Euskadi con niños I. Vitoria, Bermeo, Mundaka y San Juan

El proyecto de un viaje al País Vasco con los niños se originó hace un año. Después del calor de Cerdeña, ideamos un verano de “norte”. Así que, ¿qué otra cosa más oportuna que Euskadi con niños/adolescentes?

Lo que nadie en el universo se esperaba, era la Gran Pandemia Mundial del Coronavirus. Destrozando vidas, familias, economía, y por supuesto, planes y viajes. Pero al final, la suerte quiso estar de nuestro lado, y de aquella manera, en esta nueva normalidad, y con muuuucha precaución, pudimos hacer nuestro País Vasco con niños/adolescentes. 9 días reales y enteros para viajar por Euskadi. ¡Y nos faltarían otros tantos al menos!

Euskadi con niños y adolescentes I: Vitoria y la costa de Vizcaya. Mundaka, Bermeo y San Juan de Gaztelugatxe

Hemos querido dividir nuestro diario de viaje de Euskadi, nuestro Euskadi con niños y adolescentes, en tres artículos:

La primera parte de nuestro viaje se la dedicamos a Vitoria y nos desplazamos hacia Vizcaya visitando Mundaka, Bermeo y San Juan de Gaztelugatxe. Haz click aquí Euskadi con niños, parte I

La segunda parte fue para Añana además de visitar San Sebastián, el embalse de Ullibarri-Gamboa, las pozas de Zaldibartxo y la Rioja alavesa. Haz click aquí Euskadi con niños, parte II

Para terminar fuimos hasta Bilbao y disfrutamos de la costa de Getxo y los deportes de aventura. Solo algún tiempo de más para el salto del Nervión y Orduña. Haz click aquí Euskadi con niños, parte III

ALOJARSE EN EL PAIS VASCO 

Euskadi es caro. En general, y así, de entrada. De las tres provincias, la más económica es Álava. Así que intentamos buscar una casa más o menos céntrica, más o menos barata, que estuviese más o menos bien, y en esta provincia. AirBNB nos puso en contacto con Casa Aperregui, y su dueña, Ainhoa (tlf 665 52 63 72).

Es una casa grande, en la que nos sobra aún una habitación siendo nosotros 8 (dos familias: dos hermanos con sus mujeres y los 2 hijos de cada uno). Un pequeño terreno con una mesa en la que no hemos podido desayunar ningún día… (a eso íbamos, al fresco, ¿no?). La casa es familiar. Con 5 habitaciones y 3 baños, ideal para nosotros. Ainhoa ha sido muy amable en todo momento. Nos ha dejado miles de cosas para el desayuno de la primera mañana, pues al llegar un domingo, no hay dónde comprar. También productos de limpieza. Y en los baños hay geles y champús (¡y ropa en algunos armarios!). Realmente nos sentimos como si la familia hubiese salido de la casa para entrar nosotros. Y todo está muy limpio. Aunque importante, no tiene wifi. Ainhoa en todo momento se ha mostrado amable, colaboradora y comprensible: hicimos la reserva antes de la pandemia, y viendo cómo se ponía el tema y no estando seguros de nada hasta el mismo día de partir, Ainhoa ha estado abierta a cualquier posible cancelación o cambio de planes, por motivos, siempre, ajenos a la voluntad de todos.

 

APERREGUI

Aperregui es una aldea al oeste de Vitoria. Unas cuantas casas de piedra en medio de un todo verde. Sin apenas servicios, menos los que llegan en furgoneta de manera itinerante. Como únicos monumentos, la iglesia de San Esteban, adyacente a la cual está la bolera, espacio comunal de intercambio entre los vecinos, y el antiguo molino. A los pies del Parque Natural del Gorbea y muy cerca de Vitoria (20km). Un lugar tranquilo para descansar y desconectar. Y bonito.

A pocos kilómetros está Murguía (en euskera, Murgia), pasando por Vitoriano (con “B” en vasco), otra aldea. En Murguía ya hay servicios como restaurantes, dos pequeños supermercados, farmacia.

