Las imprescindibles visitas en La Paz

Seguíamos viajando por Bolivia, de nuevo en camino hacia el norte y llegábamos a la capital, La Paz. No queríamos dejarnos nada por ver en La Paz siendo conscientes de que la altura a la que se encuentra la ciudad haría que nuestro ritmo fuera mucho menor. El temido mal de alturas es uno de los handicaps para visitar La Paz, pero también era cierto que nuestro viaje por Bolivia llevaba ya muchos días en marcha y poco a poco nos estábamos habituando. Así que después de dejar mi querida Cochabamba, emprendíamos camino hacia una de las ciudades más espectaculares de Sudamérica, ¡La Paz nos aguardaba!

Nuestro recorrido en Bolivia, alojamientos, visitas y más… en estos enlaces

Jueves, 9 de marzo de 2017. Cochabamba-La Paz

Amanece en la luminosa Cochabamba. Desayunamos en el Running Chaski Hostel, sin duda, el mejor alojamiento de los que llevamos hasta este momento de viaje. En la cocina del piso superior una muchacha nos prepara el desayuno, muy amables y súper completo. Salimos en vuelo hacia La Paz a las 12:35, así que podemos tomar la mañana con tranquilidad, preparar la mochila, escribir un rato, navegar en la red… Nos despedimos con pena del fantástico hostel y de Cochabamba: la ciudad está tan llena de vida y buen ambiente, que bien merece un par de días. Probablemente un buen lugar donde descansar si vienes de muchos días de actividad más al sur. Uyuni, Potosí, Sucre, etc, pueden resultar agotadores dada la variedad de sus reclamos turísticos.

Poco antes de las once salíamos en taxi hacia el aeropuerto. Nuestro vuelo nos llevaría a la ciudad de La Paz en tan sólo media hora, mucho ahorro de tiempo respecto al viaje en bus y por una pequeña diferencia de precio, más que razonable. De nuevo en los 4000 metros de altura, pero esta vez con más días de aclimatación a la misma como decía. Hacía pocos días habíamos reservado hostel en La Paz, el Skyways B&B, en el barrio de Sopocachi.

Solicitamos en el vuelo asientos en el lado derecho para poder ver a nuestra llegada la montaña Illimani (6465 metros), pero no tuvimos suerte y estaban todos ocupados. Si vuelas en sentido contrario, desde La Paz, recuerda que debes pedir los asientos a la izquierda. El aeropuerto de Cocha, moderno y limpio, ofrece buenos servicios de cafetería, así que hicimos tiempo allí. Por cierto, aquí no se paga tasa de aeropuerto.

Donde alojarse en La Paz

A la una y media aterrizábamos pues, en La Paz, la capital más alta del planeta. Un taxi nos llevó hasta nuestro alojamiento en el barrio de moda. El barrio de Sopocachi, según habíamos leído, es un barrio más tranquilo para alojarse, con buen ambiente y locales donde salir por la noche. Otra de sus ventajas es la existencia de teleférico que lleva a alguno de los miradores, y sirve como transporte. Durante el día, el casco antiguo permite el paseo, pero el alojarse aquí, en el centro, tal vez no sea lo mejor para la noche o eso leímos. No nos pareció realmente tan malo después de vivirlo, pero es verdad que a partir de unas horas, cuando desaparecen los turistas queda algo desangelado.

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Nuestro plan: aprovechar dos días para visitar la ciudad y utilizar un día para hacer el ¡descenso de la Carretera de la Muerte en bicicleta! Teníamos dudas en este último extremo, pero tras mucho navegar por foros y experiencias de otros viajeros, prácticamente estaba decidido. Descenderíamos desde las más altas estribaciones de la capital hasta los Yungas, Coroico. Ya os contaremos cómo lo hicimos… En un principio queríamos haber hecho alguna noche en Coroico y explorar alguna de las rutas en la zona, pero finalmente lo desestimamos por falta de tiempo. En pocos días tendríamos que llegar a Arequipa, en Perú, y juntarnos con nuestros buenos amigos viajéfilos, así que preferimos emprender ese camino con tranquilidad.

