Cuatro días entre Sucre y Potosí

Una pincelada viajando por Chile, conscientes de haber dejado gran parte de su patrimonio para un próximo viaje y ya estábamos en Bolivia. Nuestro viaje por Bolivia tras el paso por el salar de Uyuni, continuaba con la visita de dos de las mejores ciudades que todavía se conservan en el país: nos disponíamos a pasar unos días entre Potosí y Sucre. Las que fueran grandes ciudades de la época colonial española, conservan hoy día uno de los cascos históricos más importantes de Sudamérica y en un viaje a Bolivia no deben dejar de visitarse.

45 días de viaje en Sudamérica dieron para recorrer con nuestras mochilas las partes que nos resultaron más interesantes de países como Chile, Bolivia, Perú y Colombia. De vuelta, nuestro diario con todas las recomendaciones para viajar a Sudamérica por libre vienen en estos post dedicados a esta magnífica experiencia.

1.Un viaje por Sudamérica: ruta, podcast y libros recomendados

2.La ida y la visita de Santiago de Chile, Valparaíso y Viña del Mar

3.San Pedro de Atacama y el valle de la Luna. El salar de Uyuni

4.La visita de las ciudades coloniales de Sucre y Potosí en Bolivia

5.Lo mejor de la Paz y el lago Titicaca

6.Lo mejor de Cusco y la visita de Machu Picchu

7.Lima y la reserva nacional de Paracas e islas Ballestas

8.Bogotá y el eje cafetero de Colombia

9.Historia y visita de Cartagena de Indias

10.La ciudad de Santa Marta y el parque nacional del Tayrona

11.Bogotá, un día antes de la vuelta

Día 12. 10 de Septiembre. Rumbo a Potosí

Esperamos hasta las 8h para que den el agua caliente en el hotel… pero pasa el rato y tenemos que coger nuestro bus a Potosí. En recepción no me dan solución… parece que se han congelado las tuberías. El jefe del hotel nos llama y nos dice que en compensación nos da 20$… y aceptamos porque no tenemos otra opción. Cabe decir que en todo momento nos sentimos bien tratados y que son cosas que pueden ocurrir en cualquier lugar.

La tercera etapa de nuestro viaje a Sudamérica: Potosí y Sucre

Vamos andando hasta la estación de bus y oímos “Potosí partiendo” la vendedora nos vende los tickets en la puerta del bus. La hora prevista de salida son las 9:30h pero salimos a las 9:50h. Vamos con la compañía Americana… un bus viejo pero lo suficientemente cómodo para 4 horas de viaje por 30 BOB. A los pocos metros de la salida el bus para a recoger a más gente. Uno de los que sube se sienta a nuestro lado y nos empieza a hacer preguntas sobre el rey y los reyes católicos… mientras masca hojas de coca y explica lo bien que le va todo desde que está Evo en el poder. A pesar de ser agricultor usa un vocabulario propio de un licenciado en ciencias políticas: igualdad, democracia… 

Tras pasar por muchas pequeñas poblaciones; algunas desérticas, otras arregladas, ver cientos de llamas ¿ó eran vicuñas? Y pasar por montañas más altas que nuestro Mulhacen por fin, tras 3h y 40min llegamos a la Ex–estación de buses de Potosí.  

La visita de lo mejor de la ciudad de Potosí

Buscamos un taxi al centro por el que pagamos 15 BOB hasta nuestro alojamiento en el Hostel Casa Blanca reservado a través de booking por recomendación de Carmen y Bau. Se trata de un hostel en todos los sentidos… nosotros elegimos la habitación doble con baño… pero los chicos de recepción muy jóvenes, muy modernos y muy artistas no entienden que dos chicos puedan dormir en la misma cama y nos buscan una habitación de tres que será exclusiva para nosotros… no pasa nada.

Salimos a pasear, hace sol y nos apetece… pero en cuanto damos un paso nos falta el aire, a cada paso es un malestar más grande. Vamos a la Oficina de Turismo que está en la Calle Ayacucho, en la Torre de la Compañía de Jesús y tras entregarnos un mapa de la ciudad nos invita a subir a la torre que es un mirador de la ciudad previo pago de 10 BOB por cabeza. Tras la visión general de la ciudad y su Cerro Rico nos vamos paseando, con fatiga, hasta:

  • Iglesia de Santa Teresa, recientemente restaurada y que nos gustaría visitar mañana.
  • Plaza de los estudiantes con lugares de venta de Salteñas (empanadillas horneadas de verdura y carne procedentes de Salta en Argentina) y Tucumanas (empanadillas fritas de verdura y carne procedentes de Tucumán en Argentina)… que son muy famosas en Bolivia. También hay helados artesanales hechos con agua purificada.
  • Pasamos por varias iglesias que nos encontramos cerradas.

