Un día en Pingyao, la población más bonita de China

Un día en Pingyao

Después de nuestra visita a Datong y con Xi’an en el horizonte, decidimos hacer una parada intermedia en una ciudad que no sabíamos acabaría por convertirse en una de nuestras favoritas de todo el viaje: Pingyao. Llegamos por la noche a su moderna estación de alta velocidad. Dormiríamos dos noches en una de las camas más duras de todo el viaje…

Al día siguiente, nos esperaba un día en Pingyao para descubrir esta joya medieval intacta. La primera impresión fue clara: a diferencia de otras ciudades históricas, Pingyao respira autenticidad. Calles peatonales, casas de época bien conservadas, templos y bancos centenarios… y un ritmo tranquilo que invita a caminar sin rumbo. Aunque se puede recorrer en un día, pasar al menos una noche permite disfrutar de su muralla iluminada, sus callejones silenciosos y sus espectáculos al aire libre. Declarada Patrimonio de la Humanidad, Pingyao no solo se visita, se vive. Y nosotros, en ese primer paseo, ya intuíamos que habíamos acertado.

Todos los atractivos de Pingyao en un día (y algo más...)

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El alojamiento en Pingyao 

Sobre las 20:30 llegamos a la estación Pingyao Gucheng (la moderna estación de la alta velocidad). Para los que estéis pensando en organizar un viaje por libre a China, recordaos que tenéis la información fundamental sobre como hacerse con los billetes de tren, como pagar o comunicarse en el país y todas las recomendaciones prácticas en nuestra Guía Esencial de China. Lista para que la descarguéis.

Tomamos un taxi hasta la puerta norte (3 €), a unos 10 km, no podíamos ir más allá. Los taxis no están autorizados a entrar en el casco antiguo de la población. Aquí nos esperaban desde el hotel para llevarnos.

El tiempo justo del check in en el que sería nuestro lugar para las siguientes dos noches antes de salir a cenar. Nos alojábamos en el Pingyao Juxialge Inn nº 2 Depart por 32 € las dos noches. Una habitación doble que esta vez no incluía el desayuno. ¡Esto si es una cama dura!.

Dejamos equipaje y camino de South street, la calle más recomendada para cenar. Se nota que hay poca gente aun así varios restaurantes siguen abiertos a las 22 horas. Probamos la ternera curada y especiada típica de Pingyao. De nuevo como alguno de los platos de Datong, se condimenta con el vinagre de Shanxi, probablemente el más famoso de China. Poco menos de 10 €. Por la noche la ciudad está completamente a oscuras. No supone un problema de seguridad más allá del hostiazo que te puedes dar.

Lo mejor de la población en perderse. Tanto si solo tienes un día en Pingyao como más, déjate llevar
Lo mejor de la población en perderse. Tanto si solo tienes un día en Pingyao como más, déjate llevar

Día 6. Un día completo conociendo la población de Pingyao

Pingyao nos parece de entrada, al poco de comenzar el paseo, mucho más “auténtica” que Datong. Una ciudad con aspecto “realmente medieval”. La conocida como ciudad tortuga por la forma de su muralla se puede visitar sin duda en un día pero aconsejaríamos pasar una noche.

La ciudad tiene vida, muy diferente a lo que vimos en  casco antiguo de Datong y a pesar de estar en temporada baja y con muy poco turismo, es un placer caminar por sus calles. La ciudad se incluyó como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997.

La entrada combinada de visitas en Pingyao

La zona antigua amurallada no es demasiado grande aunque esconde muchos lugares de interés. Para visitarlos hay que comprar una entrada combinada: 125 yuanes (16.5 €) válida para tres días. Se compran en la puerta norte. Las atracciones y el lugar de venta de tickets abren entre las 8 de la mañana y las 17:30. Por la noche a las nueve hay un espectáculo de luces en la muralla alrededor de la puerta sur. Hay otro punto de venta en la intersección de la calle norte con en oeste.

Muralla de Pingyao
Las murallas y las puertas que abren la ciudad serán las referencias

Orientarse para visitarlo todo en un día en Pingyao

Pingyao tiene una calle principal que llega desde la puerta norte a la sur y una perpendicular de esté a oeste. Todo interior de las murallas es peatonal y solo permite la circulación de motocicletas. Si necesitas un desplazamiento mayor por equipaje dentro del casco antiguo existen pequeñas furgonetas eléctricas que te llevarán. Hay otras dos calles importantes: Cheng Huang Temple st donde está el templo de Confucio y YaMen st  donde está el edificio del antiguo gobierno.

