegábamos a la población de buena mañana. Ya estábamos a 2400 msm y dispuestos a disfrutarla.
Cómo llegar hasta Yunnan. Nuestro vuelo Xi’an-Lijiang
Madrugar estando de viaje parece que cuesta menos, pero si te tienes que levantar a las tres de la mañana, cuesta, ¡vaya si cuesta!. La cuestión es que volábamos a las seis a Lijiang y no tuvimos más remedio que poner el despertador a eso de las tres. El vuelo que pretendimos coger la tarde anterior había subido mucho de precio cuando decidimos visitar esta parte del país.
El aeropuerto de Xi’an (Xi’an Xianjang AirPort) es muy grande. Tiene tres terminales y llegamos hasta la T2 en DiDi. Siendo de madrugada no fue más de media hora y 14 € al cambio. En metro pagarás 10 yuanes (algo más de un euro) pero no funciona hasta las 4 AM. Volábamos con Capital Airlines, una low cost china en la que pagamos 81 € para facturar hasta 20 kg aunque íbamos a intentar evitarlo. No hubo manera, nuestras maletas de mano volarían en bodega.
Un consejito: Se toman muy en serio los controles de seguridad (pasaporte, ordenador, baterías, líquidos…), prepárate bien. Y por si fuera poco, en el aeropuerto mucha de la cartelería está en chino así que mucho ánimo. Apréndete bien el número de vuelo porque será lo único que vas a entender de los paneles. Y para que os hagáis una idea del tamaño del país, el vuelo entre ambas ciudades es de ¡dos horas y media!.
Al menos Trip, la página donde compramos los vuelos, está muy currada. Os explicamos mucho más en nuestra Guía Esencial de China pero no tardéis en descargar la App de Trip. Os irá avisando en tiempo real de puertas de embarque, horarios y demás.
Trip, como organizar un viaje a China
El alojamiento en Lijiang
Habíamos reservado un mes antes el Lijiang Big Tree guesthouse – Naxi old style. Por 46 € las 2 noches que pasaríamos, tenía muy buenos comentarios. Joyce, su propietario, nos ayudó muchísimo para organizar los días de los que disponíamos y de hecho nos esperaban en el aeropuerto al llegar. Nos pidió 80 yuanes (10 €) y no nos pareció mal precio. ¡Menudo tiempazo al aterrizar! Un solazo de justicia y una temperatura entorno a 10 grados la mar de agradable.
El taxi nos dejan la puerta sur. La ciudad está cerrada el tráfico y nos queda un trecho que caminar hasta llegar al hotel. Y una vez estuvimos en el alojamiento y conocimos a Joyce alucinamos aún más. No se puede ser más amable y prestar mejor atención. Nos aconsejó acerca de nuestras opciones en las dos noches que pasaríamos en Lijiang y de hecho cambiamos alguno de nuestros planes.
El hotel es una preciosidad, con arquitectura tradicional naxi. Café y té gratuito 24 horas y nos invitó a probar los clásicos pastelitos de flores de la ciudad. Además ofrece servicio de lavandería también gratuito. Sin duda, este es el alojamiento que hay que elegir en Lijiang.
La ciudad vieja de Lijiang, imprescindible en un viaje a Yunnan
Para el primer día y después del madrugón, queríamos disfrutar del casco antiguo de la ciudad de Lijiang. Lijiang y gran parte de la provincia de Yunnan está habitada desde hace siglos por la etnia minoritaria naxi. Los naxis han marcado con su impronta la arquitectura de sus ciudades, adaptadas como no podía ser de otra manera a la orografía montañosa del terreno. En el año 1300 se asentaron en la población.
Si bien es muy muy turística y recargada en sus principales calles en exceso, donde los comercios se pegan unos con otros, basta con perderse un poco para disfrutar de un ambiente más auténtico. No queremos imaginar esto en temporada alta… Desde luego para disfrutar como un turista y pasear relajadamente este es el lugar.
Lo primero que tenéis que saber es que, aunque veáis tornos de pago para la visita de la ciudad, ya no funcionan y en la actualidad no se paga salvo para algunas localizaciones y edificios.
Algunos lugares pintorescos en la ciudad vieja de Lijiang
La calle y plaza Sifang
El centro de la antigua ciudad es la calle Sifang, uno de los pasos comerciales de la antigua ruta del té. Por aquí también pasaba el tradicional comercio de caballos. También es el punto de encuentro de varias calles principales de la ciudad antigua.