La fatiga nos invade y no podemos seguir. Vamos a comer por 46 BOB pp y nos volvemos al hostel para descansar. Nos tomamos una dosis de fármaco de un poco para cada cosa, modo yonki, e intentamos echar la siesta… pero los chicos del hostel han decidido improvisar un concierto con varios instrumentos (violín, concertina, caja, algo parecido a un timple, semillas…) al final no podemos resistirnos y nos bajamos al patio con ellos, escuchándolos mientras la farmacopea hace efecto. 

Tras dos horas de música y un café nuestros cuerpos han mejorado y volvemos a salir.

Por suerte está abierta la Iglesia de San Francisco de 1726. Vale la pena entrar para ver su maravillosa arquitectura e imaginería. Damos un paseo buscando restaurante… pero no encontramos ninguno que nos guste… todo está cerrado… por lo que nos compramos unas empanadillas y con una cerveza nos dirigimos al hostel… pero casualmente hay misa en la Catedral y podremos visitarla y contemplar su belleza pintada de blanco y dorado. La Iglesia no ha conseguido ponerse de acuerdo con el poder y las oficinas de turismo y solo abren para el culto. 

Con muchas ganas de descubrir la Villa Imperial de Potosí nos vamos a dormir leyendo a Eduardo Galiano  y escuchando la radio:

ESPLENDORES DE POTOSÍ: EL CICLO DE LA PLATA.

Dicen que hasta las herraduras eran de plata en la época de auge de la ciudad de Potosí. De Plata eran los altares de las Iglesias y las alas de los querubines en las precesiones: En 1658, para la celebración del Corpus, las calles de la ciudad fueron desempedradas, desde la catedral a la Iglesia de Recoletos, y totalmente cubierta con barras de plata. En Potosí la plata levantó templos y palacios, monasterios y garitos, ofreció motivo para la tragedia y la fiesta, derramó la sangre y el vino, encendió la codicia y desató el despilfarro y la aventura (…) convertidas en piñas y lingotes, las visceras del Cerro Rico alimentaron sustancialmente el desarrollo de Europa.

“Vale un Perú” era el elogio máximo a las personas o cosas desde que Pizarro se hizo dueño de Cuzco, pero a partir del descubrimiento del Cerro, se decía “Vale un Potosí” incluso Cervantes lo hizo en su Quijote, advirtiendo a Sancho.

Potosí contaba con 120000 habitantes según un censo de 1573. Solo habían transcurrido 28 años desde que la ciudad brotara (…) y ya tenía como por arte de magia la misma población que Londres y más habitantes que Sevilla, Madrid, Roma o París (…) era una de las ciudades más grande y ricas del mundo. “

PROGRAMA TRAVESÍAS. RNE. ENTREVISTA A ANDER IZAGUIRRE:

El Cerro Rico de Potosí está representado en el Escudo de la bandera de Bolivia y ha sido el escenario de la mayor riqueza y hoy es símbolo de la mayor pobreza. 

La minas, en los 80, pasaron a estar gestionadas por cooperativas, que en Bolivia se rigen por sus propias leyes, sin sindicatos y son inamovibles. El más fuerte explota al más débil y la explotación infantil está a la orden del día. 

Cientos de mineros mueren por las condiciones precarias de la mina y sus hijos y viudas heredan las deudas y tienen que trabajar de manera gratuita para la cooperativa. El mundo cerca de la mina es sórdido, con cultura de violencia e impunidad absoluta. 

A pesar de los intentos de regulación por parte del gobierno… con acceso a la salud de los mineros, condiciones laborales… nunca se ha podido hacer nada. Incluso durante una de las revueltas mataron a uno de los viceminitros que intentaba mediar.”

Día 13. 11 de Septiembre. Potosí

Tras el desayuno en el hostel por 15 BOB, salimos a visitar la ciudad. Estamos mucho mejor que ayer, parece que nos estamos adaptando.

Nos han ofrecido un tour al Cerro Rico… pero tras lo oído anoche y saber que las visitas guiadas también están gestionadas por las cooperativas decidimos que no vamos a ir. 

