Nuestro viaje por Islandia en coche de alquiler ya estaba en marcha. Las recomendaciones para montar el viaje a Islandia escritas, ahora empezaba lo bueno.
DÍA 1: EL MEJOR SALMÓN DE ISLANDIA
Dejamos nuestro coche en uno de los parkings que están cerca del aeropuerto de Alicante (Umbrella parking). A cubierto los 12 días fueron 56 euros. Cogimos el vuelo a las 13.40, con una duración de 4.30 horas. La ventaja es que al llegar ganas dos horas, así que aterrizamos a las 4.20. En seguida nos dirigimos a recoger el coche, la oficina de nuestra compañía no estaba en el edificio del aeropuerto, así que preguntamos en información y nos indicaron cómo llegar. Reconozco que, aunque no tiene mucha complicación, nos costó encontrar el sitio, así que os dejo un mapa donde podéis ver señalada la zona de las oficinas de alquiler de coches.
Salimos del aeropuerto hacia el supermercado Bonus más cercano, en Fitjum, 260 Reykjanesbæ. Compramos para los 12 días y emprendimos el camino a Selfoss (recomiendo hacer compra cuantiosa el primer día, pues los horarios de los establecimientos no se adaptarán a tu ritmo de viaje).
Decidimos pasar aquí la primera noche porque estaba más cerca de Landmannalaugar y la web desde la que habíamos contratado la excursión (www.todoislandia.es ) nos daba la opción de recogernos allí, así madrugaríamos menos.
Llegamos a Selfoss alrededor de las 19.30 y nos dirigimos al Selfoss Hostel para hacer el cheking. En general este hostal ni fu ni fa, no incluía desayuno y nos salió por 162 euros las dos noches que pasamos ahí, muy caro, pero es lo que hay.
Ya había investigado desde casa un lugar para cenar que cumpliese mis expectativas, y puedo decir que me sorprendió gratamente. En Selfoss existe un pequeño restaurante llamado Tryggvaskali, con una decoración muy acogedora y un horario más que flexible para el turista, abren a las 11.30 y cierran a las 23.00. La comida estaba buenísima, de entrante nos pusieron pan calentito y una mantequilla salada para untar insuperable. Juanjo pidió un plato de ternera muy rico, pero mi salmón… ¡estaba delicioso! Sobre una base de brócoli y trigo un lomo de salmón tan jugoso y sabroso que creo que volvería a Islandia tan sólo para comerlo. Eso, dos bebidas y un postre fueron 105 euros, olé.
Volvimos al hostal más que satisfechos. Nos preparamos la mochila para el día siguiente, una ducha y a dormir. Mañana sería un día largo, y lo mejor de todo y que yo no sabía, mañana iba a descubrir mi sitio preferido del mundo entero.
DÍA 2: ISLANDIA DE COLORES
¡Aviso a navegantes! Esta parada es obligatoria, no puedes irte de Islandia sin ver Landmannalaugar. Puedes saltarte muchas cosas, quizás el clima te impida ver otras cuantas, pero lo que no debes perderte son ¡Las montañas de colores! Quien avisa….
Tras mucho comparar precios encontramos la opción más barata para hacer una excursión a Landmannalaugar y finalmente contratamos la excursión desde España a través de la web www.todoislandia.es. Lo más asequible era ir en bus todoterreno, unas 13000 coronas islandesas por persona, lo que vienen siendo 100 euros. Existen más opciones como contratar un jeep privado, aunque el precio se va de madre.
Nos levantamos muy temprano, había que estar media hora antes en el sitio de recogida, que, por cierto, estaba mal indicado. En la web te dicen que la excursión parte de una calle que, aunque está muy cerca de la parada del autobús, no es correcta. Nuestra sorpresa fue que era un autobús de línea sin más, con parada en la calle Eyravegur, frente al hotel Selfoss. Por si alguien se anima y no quiere contratar el viaje por adelantado abajo hay una foto con todas las rutas y horarios. El autobús nos llevó hasta Hella, donde nos hicieron cambiarnos a otro para ir a Landmannalaugar. El viaje duró algo más de dos horas, que se pasaron volando, pues el paisaje es tan distinto al que estamos acostumbrados que íbamos flipando todo el tiempo. Además con la emoción añadida del vadeo de ríos, y por si te aburres un poco (aunque esto no es nada probable) tienes wifi gratis en la mayor parte del recorrido.