La ciudad de La Paz nos recibe con 13 agradables grados y una fina lluvia. El aeropuerto, situado en el Alto, con sus 4060 metros sobre el nivel del mar, también ostenta el récord del más elevado del mundo. Un taxi en el aeropuerto cobra 25 Bol por persona por el trayecto al alojamiento elegido. En todos los aeropuertos es de agradecer a la salida, un cartel con los precios del transporte. Evita malentendidos y tener que negociar la tarifa.

La bajada desde el Alto resulta impactante. Un amasijo de ladrillos se ha adueñado del valle y pelea en las laderas por conseguir un hueco donde albergar a sus habitantes. Las cimas del Illimani observan, atónitas, la escena. Las cuestas parecen impracticables. Dicen que no es posible perderse en La Paz y que, en caso de hacerlo, cualquier pendiente te conduce al Prado, su avenida principal.

El alojamiento, Skyways B&B, no se encuentra señalizado, pero al llegar al 558, llamamos y nos abren. Se trata de un “Bed and Brekfast”. Nos ubican en una habitación de la parte inferior de la casa, con baño contiguo y cocina, prácticamente para nosotros.

Como moverse en La Paz

Desde la puesta en marcha de varias líneas de teleférico en la ciudad de La Paz, el recorrerla se ha vuelto más sencillo, o eso dicen, además de mejorar sobre manera la calidad de vida de sus habitantes. Nuestra primera bajada al centro, la tarde que llegamos, la hacemos con un micro, aconsejados por la señora de la casa. Bajamos caminando unos 200 metros, donde multitud de pequeñas furgonetas, van y vienen. Todas llevan señalizada la dirección hacia dónde se dirigen. Tomamos una en la que viene indicado San Francisco. El tráfico es caótico y tardamos un rato en llegar. La gente sube y baja del transporte sólo con advertir al conductor de tu parada poco antes. Eficaz pero increíblemente contaminante.

Bajamos en la plaza de San Francisco. Lo que queda de tarde, lo dedicamos a organizarnos para los días que estaremos. Subimos por la calle Sagarnaga, repleta de tiendas de artesanía y agencias que ofrecen todo tipo de tours y actividades. Giramos a la derecha por la calle Fuentes, junto al mercado de la Hechicería.

Llegamos hasta las dos o tres agencias que queremos explorar para contratar el descenso de la Carretera de la Muerte: Vértigo, Madness y Gravity, las que hemos leído como mejor posicionadas en los foros. Importante la calidad de las bicis, protecciones, las medidas de seguridad añadidas, los servicios extras como el agua o el baño al final del recorrido, el punto de recogida… en fin, un montón de cosas a tener en cuenta y no escatimar en el precio (le dedicaremos un post completo a esta experiencia). Al final sin mucho preguntar en otros sitios, nos decantamos por Vértigo, cumple con lo que andamos buscando y el muchacho nos explica con detalle todo lo que preguntamos.

Paseamos arriba por la avenida Illampu con muchas tiendas de ropa de montaña, mochilas, botas, etc… a precios muy interesantes. Habíamos leído que se pueden encontrar gangas en este tipo de prendas y realmente hay bastantes tiendas en las que no es difícil encontrar algo que llevar. También vemos mucho “guiri” y albergues en esta zona, sin duda animada. Echamos un café, nos ubicamos y poco más para hoy.

Volvemos a Sopocachi todavía de día para explorar un poco el barrio y valorar las opciones de cena. Un micro desde San Francisco nos lleva a la plaza Abaroa. De nuevo, no hay más que mirar los carteles de las furgonetas y elegir. Pasan a decenas. Bajamos en plaza Abaroa, ya cerca del B&B. Vemos bastantes restaurantes y cafeterías.

