Lago Alberto, entre Murchinson y Queen Elisabeth

Abandonamos Murchinson Falls con la sensación de haber visto uno de los mejores parques nacionales de Uganda. Calculábamos en torno a 5 ó 6 horas para recorrer los poco más de 120 km de distancia entre el Red Chilli en el parque nacional de Murchinson Falls y Hoima, nuestra siguiente escala. Hemos leído que la carretera que bordea el lago Alberto es una de las más bonitas del país pero también de las peores. Así que los haremos con tranquilidad y las paradas que vayamos decidiendo.

Nuestro itinerario y escalas quedan resumidas en los siguientes artículos que dedicaremos a este viaje, un diario cargado de información y recomendaciones de nuestras dos semanas de safari en Uganda:

14 DÍAS EN UGANDA POR LIBRE

Como organizar un viaje a Uganda por libre

Primera etapa de viaje: Entebbe y aclimatación a la perla de Africa

El camino y que ver en Murchinson Falls. Escala en Rhino Ziwa.

En ruta hacia Fort Portal, la orilla del Albert Lake

Dos días recorriendo Queen Elisabeth NP

El bosque impenetrable de Bwindi. Trekking de los gorilas de montaña

Lago Mburo y alrededores

Entebbe, antes de Zanzíbar…

El recorrido por Uganda de Viajefilos

Sábado 10 de Febrero de 2018. Murchinson Falls-Hoima (128 km)

Finalmente no podemos desayunar en el Red Chilli, no tenían capacidad para dar desayunos a 100 holandeses y 8 españoles. Como si fuera una cumbre Europea, perdimos… Salimos sobre las ocho y llegamos en 20 minutos a la puerta de Bugubgu, a ocho kilómetros. Desde aquí nos dirigimos hacia la orilla este del lago Alberto. Del otro lado, la República Democrática del Congo.

La orilla este del lago Alberto hasta Hoima

El lago Alberto es el séptimo en tamaño de Africa y uno de los parajes más bellos de Uganda. Por desgracia el descubrimiento de fuentes de petróleo en la zona protegida, puede dar al traste con alguno de los bellos parajes de este entorno.

Una hora después de salir del Red Chilli, llegamos a Buliisa, un pequeño pueblo donde rellenamos el depósito. Por el camino, mucha gente nos saluda, si bien no se entusiasman a la vista del objetivo de nuestras cámaras. Muy cerca, el puerto de Wanseko donde desemboca el Nilo formando un pequeño delta sobre el lago. A pesar del mal estado del camino, ponemos a prueba los 4×4 y llegamos hasta el puerto.

Las pequeñas embarcaciones cargan más gente de la que razonablemente cabe, camino del Congo. Los niños se arremolinan junto a nosotros y poco a poco van ganando confianza. Los adultos nos miran, indiferentes unos, con curiosidad los más. Supongo sé preguntan para que hemos llegado hasta este rincón.

En el puerto de Wanseko, camino de Hoima

Damos la vuelta y volvemos hacia Buliisa. El camino sigue hacia Butiaba, la ciudad a orillas del lago donde Hemingway sufrió junto a su mujer un tremendo accidente aéreo, dándose por muerto en los periódicos de Nueva York. Ese mismo año, tras confirmarse su supervivencia, recibió en Nobel, en una ceremonia a la que no pudo asistir. Curiosidades que vamos aprendiendo con lo que leemos en el camino. Nada como atiborrarse de guías para emprender un país como este.

Saltamos el desvío de Butiaba y subimos hacia Biiso, una serpenteante carretera, esta vez asfaltada por fin, que teóricamente ofrece vistas del lago. La bruma impidió disfrutar de las vistas. Además, el asfalto no dura más de un kilómetro… La promesa de las guías que llevamos, como tantas otras veces, no corresponde con la realidad. Y es que cada vez estamos más convencidos que Lonely está escrita bajo el efecto de estupefacientes… El camino tiene poco de bonito y atravesamos pueblos en los que la pobreza de la gente es cada vez más patente. Campesinos y pastores con reducidos cultivos y ganado famélico que dudamos den para comer.

En Biiso tomamos definitivamente el desvío hacia Hoima. Paramos un rato, tomamos un refresco en lo más parecido a un bar. Vemos varias Guesthouse. Desde aquí, 43 km hasta Hoima.

