Sin lugar a dudas Hue, patrimonio Mundial de la Unesco, constituye una escala imprescindible en cualquier ruta por Vietnam. Los viejos sabios geománticos quisieron que la dinastía de los Nguyen eligiera este emplazamiento a orillas del río Perfume para su capital. Tras tan solo un siglo y medio de reinado en Hue quedó su legado: la Ciudadela y las tumbas de los mismos emperadores. Bueno, esto y su apellido, casi todo el mundo en Vietnam lleva su apellido. La guerra de Indochina y la guerra de Vietnam dañaron gravemente la ciudad y sus monumentos pero tras su restauración, la visita de estos lugares, lo mejor de Hue, merece al menos dos días.
Imprescindibles que ver en Hue. Dos días en la ciudad imperial
El alojamiento en Hue
Volábamos desde el sur, después de nuestra visita relámpago de un día en Ho Chi Minh. Para llegar al centro de la ciudad de Hue desde el aeropuerto, un taxi contratado desde la App de Grab costó 7 €. Son 16 kilómetros de distancia hasta el centro, de noche cuando llegamos unos 20 minutos.
En la ciudad de Hue nos alojamos en el Serene Palace Hotel durante dos noches. Para conocer lo mejor de Hue recomendamos al menos pasar dos noches. Además es una ciudad muy animada y con buenas opciones para conocer lo mejor de la gastronomía vietnamita.
Por cierto en la misma calle hay varias lavanderías, por 17000 dongs (menos de 1 € por kg). Y al comienzo de la misma, ¡la mejor cafetería de Hue!
Ya os contamos cómo montamos el viaje y las escalas del mismo. Habíamos conocido Hue hacía muchos años y la recordábamos como una de las ciudades más bonitas de Vietnam. Más info > Cómo organizar 12 días de viaje a Vietnam |
Alojamiento en Hue
Serene Palace Hotel
Cómo organizar la visita de lo mejor de Hue
La ciudad Imperial de Hue, la ciudad púrpura prohibida, recuerda en cierto modo aunque a menor escala la de Beijing. Cuenta con varios palacios, templos y residencias restauradas que llevarán al menos dos horas de visita, alguna más si se hace una visita guiada y se disfruta de la historia como es nuestro caso. Si te gusta la fotografía este es el paraíso, una de las mejores cosas que hacer en Vietnam sin duda.
Trece fueron los emperadores de la dinastía que reinaron en el país en esta época. Solo quedan algunas de sus tumbas, en concreto la de siete de ellos. De entre estas siete tumbas reales habrá que elegir cuáles visitar. Habitualmente las más visitadas son tres: la tumba de Minh Mang, la de Khai Dinh y la de Tu Duc. Una última parada al atardecer es muy especial: la pagoda Thien Mu.
Además, la ciudad es muy agradable, con buenos paseos, restaurantes y tiendas por doquier. No se puede negar que tiene un animado ambiente nocturno.
En el hotel nos ofrecieron todas las opciones y esa misma mañana establecimos el orden y el precio que nos interesó.
Las opciones pasaban siempre por contratar un transporte privado para los ocho y elegir cuántas y qué paradas hacer.
Nuestros dos días en Hue
Después de darle muchas vueltas, nuestro plan para los dos días que estuvimos en Hue:
El primer día, más tranquilo visitamos la Ciudadela por la mañana, paseamos por la ciudad, tras comer subimos hasta la tumba de Tu Duc (a unos 6 km desde el centro) y al atardecer navegamos por el río Perfume tras la visita de la pagoda Thien Mu.
Para el segundo día, la visita de las otras dos tumbas, más alejadas (13 y 15 kilómetros) y aprovechamos la misma van que nos servía de transporte para llegar hasta Hoi An. En el trayecto las habituales paradas pactadas previamente atravesando el Hai Van Pass.
Una van para el grupo de ocho desde Hue hasta Hoi An a través del conocido paso de las Nubes costó 2900000 dongs (110 €) a las que hubo que añadir 600000 dongs (24 €) por cada parada en las tumbas elegidas (en nuestro caso dos: Khai Dhin y Minh Mang). |
El mapa con los lugares que ver en Hue
El precio de las visitas de lo que hay que ver en Hue
La visita de la ciudad imperial de Hue cuesta 200000 dongs (8 €). Cada una de las principales tumbas cuesta 150000 dongs (6 €). Abren entre las 7:30 y las 17:30 horas.
