Nueva York en Navidad. Lo imprescindible en una semana

Lo imprescindible de una semana en Nueva YorkPor fin había llegado el día. Después de varias semanas preparando esta semana de viaje a Nueva York, ya estábamos preparados para volar. Todos los preparativos previos a un viaje a Nueva York terminados y solo quedaba disfrutarlo. Y no habían sido pocos, el hacerse con el ESTA, las reservas de visitas y actividades y sobre todo planificar los días en NYC para 18 personas fueron un buen trabajo. Pero ya se sabe, palos con gusto no pican… Comenzaríamos fuerte visitando lo que pensábamos era lo imprescindible de un viaje a Nueva York para después dejar algunos días libres y que cada uno eligiera sus mejores opciones. Esta fue nuestra ruta y las visitas de los siete días que viajamos a Nueva York aquella Navidad.

Nueva York en Navidad. Lo imprescindible en una semana

Cómo organizar una semana de viaje a Nueva York en Navidad
La ruta de una semana en Nueva York. Los imprescindibles en un viaje de 7 días a NYC

Día 1. Miércoles 11 de Diciembre. Viaje de ida

La mayor parte del grupo volaría desde Madrid, Iberia y Finnair en un vuelo compartido sacaron buenos precios, en torno a 350 € por la ida y la vuelta. Carmen y yo saldríamos desde Barcelona, Level, la lowcost de Iberia, nos había casi regalado el billete por 230 € ambos trayectos. Por delante un día completito de viaje primero con un Murcia-Barcelona en tren. Con cuatro horas de antelación llegábamos a el Prat, menudo peñazo con tantas horas de espera y que realmente no sirvieron de mucho. Ni controles especiales ni nada de nada, salvo que elegían al azar algún equipaje de mano para revisar. Una vez subidos al avión fueron nueve horas de vuelo, muy cómodo con Level, he de decir.

Sobre las 10 de la noche aterrizábamos en el JFK de Nueva York. Todavía quedaban dos horas para pasar el control de inmigración. Tan solo un par de puestos abiertos y una espera interminable. Desde nuestro punto de vista y como viajeros, un desastre y una gran pérdida de tiempo.

Pasado esta tortura sin sentido, por fin abandonábamos el aeropuerto más de dos horas después de aterrizar y nos lanzamos a por un taxi. No quedaba fuerza para buscar alternativas y los vehículos oficiales, los amarillos, cobran un precio aproximado de 60-65 $ por la carrera con el taxímetro en marcha hasta Manhattan. El precio fue de 65 $ más la propina, en torno a un 18-22 % a partir de aquí. En total pagamos 75 $. A estas horas no se fue más de media hora. Pasada de largo la medianoche neoyorquina, casi la hora de levantarnos en España, alcanzábamos la cama del Seton Hotel.

Los controles de inmigración para entrar en EEUU son desesperantes. Una vez en el aeropuerto de JFK de NYC para llegar al centro la opción taxi si sois 4 puede ser una opción no muy cara. Pagaréis unos 75 ¢ por la carrera con la propina incluida.

Día 2. Jueves 12 de Diciembre. Tour de contrastes y atardecer en Dumbo

El Seton Hotel fue una buena elección, uno de los mejores alojamientos en Nueva York al que habíamos llegado después de muchas horas de búsqueda. Lo habíamos reservado en Booking ya hacía unos tres meses y encontramos las ocho habitaciones que necesitábamos. Bien localizado, a escasos metros de la Estación Grand Central y por lo tanto a buena distancia de muchos de los puntos de interés en Manhattan. Pagaríamos 1000 € por las siete noches en habitación doble con baño compartido, un buen precio para lo que se movía en NYC en hoteles de esta categoría. Se notaba una reciente restauración y la limpieza era exquisita. Por poner un par de peros, tal vez la habitación que nos tocó era algo pequeña y le faltaba el desayuno pero al menos ofrecían café durante todo el día. El resto de habitaciones estaban bien de espacio.

Grand Station of New York, en los alrededores hay buenos sitios donde alojarse en Nueva York
NYC Grand Station. La Estación Central de Nueva York

Tour de contrastes por Nueva York

Para hoy tocaba apretar los dientes y madrugar a pesar de la paliza de ayer. A las 8:45 de la mañana nos subíamos en el bus de la agencia “Mi viaje a Nueva York” con la que teníamos contratado el tour de contrastes, ese que te lleva a los condados más emblemáticos de NYC. Recorreríamos parte de Manhattan, Queens, Bronx, Harlem y Brooklyn. Con unos 30 minutos de retraso subíamos al bus.