Un “refresco” camino de Hoima

Una nueva parada poco antes de llegar en una pequeña iglesia, en Buhamba, donde intuimos se celebra una boda y no nos equivocamos. Preguntamos y no dudan en invitarnos a la ceremonia. Toda una fiesta de cánticos y bailes en el interior donde los invitados lucen sus mejores galas. Color Africa en estado puro. Un buen rato.

Aconsejados por los muchachos de Roadtrip haríamos noche en Hoima, en el Kon Tiki hotel. Nuestra intención inicial de llegar a Fort Portal para abordar el Queen Elisabeth desde más cerca, no les pareció buena idea. La verdad es que todavía teníamos tiempo por delante y creemos que si se podría emprender la ruta completa en una jornada.

Pero habíamos llegado a Hoima, una población sin mucho atractivo pero que aparecía boyante tras la instalación de la nueva refinería que explotaba el crudo del lago Alberto. Además el Kon Tiki tenía piscina y sería tiempo de relax y aprovecharla. Cinco horas nos llevó llegar desde el Red Chilli de Murchinson.

La tarde, ¡fue dedicada al descanso!

RT Si al llegar a cualquier alojamiento os piden que decidáis la cena sea la hora que sea, no lo dudéis, ¡pedirla! #viajefilosenUganda

TIPs viajefilos

Kon Tiki, nuestro alojamiento en Hoima, lugar de escala de camino al Queen Elisabeth. Cuenta con piscina, lo cual era suficiente para decantarnos por esta opción. La doble con baño costaba 60 $. Un gran complejo con pequeñas villas muy nuevas. La comida también muy rica, el bufet de la noche por unos 4 €. Sin duda el mejor de cuantos habíamos tenido hasta el momento.



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Domingo 11 de Febrero de 2018. Hoima-Fort Portal-Queen Elisabeth NP (314 km)

Probablemente una de las jornadas más duras de carretera por delante. Después del fantástico desayuno en el Kon Tiki, salimos a las ocho. Primera parada en Hoima en busca de un cajero y llenar los depósitos.

Temíamos por el estado de las carreteras, después de lo leído en otros blogs, aunque nosotros viajamos en estación seca y debía ser una ventaja. Los primeros kilómetros para salir de Hoima son un auténtico infierno y nada hace presagiar que mejorará. Conseguir circular a más de 30 km/h resulta impensable y son muchos los momentos en que vadear los baches no permite más de 10 km/h. De repente la ruta nos sorprende, Maps Me todavía no señaliza este nuevo tramo y la carretera prácticamente se convierte en una autovía de doble carril en plena construcción. Tramos asfaltados incluso que nos permiten avanzar a buena velocidad.

Seguimos sorprendiéndonos en los pueblos que cruzamos y en los campos que atravesamos de la extrema pobreza de la población. La cantidad de niños es enorme y las condiciones de su ropa como indicativo de su capacidad económica no da lugar a engaño. Muchos de ellos caminan sin calzado y camisetas y pantalones lucen enormes agujeros a pesar de ser domingo y que muchos acuden a las iglesias, supuestamente un día especial para ellos. Tampoco borra sus sonrisas que nos muestran orgullosas acompañadas siempre de sus saludos.

Incluso en poblaciones mayores como Hoima, parte de la actividad del día está destinada al acopio de agua en fuentes más o menos lejanas y toda la familia participa, cargando sobre sus cabezas la pesada carga de los bidones llenos. Un país joven que ojalá consiga prosperidad para esta generosa población. Con ello en la cabeza y reprimiendo nuestras ganas de sacar la cámara a cada momento, seguimos adelante.

Muchos viajeros aprovechan la ruta hacia el sur, camino del Queen Elisabeth, para hacer una escala en Kibale, donde realizar la actividad de rastreo de chimpancés, pero nosotros, cada vez más cerca de disfrutar de Bwindi y los gorilas, optamos por no hacerlo.

La carretera de nuevo empeora y mucho, en los próximos 50 km hasta enlazar con la principal que une Kampala y Fort Portal en la poblaciones de Kyenjojo. Desde aquí 49 km a Fort Portal. Unos 500 metros antes de la intersección, Katoosa Martirs Village, con una curiosa formación rocosa con altares y pinturas dedicadas a los mártires ugandeses: San Carlos Lwanda y San Kizito entre otros. Nuestras esperanzas pensando que esta vía principal entre las dos ciudades sería mejor, se van al traste. Agujeros como cráteres al inicio y hasta el destino.