El mapa de los lugares que ver en Pingyao en un día

Ya sabes, puedes guardar el mapa con las principales visitas de Pingyao en un día y los tendrás localizados en un solo click en el móvil en tu destino.

En nuestros paseos por la ciudad nos llamaron la atención dos tipos de comercios que destacan por su número entre todos. Unos son las tiendas que venden el famoso vinagre de Shanxi y que se distinguen por las enormes tinajas en las que se conserva. Las otras son las salas de peluquería y maquillaje que existen por doquier y en las que te visten al estilo de la vieja China para una sesión de fotos por la ciudad. Además, restaurantes, muchos restaurantes. Es curioso ver como la gyozas se cocinan en plena calle en la puerta de algunos de ellos.

Los imprescindibles de Pingyao

Los principales puntos de interés de Pingyao que visitamos durante el día fueron los siguientes.

Er Lang Temple

Un templo taoísta cercano a la puerta norte. Data de la dinastía Qing y está compuesto por tres patios y once salas. Durante las dinastías Ming y Qing se promovió el confucionismo y el taoísmo. Entre los elementos más destacados del templo, las tallas de madera y las pinturas representan uno de los trabajos más refinados de los templos taoístas del país.

Banco Rishengchang, el primer banco de China

Abierto en 1823 por la dinastía Qing. La estratégica ubicación de Pingyao permitió que comerciantes de todo el país usaran la ciudad como base para el intercambio de bienes. Así nació el primer banco del país.

La sala de artes marciales

Enfrente del banco, muestra una exhibición, del desarrollo de las artes marciales en China. Seguramente para los legos como nosotros, lo más interesante es el edificio en sí mismo. Se exhiben además armas de lucha.

La torre de Pingyao 

La torre se encuentra en medio de South Street. Este es el nombre actual, pero antiguamente se llamaba Ming–Qing. Probablemente, uno de los sitios más fotografiados de la ciudad y sin lugar a dudas de los que más restaurantes y tiendas acumula por metro de cuadrado.

La torre de Pingyao, antigua torre Ming-Qing
La torre de Pingyao, antigua torre Ming-Qing

Xietongquing Banking House

De inmediato tras pasar la torre de Pingyao en la calle Sur. La casa de cambio, abierta en 1856. Un banco de una familia que progresó gracias a su habilidad en los negocios. Originarios de Pingyao, los miembros de la familia Xietongqing comenzaron como comerciantes de sal y otros bienes durante la dinastía Qing. A lo largo de los años y a principios del siglo XX llegaron a tener 33 sucursales en diferentes países no solo en China.

De nuevo la disposición de la casa difiere poco con todas las casas tradicionales de la ciudad. En el sótano se puede acceder a las cámaras donde se custodiaba la fortuna de los ricos de la zona. Los lingotes tradicionales, conocidos como “yuanbao” tienen una forma curva y cóncava, similar a un pequeño barco o una media luna muy diferente de los occidentales. Nos gustó más que el Rishengchang.

Museo de la Cámara de Comercio de China

Un edificio en el que se suceden las estancias en una disposición muy similar a los previos y en el que nos llamó muchísimo la atención el mobiliario que se expone en todas ellas.

The City God Temple

Un templo confuciano al que llegamos de camino a la puerta oeste y que nos pareció una maravilla. Dedicado al protector de la ciudad. Los murales del hall principal pintados durante la dinastía Ming pertenecen a un artista que pintaba con trazos de hoja de bambú, lo que leímos, era muy poco frecuente. Son muy bonitos.

Templo de Confucio 

Muy cerca del templo del Dios de la ciudad y justo tras el muro de los nueve Dragones de Pingyao, mucho menos vistoso que el de Pekín o el de Datong. En el templo, prácticamente en su totalidad de madera, se conserva numerosos manuscritos y grabados de la época. Al igual en el resto de visitas, todos los pabellones cuentan con extintores y como curiosidad también acumulan pequeños sacos de arena, en previsión de los temidos incendios.

