Visita del Mercado de Tarabuco en Bolivia

Después de pasar unos días en Sucre, tocaba abandonar la ciudad. Nuestro viaje por Bolivia seguía rumbo hacia el norte. Pero antes, y aprovechando que era Domingo, queríamos visitar el tradicional Mercado de Tarabuco. Pasaríamos la mañana en el lugar para después emprender nuestro viaje a Potosí, la siguiente de las escalas que teníamos prevista en Bolivia.

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Domingo, 5 de marzo de 2017. Sucre-Tarabuco-Potosí

Una de las visitas obligadas en la región de Chuquisaca y a priori, una de las que más ganas le teníamos: el Mercado dominical de Tarabuco. Y es que, en el mismo, todos los domingos mucha gente de los alrededores baja a hacer sus compras y a vender sus productos.

Mercado de Tarabuco

La población, situada en un valle rodeado de colinas cargadas de eucaliptos, se encuentra a unos 65 km al Sudeste de Sucre. La historia local va ligada a la de independencia, y en el siglo XIX se libraron duras batallas entre los españoles y los indígenas, liderados por la heroína nacional, Juana Azurduy de Padilla. Pero aquello hoy día ya es historia, y a pesar del paso de los años, sus gentes siguen aferrados a sus tradiciones, como es este mercado.

Salíamos sobre las nueve de la mañana de Sucre. Las mochilas se quedan en el Hostel, donde el muchacho nos facilita una llave para poder recogerlas a la vuelta y salir hacia Potosí como teníamos planeado. Subimos de nuevo la maldita cuesta hasta la Plaza de Recoleta y enfilamos, más abajo, la calle Morales y Ugarte, y una amplia avenida, Jaime Mendoza, que hay que seguir hasta una rotonda. En la misma, localizamos una gasolinera y sólo queda tomar la cuesta a la derecha. Unos 20 minutos nos llevó desde el Hostel. Tal vez lo mejor sea pagar unos 10 Bolivianos a un taxi y que te lleve a la parada de micros.

Varias pequeñas “vans”, aguardan a ser llenadas para salir. La opción más “turística” sería tomar el bus charter que sale a las 8:30 del centro de la ciudad. El mismo, cargado de guiris, ofrece por 40 bol la ida y la vuelta. Pero bueno, allí estábamos, con la misma cara que otra pareja de brasileños, subidos a una “van” que no tardó en llenarse de locales que no entendíamos… Así conocimos a una pareja vasca, de viaje desde agosto que emprendieron en Méjico, habiendo cruzado Centroamérica y actualmente camino de Chile. Eso sí es viajar.

El trayecto que antes duraba algo más, se hace en poco más de una hora, tras la reciente reparación del pavimento. Atravesamos montañas elevadas, descendemos pronunciados valles, cruzamos aldeas minúsculas, construcciones de adobe que salpican el paisaje, y por fin, llegamos a Tarabuco. El micro nos deja muy cerca de la gran plaza donde se han colocado los puestos. Saben perfectamente dónde vamos.

Visitamos la ruinosa iglesia donde están celebrando misa en este momento. En la plaza principal se mezclan los turistas y sus cámaras con la población local. Muchos puestos de artesanía básicamente. Una escultura en el centro de la plaza muestra un indígena sobre un soldado realista español al que acaba de matar. En una de las manos sostiene el corazón recién extraído todavía con su sangre caliente, que según reza la leyenda de la batalla de Jumbate, en 1814, después comían.

Y desde la plaza salen los callejones: puestos de carne, de verduras, de frutas, ropas… y enormes sacos de hoja de coca. Y gente mayor, muy mayor. Se puede pasear sin problema, tratando de disimular los cientos de fotos que seguro tirarás. Se mezclan los colores de las ropas de las distintas etnias con los curiosos sombreros. Unos altos y coloridos con una pelotilla de lana en lo alto, en algunas mujeres, los otros, al estilo de los soldados españoles pero de cuero, los tradicionales de ala de las cholitas… en fin todo un espectáculo. Y allí mismo, en la plaza, sentados en un banco, nos comemos un excelente bocadillo de jamón que traíamos. ¡Qué más pedir!

Menos de dos horas nos sirvieron para disfrutar del soleado día de mercado. Sin duda, gentes y culturas que merece la pena visitar y nos ayudará a entender que la vida no es tan sencilla en todos los sitios del mundo.