El recorrido sale hacia el norte de Manhattan y llega al río Hudson. Continúa paralelo al mismo dejando al fondo el estado de New Jersey. En el bus dos guías dan las explicaciones sin que molesten las mismas. Nosotros escuchamos a Alejandro, un muchacho cubano que prácticamente se dedica en exclusiva a nuestro grupo. Captar la atención de nuestro grupo de 18 es todo un reto para Alejandro

Al norte de Manhattan, el último de los distritos, Washington Highs, distrito eminentemente hispano y que abandonamos por el fotogénico puente de Macombs Dam. Una vez cruzamos entramos en el condado del Bronx, la única parte del estado de Nueva York que no es una isla.

Lo primero que tropezamos en el Bronx es el estadio de los Yanquees de béisbol donde también juega el NY City de fútbol y que con capacidad para 50000 espectadores fue uno de los más caros en su construcción. Por supuesto fue objeto de crítica al representar una inversión demasiado alta en un barrio tan deprimido y con otras necesidades en 1923 en que se levantó, pero sirvió a su vez para mejorar la imagen del Bronx. Conocido como “la casa que levantó Ruth” leyenda del deporte del béisbol, hacemos nuestra primera parada para unas fotos en el exterior.

En que fue considerado el barrio más peligroso de Estados Unidos en los 60’s-80’s, hoy día es una zona en crecimiento y cada vez más cara. Hacemos una segunda parada en el centro del Bronx junto a una parada del metro, elevado en este tramo. Un rincón muy fotogénico que reune todas esas imágenes que tienes en mente.

Visitando el Bronx de Nueva York
El paseo por el Bronx de Nueva York en el Tour de contrastes

La última de nuestras paradas en el Bronx, en su particular Little Italy, el barrio italiano por antonomasia y mucho más auténtico que el de Manhattan. Se encuentra pegado al zoológico, el único de la ciudad y abierto en 1895. Nos feriamos unos sándwiches enormes en el mercado. Pastramis y embutidos italianos en tradicionales puestos sacados de una película de los años de la mafia. Nos metieron unos 50 $ por dos grandes bocatas y tres birras, pero merecieron la pena. Saciados con el grasoso botín, damos un paseo y seguimos ruta, esta vez hacia Queens. En el camino, fabulosas vistas del sky line del condado de Manhattan desde el puente White Stone.

En Queens pasamos primero por el distrito donde probablemente están algunas de las viviendas más caras, unifamiliares adornadas ahora para la Navidad. Paramos más allá en el Flushing Meadows-Corona Park y una extraña estructura fruto de la Expo universal de 1964 y famosa hoy por ser el lugar donde se grabó alguna escena de “Los hombres de negro”. Más abajo una enorme bola del mundo, el Unisphere que aprovechamos para unas fotos llamémoslas “creativas”.

Unisphere de Nueva York
Unisphere de Nueva York, otra de las paradas del Tour de contrastes de NYC

Seguimos por Queens, el condado de mayor diversidad y mayor extensión de Nueva York y donde Alejandro nos cuenta que es habitual escuchar multitud de idiomas de todo el mundo. Entre otras comunidades alberga la mayor población judía del mundo después de Israel. Observamos la escena desde arriba del bus y la verdad que comienza a ser aburrido el no poder para en alguna de estas ubicaciones.

De nuevo un puente y pasamos a un nuevo condado, el conocido Brooklyn. Esta vez sin ser el más grande, si el más poblado del estado. Nos llama poderosamente la atención Williamsburg, el barrio judío donde la vestimenta de los ortodoxos habitantes del distrito resulta llamativa a nuestros ojos. Cruzamos Brooklyn y llegamos a DUMBO, los antiguos astilleros ahora convertidos en área de esparcimiento y donde nosotros decidimos terminar el tour y aguardar a este lado del río para el atardecer y disfrutar de las vistas del skyline de Manhattan desde este lado. Y digo decidimos porque ya estamos más que aburridos de ver NYC desde una ventanilla y preferimos seguir por nuestra cuenta a partir de aquí.