Después de descansar un rato y preparar lo necesario para mañana, esta noche pensamos cenar en Alexander, una cadena con gran variedad de comida occidental. El ambiente, como dijimos, tranquilo y sin aparentes problemas de seguridad. Tras la cena y pensando en el día de mañana, nos retiramos pronto.

TIPs VIAJÉFILOS

Para el bolsillo

  • Taxi centro Cochabamba-aeropuerto: 30 Bol (4 €).
  • Café en el aeropuerto de Cocha: 8 Bol (1 €). Aquí su que hay cafeterías donde poder tomarlo, lo del aeropuerto de Potosí no tiene nombre.
  • Vuelo Cochabamba-La Paz. Boliviana Aviación: 35 €.
  • Taxi aeropuerto La Paz-Sopocachi: 50 Bol por dos personas (7 €). Finalmente pagamos 60 Bol por no acabar discutiendo con el tipo.
  • Alojamiento Skyways B&B: 24 € por noche con los impuestos; la habitación doble con baño compartido. Desayuno incluido.
  • Micro de transporte dentro de la ciudad: 2 Bol. Es una tarifa oficial marcada en todos los micros.
  • Cena en Alexander de la Plaza Abaroa para dos: 117 Bol (16 €). Un lugar donde encontrar comida internacional: sándwich, ensaladas, pizzas… bien preparada.

Tiempos y distancias

  • Taxi centro Cochabamba-aeropuerto: 15 minuto
  • Vuelo Cochabamba-La Paz: 35 minuto
  • Taxi aeropuerto La Paz-Sopocachi: 25 minuto
  • Cualquier distancia en vehículo por el centro, una barbaridad. El tráfico es súper intenso.

Información útil

    • El elegir la mejor zona para alojarse en La Paz puede ser un galimatías. La zona más visitada, en el casco antiguo, tiene multitud de opciones y es escogida por muchos viajeros. Al parecer, por la noche tiene menos opciones de restauración que otras áreas, como el barrio de Sopocachi que nosotros terminamos por elegir. Tranquilo y seguro, nos pareció buena opción de alojamiento, y después de ver ambas zonas, estamos seguros de que fue la mejor opción, permite pasar el día visitando cualquier otra zona pero volver por la noche para la cena y dormir en el barrio con muchas opciones.

Viernes, 10 de marzo de 2017. La Paz

Para hoy, tenemos previsto uno de los grandes desafíos del viaje y al que le hemos dedicado tiempo hasta decidirlo: emprendemos el descenso de la carretera a los Yungas en bicicleta, o eso creemos… Considerada como una de las carreteras más peligrosas del mundo, tras ser desdoblada hace unos años ha perdido peligrosidad, siendo utilizada básicamente para los descensos turísticos. No por eso hay que menospreciar las cuestas que desciendes al borde de tremendos precipicios.

A las 8:15 estamos preparados, y bastante nerviosos, en la oficina de la compañía para salir. El alojarse en la zona centro y casco antiguo tiene la ventaja de que te pueden recoger en tu alojamiento para hacer esta actividad, pero en nuestro caso ya nos dijeron que no era posible.

Pensamos pues, que salimos en la van hacia La Cumbre, eso sí, con cierto retraso por “inconvenientes en el transporte… ” Lo que era un inconveniente, al final es que se suspende el tour y como alternativa nos ofrecen salir mañana, a cambio de cubrir los 50 Bolivianos de entrada a la carretera. Y ¿qué podemos hacer? Pues aceptamos y hoy cambiamos de planes y saldremos a visitar la ciudad.