La mejor opción será comprar una entrada combinada en la que se puede elegir la Ciudadela y dos tumbas (420000 dongs, 17 €) o la Ciudadela y tres tumbas (530000 dongs, 21 €).
Los tickets se compran en la primera de las atracciones que se visite. Se puede pagar con cualquier moneda aunque no es posible con tarjeta. En el caso de pagar con dólares o euros el cambio que te aplican es bastante malo. La entrada es válida para los dos días que íbamos a estar. A este precio había que sumar 100000 dongs (10 €) por la audio guía en español.
La Ciudadela Imperial, lo mejor de Hue
Decidimos dedicarle la primera mañana a la ciudad Imperial de Hue. La Ciudadela se encuentra al otro lado del río de nuestro hotel y se puede ir caminando. La visita lleva entre dos y tres horas y se puede hacer con audio guía.
Totalmente recomendable para la visita: impregnarse de protector solar, hacerse con bastante agua y si es posible con alguna gorra o sombrero de protección. Sería conveniente comenzar temprano la visita. El recinto está protegido por un muro de dos kilómetros de perímetro en cada lado.
Durante 300 años desde 1636 hasta 1945, Hue fue la capital de los señores Nguyen del Sur de Vietnam. En 1993 fue reconocido como patrimonio mundial de la humanidad por la Unesco.
La principal de las entradas, al sur, solo pudo ser utilizada por el rey y sus soldados. Pasada la puerta se llega al puente de piedra que cruza el lago artificial creado para cultivar flores de loto. En las puertas de bronce del puente se muestran decoraciones de dragones e inscripciones en escritura china.
Desde aquí nosotros comenzamos la visita por el complejo de templos de la izquierda. El templo Mieu precede al siguiente, el templo Hung To Mieu. Ambos, de brillantes colores son ejemplos de la clásica arquitectura de la época Nguyen. La decoración de las puertas reflejan la filosofía oriental del confucionismo, budismo y taoísmo. En el templo se veneraba a los emperadores. En el interior se pueden ver los altares de los distintos Reyes de la dinastía.
Tras el templo Mieu la visita te lleva a la residencia de Dien Tho, lugar de la reina madre más poderosa de la dinastía. La puerta de acceso, la puerta de las mujeres (Chuong Duc), es otro de los puntos más fotogénico de toda la ciudadela.
En este punto, tomamos el sentido hacia el centro de la Ciudadela, el punto más defendido de la misma , el palacio Can Chanh. Ahora mismo ha quedado reducido a un enorme patio en el que solo se conservan los restos de alguno de los edificios que lo circundan. El resto de templos y palacios que quedan, en el lado derecho, son de menor tamaño pero bella factura: el pasillo Truong Lang, el pabellón Nant Thanh o el pabellón de lectura de Thai Binh. Además, de este lado, los jardines mejor cuidados del complejo.
El último de los lugares que visitamos, el teatro imperial, de 1826, todavía se utiliza para representaciones artísticas.
Hecha la visita y saliendo por la puerta este, decidimos la visita del Dong Ba Market para comer.
El Mercado de Dong Ba
En la planta baja productos medicinales, hierbas, comida… puestos coloridos que aún sin ganas de gastar merecen la pena para la fotografía. Compramos anacardos, Vietnam es el primer productor de ellos del mundo. En la primera planta ropa tradicional y falsificaciones. En Hue se producen los clásicos gorros vietnamitas más conocidos del país. Tendrás la oferta más variada que puedas imaginar para hacerte con uno.
Para comer no nos terminamos de animar con lo que vimos.
La pagoda de Thien Mu, uno de los sitios más bonitos que ver en Hue
Lo ideal es hacer la visita de Thien Mu al atardecer, teniendo en cuenta que cierra a las 18 horas. La entrada es libre. Nosotros fuimos el primer día desde la tumba de Pu Duc.
A pesar de que el entorno y la propia pagoda cuenta con suficiente interés para la visita, la pagoda se hizo famosa por el monje que proveniente de la misma, se quemó a lo bonzo en el Saigón de los setenta como protesta ante la represión que sufría la religión budista. Se conserva el coche clásico con el que llegó a la capital.
Independiente de su historia (y de los cientos de turistas que concentra a la misma hora), la pagoda de Thien Mu es uno de los lugares más bonitos que ver en Hue.