El recorrido completo se lleva unas 5 horas y si bien es interesante, tal vez se coma mucho de ese tiempo el trayecto en el bus. No sabría comparar con otros tours de similares características, pero nos parecieron demasiadas horas en el autobús. Si a esto le sumamos que se averió más de una vez… tal vez mejor probar con otra agencia sería más conveniente. No nos convenció la agencia “Mi viaje a Nueva York”.

Elegir una compañía adecuada para hacer el imprescindible Tour de contrastes de Nueva York no fue fácil. La oferta y los precios son variadísimos. Solicitar el máximo de info posible sobre el trayecto, la duración, las paradas. Nosotros no acertamos…
 

Cruzando el puente de Brooklyn al atardecer

Aprovechamos para comer algo en las atarazanas restauradas del paseo en Dumbo. Muchos locales y opciones: japos, kebab, hamburguesas, perritos, alitas, vegetarianos… y en un ambiente muy chulo. Nosotros tomamos un par de perritos y unas patatas, unos 20 $, a los que hay que sumar otros 20 $ para acompañarlos con dos pintas de cerveza. Todavía con luz y para el atardecer patéanos el paseo frente a Manhattan a este lado del puente de Brooklyn.

Cruzamos el puente aún con los últimos momentos de luz del día. Son 870 m de longitud pero hay que llegar a su extremo para comenzar a cruzarlo. Eso suponen bastantes más metros y el viento que sigue el curso del río se nota cómo va calando en los huesos. Unos cuantos de cientos de fotos más tarde llegamos al otro extremo. Con la vista de los rascacielos de Manhattan merece la pena cruzarlo. Ya solo queda pasear en busca del calor y un café.

La skyline de Manhattan desde Dumbo en Brooklyn
La skyline de Manhattan desde Dumbo en Brooklyn

Para la noche, cena reservada en Dons Bogam, un coreano relativamente cercano al hotel y en el que pudimos reservar a través de la App de OpenTable. Nos declaramos amantes de la comida coreana y sobre todo de sus barbacoas. La elección vino del hecho que fue de los pocos que conseguimos para 18 personas con tiempo de antelación. Muy buena carne, unas dumplings, unas ensaladas y cerveza por 50 $ con la propina. Definitivamente no es una ciudad barata pero la calidad de los locales es irreprochable.

Algunos fuertes todavía aguantaron para una copa en el Dillon’s, nuestro bar de cabecera en Nueva York. No se puede negar que el pub no estuviera animado todos los días y a tiro de piedra de nuestro hotel. 

Día 3. Viernes 13 de Diciembre. Central Park y Midtown

Por la mañana la mayor parte del grupo se dedicaría a visitar el enorme Central Park de NY y explorar todos sus emblemáticos rincones. Carmen y yo teníamos un regalazo para la mañana: un tour gastronómico por el Harlem neoyorquino.

Tour gastronómico por Harlem

Nosotros iniciábamos nuestro particular recorrido gastronómico a las nueve de la mañana. En el distrito de Harlem reside mucha población afroamericana que ha popularizado la “soul food”. Se trata de recetas importadas del continente africano entremezcladas con la cocina norteamericana, una oferta culinaria diferente que nos disponíamos a catar. Como añadido, recorreríamos algunos de los lugares más destacados del barrio como el teatro Apollo.

Unos 15 minutos antes de las nueve estábamos en el punto de encuentro como nos indicaban. La agencia se encuentra en la segunda planta del 690 de la octava. Costó 150 $ en Civitatis para los dos y nos gustaba la idea de que sería en español. Fiasco: ¡estaba cerrado! Tocó solicitar la devolución del dinero, poco más podíamos hacer.

Bueno, nos juntaríamos con el resto del grupo para recorrer Central Park. Elegimos al azar una compañía de alquiler de bicis. Estaba cerca del parque como tantas otras. Negociamos el precio, siendo un grupo tan grande no fue difícil, y conseguimos dos horas por 11 $. Nos dijo que incluía las tasas y los cascos.