Sobre las 11.00 llegamos al camping de Landmannalaugar, de donde parten todas las rutas. Al bajar del bus el conductor nos dijo que nos recogería a las 18.00, así que ¡no perdamos tiempo! Nos dirigimos a la oficina de información donde nos dieron un mapa (por un módico precio de unos 3-4 euros al cambio, lo tenéis abajo en una foto) y nos aconsejaron la ruta más conveniente en función del tiempo del que disponíamos. Haríamos la ruta Brennisteinsalda, es la que suelen hacer los que van a pasar el día, como nosotros. No obstante, si tienes tiempo, te recomiendo que pases en este sitio al menos 3 días para poder recorrerlo entero, pues sin duda creo que no puede existir mejor lugar para un trekking.
En el recinto del camping hay una zona con mesas, fregaderos y unos baños por los que merece la pena pagar 300 coronas (te ponen una pulsera y puedes utilizarlos todo el día, muy conveniente si quieres darte un baño en la piscina termal). También puedes encontrar un camión-bar donde venden bebidas y cosas para comer.
Comenzamos a caminar, las rutas están muy bien señalizadas, así que no te preocupe perderte. Empezamos atravesando un campo de lava, los contrastes entre el negro de la lava y el verde intenso del musgo se funden en el horizonte con las montañas de colores, un espectáculo digno de ver. Tras esto entras en un tramo donde el suelo se vuelve humeante… ¡son las fumarolas! Era la primera vez que las veíamos tan de cerca, el olor a azufre se apoderaba del ambiente… pero no importa, porque es algo único. Seguimos caminando y tras un pequeño esfuerzo llegamos a la cima de Brennisteinsalda. Por favor, que nadie se vaya de aquí sin subir, no puedo explicar con palabras lo que se siente, el paisaje es algo extraordinario. Los tonos rojos, negros, marrones, verdes, azules de las montañas se funden con el blanco de la nieve creando uno de los paisajes más maravillosos del mundo. Insuperable e imperdible. Continuamos nuestra ruta a través de valles, riachuelos… y tras 4 horas de mucho disfrutar llegamos de nuevo al camping ¡Era hora del baño en las pozas termales! A 100 metros del camping hay una piscina natural cuya agua viene directa de un río de agua caliente. Aunque puedas llegar a pensártelo porque fuera hace frío, te digo amigo que debes meterte, pues te aseguro que será la guinda de un día más que perfecto.
Cansados, pero relajados, volvimos a las 18.00 para Selfoss, donde cenaríamos en una pizzería que había cerca del hotel. Nos acostamos pronto tras una ducha. Al día siguiente había muchas cosas por ver, demasiadas, quizás.
DÍA 3: DESCUBRIENDO RINCONES DE ISLANDIA
De nuevo otro madrugón para poder aprovechar bien el día. Salimos de Selfoss por la R1, a unos 70 km, por la carretera 249, nos encontramos con Seljalandsfoss, una pequeña cascada que tiene la particularidad de poder andar tras ella. Muy bonita, merece la pena parar el coche y disfrutar del entorno.
Tras el baño termal en Landmannalaugar (¡¡¡No puedes perdértelo!!!), nos quedamos con ganas de repetir experiencia. Habíamos buscado desde casa las mejores piscinas de Islandia y daba la casualidad de que estábamos muy cerca de una de ellas, Seljavallalaug.
Para llegar hasta la piscina seguimos por la R1 hasta meternos por la 242, donde encontramos un cartel que indicaba como llegar. Llegamos hasta una pequeña explanada donde tuvimos que dejar el coche, pues el resto es a pie, unos 15 minutos a través de un valle. Hay que cruzar un riachuelo, pero mira bien porque suele haber tablones para pasar. La piscina, gratuita, es una auténtica maravilla. Está construida en la ladera de una montaña en un entorno natural impresionante. Amigo viajéfilo, parada más que obligatoria, no te la puedes perder.
Continuamos la ruta, a unos 20 km de la piscina por la carretera principal se encuentra Skogafoss, una impresionante cascada situada en medio de un paisaje lleno de contrastes. Hay unas escaleras infernales por las que puedes subir a lo alto y verla desde arriba, Juanjo dice que merece la pena, yo casi me asfixio subiendo.
