Si bien es pequeña, hay tantas cosas que ver en Brujas y vale la pena pasar al menos una noche. Brujas es, probablemente, la ciudad más bonita de Bélgica y un destino imprescindible en una escapada al país. Pasar la noche también te da la oportunidad de disfrutar de las hermosas luces de la ciudad. Los lugares de mayor interés están delimitados por las antiguas murallas medievales de la ciudad. Y aunque es posible visitar los lugares esenciales de Brujas en un día, es mejor explorar las estrechas calles empedradas y los canales fotogénicos por la noche armado con un trípode.
Ya te contamos como organizar una escapada a Bélgica, ¿Quieres comenzarla y ver todo lo que ofrece Brujas?
Los imprescindibles que ver en Brujas
El alojamiento en Brujas
Elegimos el hotel The Black Swan a solo cinco minutos de la plaza Burg, en pleno casco histórico. Costó 80 € la habitación doble e incluía desayuno. No encontrarás nada igual por ese precio.
El antiguo edificio, con más de 500 años, está bien rehabilitado y no contará con más de 15 habitaciones. Al precio hay que añadir 4 € por persona y noche en concepto de tasas turísticas de Brujas.
Alojamiento en Brujas
1. Markt, la plaza del mercado de Brujas
La más importante de las plazas de Brujas y donde se celebra un mercado desde el siglo X. Leímos que hoy día todavía se puede pasear por el mercado todos los sábados. La primera noche estuvimos paseando por allí y merece la pena disfrutar de su iluminación. No sería la primera vez que pasarímos por allí, sin duda el lugar más interesante que ver en Brujas.
2. El Belfort, la torre. Imprescindible lugar que ver en Brujas
El Belfort, la torre campanario de Brujas es el verdadero icono de la ciudad. Desde lo alto de la Torre se pueden obtener las mejores vistas de Brujas.
La torre es un orgullo para los bruguenses que alardean de su buen estado a pesar de los años de su construcción (se levantó en el siglo XIII). La realidad es que desde lejos se puede apreciar una premonitoria inclinación.
Pagando 15 € es posible ascender a la torre, 366 escalones tienen la culpa. Abre todos los días entre las 9 y las 20 horas. El ticket se adquiere en una máquina automática que encontrarás en la entrada. Tienes que elegir la hora de subida pues el aforo es reducido.
La escalera se estrecha y se hace bola, no diremos lo contrario. Pero es merecidamente un patrimonio de la Humanidad y permite unas vistas inmejorables de la ciudad de Brujas.
En datos: 47 campanas, 27 toneladas de peso en hierro fundido, 800 años y nada más y nada menos que 83 metros de altura. Para los más calculadores: unos 30 minutos subir, estar y bajar.
3. La plaza de Burg, la verdadera historia de Bujas
El lugar donde se levantó la ciudad de Brujas. Entre los bellos edificios que la circundan destacan el ayuntamiento, la casa del Preboste, el antiguo palacio de Justicia (Brugse Vrije) y la basílica de la Santa Sangre. En este pequeño rincón de la ciudad tienes, pues, los edificios más importantes que ver en Brujas.
4. El ayuntamiento de Brujas, Stadhuis
El edificio más emblemático de la ciudad y uno de los que no te puedes perder en Brujas. El ayuntamiento de Brujas se levantó entre 1376 y 1420.
Se permite la visita del interior. Si bien creíamos que la fachada era lo más impresionante del edificio, merece la pena entrar. La entrada cuesta 8 € incluyendo Brugse Vrije.
Tras el vestíbulo y subiendo una escalera, el salón gótico, una cámara asamblearia con un notable techo abovedado. Los actuales murales que la decoran datan del siglo XIX. Se encargaron a Albrecht Devriendt y representa escenas de la historia de la ciudad.
5. El palacio de Justicia (Brugse Vrije)
La entrada se incluye en el ticket del ayuntamiento. Se va encuentra en un lateral del mismo y justo antes de pasar por el famoso “callejón del burro” que a buen seguro cruzarás más tarde. Hoy día es un museo pero solo abre los fines de semana así que no pudimos visitarlo. Entre semana se puede visitar con grupos pero previa reserva.
6. La basílica de la Santa Sangre (Heiligbloed-Basiliek)
Abre entre las 10 y las 17 horas. La entrada es gratis, aunque si quieres visitar el tesoro tendrás que pagar 5 €.