Recorrido en bici por Central Park

Central Park con sus 341 hectáreas, su medio millón de árboles y sus 38 millones de visitantes anuales es con toda seguridad el parque urbano más famoso del mundo. Recorrerlo en bicicleta es una delicia que te permite alejarte del bullicio de la ciudad, recorrido que en Navidad hay que cumplimentarlo con la experiencia de patinar en sus pistas de hielo. Gapstow bridge, la Fuente Berhesda, el Bow bridge, Imagine, Alicia en el país de las maravillas, el castillo Belvedere… son entre otras, las paradas obligadas en este paseo.

Fueron poco más de dos horas. Suficiente para dar una vuelta con las paradas necesarias. Si bien en general es cómodo y no exige un esfuerzo exagerado, hay algunas cuestas que se pegan. El recorrido circular está completamente marcado y no es fácil salirse del mismo. Para acceder a los lugares de interés tendrás que bajar de la bicicleta y caminar, son bastante estrictos en este sentido y te llaman la atención si utilizas la bici fuera del camino. Con los 20 minutos extra de cortesía de las bicicletas llegamos justos para tomar un merecido perrito en un borde del parque. ¡Pagaras 5 $ por el perrito en la calle!

Central Park en bicicleta
El recorrido de Central Park en bicicleta
En las calles aledañas al Central Park son varias las compañías que se dedican al alquiler de bicicletas y siendo un grupo no tuvimos problema en negociar el precio. Unas 2 horas que no son demasiado exigentes en cuanto a forma física se refiere.

Lo mejor de Midtown

Es la una del mediodía y bajamos hacia Times Square con tranquilidad y visitando los lugares que nos interesan en el camino. Un parte del grupo se aventura a comer en el famoso Burguer Joint, un clandestino cercano a Central Park y en el que teníamos claro no cabríamos todos (20 $ por la hamburguesa con patatas y cerveza). Sobre las 15:30 tenemos que llegar al Rockefeller para subir al mirador de Top of the Rock. Hace un par de semanas habíamos reservado la subida a las 15:55 coincidiendo con el atardecer. La tarjeta City Pass C3 permite hacer la reserva online en la página oficial.

El primer lugar donde nos detenemos, la plaza de Columbus Circle donde montan un mercadillo de artesanía estos días. Bajamos por la 57 hasta la Quinta Avenida. En el camino, el Carnegie Hall. En la más famosa de las avenidas comerciales, el edificio Trump (en cuyo ático y a 202 metros se encuentra en ático del actual presidente) y los engalanados escaparates de las prohibidas tiendas de lujo. La primera de ellas, la archiconocida joyería de Tifanys. Entramos solo por entrar… Seguimos por la quinta hasta la catedral de San Patricio, la mayor de Estados Unidos con capacidad para 2400 fieles. Su edificación se debe a la comunidad irlandesa entre 1858 y 1888. La entrada es gratuita y además de disfrutar del interior, asistimos a los bonitos cantos de villancicos de una coral. Sin duda, la Navidad es una época muy importante para los estadounidenses.

El Rockefeller Center y el mirador de Top of the Rock

Enfrente el Rockefeller Center, el primer centro comercial del mundo y nuestro destino final para el atardecer. Con más de 19 edificios alrededor cobra especial importancia en estas fechas con el encendido del famoso árbol de Navidad de la ciudad. El ambiente de nuevo nos da una idea de la importancia de la Navidad en Estados Unidos, mezcla de reciente tradición y afán consumista. Damos una vuelta al árbol y, como nos indican en la reserva acudimos al punto de encuentro, en la 50, para el Top of the Rock unos 20 minutos antes de la hora marcada.

El árbol de Navidad de Rockefeller Center de Nueva York
El árbol de Navidad de Rockefeller Center de Nueva York

Al llegar nos advirtieron de que la visibilidad es nula y nos aconsejan cambiar el día, cosa que hacemos. Sorprende que no hay gran problema para hacer el cambio y es gratuito. Así que modificamos el día. Será el domingo, el único que parece se despejará, a la misma hora.

Lo que queda de tarde y lloviendo solo queda buscarse la vida a resguardo hasta las 20 horas, momento en que tenemos reservada mesa para todos en el Hard Rock Café de Times Square. Algunos de compras, otros de cerves, pocos de paseo… la verdad es que no es fácil mover un grupo de 18 y hasta la cena la mejor opción es disgregarlo. Sean’s y The Elgin sirvieron para nosotros. Dos pubs irlandeses tradicionales y con buen ambiente cerca de Rockefeller y lo que es mejor con buenas pintas. Van a unos 8-9 $ por cada una pero todo lo que hay dentro y su localización merecen la pena.