Umbrella Street, la más instagrameable de Lijiang
Una de esas célebres calles para los instagramers… ya podéis imaginar el porqué. La verdad es que hay más de una, no sabemos cuál fue la original. ¡Estos chinos son de copia rápida!.
El Puente Dashi
Data de la dinastía Ming. Es el primero de todos los puentes de la antigua ciudad y además de bonito está rodeado de flores y plantas siguiendo el riachuelo. Una delicia para tirar fotos sin descanso. Tendrás que pelear con los profesionales que campan por todos los lados de la mano de las muchachas con los trajes tradicionales para su book.
El Mercado nocturno de Lijiang
Junto al mercado local, comienza a las 6 pm todas las noches. Podéis perderos entre lo puestos y, por supuesto, preparaos para echar fotos.
Black Dragon Pool, el Estanque del Dragón Negro
A 10 minutos al norte del Old Town donde todos cuentan que hay que ir a ver ponerse el sol y así lo hicimos. Desde allí se refleja en el agua en un día despejado, la montaña del Dragón de Jade (5.596 metros de altitud). Probablemente está entre las fotos mas buscadas de cualquier viaje a Yunnan, sin duda la más solicitada de Lijiang y sus alrededores.
La Colina del Leon y el pabellón Wan Gu al atardecer
Merece la pena subir al atardecer, eso si para llegar hay que esforzarse, recordemos que estamos a más de 2000 msm. Entrar cuesta 35 yuanes (4.5 €). Abren de 9 a 23 horas. Subimos hasta el Wan Gu (Claridad eterna), un edificio en lo alto de la cima con vistas privilegiadas. Con sus 33 metros sobre la colina permite avistar hacia el norte la majestuosa Montaña Nevada del Dragón de Jade, una de las montañas más emblemáticas de Yunnan. Eso sí, las escaleras para llegar a lo alto del mirador si parecen eternas.
De nuevo debajo vale la pena rodear el edificio, siguiendo la senda delimitada en el parque y asomarse a la parte trasera donde hay dos estupendas, torres, de la Campana y del Tambor. Al pie de la colina y con las mejores vistas de la ciudad antigua, varias terrazas donde descansar mientras se pone el sol.
Dónde comer en Lijiang
Para comer las posibilidades son tantas que se complica. Al igual que en el resto de China hay que añadir el problema del idioma y que las cartas en inglés son escasas. Optamos por una especie de patio abierto con muchos puestos donde por señas elegías y veías lo que te cocinaban. Además contamos con la ayuda de una muchacha que se prestó a traducir alguna cosa. Unas enormes raciones de noodels con setas de Lijiang muy ricas. Con cerveza no pagamos más de 4 € cada uno y creemos que nos hizo precio guiri…
Y para cenar… ¡pues no cenamos! Tan agotador fue el día y tanto bajo la temperatura (no extrema pero poco agradable) que nos atrapó la cama. Optamos por un par de los tremendos yogures chinos a los que habíamos generado adicción y a dormir. Mañana ¡día de moto por los alrededores de Lijiang!
Los baños, la sorpresa agradable de Lijiang
Una cosita: ¿Os habéis preguntado cómo están los baños públicos de todos estos sitios?. Pues sinceramente alucinamos en todo el viaje por limpieza y disponibilidad. Siempre gratis. Y os lo contamos porque en concreto en Lijiang es un espectáculo. Cada poco encontrarás baños, muy muy limpios y sin colas. Sólo recuerda llevar papel higiénico contigo siempre en la mochila o bolso de mano. Los cambios en China después de nuestros anteriores viajes al país, eran más que evidentes.
Los alrededores de Lijiang en moto
Tras hablar con Joyce, para el siguiente día en Lijiang optamos por cambiar de planes. Alquilamos una moto para recorrer tranquilamente los alrededores de Lijiang. Eso sí, salíamos a las diez de la mañana, los cuatro grados con los que amaneció por aquí no aconsejaban hacerlo antes.
En el hotel nos ofrecieron una moto eléctrica por 80 yuanes (10 €) para todo el día con autonomía para 200 km, más que suficientes.
La ruta en moto por los alrededores de Lijiang (aprox. 70-80 km en total)
Empezamos la ruta saliendo desde la ciudad antigua, tomando dirección norte hacia Baisha. Encontramos algo más de tráfico a la salida de la ciudad, pero después es bastante tranquilo y la circulación no va más allá de los 50 km/h. Los coches respetan a su derecha a la circulación de bicicletas y motocicletas. La mayor parte son vehículos eléctricos.