Ciudad de La Paz

Fundada por los españoles en 1548 para sellar la paz entre el alto y bajo Perú después de las guerras fratricidas entre los conquistadores, no fue hasta años más tarde en que la ciudad adquirió una marcada importancia comercial. La proximidad a los valles de los Yungas, facilitó el comercio de la hoja de coca, tan demandada en Potosí. A partir de aquí, su crecimiento fue imparable, hasta el año 1900 en que se hizo con la capitalidad de Bolivia, manteniendo los órganos de gobierno así como el poder legislativo y el ejecutivo.

Hoy día, la pugna sigue dentro de la urbe y los 200 metros de desnivel entre el Alto y el resto de la ciudad, marcan una invisible línea que divide la población indígena, mayoritariamente aimara, del resto. Sin duda una caótica ciudad y con una diversidad brutal que la hacen muy atractiva. Ahí andábamos y nos disponíamos a explorarla en profundidad.

Reorganizamos el día y en primer lugar visitamos la Oficina de Información cercana a la Plaza de San Pedro. Muy eficiente la muchacha que nos atiende, y sobre un mapa gratuito nos resuelve muchas de nuestras dudas.

Preguntamos por los nuevos y flamantes teleféricos. Existen en la actualidad, tres líneas de teleférico. Funcionan entre las 6:30 y las 22:30. Su precio es de 3 Bolivianos. La línea roja sube hasta el alto partiendo de la terminal de ferrocarril. Nos recomienda la visita al Alto, jueves o domingo por ser feriado y estar más animado. Eso sí, hay que ir con cuidado con las pertenencias y evitar subir de noche. La línea amarilla es la más cercana a nuestro alojamiento, en Sopocachi y tiene igualmente subida al Alto, además de la ventaja de conectar con la línea verde que lleva a los barrios del sur.

Respecto a los miradores, nos recomienda el de Killi Killi. Cualquier micro que indique Villa Pabón, te lleva al mismo. La entrada es gratuita y ofrece vistas de 360 grados de la ciudad. El otro mirador recomendado es el de el Montículo, cerca del B&B en Sopocachi y de uno de los accesos a la línea amarilla del teleférico. También nos recomienda si tenemos tiempo, cruzar el puente de las Américas hacia el barrio de Miraflores Bajo, sobre el parque metropolitano Laikakota, igualmente con buenas vistas. El último de los miradores que figuran como interesantes, el Mirador Andino Jach’a Kollo.

A las once de la mañana salen desde la plaza de San Pedro o plaza de Sucre, los “free walking tours”. Hay otra salida a las dos de la tarde. Hacemos tiempo y nos sumamos finalmente a la visita guiada pensando que será la mejor manera de conocer la ciudad. Sólo hay que llegar a la plaza y ver cómo se van juntando “guiris” con cara de despistados, hasta que aparece el muchacho que todos identificamos como guía. Calculo que se juntaron unas 50 personas, la mayoría angloparlantes, lo cual quiere decir que la ruta se hará en inglés…

Salimos a las 11:15 de la plaza de San Pedro. En uno de los laterales de la plaza, una peculiar prisión donde la supervisión es escasa y puedes elegir celda en función del dinero. Cuenta con tiendas, restaurantes… y aunque sólo es de hombres, las esposas e hijos entran y salen cuando quieren. Tienen sus reglas y su propia organización. Incluso hasta hace pocos años, se realizaban visitas al interior. Los presos, nos dicen, salen por la noche para vender cocaína…

Desde aquí salimos al mercado Rodríguez. Colorido y con tentaciones para la cámara… no… ¡lo siguiente! Nos dice que hay que tratar de pedir permiso a las señoras, así que intentamos disimular todo lo posible. Como siempre en estos mercados, los increíbles colores de frutas y los llamativos puestos de carne. Y lo mejor, las señoras, las paceñas con sus peculiares sombreros que parecen hechos unas tallas menos a propósito. Nos explican que fueron traídos por un italiano con tallas pequeñas y que convenció a las capitalinas de que era la última moda europea, y… coló. Consiguió venderlos y crear tendencia, desde luego.