El caso es que llegábamos a nuestra cena en el Hard Rock Café de Times Square a tiempo y con menos hambre a eso de las ocho de la noche. LO habíamos reservado de nuevo con la app de Open Table hacía unas semanas ye igualmente sin problemas para los 18. Conseguimos que entendieran que preferíamos una mesa corrida para los 18 y nos pusieron juntos. Como siempre, un acierto esta cadena. Cenamos por unos 30 €. Vuelta en metro al hotel.

Hard Rock Café de Times Square de Nueva York
Hard Rock Café de Times Square de Nueva York

Día 4. Sábado 14 de Diciembre. Lower Manhattan, distrito financiero y Ferry a Staten Island.

Blanca, Eva y Pablo salieron a las cinco de la la mañana hacia Washington. Una excursión demasiado “intensa” para un día y para nosotros. Con la expectativa de lluvia, Sonia, Juanjo y Jorge optaron por los outlets de New Jersey. El resto del grupo salimos sin demasiada prisa hacia Lower Manhattan con la idea de visitar el Memorial del trágico 11S.

Tomamos la línea 5 de metro en Gran Central, la imponente estación central de Nueva York que tantas veces hemos visto en las películas americanas. Construido en 1913 el monumental edificio es uno de los símbolos de NYC y el lugar por dónde medio millón de personas pasan cada día. Resulta mucho más bonita en el interior con un vestíbulo de mármol de 114 metros de largo por 36 metros de ancho. La enorme bóveda invertida inspirada en el zodíaco le da una bonita luz celeste al atardecer. El edificio es uno de las muchos edificios que quedan en Nueva York obra del arquitecto valenciano Guastavino. La estampa la mejora la gran cantidad de neoyorquinos que andan arriba y abajo vestidos de Papa y Mama Noel. Una tradición que cumplen hoy y resulta cuanto poco divertida.

Explorando el Downtown de Nueva York

Unas fotos después nos subimos al metro en dirección a Downtown. El billete de metro cuesta 2.75 $ y la mejor opción es comprar una tarjeta de recarga. Añades el dinero que quieras y pienses gastaras y es un proceso sencillo en cualquier máquina. Bajamos cerca del Puente de Brooklyn, junto al Ayuntamiento. Enfrente el edificio Woolworth, inaugurado en 1913 como el más alto de la ciudad com sus 60 pisos y 241 metros. Adelante la capilla de San Pablo totalmente rodeada de imponentes rascacielos. Se trata de uno de los edificios que quedó intacto tras el atentado del 11 S y sirvió de refugio a los que trabajaron en el desescombro de la zona.

Se sigue caminando hacia la nueva estación diseñada por Santiago Calatrava, una enorme estructura que representa la paloma de la paz. El conocido como Oculus funciona hoy como intercambiador de metro y tiene en esta época puestecitos navideños. El interior es realmente bonito, parece que el presupuesto de su construcción sobrepasó con creces lo previsto.

El oculus de Nueva York de Santiago Calatrava
El oculus de Nueva York de Santiago Calatrava

Detrás, el One World Trade Center, el sexto rascacielos más alto del mundo y el mayor de Estados Unidos, situado en el área donde se encontraban las Torres Gemelas. Con la aguja de cristal que alcanza los 541 metros cuenta con un mirador en el piso 100. En total se levantó 1776 pies, en conmemoración del año de la independencia americana. Como recuerdo del emplazamiento de las torres, hoy quedan dos estanques con los nombres de todos los fallecidos en el atentado y se ha abierto al público un museo, el Memorial 11S.

Subimos al conocido como parque de la Libertad y seguimos hacia el distrito financiero, el famoso Wall Street. Antes vistamos la iglesia de la Trinidad, durante muchos años la aguja más alta de Nueva York y que servía de faro a los navegantes. En el cementerio adjunto, el más antiguo de Manhattan yacen los restos de personajes ilustres de la historia norteamericana.

La misma calle lleva hasta la conocida figura del Toro de Wall Street, una codiciada foto para la que hay que hacer cola… Hay varias colas, para la foto en la cabeza con los cuernos, para la foto en lateral e incluso una en el culo para tocar los testículos del animal. Creo que estamos perdiendo la cabeza.