Y seguimos la ruta por el Sur, esta vez camino de Vik. A unos 6 km de Skogafoss, desde la carretera, se puede ver el glaciar Myndelsjökull con sus lenguas. Íbamos con un poco de prisa y no nos detuvimos mucho, así que fuimos directos a las playas de Vik, dejando las de Dyrholaey atrás. Vik es el pueblo más sureño de Islandia, visitado por sus increíbles playas de arena negra volcánica y sus acantilados. Comimos disfrutando del paisaje. Nos quedaba un largo camino para llegar al hotel y muchas cosas por ver. Estaba claro que no nos iba a dar tiempo a todo, había que hacer el cheking antes de las 20.30, así que decidimos ir con tranquilidad y madrugar al día siguiente para volver hacia atrás si nos quedaba algo por ver. Fue una excelente decisión.
Continuamos el viaje, el camino no tiene desperdicio alguno, varios sandar, una explanada repleta de apachetas… De repente nos topamos con lo que llaman Eldhraun, la región más extensa de campos de lava de Islandia. Kilómetros y kilómetros de rocas negras cubiertas de musgo, espectacular. Bajamos del coche para disfrutar del paisaje y hacer unas cuantas fotos. Más adelante y sin saber por qué nos desviamos por la 206 y llegamos a Fjadragljufur, un profundo cañón moldeado por el agua de los glaciares. El verde más intenso que puedas imaginar cubre todo este paraje. Es otra de las muestras de la naturaleza exuberante de Islandia, parada obligatoria, ¡no te lo puedes perder!
Seguimos por la R1 cuando nos topamos con otro espectáculo islandés, la masa de hielo más grande que habíamos visto jamás, el glaciar Vatnajökull. Era la primera vez que estábamos frente a un glaciar y nos pareció impresionante, aunque en ese momento no nos detuvimos demasiado.
Era ya tarde y teníamos que ir al hotel, no nos dio tiempo a visitar el parque nacional de Skaftafell ni la laguna Jökulsárlón, mañana sería otro día. De camino, sin previo aviso, un buen chaparrón, así que, con mucha precaución, y disfrutando del paisaje llegamos a Lækjarhus Farm Holidays, un hostal encantador en el que nos alojaríamos esa noche.
A TORO PASADO…
… nos hubiésemos alojado cerca del parque de Skaftafell, pues tuvimos que avanzar para luego volver al día siguiente. No obstante, no hay mal que por bien no venga, porque de no haber sido así no habríamos visto la laguna a primera hora de la mañana, que es cuando más nos gustó.
DÍA 4: ISLANDIA DE HIELO
Sonaba el despertador a las 6.00. Rápidamente desayunamos en la cocina del hostal un café y unas tostadas. Cargamos las maletas en el coche y emprendimos la vuelta hacia la laguna Jökulsárlón, otra de las visitas que no te puedes perder. Era muy temprano cuando llegamos, no había prácticamente nadie. Bajamos del coche y ahí, a los pies del glaciar, estaba la laguna más fascinante del mundo. Los icebergs se desprenden del glaciar a través de una de sus lenguas, llenando la laguna de grandes masas de hielo que, tras un largo recorrido, llegan hasta el mar. Es un lugar único en el mundo donde se respira una calma absoluta. Además, si permaneces en silencio, puedes oír rugir al glaciar. Tras mucho disfrutar nos acercamos a la playa donde pudimos ver los icebergs que el mar arrastra hasta la arena, muy recomendable.
Continuamos marcha atrás bordeando el glaciar Vatnajökull. Aprovechamos para visitar una de sus lenguas, Svínafellsjökull. Encontrarás la indicación por la carretera sin problema. Dejas el coche en una explanada y a caminar junto al glaciar. Nos hubiera gustado estar todo el día entre lenguas de hielo, pero no hubo tiempo.
Por fin llegamos al parque nacional de Skaftafell, a los pies del gran glaciar. Al llegar allí hay varios parking para dejar el coche. Verás varios edificios: puntos de información, puntos de salida de excursiones al glaciar, aseos, cafeterías… También hay una zona de camping, como en cualquier lugar en Islandia. Nosotros haríamos la ruta más corta, un par de horas ida y vuelta para visitar Svartifoss, una cascada pequeña, pero con una arquitectura natural muy peculiar, pues está formada de columnas de basalto a modo de órgano de catedral. Nos hubiese gustado mucho hacer la ruta S3 (hay un mapa en la zona con las distintas rutas que puedes hacer), unos 17 km bordeando todo el parque, habíamos leído muchas recomendaciones a favor de este trekking, pero lamentablemente no pudimos.