Sin duda partir este tramo en dos jornadas fue una buena decisión. El paisaje hacia el sur va cambiando hacia un bosque algo más frondoso a medida que nos acercamos a la cordillera Rwenzoni y que marca la frontera con el Congo. En las proximidades de Kyenjojo y Fort Portal los campos de té es el único legado colonial británico que se divisa. Nos llevó 6 largas horas el trayecto de unos 200 km, con las cortas paradas referidas.

La breve escala en Fort Portal

De capital de un antiguo reino africano a fuerte inglés a finales del XIX, pasa hoy día por ser una de las mayores y más prósperas ciudades de Uganda. En las últimas dos décadas ha sufrido una importante remodelación según leemos y aunque para la mayoría de viajeros sirve como escala técnica, parece un lugar válido donde hacer noche y disfrutar de una buena comida.

Así lo hacemos nosotros, en busca del Gardens Restaurant donde decidimos comer. Ofrece bufete por 20000 chelines y gran variedad de platos, muchos occidentales. Se nota el éxito del local, parking vigilado, y eso hace que este lleno de turistas de paso a estas horas. Aprovechamos un Stanbinc Bank para sacar dinero antes de poner rumbo cerca de la Katunguru Gate donde dormiríamos. Cruzando la ciudad, pensamos que nos hubiéramos quedado muy a gusto un día en ella.

Todavía por delante 115 km, esperando que la carretera esté en mejores condiciones. Y efectivamente, por fin, una carretera asfaltada, con sus socavones, pero que permite circular a 80 km/h a trozos. El paisaje, claramente más tropical, se llena de valles plagados de bananeras. Al fondo, bordeando el lado oeste del país las imponentes cimas del Rwenzoni.

Otra breve parada para repostar. Cruzamos Kazeze a toda velocidad. A pesar de tratar de evitar que se nos haga de noche, llegamos a cruzar sin luz el canal, a las 19:30, unas dos horas y media desde Fort Portal. Solo tuvimos tiempo de echar una foto en el Ecuador, antes de pisar el hemisferio sur.

En el Ecuador mientras atraviesa Uganda

Ya estábamos en el Queen Elisabeth, ya por fin en el Queen Elisabeth Bush Lodge donde dormir.

Y con la primera cerveza, aparecieron los hipopótamos junto a las tiendas…

Josemi pensó y escribió en ese momento: “Una vez relajados, disfrutamos de cervezas y refrescos bajo el manto denso de la noche. Sólo unas lámparas de aceite y las llamas de la hoguera quebraban la oscuridad. Justo en ese instante, mientras el humo impregnaba el aire limpio de la sabana y multitud de pavesas escapaban del fuego, como estrellas que intentaban alcanzar el cielo, apareció el hipopótamo. Risas nerviosas que intentan conjurar cierto miedo, miradas inquietas y satisfacción por uno de nuestros deseos cumplidos. Estamos en África”.

TIPs viajefilos

The Bush Lodge cerca de la Katunguru Gate del Queen Elisabeth NP. Dormiremos hoy y mañana en tienda, baño compartido. 80 $ por la doble en tiendas e instalaciones de reciente construcción. Incluye desayuno bufete generoso. Las tiendas tienen dos camas y te puedes mover de pie en el interior. La localización junto al lago, lo convierte en un sitio increíble desde donde abordar el Queen Elisabeth NP. Las advertencias más importantes: mucho ojo con caminar de noche solo y sin linterna, los elefantes, hipopótamos y otros animales merodean el recinto. Los guardas estaban muy pendientes toda la noche para acompañarte durante los trayectos dentro del recinto. Allí mismo negociamos las actividades del día siguiente, fue el único punto donde no quedamos satisfechos al 100%, el resto un 10.

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Jose Luis Bauset
Soy Jose Luis, más conocido como Bau. Aquí compartimos nuestras experiencias viajando. Viajefilos es nuestro blog de viajes, donde todos aquellos adictos a viajar pueden buscar inspiración.

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1 comentario en “Lago Alberto, entre Murchinson y Queen Elisabeth”

  1. A veces se nos olvida cuál es la esencia de un viaje, y yo creo que es importante tenerlo presente. El viaje en sí es el propio camino recorrido, no sólo el lugar al que pretendes llegar.. Para poder alcanzar Queen Elisabeth NP tuvimos que recorrer kilómetros de duras carreteras, sí, es cierto, pero no hay otra manera de conocer el lugar y su gente, de que te tropieces con una colorida boda en el trayecto o de encontrar a una gran manada de elefantes en medio de la carretera, que hacen que se alargue aún más el camino.¡Me encantan estos recorridos!
    Gracias.

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