El lugar es venerado por los católicos por custodiar unas gotas de la sangre de Cristo traídas en las Cruzadas desde Jerusalén a la ciudad. Tal es la devoción de la población de Brujas por esta reliquia que cada año, el día de la Ascensión en Mayo, celebran una tradicional procesión que la UNESCO ha incluido en la lista de Patrimonios Inmateriales de la Humanidad.
La capilla inferior está dedicada a San Basilio. En un lateral una talla de madera dedicada al santo y otra de 1300 y bella factura con la virgen y el niño. Encima está la basílica de la Santa Sangre donde se conserva la reliquia sagrada en un recipiente de plata. El altar mayor y las vidrieras restauradas en el siglo XIX tras la destrucción por los franceses goza de un colorido impresionante. En la capilla lateral donde se encuentra la sangre no es posible realizar fotos.
Sin lugar a dudas uno de los imprescindibles lugares que ver en Brujas.
7. El callejón del Burro Ciego
Una calle peatonal cerrada en una bóveda en uno de sus extremos, que une la Plaza Burg y el Mercado de Pescado. Un paso inevitable en la ciudad de Brujas cuyo nombre parece que viene dado de un albergue del siglo XV llamado del “asno ciego”.
8. El mercado de pescado, Vismarkt
El mercado al aire libre de pescado está rodeado de columnas desde el siglo XVIII en que se cubrió para mantener el producto en mejores condiciones. Hoy parece que vende más artesanía y recuerdos que pescados.
Más adelante llegaremos a la plaza de los Curtidores (Huidenvettersplein) repleta de restaurantes.
Si andáis buscando un paseo en barco por los canales, aquí hay una parada donde se puede adquirir en billete y subirse para el recorrido.
Visita guiada y paseo en Brujas
9. El muelle del rosario (Rozenhoedkaai)
No creemos que no pases varias veces por aquí y mucho menos que no hagas unas cuántas fotos cada vez. Aunque tengas varias tomas, repetirás seguro. ¡Y si haces noche, no olvides tu trípode! Seguramente uno de los lugares más instagrameables de Brujas.
El lugar debe su nombre a la tradición de vender rosarios en esta zona. Ahora los reflejos de los edificios en el canal hacen las delicias de fotógrafos, profesionales y aficionados. Aquí también se puede tomar una de las barcas que navegan por el canal.
10. El paseo en barca por los canales
Ya os hemos hablado de ello. Una de las cosas que hacer en Brujas será subirte a una barca para pasear por los canales y ver la ciudad desde otra perspectiva. El precio del paseo es de 12 € y tiene una duración de 30 minutos. Como decimos, hemos leído que las colas en verano leemos que son interminables. Desde luego, una manera diferente de ver la ciudad y desde luego muy recomendable.
11. La iglesia de Nuestra Señora (Onze Lieve Vrouwekerk)
La entrada a la iglesia es gratuita.
El templo tardó 200 años en construirse y abarca distintos estilos arquitectónicos. En su estructura destaca la torre, la más alta de Bélgica.
En su interior la Madonna de Miguel Ángel presidiendo el altar es una de las piezas imprescindibles que ver en Brujas aunque si quieres verla tendrás que pagar la entrada de 8 € que da acceso al museo. Se trata de la única escultura del artista que salió de Italia estando todavía vivo.
La iglesia también cuenta con una importante reliquia, un fragmento de hueso de San Antonio Abad que protegió a la ciudad de la epidemia de peste. Otra de las piezas más destacables del interior es el púlpito de oración tallado en madera. Merece la pena detenerse igualmente en las pinturas que adornan las paredes del templo.
12. La catedral de San Salvador
Abre entre las 10 y las 13 horas por la mañana y las 14 y las 17:30 por la tarde. La entrada es gratuita.
Se trata de la iglesia parroquial más antigua de Brujas, si bien no la más grande. Data del siglo XII. Las tallas de madera del coro justifican la visita. Tras el altar, las vidrieras que embellecen las capillas también deben visitarse. Como la catedral de Santiago, se trata de una iglesia de peregrinación por lo que se podía rodear el altar sin interrumpir la misa.
13. El convento de Begijnhof
Uno de los más antiguos del país, fundado en 1245 por la condesa de Flandes. En él, las jóvenes solteras y viudas de la época juraban voto de castidad aunque no de pobreza. Al parecer, las beguinas, como se conocía a las moradoras del convento, era una comunidad laica. Aquí se retiraban estas mujeres que así se emancipaban a pesar de no contar con varón… Y no debía vivirse tan mal a juzgar por las instalaciones.
El amplio jardín central está rodeado de las casitas encaladas de ladrillo donde, hoy si, habitan monjas.