Ya nos habíamos quitado la espinita del día anterior, así que emprendimos el largo camino hacia el lago Mývatn, eso sí, volvimos a parar en la laguna Jökulsárlón. ¡Nota importante!, si tenéis opción os recomiendo que madruguéis mucho para verla por la mañana, pues cuando paramos por segunda vez estaba abarrotada de gente y, lo peor de todo, había todoterrenos anfibios en medio de la laguna paseando a los turistas entre los icebergs haciendo un ruido horrible con el motor, desvaneciendo todo el encanto del lugar. Amigo viajéfilo, ¡madruga!, no te arrepentirás.
No sabíamos muy bien que ruta haríamos para llegar hasta el lago. Bien bordear todos los fiordos del este o, lo que al final hicimos, desviarnos por el paso de Oxi una vez pasado Djúpivogur, por la carretera 939. Los fiordos del este nos gustaron mucho, fuimos parando para disfrutar de un paisaje lleno de largas playas, acantilados… El paso de Oxi tampoco tiene desperdicio, eso sí, prepárate para ahogar el coche en las cuestas y para un largo tramo de carretera sin asfaltar (cuidado con la niebla, leímos en foros que ha habido gente que lo ha pasado muy mal con este tema). Por fin llegamos a la R1 de nuevo, conforme avanzas el paisaje se va tornando más árido, grandes explanadas de naturaleza negra por la lava. Es lo que más me gusta de Islandia, en cada curva de la carretera cambia el paisaje, y siempre para bien.
Tras muchas horas de coche llegamos al lago Mývatn sobre las 21.00. Nos alojamos en el hotel Vogar Travel Service. Aunque los aseos son compartidos y no ofrece desayuno, tiene una localización estupenda en el lago y los complejos de las habitaciones cuentan con una cocina amplia muy equipada donde puedes hacerte tu propia comida. También tiene una zona de camping e instalaciones para aquellos que elijan esta opción más económica.
DÍA 5: EN ISLANDIA COMO EN LA LUNA
Hoy iba a ser un día emocionante, teníamos la excursión a Askja, también contratada desde la web www.todoislandia.es desde España (habíamos pagado el 5%, el resto lo abonaríamos al entrar al autobús). Iríamos en bus todoterreno, la opción más barata, aunque fueron unos 200 euros por cabeza, imaginad si contratáis un todoterreno privado, para vender un riñón.
Nos levantamos a las 7. Nos aprovisionamos de comida y ropa de abrigo y nos dirigimos al punto de encuentro, el parking de un supermercado junto a una gasolinera en Reykjahlíd, un pequeño pueblo junto al lago. No tiene pérdida.
El logotipo del autobús no tiene nada que ver con el que aparece en la hoja de reserva, así que ante la duda pregunta siempre.
Salimos del lago por la R1 hasta coger la carretera F8 (sólo apta para todoterrenos). Conforme te vas adentrando en ella el paisaje se va pareciendo cada vez más una película de ciencia ficción. De repente sientes que estás sólo en el fin del mundo entre grandes explanadas de lava, un entorno indescriptible que te hace sentir como en la Luna. El camino es largo (cuatro horas de ida y cuatro de vuelta), pero emocionante, se palpa tensión en el ambiente cuando el autobús tiene que atravesar ríos. A priori no parece difícil, eso sí, a la vuelta, había llovido y los ríos habían crecido el doble, para que lo tengáis en cuenta si vais por libre en todoterreno.
Antes de llegar paramos dos veces, una de ellas en un fabuloso cañón, el del río Jökulsá á Fjöllum, ¡no os lo paséis! Por fin llegamos, bajamos del bus y tras 30 minutos caminando llegamos a Askja, un cráter enorme de unos 8 km de largo que alberga un lago en su caldera. Junto a este, hay otro “pequeño” cráter con un lago de aguas termales en su interior, donde si el tiempo te lo permite, podrás darte el mejor baño de tu vida. Como con palabras no se puede explicar este regalo de la naturaleza, amigo viajéfilo te aconsejo que no te pierdas esta excursión.