Los 3 primeros días de viaje a Euskadi: Vitoria y la costa vizcaína
Los 3 primeros días de viaje a Euskadi: Vitoria y la costa vizcaína

1er DÍA: VIAJE, NUESTRA SEÑORA DEL ORO, CRUZ DE GANALTO

Para nosotros el primer día fue en realidad el 3º. El primero de verdad salimos de Murcia y nos dirigimos a Madrid, donde pasamos dos noches, para poder ¡por fin! estar con la familia. El día 1 de agosto, nos encontramos allí con los de Granada, durmiendo todos en casa de mis padres, para empezar juntos el viaje, y ya sí, con la primera jornada de verdad, el 2 de agosto: las horas de coche para llegar a la casa y asentarnos y conocer lo que iba a ser nuestra sede los próximos días.

Así, saliendo y conduciendo tranquilamente, llegamos a Aperregui casi a las dos y media de la tarde. Por el camino y viendo la hora que se nos hacía, que es domingo y que somos 9 (los 4 de Murcia, los 4 de Granada y ¡la tía Elena de Abu Dhabi! (un vuelo de última hora superando todos los miedos, las dificultades que los Emiratos ponen para volver, la incertidumbre, etc, etc… hicieron que Elena viniese finalmente unos días de vacaciones a España, y así, otros tantos con nosotros)), llamé a uno de los dos restaurantes que la dueña de la casa, Ainhoa, nos ha recomendado en el pueblo más cercano que tiene servicios: Murgia.

Conseguimos llegar a tiempo (a las tres) a nuestra reserva, en Mesón Casa Areso (tlf: 945 43 0220). Un lugar de parroquianos en el que comimos bien y abundante, con precios normales. Con muchos toques de cosas y casas antiguas, un patio para los cafés y varios comedores. Un sitio con encanto y auténtico. Nos encantó.

Tras ello vamos a la Oficina de Turismo, en el que son muy amables, pero no nos aportan nada nuevo. En la pastelería, muy bien aprovisionada, compramos varias cosillas para no tener que volver a salir a cenar esta noche. Y menos, con la panza llena como la tenemos.

Santuario de Nuestra Señora del Oro

Decidimos visitar el Santuario de Nuestra Señora del Oro. Por una carreterilla de 2 km y algo, se sube en coche, dejándolo después en las pocas plazas que hay para ello, o en la cuneta. Desde Vitoriano, justo a continuación de Murgia, sale el camino. Un cartel visible indica la desviación hacia la izquierda. El santuario está cerrado (parece ser que casi siempre, aunque hablan muy bien de las pinturas de su interior). Pero los alrededores rocosos son y permiten unas vistas espectaculares. Además, coincidimos con una manada de caballos salvajes. Damos un paseo escalando un poco y bajamos.

Nuestra Señora del Oro, País Vasco
Nuestra Señora del Oro, País Vasco

Otra vez en casa, decidimos dar una vuelta por los alrededores. Se puede subir a un monte cuya ruta comienza en el pueblo, la Cruz de Ganalto. Total, 40 minutos… ¡Ya! Cosas vascas… El paseo y la subida, magníficos. Pero de 40 minutos, ¡nada! De todos modos, al llegar a la cima, la sensación de libertad y triunfo es bestial. El inicio del camino es desde el mismo Aperregui (saliendo de la plaza a la izquierda), pero esta vez, no hay indicaciones. Tras disfrutar de nuestra cima, bajamos y ya en casa, duchas y cenas. Un muy buen primer día.

DÍA 2: VITORIA

¡Qué bonita Vitoria! Chiquitina, manejera y preciosa. A partir del 4 de agosto no hay ORA (aquí OTA). Pero nos coincidió que era 3… Aún así, hasta muy cerca del centro mismo, había huecos para aparcar sin problema. El tiempo máximo permitido en un “papelito” es 1 hora y media. Si empalmas con el horario central del día, que no tiene problemas (14-16h), sale un buen ratillo. Como todo está muy cerca, nosotros, por precaución, volvimos a poner un nuevo papelito para la tarde.

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La visita de lo mejor de Vitoria

Una vez dejado el coche, nos dirigimos a la plaza de España, porque allá empezaba un freetour al que nos unimos. Parece ser que debe haber sólo una compañía de freetours en Vitoria, pues Google sólo nos dirigió a la que cogimos. El chico fue agradable y nos contó muchos chascarrillos de la historia de la ciudad. Se enrollaba un poco, pero estuvo bien. Al terminar, tras dos horas largas de tour, nos dirigimos a la calle Cuchillería, donde encontramos un garito muy heavy metal, en el que nos dan unos bocatas y unos pinchos a los 9 a las 3 de la tarde.