En las inmediaciones la Fraunces Tavern, una de las más históricas de América donde se dice se reunía George Washington con sus colaboradores. Y por supuesto el Edificio de la Bolsa, la mayor del mundo y cuyos entresijos marcan el destino de todo el mundo. Frente al edificio “la niña sin miedo” la polémica figura de bronce que simboliza la lucha por la igualdad y que inicialmente se encontraba frente al toro. Del otro lado el edificio de la Reserva Federal, hoy día museo y la gran escultura de G.Washington presiden la plaza.

El toro del distrito financiero de Nueva York
El toro del distrito financiero de Nueva York

Hacemos una parada junto a la iglesia, en el 65 Market Place, un lugar con varias opciones de comida en autoservicio y que se paga al peso. Ensaladas, pastas, carnes, shushi… Aprovechamos y saciamos el hambre. Unos 20 $ por persona y comemos un poco de todo. Es lo que tiene entrar a un buffet con gana…

El ferry a Staten Island

Son las tres de la tarde y nos dirigimos hacia Batery Park el lugar desde donde parten los ferrys a Staten Island y la estatua de la Libertad. Vamos directamente a la enorme estación de ferrys para abordar uno de los que salen hacia la isla. A pesar de que en nuestro plan es la hora perfecta para cruzar hasta la isla donde se recibía toda la inmigración que llegó a América en el siglo XX y volver de inmediato al atardecer, me temo que la visibilidad va a ser nefasta.

Cada 30 minutos hacen la salida y es gratuito. Ojito con no hacer caso a los caza turistas que se empeñan en cobrar el recorrido en otros barcos… El barco pasa por delante del icono neoyorquino más conocido, la estatua de la Libertad. El tiempo de navegación hasta Staten Island es de algo menos de 30 minutos. Bajamos y de inmediato cogemos el de vuelta. En total una horita de recorrido si bien no tuvimos mucha suerte con las vistas.

Ferry a Staten Island
Ferry a Staten Island en Batery Park
Al atardecer merece la pena tomar un ferry hasta Staten Island en Batery Park. El recorrido de tan sólo 30 minutos pasa frente a la estatua de la Libertad. Huir de los barcos para turistas, mucho más caros.

Ya prácticamente sin luz y con la lluvia apareciendo, volvemos hacia Midtown en metro. Aprovecharemos el mal tiempo para visitar Macy’s y tal vez, solo tal vez, comprar algo. Pero la verdad es que haría falta un intensivo para aprender a manejarse en estos grandes almacenes, ¡súper grandes!

Parece que la noche va despejando el cielo y sin lluvia por medio solo quedará buscar acomodo para cenar, ya de nuevo, los 18 juntos… Bueno, faltaron Vero y Pablo que optaron por un musical aquella noche, El fantasma de la Ópera. Por suerte en los alrededores del hotel hay varios restaurantes en los que se podría llegar a entrar aún sin reservar. Probamos en uno con un aspecto tremendo pero no tenía sitio, La Casa de la Lasaña, así que cenamos justo al lado, en Scotty’s Dinner. Básico pero con buen precio: 23 $ por persona.

Antes de ir a la cama y para bajar la hamburguesa, una copa en el Peter Dillon’s.

La excursión a Washington, por Blanca, Eva y Pablo

Eso os lo dejamos en otro post… La excursión de un día a Washington en un viaje a Nueva York

La excursión a Washington desde Nueva York
La excursión a Washington desde Nueva York
¿Más sobre como terminaron aquellos 7 días en Nueva York? > Haz click aquí y te dejamos el diario con el resto de días
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Jose Luis Bauset
Soy Jose Luis, más conocido como Bau. Aquí compartimos nuestras experiencias viajando. Viajefilos es nuestro blog de viajes, donde todos aquellos adictos a viajar pueden buscar inspiración.

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2 comentarios en “Nueva York en Navidad. Lo imprescindible en una semana”

  1. Leyendo vuestro post me ha entrado ganas de volver a la gran manzana. Hubo algunas cosas que no pudimos hacer en nuestro viaje por falta de tiempo, así que apuntamos algunas ideas para cuando podamos volver.
    ¡Muy completo el post! Un gran saludo

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