La vuelta fue un poco cansina, pero indudablemente mereció la pena. Como había sido un día largo, decidimos relajarnos en lo que los islandeses llaman los baños del norte, los “Mývatn Nature Baths”, un lugar de aguas termales que no tiene nada que envidiarle al gran Blue Lagoon, de hecho, a nosotros nos gustó mucho más, mucho más auténtico y prácticamente sin turistas, ¡parada obligatoria, no te lo puedes perder! Para llegar, desde lago Mývatn, si coges la R1, un minuto después de pasar la carretera 860, gira a mano derecha por una pequeña carretera que hay y sigue recto, llegarás sin pérdida. En esta web encontrarás tarifas y horarios: www.myvatnnaturebaths.is
DÍA 6: ISLANDIA HUMEANTE
Por la mañana teníamos planeado visitar una de las maravillas de Islandia, Detifoss, la cascada más caudalosa de Europa. Para acceder a ésta y a otras cascadas de la zona existen dos caminos, la carretera 862 y la 864. Nosotros elegimos la 862 porque a priori queríamos hacer un trekking por al cañón Jökulsárgljúfur, y la mayoría de las rutas parten de esta orilla. La diferencia entre los dos caminos es la perspectiva desde la que ves las distintas cascadas, pero no te líes mucho con esto, desde la orilla que las veas te van a gustar, estoy segura.
La carretera 862 está asfaltada hasta Detifoss, todo muy bien indicado. Dejamos el coche en el parking y nos dirigimos hacia donde se intuía la avalancha de agua. Primero visitamos Selfoss, dejando lo mejor para después. Aunque Selfoss nos encantó, porque en Islandia no hay nada que no encante, al ver Detifoss, con tal cantidad de agua, quedamos estupefactos. Por cierto, aunque no llueva, llevad impermeable, lo necesitaréis en la orilla de la cascada.
Como el tiempo este día estaba un poco revuelto decidimos no hacer el trekking por el cañón Jökulsárgljúfur, ni tampoco tuvimos ganas de ir a Hafragilsfoss, otra cascada de la zona. Decidimos ir a Húsavík, un pueblo situado en una bahía, donde dicen que es el mejor lugar para avistar ballenas. Continuamos por la 862, sin asfaltar, lloviendo, y con numerosos baches y charcos. Reconozco que lo pasamos un poco mal (aquí hubiésemos agradecido un todoterreno) hasta llegar a la carretera 85, bonitos paisajes por cierto. Al llegar al pueblo hay mil carteles donde podrás ver “Whale watching”, síguelos y llegarás sin pérdida. Al final no cogimos ningún barco porque el mar no estaba muy católico y la chica que nos atendió nos dijo que no merecía la pena. Una excelente decisión que terminó en una gran comida en un restaurante llamado Naustid, recomiendo el salmón y la sopa de pescado.
Tranquilamente regresamos al lago por otra ruta, la carretera 87, ahora con dirección a Leirhnjúkur, una zona de fisura volcánica en la que podrás ver calderas, fumarolas, grandes campos de lava y unas vistas impresionantes. Para llegar, sal del lago dirección este y coge la carretera 863, al pasar una central geotérmica encontrarás un parking a mano izquierda, desde el que parte un sendero muy bien marcado. Si está lloviendo tened cuidado con los tablones de madera que ponen para no ir por el barro, resbalan mucho.
Tras esto, siguiendo la misma carretera un poco más adelante fuimos a uno de los cráteres más famosos de Islandia por el lago turquesa que alberga en su interior, el cráter de Krafla, ¡no te lo puedes perder!
Aún nos quedaba tiempo antes de que se hiciera de noche, por lo que decidimos ir a una de las atracciones más famosas, la zona geotermal de Hverir, a 5 km de Reykjahlíd, por la carretera 885. Al salir del coche hay un olor fétido intenso. De repente nos encontramos en un paisaje muy peculiar, con infinidad de fumarolas y de calderas naturales desde donde parecía bullir lodo de la tierra, todo ello en el marco de un paisaje de tonos ocres que te hacen pensar que ya no estás en tu planeta. Si tienes tiempo y no hay mucho barro puedes subir a la cima de Námafjall, dicen que merece la pena, nosotros no pudimos.
Para terminar el día fuimos a Grjótagjá, una cueva de aguas termales que en su día fue una zona muy popular de baño entre los islandeses. Sobre ella hay una fisura enorme fruto de la separación de las placas tectónicas americana y europea, curioso, pero si no tienes tiempo…
¿Te ha gustado nuestro post? ¡Déjanos tu opinión o cuéntanos tu experiencia!