El espacio es enorme. Uno de los templos confucianos más antiguos y mejor conservados de China. Su historia se remonta a la dinastía Tang (618-907 d.C.), aunque con reconstrucciones significativas realizadas en 1163 durante la dinastía Jin. Con 87 esculturas de Confucio y de algunos de sus seguidores es el templo con la mayor colección de este tipo de todo el mundo.

Las casas tradicionales de Pingyao

Además de estos lugares principales, incluidas en el ticket visitamos otras casas tradicionales, muchas de ellas muy bien conservadas y preparadas a modo de exposición. Merece la pena entrar en cualquiera de ellas con las que te vayas tropezando en el camino. La disposición de las distintas estancias guardan relación con los cinco elementos. Mantienen el magnífico mobiliario de la época y en todas ellas se accede a un patio trasero, donde están las habitaciones del servicio a un nivel inferior del resto de la casa.

Pero sobre todo lo mejor en Pingyao es perderse entre callejuelas.

Al atardecer nos acercamos a la puerta sur, cerca del templo de Confucio. Y subimos a la muralla. 

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La muralla de Pingyao, lo mejor de un día en Pingyao 

La levantó la dinastía Zhou hace 2800 años, ahí es nada. Alcanza los 12 metros de altura y se encuentra en muy buen estado de conservación probablemente por las reconstrucciones posteriores como la de la dinastía Ming en el siglo XIV. Fue durante esta etapa cuando Pingyao se convirtió en un importante centro financiero derivado de su ubicación.

La muralla cuenta con 72 torres vigías para la defensa y seis puertas. Se sube por las puertas norte (Gongi gate) y sur (Ying Sung gate) bajando por las puertas este (Qinhan gate) y oeste (Fengy gate).

Aquella tarde quedó tiempo para una cerveza y un paseo. Muy recomendable el ambiente de la ciudad a esas horas.

Nuestras humildes recomendaciones sobre a la gastronomía china en Pingyao 

Con tanta variedad y posibilidades es difícil recomendar algún local o algún plato típico de la gastronomía del país, pero nosotros al menos vamos a intentarlo. Estos son los lugares que probamos en nuestro día en Pingyao.

Para tomar un buen café, os recomendamos una cafetería: Searocks, además de preparar un café exquisito tenéis que cruzar al patio interior es una auténtica maravilla. Se encuentra en la calle del oeste. Y otra cafetería clásica en la que ofrecen buen café: Luckin coffee, muy cerca de la puerta oeste.

Por recomendación del hotel (y por un descuento que nos incluyeron por alojarnos allí) optamos por comer en el que nos dijeron es el mejor restaurante de Pingyao: Hong Wu Ji, algo más adelante de la Torre en la calle sur. Como todos los días, lo más complicado es saber qué pedir. La verdad es que son muy baratos los precios y los platos muy abundantes, así que si te equivocas en alguno (nosotros metimos la pata más de una vez) ¡no pasa nada!. La cuenta al final: 19 € los tres…

Para la cena del segundo día y después de un “aperitivo loco” con varias fotos en las que fuimos protagonistas y donde nos recomendaron que comer en Pingyao, optamos por el hot pot de la región. Un recipiente en el que se va añadiendo caldo caliente que cocina al tiempo los ingredientes. Los clásicos: ternera, noodles y vegetales. El local Tianyuankui, donde además ¡nos explicaron en inglés cuanto preguntamos!. 10 € por persona. Muy recomendable. El momento extraño es cuando nos dimos cuenta de que un comensal de una mesa cercana estaba comiendo tan tranquilamente sin camiseta. Así es no conocer las costumbres…

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Día 7. Mañana en Pingyao y tren a Xi’ an

Todavía con toda la mañana para disfrutar de Pingyao pero ya sin prisas nos permitimos levantarnos un poco más tarde. ¡A las 8:30 estamos en marcha!.

Queremos aprovechar para visitar el edificio del antiguo Gobierno y el templo de Shuanglin a unos seis kilómetros y al que hay que llegar en bus o taxi. Para después de comer nos vamos rumbo a Xi’an, la segunda visita de nuestra vida a la ciudad de los guerreros de Terracota.