Transporte Sucre-Potosí

Sobre las dos de la tarde ya estábamos de nuevo es Sucre. Quedaba recoger las mochilas del Hostel y salir en busca del bus a Potosí. Teníamos planeadas las siguientes 3 noches y habíamos reservado para ello el Hostel Casa Blanca. Un taxi nos llevó a la terminal de buses. Se pueden tomar de nuevo las micros que salen a medida que se llenan o los buses de la compañía Trans Emperador. Elegimos viajar en bus pero tendremos que esperar un rato al de las cuatro de la tarde. Una terraza de un barecillo en la estación nos sirve para la espera. El ritmo de gente que va y viene es frenético y, a gritos, se van anunciando los destinos que están a punto de salir.

Es aconsejable bajar a la rampa de salida de los buses unos minutos antes, pues tendrás que pagar el impuesto de uso de la terminal antes de abordar tu transporte. A las cuatro salimos definitivamente hacia Potosí. La primera hora no avanzamos casi nada. Prácticamente nos encontramos parados en la carretera en un atasco monumental y no entendemos el porqué. Más adelante, lo acabamos de comprender: un control policial está provocando esta lentitud en la circulación. A partir de ahí el viaje va bien; la carretera en buen estado, así lo hace.

El parón inicial convirtió las tres horas previstas en cuatro, y a eso de las ocho de la tarde desembarcamos en Potosí. Nunca se debe ajustar demasiado los planes con los transportes en Bolivia… El bus hizo una parada inicial al poco de entrar en la población, pero no entendimos el motivo. Mucha gente bajó aquí. Nosotros continuamos hasta la terminal de buses, que se encuentra más alejada del centro. Entendimos entonces la parada previa, esa parada anterior era perfecta para llegar al centro más pronto. La enorme estación de buses está formada por una gran cúpula circular. Salimos al poco, y tomamos un taxi hasta el Hostel.

El Hostel Casa Blanca se encuentra en la calle Tarija, a escasos 100 metros de la plaza principal. Buen aspecto de entrada, con un gran patio central donde los huéspedes están a su rollo. Fundamentalmente enganchados a la wifi. Rápidamente dejamos la mochila, la habitación nos parece razonable por el precio pagado, y salimos a cenar algo. Hoy hemos andado más bien justos de comida.

Los locales cercanos a la plaza están cerrados y no queremos ir mucho más allá. Finalmente, frente a la Casa de la Moneda, encontramos una pizzería abierta, La Torre. La variedad en pizzas, que dicen hechas en horno de leña, es brutal, así que ahí nos quedamos. La noche no dio para más, no sé si las horas de bus, la altura, o el qué, pero antes de las diez de la noche ya nos habíamos metido en la cama.

TIPs VIAJÉFILOS

Para el bolsillo

  • Micro Sucre-Tarabuco: pagas en función del asiento elegido, nosotros pagamos 10 Bol (1.5 €) cada uno, entiendo en dos de los más cómodos. Para la vuelta pagamos lo mismo.
  • Taxi Centro de Sucre-Terminal Bus: 10 Bo
  • Bus Sucre-Potosí: 21 Bol (3 €).
  • Impuesto de uso de la terminal de bus: 2.5 Bol por person
  • Taxi terminal buses Potosí-centro ciudad: 15 Bol (2 €).
  • Pizzería la Torre en Potosí. Pizza mediana y cerveza de litro (Potosina): 83 Bol (12 €).

Tiempos y distancias

  • Sucre-Tarabuco: 65 km, 1 hora y cuarto. La vuelta, sobre todo de bajada, llevó menos de una hora.
  • Bus Sucre-Potosí: 150 km, 3 horas. Un control policial retrasó una hora más nuestro viaje.

Información útil

  • Los días de estancia en Sucre, hay que hacerlos coincidir con un domingo, para poder acudir al Mercado de Tarabuco. La excursión con el transporte puede llevar unas 4 ó 5 horas.
  • Los buses de la compañía Trans Emperador son los que hacen el recorrido entre Sucre y Potosí. Los horarios de que dispone son: 7, 10, 12, 16, 17, 18 y las 19 horas.

Por fin descansábamos, mañana comenzaban los dos días que queríamos dedicarle a visitar Potosí…

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