Empezamos por la Casona Colonial del Conde de Carma y seguimos por el Arco de la Cobija del S. XVIII que servía para delimitar la zona indígena de la española su nombre alude al puerto marítimo de Magdalena de Cobija (Puerto del Pacífico desde el que se enviaba la plata a España). A través del arco se consigue una magnífica foto del Cerro Rico.

La visita a la Iglesia de Santo Domingo nos sorprende por su techo de madera tallada.

Las dos horas siguientes las pasamos visitando el Museo de la Iglesia de Santa Teresa (30BOB para extranjeros + 15BOB por la cámara de fotos). La visita es un poco pesada por ser larga pero las obras que se contemplan son magníficas y alucinantes. Obras de Alonso Cano, Olguín… cerámicas flipantes que formaban parte de las dotes que las novicias entregaban al convento cuando entraban. La visita merece la pena pero no es apta para no aficionados al arte religioso o a la vida religiosa.  Al final del recorrido tienen una tienda con dulces conventuales en la que compramos unos mazapanes por 10BOB (no son como los mazapanes que nosotros conocemos pero están buenos).

Vamos hasta la plaza de San Bernardo a la hora de salida de los críos del instituto y es el momento en el que entendemos porque se la llaman plaza de los estudiantes. Hay muchos puestos con empanadillas y helados artesanales. 

A esas horas (mediodía) es imposible moverse por el centro; buses, coches y motos ocupan la calzada y las aceras son tan estrechas que da miedo. Con dificultad vemos la iglesia de Jerusalem, que está cerrada, y como podemos vamos hasta la Casa del Balcón esquinero, que según nos cuentan tiene una casa hermana en Toledo.  Y tras un infructuoso paseo por el mercado Artesanal, que está cerrado, no vamos a comer el menú del día en la Calle Sucre al Restaurante Sabor y Sazón por 25BOB. Es una escuela de hostelería y lo hacen muy bien. 

Tras la comida nos vamos a tomar un café en el Café de la Plaza (en la plaza 10 de noviembre y recomendado por viajefilos…) y cual es nuestra sorpresa que nos encontramos a Maite, una compañera del trabajo y de la carrera que está sentada en una mesa tomando un mate. 

Decidimos ir a ver juntos la Iglesia de San Martín que de nuevo encontramos cerrada pero en la puerta hay una clase de un colegio que nos hacen una entrevista sobre España y nos dicen que la verdadera bandera de Potosí está en un museo en España (¿que les habrán contado sobre nosotros?). Pasamos un rato un contestando preguntas a los niños mientras la profesora nos mira sorprendida. En este punto nos separamos de Maite y quedamos con ella para cenar.

Visitamos, sin encontrar abiertas, las iglesias de San Juan Bautista, La Concepción y San Sebastián, en esta última un grupo de 4 niños nos pide que le hagamos una foto, están comiendo pan… y aparte de su hambre quieren saciar su curiosidad y nos acribillan a preguntas… pero la que más nos llama la atención es ¿en España los niños trabajan? A lo que contestamos que no, que los niños van al colegio… ellos nos replican que ellos sí que trabajan vendiendo gelatina y otras cosas por la calle… pero que también van al colegio por la tarde… un poco “tocados” seguimos nuestro recorrido de privilegiados turistas.

Intentamos ir hasta Copacabana, otra iglesia que encontramos cerrada… pero seguimos intentando visitar la ciudad y vamos hasta San Benito… que aunque esté cerrada es preciosa por fuera; con arcos por todos los lados y con una cúpula impresionante.

A las 19:30h quedamos de nuevo con Maite para cenar y pasar la tarde/noche juntos. Nos explica algo que no sabíamos; las iglesias que tienen la puerta hacía el Cerro Rico eran para los españoles y las que la tienen de espaldas para los indígenas y que las puertas están pintadas de verde para que no entren los espíritus de los que han muerto en las minas. 

Cenamos en la Trufa Negra un lugar que nos recomendaron las niñas que conocimos en la puerta de la iglesia de San Martín porque decían que allí comieron los Ángeles Blancos (un grupo de moda entre los adolescentes bolivianos). Los precios están muy por encima de la media 260 BOB por una ensalada de palmito, costillas de cerdo a la BBQ, tortilla de champiñones y pollo con patatas, cerveza y agua incluidas.

Después nos vamos a tomar unas cervezas al Boliche de Alí, en la misma calle, unas Hauri a las que nos invita Maite… tras ello nos vamos a dormir al hostel.

Día 14. 12 de Septiembre. Camino de Sucre

Se ha pasado la noche lloviendo y cuando salimos a la puerta del hostel el Cerro Rico tenía una fina capa de nieve que nos sorprende… porque no en vano está a 5000 msnm.