Desde el mercado, seguimos Illampu hasta el mercado de la Hechicería, donde se ofrecen los más variopintos productos, desde plantas medicinales hasta el producto estrella, los fetos de llama. La mayoría se supone curan todo tipo de males pero la mayoría se recomiendan para aumentar la virilidad y potencia sexual. El mismo motivo mueve todo el planeta.

Callejeamos por una de las calles por la que pasamos ayer, plagadas de tiendas de artesanía. En el mercado, entramos en uno de los comercios, entendemos que con comisión para los muchachos… De esas cosas que no nos gustan… La verdad es que empieza a aburrirnos, demasiado inglés para nuestro cuerpo, y decidimos seguir camino por nuestra cuenta.

Bajamos hasta la plaza e iglesia de San Francisco por la calle Sagarnaga. El convento fue fundado en 1548, poco después de la creación de la ciudad. La fachada y estructura actual data del siglo XVIII, y sus columnas retorcidas y rodeadas de vides y frutas tropicales es otro ejemplo del barroco mestizo de la época, ese que ya venimos viendo en todas las ciudades. La basílica se realizó con piedras sacadas de Tiwanacu, el yacimiento cercano actualmente protegido como patrimonio de la humanidad.

Para comer, entramos en el mercado Lanza y lo hacemos en uno de los “mini restaurantes” que hay. Menú con sopa de maní y milanesa. Te sientas en una pequeña mesa larga junto con la gente que ya hay sentada y te cae el menú, las opciones son escasas así que mejor dejarse llevar. Buena y barata opción.

Cruzamos desde aquí la avenida Mariscal Santa Cruz en dirección a la calle Jaén. Desde el interior del propio mercado se cruza un puente sobre la amplia avenida, puente que ofrece buenas vistas a ambos lados.

Del otro lado de la avenida, las calles se estrechan y los antiguos edificios se caen a pedazos sobre las mismas. Nos recuerda en parte a La Habana. Hace sol pero de repente cae una granizada, tal cual, con mucha fuerza en un momento. El tiempo aquí es tan caótico como la propia ciudad. El granizo se convierte de inmediato en una fuerte lluvia que alterna con mayores piedras a ratos. Nos refugiamos en un café al inicio de la calle Jaén. La calle es famosa por los cuatro museos que allí se encuentran, además de las bonitas casas coloniales de fachadas blancas y bellos balcones enrejados, estampa que recuerda alguna calle de Córdoba o Sevilla.

Igual de famosa es por las historias de almas en pena y esotéricas en general, que obligaron a los vecinos a instaurar una cruz verde en la fachada de la primera de las casas, para ahuyentar estos malos espíritus. El que más los atemorizó fue el de la viuda negra que se apoderaba de los hombres cuando volvían bebidos a sus casas… Los museos que alberga son: el museo Casa Murillo, aquél que lanzó el primer grito de liberación en América. Su casa fue restaurada a mediados de los cincuenta y dedicada a la exposición del folclore boliviano. Más adelante, el museo Costumbrista, el museo del Litoral y el museo de Instrumentos Musicales de Bolivia.

La lluvia y el granizo paran en treinta minutos, y salimos a recorrer la calle. Sin duda, aunque las fachadas ya no son blancas, la calle es preciosa. En la esquina con la calle Sucre, se puede girar a la derecha hasta la intersección con la calle Junín que lleva a la plaza Murillo y la catedral, que aunque data de 1612, ha sufrido numerosas remodelaciones según leemos. Más tarde trataremos de acceder a la misma.

Nosotros tomamos un taxi en Sucre hasta el mirador Killi Killi. Lo de llegar a pie creo que requiere de mucha más sangre capaz de transportar todo el oxígeno disponible a esta altura. Desde arriba resulta impresionante la manera en que se ha construido el valle entero, abrazando las faldas de las cimas más elevadas.