Para volver, se puede negociar un paseo en bote por el río Perfume. Por 100 dongs cada uno volvimos cómodamente en barco.
Las tumbas imperiales, el otro imprescindible de Hue
Como escribimos, de los 13 emperadores reinantes durante 150 años de la dinastía Nguyen se conservan solo siete tumbas, pero el estado de conservación de las mismas aconseja la visita de tan solo tres.
Las tumbas, diseñadas en vida por los propios emperadores, siguen un mismo diseño. Tras el pórtico de entrada, ricamente ornamentado, sigue una línea hasta la tumba. Este camino es conocido como el camino de los espíritus y comienza en el patio de honor. En la mayoría aquí se sitúan figuras de soldados y animales de batalla como elefantes y caballos.
La siguiente estancia es el pabellón de las estelas. Una gran piedra tallada cuenta las hazañas del emperador que yace en el lugar. Algún patio más y antes del patio donde se encuentra la tumba, un estanque con flores de loto, omnipresentes en la cultura vietnamita. Un monumento funerario de dimensiones acordes al prestigio del reinante y que se enterraba con joyas y pertenencias. Al igual que los antiguos faraones, muchos de ellos ocultaban la ubicación real del lugar de enterramiento sacrificando la vida de sus sirvientes para llevarse el secreto a la tumba con ellos.
La tumba de Tu Duc, la mejor que ver en Hue
La tarde del primer día y después de comer nos acercamos a la más cercana de las tumbas imperiales que queríamos visitar: la tumba de Tu Duc, a unos 6 kilómetros. Con un grab ahorrábamos bastante parte del presupuesto que nos ofrecieron para el día siguiente. Solo costaba 2 € el desplazamiento.
Tu Duc fue, de entre los 13 emperadores de la dinastía Nguyen, el que más tiempo se mantuvo en el reinado (36 años, de 1848 a 1883) y a pesar de sus 104 mujeres, no logró engendrar ningún hijo. También fue el último de los emperadores anteriores a la ocupación francesa. Una de cal y otra de arena. Aquí yacen sus restos junto a los de su madre la reina Le Thien Anh.
El recinto cuenta con un lago junto a tres puentes y un área ritual, un teatro real y el área de entierro. Merece la pena llegar hasta este lugar, en especial hasta la estela en que se narran los logros y bondades del monarca y la zona custodiada por los guerreros de piedra.
Las tumbas de Minh Mang y Khai Dhin
Tumba del emperador Minh Mang en Hue
La primera, la tumba de Minh Mang es uno de los lugares más bonitos que ver en Hue. Se trata de una construcción rodeada de vegetación junto a varios estanques a la que se accede a través de un pórtico con tres puertas. La del centro sirvió para que entrara el cuerpo del emperador y una vez dentro quedó cerrada por siempre. El emplazamiento hace que sea una de las tumbas imperiales de Hue más bonitas.
Minh Mang fue el segundo de los reyes de la dinastía. Gobernó durante 21 años. La tumba fue terminada por su hijo y sucesor, Thieu Tri quien además se ocupó de la escritura de la estela de su padre.
Además de la tumba y la consabida pago de las estelas en el recinto se encuentran algunos de los espacios donde habitaba el emperador.
Tumba del emperador Khai Din en Hue
La segunda, la tumba de Khai Din. Fue uno de los últimos emperadores de los Nguyen, el penúltimo concretamente. Reino bajo la ocupación francesa y se dejó manejar por sus gobernantes. A pesar de ser una de las tumbas de menor tamaño, fue la que se llevó mayor presupuesto. El emperador quiso una mezcla de estilos occidentales con el más puro estilo tradicional y lo pagó con creces. Más bien lo pagaron sus súbditos que sufrieron una subida de impuestos para tal fin. No sé si os suena esto de subir los impuestos…
De nuevo, el camino de los espíritus lleva hasta el pabellón donde se enterró. En este caso se levanta sobre una colina y llegar exige la subida de una fatigosa escalinata. La cámara donde se encuentra el cuerpo de Khai Din es conocida como el palacio de Thien Dinh. El interior decorado con cristales y porcelanas custodia la figura en bronce del emperador bajo la cual están sus restos. En nuestra opinión totalmente imprescindible, de lo mejor de Hue está dentro de ese palacio funerario.