Visitamos la Casa de la Moneda de Potosí. La entrada a extranjeros nos cuesta 40 BOB y el derecho al uso de la cámara de fotos 20 BOB. La visita es guiada y hacen grupos de diferentes idiomas. El nuestro, en español, es desordenado porque los otros grupos se solapan y tienen que ir abriéndonos camino. En resumen; la visita no nos ha sorprendido… si algo nos ha llamado la atención ha sido la maquinaria sevillana que utilizaban para acuñar la moneda.

Nuestras fotos de la ciudad de Potosí

Hacemos el Check out en el hostel y nos despedimos de los chavales artistas recepcionistas. Optamos por ir en taxi compartido hasta Sucre por 50 BOB pp si el taxi va completo. Al hacer la conversión a € le comentamos al taxista que si nos hace un descuento no tiene que buscar a nadie más y al final nos lo deja por 180BOB (20 BOB de descuento).

Al pasar por un peaje el conductor paga con el periódico de Potosí, después llama a un policía y le da otro periódico y nos damos cuenta que en el retrovisor lleva colgada una credencial que dice “prensa El Potosí”… sin lugar a dudas nos llama la atención la mini-corrupción. Tras 2h y 40 minutos llegamos a Sucre. Los paisajes por la carretera son espectaculares: montañas altísimas y minerales que casi podíamos tocar. 

Nos alojamos en el Hostel Clavel Blanco donde nos recibe una cría porque Doña Verónica no está. Al ver que somos dos chicos nos pone en una habitación compartida de 12 y le decimos que nuestra reserva por booking es de una habitación doble, con dificultad nos lleva a una habitación doble minúscula en la que delante de nuestros ojos se mea el perro de la casa. Nos miramos incrédulos y por fin nos lleva a una habitación más grande. Nos avisa que de las 5 duchas que hay en el hostel solo funcionan 3:una la rompió un extranjero borracho y la otra no funcionó nunca. Tampoco funciona la cisterna del baño más cercano a nuestra habitación… total un desastre que nos desanima un poco.

Salimos a buscar una lavandería pero necesitamos dos: una de limpieza en seco y otra convencional. Nos cobran a precio de guiri… parece que Sucre no nos recibe bien… pero es solo una apariencia. Veremos después que nos sentimos muy a gusto.

Comemos en Hostel Colors: ensalada, sopa, pie de pollo, bavarois de chocolate y un jugo por 25 BOB y volvemos al hostel para planificar la visita a la ciudad.

Comenzamos tomando un expresso, pero esta vez de Chocolate, en la tienda “Para Ti” de la calle Grau… toda una delicia.

Un paseo por la Plaza 25 de mayo sirve para orientarnos y tras ello visitamos:

  • La Iglesia de San Francisco y la zona del mercado que está adjunta.
  • Santa Mónica
  • San Miguel (con un artesonado mudéjar que ni el mismo Teruel!!!)
  • Santo Domingo

La mayoría de la gente nos pregunta nuestra procedencia y nos invitan a quedarnos el fin de semana porque es la fiesta de la Entrada de la Virgen de Guadalupe… pero tenemos los billetes de ida a La Paz y no podemos.

Tras es turismo cultural nos vamos de Shopping. La tienda Alpaca Andina es ideal para comercio justo y comprar lana del animal que dicen que es… aunque el precio se nota… pero si lo piensas en euros es una miseria.

Buscamos un lugar para tomar una cerveza y encontramos Bibliocafé donde acabamos cenando. Mañana más de Sucre… pero el tiempo promete lluvia.

Día 15. 13 de Septiembre. Sucre

Hemos dormido bien aunque para la ducha tenemos que recorrer la inmensa casa en la que está ubicado el hostel porque la mayoría de las duchas no funcionan y la que podemos usar está en el piso superior que aunque el desagüe no traga bien y cuesta regular la temperatura del agua… es la más aceptable.

La visita de lo mejor de la ciudad de Sucre

Tras el desayuno, y como hace buen día, subimos al mirador de Recoletas. Ascendemos por la Calle Grau, desoyendo el consejo de los viajefilos que recomendaban subir por la calle Delance. Sea como fuere tienes unas maravillosas vistas de la ciudad y vale la pena subir. Desde aquí se ve muy bien la estructura de la urbe y puedes hacerte una idea de los recorridos. Recomendamos tomar un café en el café del Mirador, mientras contemplas la ciudad por 15 BOB. La Iglesia de Recoletas está cerrada y emprendemos el descenso hasta el centro por la calle Delance y tenemos la sensación de estar en una ciudad del sur de España; Andalucía, La Mancha… la arquitectura de las casas es muy parecida.