Si te gusta la fotografía, Pingyao es tu lugar
Si te gusta la fotografía, Pingyao es tu lugar. Gente amable que no duda en posar para tu cámara.

El antiguo edificio del Gobierno, Yamen

La oficina gubernamental de la China feudal más grande y mejor conservada del país. Cerca de la puerta Sur de la población. El edificio fue utilizado durante la dinastía Ming aunque fue construido mucho antes, en el siglo IV por la dinastía Wei del norte y conservado y en uso por las dinastías que le siguieron. Aquí trabajaban y vivían los magistrados en las dinastías Ming y Qing.

Al edificio se accede a través de la conocida como puerta ceremonial, que solo se abría en determinadas ocasiones. A partir de aquí un gran patio da acceso al resto del recinto. Puede visitarse a cualquier hora pero cuenta con tres horarios en los que se desarrolla un espectáculo: 9:30, 11 y 15:30. Un breve sainete de 10 minutos en los que se recrea la celebración de un juicio. Como podéis imaginar el acusado es declarado culpable y es llevado a prisión.

Salimos y después de un buen café tomamos callejuelas hacia la puerta oeste. Nuestro siguiente destino, el templo de Shuanglin.

El templo de Shuanglin (Zhongdu temple)

Shuanglin es un templo budista cercano a la ciudad, a unos seis kilómetros. Como el de Zhenguo, al norte y la ciudad antigua, forma parte de la lista de patrimonios de la Humanidad de la Unesco. Por algo más de un euro y en cinco minutos llegamos desde la puerta oeste en DiDi.

Su construcción se llevó a cabo en el 571. Alberga un total de 2052 estatuas en diez salones, como el Salón de los Mil Budas o el Salón de Bodhisattvas, los más importantes. De ellas, más de 1560 son figuras de arcilla pintadas y alcanzan hasta los 3.5 metros. Horario: 8:30 – 17:30. Precio 35 yuanes (4 €).

Al llegar nos aguardan cuatro grandes guardianes. Dentro de este primer edificio , el Hall del Cielo, se resguardan grandes esculturas también de arcilla de la dinastía Yuan, de 1279. En el resto de pabellones muchas más estatuas algunas peor conservadas, pero todas ellas protegidas por rejas. Merece mucho la pena llegar hasta aquí. En algunos casos mantienen la policromía original.

Para los que tengan todavía ganas de templos después del atracón de las últimas 24 horas pueden visitar Zhenguo. Algo os contamos de lo que leímos allí mismo, pero confieso que nos quedamos sin tiempo ni ganas.

El templo de Shuanglin (Zhongdu temple)
El templo de Shuanglin (Zhongdu temple)

Templo de Zhenguo 

Templo budista del 963, de la dinastía Han del norte. El salón Wanfo o de los diez mil Budas es el más importante famoso por la estructura de soporte del techo y los aleros. En el interior se custodian las 11 únicas esculturas de Buda del siglo X qué todavía se encuentran en China.

¿Atractivo no?, aún así, como decimos, nosotros decidimos seguir paseando entre callejuelas en la ciudad de Pingyao hasta la hora de partir a Xi’an.

Pingyao era a partir de entre una de nuestras ciudades favoritas de China. Todavía no conocíamos las poblaciones de Yunnan que a duras penas sobrevivían al turismo masivo pero que igualmente nos dejaron maravillados. Pingyao tenía buen ambiente y permanecía bien conservada a pesar de sus casi tres milenios de historia. Ojalá sepan conservarla por muchos más siglos.

El tren de alta velocidad entre Pingyao y Xi’an

A las 14:20 sale nuestro tren hacia Xi’an. Ponemos rumbo a la estación Pingyao Gucheng en DiDi. El trayecto cuesta unos 2 € y no más de 10 minutos al mediodía. Habíamos pagado 23 € por el billete de tren. En dos horas y cuarenta minutos estábamos en Xi’an. Llegamos a la estación norte de la ciudad. Nuestra siguiente escala, dos días en Xi´an arrancaba en pleno barrio musulmán…

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Jose Luis Bauset
Soy Jose Luis, más conocido como Bau. Aquí compartimos nuestras experiencias viajando. Viajefilos es nuestro blog de viajes, donde todos aquellos adictos a viajar pueden buscar inspiración.

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