14. Minnewater, el lago del amor
Prácticamente bordeando el convento y con mil lugares donde conseguir alguna de las mejores fotos de Brujas.
15. La plaza Jan Van Eyck
La lonja de los bruguenses es el llamativo edificio que domina la plaza. Desde su torre los nobles vigilaban la llegada de mercancías por el canal. El lugar era donde se reunían los comerciantes de la Sociedad del Oso Blanco, cuyo símbolo se puede ver en un lateral.
Entre los edificios más destacables de la plaza: el propio edificio de la logia y el edificio de las aduanas donde se cobraba el impuesto a la mercancía que llegaba. La fachada es un espectáculo en detalles a los que hay que acercarse para apreciarlos.
16. Los museos de la ciudad de Brujas
Para los que dispongáis de más tiempo en Brujas, no son pocos los museos que vienen recomendados en todas las guías. Con la Musee Brugge Card tendrás entrada reducida en la mayoría durante 72 horas. Cuesta 33 € y puede suponer un buen descuento. Como destacables y muy cerca unos de otros:
> El museo Gruuthuse, un elegante museo alojado en una gran mansión del siglo XV. Tapices, vidrieras, pinturas, esculturas y mobiliario perteneciente a la familia Gruuthuse cuya lema era: “siempre puedes hacer más de lo que piensas”. Abre todos los días entre las 9:30 y las 17 horas salvo los lunes. Su precio: 15 €. Los jardines y el patio de acceso bien valen un paseo.
> El museo Groeninge, el museo de bellas artes de Brujas y una de las más importantes colecciones de pintura flamenca del siglo XV, edad de oro de los pintores flamencos con Jan van Eyck y Hans Memling a la cabeza de los artistas belgas. Abre todos los días salvo los miércoles que está cerrado, entre las 9:30 y las 17 horas. Incluye los fines de semana. El precio 15 €.
> El museo Hans Memling, artista del que se conservan varias obras en la capilla del Sint-Janshospitaal, el hospital de San Juan, del siglo XII. Durante el 2023 se encuentra cerrado por restauración según la página oficial de turismo de Brujas.
> El museo de la patata frita, un producto clásico de la gastronomía belga. En Brujas se vanaglorian de ser los únicos con un museo dedicado a la patata..
> Historium. No es un museo en realidad, o tal vez si. Una experiencia en un bellísimo edificio en la plaza Markt al que merece la pena entrar aunque sólo sea por las vistas que ofrece desde su torre. Abre entre las 11 y las 18 horas salvo los sábados que cierra a las 22 horas. El precio: 19 €. Tienes que añadir 10 € para subir a la torre. Nosotros optamos por una cerveza en su terraza…
Entrada al museo Historium de Brujas
Y un secreto: El tour de misterios y leyendas
Para la primera tarde que llegamos nos pareció un nombre sugerente. Una hora y media por la ciudad, al atardecer, para conocer algunas curiosidades de Brujas. Rocio, la guía, nos convocó en la plaza del Mercado a las seis de la tarde.
Free tour misterios y leyendas de Brujas
El recorrido comienza hacia el norte, hacia el barrio Santa Ana, el más antiguo de la ciudad. Originalmente fue un pequeño asentamiento invadido por los vikingos, un pequeño amarradero que utilizaron para sus escaramuzas en el norte de Europa. En el medievo crece de manera inusitada como centro comercial en Europa hasta su declive en el siglo XV y en adelante.
Llegamos a la plaza de Jan Van Eyck. La plaza es conocida como “la gran Manhattan” por ser el lugar donde se concentraba el comercio. El gran canal llegaba aquí y de ahí se distribuían las mercancías. Aquí los comerciantes pagaban sus impuestos antes de seguir. La familia Luxemburg se encargaba del cobro.
Para la descarga de las mercancías se utilizaba una gran grúa que funcionaba gracias al trabajo de niños, los únicos que cabían en el mecanismo.
Detrás, la sociedad del Oso Blanco, la logia que como escribimos, manejaba todo el negocio.
Entre las 100.000 personas que habitaron la ciudad amurallada se mezclaron muchas nacionalidades: franceses, italianos, españoles… convivieron en distintos barrios de la antigua Brujas. Una población que en el siglo XIII superaba en número a los habitantes de Londres o Paris.
