Ibiza de luxe, 48 horas en la isla de las tentaciones

Tres días entre guardia y guardia en la recién comenzada 2ª quincena de Agosto … ¿dónde mejor que Ibiza? No conocíamos la isla y parecía que la COVId-19 nos había dado una oportunidad para visitarla sin agobios (¿seguro?), con tranquilidad, sin hacer colas para comer, cenar, ir de fiesta, y sitio suficiente para disfrutar de sus calas … nada más lejos de la realidad. Lo nuestro fue más bien, un “Ibiza de luxe”

Decidimos tirar la casa por la ventana! Reservamos en el Bless Hotel Ibiza, en Es Canar, Santa Eulalia, que mi amigo Bau me sugirió en una de sus búsquedas. Merecidísimas esas 5 estrellas y se quedan cortas. Habitación doble de luxe con vistas al mar, 5 alturas con piscinas de borde infinito cada cual mejor que la anterior según la planta en la que nos encontrábamos. 2 noches con desayuno incluido.

En realidad, no sabíamos lo que hacer … si turismo o disfrutar del hotel… esa sensación de “ desaprovecho el hotel si vamos de cala en cala” y “ desaprovecho las calas si me quedo en el hotel”.

Al llegar el martes al mediodía, saliente de guardia, fuimos al hotel a comer. Restaurante “Salao” se llama, con un menú espectacular. Optamos por dos solomillacos de angus con su guarnición y nada más, porque realmente no podíamos con nada más. Subimos a la habitación y tras inspeccionarla, nos quedamos K.O en esa cama de 2.5 metros, con lo cual “perdimos” la tarde. Al levantarnos, ducha y antojo de Japo. Preguntamos en recepción y nos aconsejaron el Nagai, el mejor Japo del sur de Europa. Cogimos un taxi y nos plantamos allí, sin ninguna indicación para llegar salvo los que conocían la isla para dar con su paradero.

“¿De verdad es el mejor japo del Sur de Europa?” Nada que envidiar Kokoro, Umami o mi queridísimo Enso, os lo prometo. Lo que definió a este restaurante fue un “psssss..pos no está mal”, así tal cual. Terminamos a la 01.00h. Todo chapadísimo y cero ambiente. Hotel again! Y subimos a la zona Epic Lounge… tus camicas con cortinicas y un par de mojitos para terminar la noche con la piscina en forma de U.

Al día siguiente pretendíamos disfrutar de las instalaciones del hotel … SPA, masajitos, gym… pero con la excusa de cena romántica en Etxeko situado en el mismo hotel, “no tenía nada que ponerme” así que, ida de olla completa que me caracteriza, fuimos a una tienda que tenía mucho capricho en ir, Charo Ruiz Ibiza, a comprarme mi vestido para la ocasión, situada en la capital. Después, roneamos un poco por los alrededores y visitamos las calicas propias,,,hasta llegar a Cala Bassa donde decidimos parar a tomar algo… ¿Dices parar? ¿Para tomar algo? No cabía ni un alfiler. ¿Distancia de seguridad? Really? Salimos de allí como arma que carga el diablo y sí que regresamos al hotel donde pasamos el resto del día entre las piscinas y Cala Nova, hasta la ansiada hora de cenar.

Hora: 21.15. Lugar. Etxeko, Martín Berasategui, Ibiza. R E C O M E N D A D Í S I S I S I M O. Optamos por el menú “ El viaje de Martín”, de 9 platos. Seducción absoluta para el paladar. 2.5 horas disfrutando de sus platos. Y con un precio para nada desorbitado.

El último día, nos levantamos súper tarde, pero sin dar lugar a privarnos del desayuno del hotel siguiendo el hilo de la noche anterior. Desayuno y circuito de spa hasta la hora de comer repitiendo en el restaurante del hotel ya que no nos daba tiempo porque nuestro vuelo salía pronto.

Es un “Ibiza Deluxe Express”. Es un volveremos y otra vez, sin reservas.