En la Plaza 25 de mayo nos dirigimos a la Casa de la Libertad, el lugar en el que se fundó Bolivia. Realizamos una visita guiada excelente y totalmente recomendable. La guía, guapa e inteligente, no se deja un detalle y aprendemos muchas cosas sobre la historia de Bolivia como por ejemplo que Sucre y La Paz tuvieron una guerra por la capitalidad del país. La entrada, con visita guiada o sin ella, cuesta 15 BOB a los extranjeros.

Visitamos después la Sede Central de la Universidad San Francisco Xavier de Sucre pero lo que realmente vale la pena es la Facultad de Ciencias Jurídicas, no dudéis en empujar la puerta y ver el patio/claustro interior. 

Muy cercano está el Mercado de San Francisco donde después de ver todos los productos y sorprendernos con la variedad de patatas, nos tomamos un jugo de fruta por 10 BOB. La comida en el mercado no nos acaba de convencer… aunque en realidad es miedo a enfermar porque las medidas higiénicas no son lo extremas que a nosotros nos gustan pero había platos realmente apetitosos que con “un mantel” y sin esa pátina de suciedad nos hubiéramos comido con mucho gusto. 

Buscamos un lugar de menú para comer… pero en todos se ha acabado la comida y acabamos comiendo en El Solar; un lugar más caro que la media que está en la calle Juan José Pérez por 60 BOB por cabeza (Buffet de ensaladas, Sopa de avena, Asado de olla, Chorizo Chuquisaquero y una jarra de cerveza de 1’5 litros). A pesar de que es caro y que son lentos en servir la comida estaba riquísima.

Recogemos nuestra ropa de la lavandería. La han dejado muy bien. La lavandería convencional la hicimos en Lavarap (Calle La Paz) y la limpieza en seco en Lavandería San José (Calle Rafael Bustillo). Como el cielo está muy negro y parece que va a llover subimos, tras dejar la ropa en la taquilla, al tejado de la Iglesia de La Merced. Nos cobra 10 BOB en concepto de restauración aunque nos explica que no la restaurarán hasta que no acaben las obras de la catedral, por cierto subvencionada por la Embajada de España y la Cooperación Española. Nos impresiona la belleza del barroco mestizo del edificio y el tejado, para que contaros, ofrece una vistas preciosas de los tejados de la ciudad con un cielo lleno de nubes blancas y negras que respetan nuestra visita y solo caen dos gotas.

Dejamos la ropa en el hostel y tomamos un expresso de chocolate en “Para Ti” de la Calle Audiencia. Las dependientas se alegran de volvernos a ver y nos hacen fiesta. 

Paseamos despacio por la ciudad hasta el Parque Bolivar y la zona de tribunales, no en vano Sucre es la capital judicial de Bolivia. 

A la vuelta vemos el traslado de la imagen de la Virgen de Guadalupe hacia el Tribunal Contitucional en la Calle Maestro. Música y petardos mientras se preparan para la gran fiesta de La Entrada. Visitamos algunas tiendas como Indigenous Art en la calle Grau y sin darnos cuenta se hace la hora de una cerveza. Nos tomamos una en Joy Ride (el que paga los mapas turísticos de la ciudad) pero no nos sentimos muy cómodos y volvemos a Bibliocafé, el lugar de ayer, para cenar y tomar otra Paceña. Antes de ir a dormir tenemos un desencuentro con las chicas que atienden que se ríen de que durmamos juntos… una mirada las calla y nos maldicen en Quetchua… o eso creemos.

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Nuestras fotos de la ciudad de Sucre

Mañana rumbo a La Paz, la capital más elevada del planeta…

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Jaume García

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2 comentarios en “Cuatro días entre Sucre y Potosí”

  1. Me encantó toda la información yo soy boliviana 40 años que no vivo en Bolivia y para mi en verdad hay muchísimos lugares desconocidos dentro de Bolivia por eso la información es muy valiosa para mi gracias.

    1. Muchas gracias por tu comentario. Bolivia es uno de los países más bonitos de cuantos conozco. Tiene ciudades y rincones naturales que merecen muchísimo la pena visitar. Además de la gente más maravillosa y amable del continente. Me alegro que te haya gustado el artículo.

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