Pueblo de Baisha (10 km – 40 min)
Se nota que vamos despacio… ¿no?. Estamos haciéndonos a esto de circular en China.
Baisha fue la antigua capital del Reino Naxi. A priori menos turistas pero solo a priori. Lo que sí es verdad es que las fotos con la montaña nevada de fondo son irresistibles. Para las mejores fotos tendrás que subir a alguna de las terrazas de los bares que hay en la calle principal y es difícil escaparse de tomar alguna cosa.
Los Murales de Baisha
Antes de seguir nos acercamos a ver los Murales de Baisha: pinturas del siglo XV con influencias budistas, taoístas y tibetanas. Para ello hay que pagar entrada, 20 yuanes. Abren entre las 8:30 y las 17:30. El complejo incluye varios edificios de la dinastía Ming y Qing, en total 45 murales. Resultan impresionantes. No está permitido echar fotos. La verdad es que hacemos la visita prácticamente solos, está parte de su cultura no interesa tanto al turismo nacional…
Pueblo de Yuhu (desde Baisha, 8 km – 30 min)
Después del atracón turístico de Baisha seguimos algo más al norte, hasta el pueblo de Yuhu. Situado a los pies de la Montaña Nevada del Dragón de Jade, es uno de los lugares donde pensábamos que huiríamos de la masa. Aquí vivió prácticamente solo junto a los viejos naxis, Joseph Rock, el explorador austriaco, en los años 30. Desde aquí existe la posibilidad de hacer alguna caminata corta por los senderos cercanos.
A Yuhu no se puede llegar en vehículo y 1 km antes hay un gran aparcamiento donde dejar la moto para subir pequeños buses. Eso que quiere decir, que habrá que pagar. En este caso fueron 39 yuanes (5 €). Desde el punto de información se sube al pueblo en bus y desde aquí se toma otro bus para el lago Longnü o lago de Jade. Insistieron mucho en que el último bus bajaba a las 18:20. La turistada máxima consiste en subir a caballo.
Y arriba, en el pueblo, justo lo que nos temíamos: restaurantes, tiendas y muy poco rastro de lo que debió ser una tranquila aldea al pie de la montaña nevada de Jade. Es lo más cerca que estuvimos en la montaña.
Templo de Yufeng (desde Yuhu, 5 km – 10 min)
Un templo budista tibetano enclavado en un entorno natural precioso en el que pagamos 17 yuanes (2 €) cada uno para ver si teníamos suerte con el magnolio centenario que florece cada primavera. Era pronto para ello.
El templo nos recordó mucho a los monasterios budistas que vimos en nuestro viaje al Tibet. Más arriba, en la ladera, el jardín de las Diez mil Camelias. Se dice que el árbol tiene más de 500 años. Allí mismo vivió durante 61 años al cuidado del árbol, Nadu. Es curiosísima la historia de entrega del monje.
Pueblo de Shuhe (desde Yufeng, 15 km – 25 min)
Una buena opción para parar a almorzar. Nosotros veníamos de hacer un picnic en el templo de Yufeng como muchos locales que vimos. Shuhe fue una estación importante de la Ruta del Té y los Caballos y conserva como el resto de poblaciones su estructura original. Hoy quedan cafés, restaurantes y tiendas de artesanía.
Cruzamos el Qinglong bridge que con 400 años leemos es el más grande con arco de piedra de Lijiang. Si nos dicen que estamos en Lijiang probablemente lo creeríamos.
Por fin, el Parque del Estanque del Dragón Negro (desde Shuhe, 8 km – 30 min)
Antes de regresar a la ciudad antigua, nos detuvimos en el parque. Justo con el atardecer se aprecia el reflejo de la Montaña del Dragón de Jade en el estanque. Y ya de paso, más templos y pabellones tradicionales. El parque estanque bastante grande para recorrerlo por completo.
Son casi las 8:00 de la tarde y unas 10 horas después de nuestra salida volvemos al punto de partida en la puerta sur de Linjiang. Para que os hagáis una idea de lo seguro que puede llegar a ser este país, las llaves se dejan puestas y vienen a recoger la moto al sitio.
¡A pesar del palizón hoy si saldremos a cenar!. Teníamos calado un local que vendía en su cartel “las mejores hamburguesas de la ciudad vieja”. Allá que nos fuimos y fue todo un acierto. El local se llama N’ s Kitchen. No podéis imaginar el ambientazo que hay en el casco antiguo de esta ciudad por la noche, pero no es para nosotros. Mañana toca madrugar, nos espera el trekking en la garganta del salto del Tigre y ¡camino a Shangri-la!
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