Unos cientos de fotos más tarde, bajamos en taxi, esta vez sí, a la plaza Murillo. A algún desalmado gobernante se le ha ocurrido permitir la construcción de una mole de hormigón tras la catedral. A uno de los lados, el cuidado edificio del palacio Legislativo y en la plaza en general, ¡mucha vida! En una de las esquinas, la bella obra que sirve como museo Nacional de Arte, el palacio Díez de Medina y la peatonal calle Comercio.

Desde aquí sólo queda bajar a El Prado, cruzarlo y llegar de nuevo a San Francisco. Tenemos la suerte esta vez de que está en horario de oración, con lo que accedemos a su interior y quedamos maravillados por los retablos de pan de oro que adornan todas las capillas y el altar mayor. Otra visita imprescindible.

Lo que nos queda de tarde, lo dedicamos a perdernos un rato por las tiendas de artesanía de Sagarnaga antes de volver a Sopocachi. Eso sí, todavía dio tiempo de un buen afeitado y es que la tentación de todas las barberías alineadas en las cercanías de la Hechicería es demasiado grande. Todo un gusto tumbarse y dejar pasar el tiempo mientras te rasuran la barba.

Para la vuelta, el micro que tomamos en San Francisco nos deja en la plaza España, cerca del B&B. Así que aprovechamos la buena luz de la tarde para subir a otro mirador, el Montículo. Un tranquilo jardín con muy buenas vistas sin duda y que además está muy cerca de nuestro alojamiento.

Algo más tarde salimos a cenar a la plaza Abaroa. Elegimos esta vez en el Hungry House, unos bifes de chorizo con sus birras. Bien rico. De nuevo, pronto a la cama. Hoy está bien ganada: 12 km dice la máquina que hemos caminado, a los 4000 metros de La Paz. Mañana, el descenso, esperemos…

TIPs VIAJÉFILOS

Para el bolsillo

  • “Propina” para el free walking: ahora ya cuesta 20 Bol (3 €), pues dicen han tenido problemas con alguna agencia.
  • Menú en cualquiera de los pequeños restaurantes del Mercado Lanza: 18 Bol para dos personas (menos de 3 €). La experiencia y el precio nos parecieron razón suficiente para recomendarlo.
  • Dos cafés en Suma Manda, a la entrada de calle Jaén: 17 Bol (2.5 €).
  • Afeitado: 25 Bol (3.5 €).
  • Hungry House: 24 € la cena para dos. Bien pagado, recomendable. La carne estaba tremendamente buena.

Tiempos y distancias

  • Free Walking Tour: en torno a tres hora

Información útil

  • Acercarse a una Oficina de Información y Turismo, es más que recomendable para obtener buenas sugerencias y no perderse nada en la ciudad. Básicamente: los alrededores de San Francisco, la Plaza Murillo y la catedral, la calle Jaén y sus museos; así como aprovechar los teleféricos para subir al alto y disfrutar de los miradores de La Paz.
  • Sin duda, el transporte público en los pequeños micros es lo más funcional en La Paz. Por dos Bolivianos por trayecto, tendrás acceso a cualquier sitio. Sólo hay que fijarse en los carteles que lucen en el frontal y pedir bajar cuando convenga. Se pagan al bajar y la tarifa esta marcada en todos ellos, nada de discutir por el precio del trayecto.
  • Comenzamos con muchas expectativas el tour a pie con los muchachos, pero a mitad camino lo abandonamos y emprendimos la visita por nuestra cuenta. El hecho de que fuera en inglés y el numeroso grupo que llevaba, que lo enlentecía mucho, terminó por desesperarnos.

Nuestras fotos de la ciudad de La Paz

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Jose Luis Bauset
Soy Jose Luis, más conocido como Bau. Aquí compartimos nuestras experiencias viajando. Viajefilos es nuestro blog de viajes, donde todos aquellos adictos a viajar pueden buscar inspiración.

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