En dos horas son suficientes para conocer los dos recintos.
Una vez terminada la visita de estas dos tumbas imperiales, imprescindibles en Hue, pusimos rumbo al sur hacia Hoi An. El Hai Van Pass nos aguardaba.
La carretera entre Hue y Hoi An
La siguiente de nuestras escalas era Hoi An, la ciudad más bonita de Vietnam. La distancia que separa ambas ciudades, escalas imprescindibles en un viaje a Vietnam, se recorre cómodamente por la costa por una carretera en buenas condiciones. En el camino el conductor hará algunas paradas. Os contamos las que nosotros hicimos. No podemos decir que nos volvieran locos.
Laguna de Lap An y la playa de Lang Co
Para llegar a la playa pasamos junto a la fotogénica laguna de Lap An. Una breve parada para un café. En la zona muchas tiendas que se dedican al comercio de las perlas y restaurantes que viven de la parada de los buses. Poco más.
En la playa de Lang Co y antes de afrontar el paso de las Nubes, nos detenemos para comer. La playa no tiene nada que ver con las tropicales playas del Caribe y resulta poco o nada atractiva. Varios chiringuitos elevados sobre maderos a modo de palafitos sirven platos de pescado y mariscos. Por unos seis euros comemos.
Hai Van Pass
“Una sinuosa carretera cubierta de jungla con increíbles vistas del mar”, algo así ponen los amigos de Lonely Planet. El conocido como paso de las nubes por estar habitualmente cubierto por el que se pasa en última instancia camino de Hoi An. La cordillera alcanza los 1500 msm y separa Vietnam del norte del sur. Aunque se puede evitar siguiendo el túnel bajo la montaña más recientemente construido, las vistas desde los miradores del paso de montaña merecen la pena. Frente a nosotros el mar de China.
Allí mismo, varias cafeterías y puestos de souvenirs. Aprovechamos para probar de nuevo el delicioso café vietnamita con condensada.
Las montañas de Mármol
Se trata de un conjunto de cinco montículos de mármol que destacan al lado del mar y después de cruzar la línea de costa plagada de hoteles. No esperéis una llanura de arrozales perdida en la nada, más bien es un pequeño reducto natural rodeado de hormigón.
Cada una de estas montañas es conocida por uno de los cinco elementos. Se sube a la montaña del agua. Se puede recorrer a pie si bien la visita puede resultar exigente con subidas y bajadas. En el trayecto varias pagodas, templos y cuevas. Para los que quieran ahorrarse parte del esfuerzo se puede utilizar un ascensor con el que salvar parte del desnivel.
La entrada al recinto, abierto hasta las 17 horas, cuesta 40000 dongs (1.8 €) y el ascensor 15000 dongs (unos 60 céntimos).
A ritmo relajado y con todas las paradas, desquitas, incluidas cafés y comidas, además de dos de las tumbas imperiales de Hue a primera hora, el recorrido entre Hue y Hoi An se llevó nueve horas. Por delante, tres noches en Hoi An para visitar la ciudad más bonita de Vietnam.
Tour de Hue al completo
Dónde comer en Hue
Bistró La Carambole
Un local del casco antiguo que combina la tradición culinaria de un francés y la cocina vietnamita. La verdad es que una carta amplia y con platos internacionales. Probamos alguna de las especialidades de Hue según la carta: los rollitos vietnamitas fritos, el crispy rice pancake y los clásicos fried noodles. La carta viene en español. Con cervezas, café y postre: 10 € por persona.
Madame Thu
Tienen dos locales en la misma calle y buena fama en todos los sitios. Cenamos allí y además nos organizaron un cumple escribiéndoles unos días antes. Buenos rollitos y platos para compartir, incluso ofrecen un plato degustación por persona a buen precio. Nos gustó la opción de clase de cocina que ofrecen, incluso vas con el cocinero a hacer la compra por la mañana. Pero no nos dio tiempo. ¡Muy muy muy amables! Por 50 € cenamos los ocho y nos trajo una tarta de cumpleaños tremenda.
DMZ, ¡el primer bar de Hue!
Estuvimos hace 16 años y teníamos claro que queríamos repetir. Un sitio siempre animado y ¡donde una pinta de cerveza cuesta 2 €! El sitio adquirió fama en los años de guerra por ser lugar de reunión de corresponsales de guerra y oficiales del ejército.
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