Aquí nació el concepto de salario, aquellos primeros sueldos que se abonaban en sal, un producto muy cotizado en la Edad Media. De los documentos que acreditaban estos pagos y que quedaban depositadas en la casa de una familia de Brujas, los Van de Bürse, nació también la primera Bolsa del mundo. La familia tuvo la ocurrencia de juntar en su taberna a aquellos hombres de negocios que acudían de todos los lugares del mundo. Allí se cerraban compras y ventas y terminaron por generar grandes ingresos que se custodiarían en la casa. Los pagarés que lo acreditaban pasaban de mano en mano y así creció esta incipiente actividad bursátil.
Siguiendo uno de los canales llegamos a los restos de la primera muralla medieval, de 1128. La ciudad creció y hubo que aumentar la fortificación, alcanzando hasta siete puertas de entrada. Rocío nos cuenta de que era tal la cantidad de suciedad que llegó a acumular que se liberaron cerdos para que se ocuparan de la misma comiéndosela. Menuda estampa la del medievo…
Seguimos hasta el canal de las manos doradas, un canal donde se prohibía pescar por miedo a la maldición del diablo. En el canal, durante la noche, la luz de la luna generaba una ilusión que provocó esta leyenda. Alguien se saltó la prohibición, parece que pescó una anguila dorada y tras desaparecer sumió a la ciudad en una profunda depresión. En algunas de las puertas de las casas que dan a este canal se pueden ver esas manos doradas.
Algo más allá, el bar más antiguo de Brujas, de 1515. Un local todavía en funcionamiento y que se cuenta entre los 10 más antiguos del mundo.
La ruta acaba en uno de los molinos medievales que queda en la ciudad y junto a una de las puertas restauradas: La puerta de la Cruz. La puerta de la Cruz es la más antigua, de 1248 y solo era utilizada por los nobles. Da acceso directo hasta la plaza Burg hacia dónde volveríamos en busca de lugar donde cenar.
Dónde comer en Brujas
Teníamos algo de información gracias a Isa y Ramón y su post con lo mejor de Brujas y Gante donde nos dieron pistas sobre los lugares donde comer o tomar alguna cerveza.
Os contamos los dos lugares en los que comimos. Hay decenas de ellos y muchos con un aspecto excelente. Brujas es uno de los centros gastronómicos de Bélgica y se nota en los restaurantes de la ciudad. También hay mucho turismo y eso quiere decir mucho local y de toda calidad. Acertamos he de decir. Queríamos probar los platos más tradicionales de la cocina belga y los catamos. ¿Los precios? No son económicos…
> Molenpoort. Un restaurante junto al canal, que a priori no nos pareció muy turístico pero una vez dentro y a juzgar por su terraza, lo es. A pesar de todo, unos buenos mejillones al vino blanco, una buena hamburguesa y unos buenos fish and chips con dos pintas de cerveza al precio (caro) que cobran por aquí. 36 € pp.
> Rte ‘t Nieuw Walnutje. Donde caímos por casualidad y atraídos por la soleada terraza aquella mañana. Probamos esta vez el Carbonade flamande, el guiso de ternera tradicional de los belgas que cocinan con cerveza negra. Se sirve siempre con las clásicas patatas fritas, nunca faltan en una mesa en Bélgica. Con sus cervezas, el postre y el café (que llega a los 4 € según los sitios) el precio no fue exagerado. 38 € pp.
> Historium, en la plaza del Mercado y con vistazas. Habrá que pagar para entrar al museo y vivir la experiencia pero para tomarse una cerveza en la terraza de la primera planta no hay que hacerlo. Por 7 €, una pinta de cerveza belga y por 14 € puedes hacer una pequeña cata de tres cervezas distintas.
Pues dio para esto y poco más, un día completo donde no dejamos ninguno de los lugares imprescindibles de Brujas por recorrer. A última hora de la tarde tomábamos el tren hacia Gante, nuestra siguiente escala en aquella escapada al país.
¿Os gusta la cerveza y el chocolate?
Este es el tour que andáis buscando
Cómo llegar a Brujas
Desde el aeropuerto internacional de Zaventem tenéis trenes directos a Brujas sin necesidad de pasar por Bruselas. Serán en torno a 90 minutos. Hay muchos trenes y a todas horas.
Existen también trenes en los que tendrás que hacer transbordo en la capital (estación Bruselas Midi o Zuid, es la misma, la estación central de Bruselas). Realmente no hay mucha diferencia de tiempo ni de precio. Habrá que subirse al que mejor se acople a tu llegada. Solo debieras tener en cuenta que el transbordo en esa estación puede ser un galimatías.
¿Buscas más información sobre como montar una escapada a Bélgica?. Nosotros hemos subido todo en un artículo íntegro sobre cómo organizar un viaje de seis días a Bélgica en tren. No encontrarás info más detallada y actualizada. |
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