Qué ver en Datong en dos días: La ciudad y sus alrededores

Templo de Hengshan, qué ver en Datong

Después de nuestra escala de un par de días en Pekín, donde empezamos a saborear la intensidad del viaje por China, tocaba poner rumbo al oeste. Datong, una ciudad muchas veces ignorada en las rutas más típicas, fue nuestra siguiente parada. Enclavada entre antiguos templos colgantes y grutas milenarias, esta ciudad industrial nos ofreció una combinación perfecta entre historia, arquitectura y autenticidad local.

Os contamos con todo detalle cómo llegamos en tren desde Pekín, qué ver en Datong en dos días y cómo organizar la visita para no perderos nada, incluso si vais con el tiempo justo.

Cómo organizar la visita de Datong en dos días

El mapa de los atractivos que ver en Datong en dos días

Ya sabes, puedes guardar el mapa con las principales visitas de Datong en dos días y los tendrás localizados en un solo click en el móvil en tu destino.

Día 4. El tren Pekín-Datong. El Templo Colgante de Hengshan y la Pagoda de Madera

Cómo llegar a Datong desde Pekín en tren

Hoy tocaba de nuevo madrugar. Nuestro tren desde la capital hacia Datong salía poco después de las 8:00 de la mañana, y eso, en China, es un buen madrugón. Al tiempo necesario para llegar a la estación Beijing North Railway Station (la más céntrica), hay que sumarle al menos una hora para pasar los controles y abordar el tren. Cinco minutos antes cierran el embarque.

Como ya hemos dicho, la regla de oro en este país es que el pasaporte es vuestro billete. Siempre debéis llevarlo encima: lo necesitaréis tanto para subir al tren como para salir de la estación al llegar. El acceso para extranjeros se realiza por una fila aparte.

Billetes, precios y recomendaciones prácticas

El tren Pekín-Datong costó en segunda clase 20 €, cerca de 25 € con la comisión de Trip.

Un DiDi nos llevó desde nuestro hotel hasta la estación en unos 30 minutos (5 €). El tráfico es muy denso a primera hora en la capital, así que no desesperéis, pero tomad las distancias con tiempo.

Cómo conseguimos los billetes de tren, y la tensión que supone no saber hasta dos semanas antes si tendrás o no el tren en el horario elegido, lo contamos todo en nuestra Guía Esencial de China. Para que os hagáis una idea, podréis pre-reservar varios horarios e incluso quedar en lista de espera. Con puntualidad suiza, cuando se cumplen los 15 días previos, sabréis si tenéis los billetes. Como adelanto: ve bajándote la app de Trip.

La experiencia de viajar en tren en China

La amplísima red de trenes de alta velocidad china, por su eficacia y calidad, merece un capítulo aparte. No hay duda de por qué terminarán por hacerse con todo el pastel, incluida la guinda… si no lo han hecho ya. En el camino se suceden enormes edificios impersonales a modo de enjambre y grandes polígonos industriales.

En menos de dos horas (350 km) llegamos a Datong gracias a la alta velocidad china.

Desde el hotel de Datong donde nos alojábamos nos habían reservado el transporte a nuestra llegada, no para hacer el check-in inmediato, sino para comenzar con las visitas de la ciudad y así tener tiempo de conocer sus principales atractivos. Nuestro coche nos esperaba en la estación para llevarnos directamente al Templo Colgante de Hengshan. La ciudad nos recibió con nieve.

Por la recogida en la estación de Datong, la visita del templo y la de la Pagoda de Madera pagamos 350 yuanes (unos 45 € los tres). En total, unas siete horas desde que llegamos a la estación.

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La visita del Templo Colgante de Hengshan

Para nosotros un imprescindible y una de las visitas que no te puedes perder en tu viaje a Datong en dos días. A unos 70 kilómetros de la ciudad, supone unos 90 minutos de viaje. Abre para la visita de 7:30 a 16:00 horas. El enorme complejo donde se compra la entrada está a unos 10 kilómetros. El precio: 16 € por persona. Por supuesto, no olvides tu pasaporte.

Tras comprar la entrada, en otro mostrador se pagan 20 yuanes (2,5 €) para tomar el bus que lleva al yacimiento.

El templo fue construido en madera en el siglo V (¡dice la Wikipedia que por un solo hombre!), aunque las crecidas del río se lo han llevado en distintas ocasiones. En la gruta, hasta 80 estatuas de diferentes materiales incluyen representaciones de las tres religiones del país: budismo, taoísmo y confucianismo. La ruta entre las viejas pasarelas de madera y los templos excavados en la roca produce auténtico vértigo. Menos mal que fuimos en temporada baja. Probablemente, con mayor afluencia de turistas debe ser un caos debido a la estrechez de los pasadizos.

Durante nuestra visita, la nieve embellecía aún más los tejados de cerámica esmaltada que cubren los templos. Estuvimos aproximadamente una hora y media.

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La Pagoda de Madera de Yingxian, joya del siglo XI

Al sur, aproximadamente a una hora de camino, se encuentra la pagoda de Yingxian, el edificio de madera más antiguo de China y nuestra siguiente parada.

La pagoda Sakyamuni del Templo Fogong se construyó en el año 1056 y, con sus 67 metros, es también una de las estructuras de madera más altas del mundo. La entrada cuesta 50 yuanes (6,5 €). En los alrededores, una multitud de restaurantes y tiendas de souvenirs en lo que parece una ciudad fantasma en temporada baja. El pórtico de entrada es una maravilla, y ya dentro del recinto, a ambos lados se sitúan la Torre de la Campana y la Torre del Tambor.

Los frescos que embellecen las paredes de la estancia principal, donde está el Buda Sakyamuni, están magníficamente conservados. Hace años, parece que se podía subir hasta la segunda planta, pero hoy día no es posible acceder a ninguna de ellas.

En un local de los alrededores pedimos tres hamburguesas de pollo. ¡Pagamos 2 € por las tres! Son las seis de la tarde y, tras un agotador pero muy aprovechado tour, llegamos por fin a nuestro hotel en Datong, el Pipa Hotel.

Nuestro alojamiento en Datong: dormir en la ciudad amurallada

Aunque Datong fue la cuna de la civilización china, llegando a ser capital del imperio, hoy en día es una ciudad industrial, la mayor área de extracción de carbón del país. Aun así, su legado histórico se mantiene (en gran parte reconstruido para atraer al turismo) y ha sido incluido en la lista de Patrimonios de la Humanidad de la UNESCO. Los 2200 años de su origen no eran para menos.

Nos alojamos en el Pipa Hotel, por 27 € una noche en habitación doble con desayuno. El muchacho del hotel, como ya escribimos, nos ofreció el transporte para las visitas y en todo momento estuvo atento y en contacto por WeChat. Su ubicación, en el interior de la ciudad amurallada, no puede ser mejor. Y bonito no es… ¡lo siguiente! Una casa tradicional en la que las habitaciones se abren a un espacio central. Madera tallada por doquier y un gusto en los detalles inmejorable.

El casco antiguo de Datong, ideal para pasear
El casco antiguo de Datong, ideal para pasear

El primer paseo por Datong atardeciendo

Atardecía y aprovechamos para un primer paseo por el casco antiguo. Datong tiene mucho que ofrecer. Y, sobre todo, ¡opciones para comer! Nos recomendaron en el hotel cualquiera de los restaurantes situados en las esquinas de la Torre del Tambor.

Nos sentamos en uno con bastante gente, aunque otra cosa fue saber elegir qué cenar… Y la verdad es que cenamos de lujo, pese a que sufrimos un poco viendo cómo nuestra camarera hurgaba en cuantos orificios podía para sacarse cera, mocos y demás. Al terminar, pedimos una vela para celebrar el cumpleaños de Carmen y la conseguimos, pero… ¿de dónde venía esa cera? Mejor no preguntar. Eso sí, la mejor tarta de cumpleaños que conseguimos fue una sopa de fideos gruesos cortados a cuchillo (dao xiao mian), clásicos de Datong, en los que las señoras añadieron la palabra “felicidad” en chino y hecha en zanahoria. ¡Encantadoras!

Con unas buenas risas y habiendo cenado muuucho, nos fuimos temprano de nuevo a la cama.

Día 5. Las Grutas de Yungang, paseo por Datong y tren a Pingyao

Contentos con el conductor del día anterior, quedamos con él a las ocho de la mañana para la visita a las Grutas de Yungang. Por 150 yuanes (20 €), nos llevaba, hacíamos la visita y regresábamos con él a la ciudad. Unas tres horas en total. Así aprovechábamos al máximo el día en Datong, ya que a las cinco de la tarde tomaríamos el tren a Pingyao.

Como os contamos, hicimos las reservas de los trenes aproximadamente un mes antes, aunque Trip no confirmaba la disponibilidad hasta 15 días antes (con una puntualidad escandalosa). El tren entre Datong y Pingyao que queríamos era sobre las 20:00, para aprovechar bien la visita a Datong, pero fue el único que no conseguimos en el horario deseado. Así que tuvimos que cambiarlo a última hora por uno a las 17:00. Ya sabéis: contad siempre en vuestros planes con cierta flexibilidad. Os damos todos los detalles y recomendaciones para organizar el viaje en nuestra Guía Exprés de China.

Grutas de Yungang: cómo organizar la visita

Primer consejo para la visita: Comprad los tickets online antes de ir y así os ahorráis el paseo hasta la puerta de entrada y la cola si la hubiera. Además, el sistema no es precisamente sencillo y solo está en chino. Menos mal que nos echaron una mano. Ya os contamos en nuestro post sobre los cambios que hemos encontrado en China es la amabilidad de su gente. El precio de la entrada: 100 yuanes (aproximadamente 14 €).

El templo de Linyang

Todo el complejo de entrada, que incluye un puente sobre un lago helado, ya resulta impresionante. Se trata del templo Linyang, de reciente construcción, pero de factura muy bella. Si no queréis caminar, se puede tomar un transporte eléctrico que os deja a las puertas de las grutas. Aunque, si hace buen tiempo, el paseo es muy agradable.

Las estatuas de Yungang, imprescindibles de Datong

Yungang es uno de los mayores atractivos de Datong, aunque en realidad se encuentra a unos 40 minutos en coche de la ciudad. El complejo, compuesto por 51 cuevas (hoy Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO), alberga más de 51.000 estatuas talladas en piedra caliza de los siglos V y VI. El trabajo fue realizado por tribus originalmente nómadas que reinaron como la dinastía Wei del Norte tras conquistar esta parte del territorio chino.

De todas las grutas, solo se visitan 21, numeradas para facilitar el recorrido. En ellas se suceden esculturas de Buda y, en algunos casos, figuras de dioses de influencia hinduista de gran tamaño. Algunas conservan incluso la policromía original, aunque muchas están deterioradas por la erosión y los saqueos. Hasta 1.500 años de historia tienen la culpa. En cierto modo, nos recordaron mucho a las cuevas de Mogao, que visitamos hace años siguiendo la Ruta de la Seda, más al norte. Por suerte, esta vez disfrutamos de todo este legado histórico con mucha menos gente.

La visita a las grutas nos llevó unas dos horas y media, así que al mediodía ya estábamos de vuelta en la ciudad, con cinco horas por delante para seguir explorando Datong.

Paseo por Datong: monasterios, murales y buena comida

El monasterio Shanhua de Datong

Entrada gratuita. Cerca de la puerta sur de la ciudad, este monasterio budista data del siglo VIII. Ha sido reconstruido en varias ocasiones a lo largo de la historia. Se recorren distintos pabellones hasta llegar al más imponente: la Sala del Gran Héroe, que alberga cinco estatuas de Buda talladas en madera. Realmente impresionante. No desmerece en absoluto el pabellón anterior, el hall de Shansheng o de los Tres Santos, con frescos muy bonitos en las paredes y dos estelas de piedra datadas en 1176.

El Muro de los Nueve Dragones

Entramos gratis, aunque no tenemos claro si realmente lo era. Éramos los únicos turistas y con enseñar el pasaporte nos dejaron pasar. Este muro es uno de los símbolos de la ciudad y el mayor de los que se conservan en China, con 45 metros de longitud. Fue construido en el siglo XV.

Se acercaba la hora de comer. Ojo: las cocinas cierran a las 14:30. Entramos en un restaurante en pleno centro, prácticamente solos, atendidos por cinco cocineros y tres camareras. Comimos unos “bocadillos” de carne de cordero mechada, unas gyozas y un plato de verdura. Pagamos 5 € cada uno con bebida incluida. Imposible más barato. Con el tiempo justo salimos para la última visita del día.

El monasterio Huayan de Datong

Pagamos 5 € por la entrada. Construido en el año 1038, albergó la escuela budista Huayan. Ocupa una superficie de 66.000 metros cuadrados y cuenta con varios espacios. Uno de sus principales atractivos es la biblioteca de los sutras, aunque se nos pegó el tiempo y no conseguimos encontrarla entre el enjambre de pabellones. Una pena.

Sí llegamos a la enorme Sala del Gran Héroe, uno de los templos budistas más grandes de China. Merece la pena rodearla por dentro y admirar los frescos de las paredes. En el edificio más al fondo, el Gran Hall alberga cinco grandes estatuas de Buda del siglo XV.

Nuestro tren hacia Pingyao: horarios, estación y consejos

Salimos corriendo con la pena de no haber dado con la maldita biblioteca, camino del Pipa Hostel. Tocaba recoger el equipaje y subir a un DiDi rumbo a la estación. El tren salía a las 17:20 desde la estación sur de Datong. El billete nos costó 17 € en segunda clase de alta velocidad. La estación está a unos 7 kilómetros del centro y el taxi nos cobró 3 €. Mucho ojo con no equivocarse: como en otras ciudades chinas, hay varias estaciones de tren, y Datong no es pequeña: con más de tres millones de habitantes, tiene más de una estación.

Por delante, más de 3 horas de trayecto hasta Pingyao.

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¿Merece la pena visitar Datong? Nuestra conclusión

Datong nos dejó una sensación curiosa: parece excesivamente restaurada, casi como una ciudad nueva. Leímos que en 2008 se decidió reconstruir todo el patrimonio. Se comenzó respetando los lugares originales y los materiales de construcción tradicionales. Así, por ejemplo, la muralla es completamente nueva. A pesar de ello, la ciudad conserva un atractivo más que suficiente en sus monasterios y alrededores como para justificar la parada.

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Jose Luis Bauset
Soy Jose Luis, más conocido como Bau. Aquí compartimos nuestras experiencias viajando. Viajefilos es nuestro blog de viajes, donde todos aquellos adictos a viajar pueden buscar inspiración.

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