Por la tarde y tras renovar el tique de la hora, hacemos la visita guiada de la Catedral “Vieja” (de Santa María). El recorrido es desde la cripta hasta el campanario, explicando todos los nuevos hallazgos, descubiertos durante el proceso de diagnóstico para la restauración del edificio, que ahora ya está parcialmente rehabilitado (los cimientos; faltan los muros). Es muy impresionante ver hasta qué punto se puede degradar un edificio tan bonito e imponente, como es una catedral, por mayor o menor que sea de tamaño (ésta no es de las más grandes). Y es muy curioso ver cómo el ser humano, a través del tiempo y con las influencias de la estética y las corrientes del momento, es capaz de modificar obras anteriores para adaptarlas a la moda, y sin pensar en las consecuencias…

En fin, una visita muy interesante. Y desde luego, la catedral, muy bonita.

La visita de Vitoria en un día
La visita de Vitoria en un día

Y así acaba nuestra visita a Vitoria. Volvemos a los coches porque hay que comprar en el Mercadona sin falta. Y con los maleteros llenos, regresamos a casa a empezar con duchas, cenas y ¡cama!

Vitoria nos ha gustado mucho, mucho.

DÍA 3: MUNDAKA, BERMEO, SAN JUAN DE GAZTELUGATXE

Hoy toca costa, y pese a las predicciones, el día acompaña. Pero precisamente por ellas, no cargamos con los bañadores…

La visita del pueblo pesquero de Mundaka

Mundaka nos encanta. Es un pueblín pesquero, famoso entre los surferos por tener la mejor ola izquierda y de las mejores olas, en general, de Europa. Nos encontramos un problema al llegar. Y es el aparcamiento. Dentro del pueblo, ni lo intentéis, pues todo es para residentes. En internet leo que se puede dejar el coche en el aparcamiento del “polideportivo”. Pero ni vemos el polideportivo, ni señales que lo indiquen. Por fin descubrimos, justo después del cartel de salida del pueblo, ya en la carretera, que hay un parking gratuito. Primero una fila de coches en la cuneta, en el mismo lado del sentido por el que circulamos (el margen del mar) y unos metros más adelante, el cartel señala bajar por un camino a dos zonas descampadas donde hay más huecos. Justo al otro lado de la carretera, hay una gasolinera, y da la impresión de que allí también hay espacio, porque se ven bastantes vehículos.

Resuelto el problema, iniciamos el camino hacia el pueblo, que nos lleva por una ruta paralela al azul y con vistas impresionantes. Además, se visualiza perfectamente la ermita de santa Catalina a lo lejos, primer punto de parada. Se trata de una iglesuela en un emplazamiento impresionante, con una panorámica bestial, con el mar de frente y las isla de Izaro, los acantilados a la izquierda y la playa por la derecha. Se mantiene cerrada al público, pero es obligada su visita por el entorno y por su emplazamiento.

Ermita de Santa Catalina en Mundaka, País Vasco
Ermita de Santa Catalina en Mundaka, País Vasco

Seguimos caminando hacia la playa (hacia la derecha) por la costa. Damos con el puerto. Las casas que miran al mar son preciosas y hacen del pueblo una auténtica joya. Continuamos la ruta por el borde del mar, dando a una plazuela en la que encontramos un mercadillo del que salimos con unos roscos y un bizcocho… La iglesia de santa María de la Asunción está ahí mismo, con su muro lateral haciendo de frontón, en el que miles de niños juegan con una raqueta, y otros tantos al baloncesto con una canasta que hay también. Por otro costado de la iglesia, un pequeño parque-mirador a la playa y al mar (mirador de la Atalaya), donde vemos muchos surferos esperando la ola (aunque sin entender del deporte, hoy el mar está muy calmado…). La iglesia también está cerrada por dentro.

Y por fin llegamos a la playa (Laidatxu). Marea baja dejando una gran extensión de arena y barro. En la zona de acceso a la misma, por su lateral, tras atravesar un parque, nos encontramos una especie de miradores, pero que la gente utiliza como solariums, extendiendo sus toallas sobre el mismo suelo. También hay un poquito de césped que es usado con la misma finalidad. Y desde ahí, donde existen duchas y grifos para lavarse después del baño, unas escalerillas te dan acceso a la misma playa.

Muy curioso todo: dónde se ponen a tomar el sol, la manera de acceder a la playa, la gran extensión de la misma con la marea baja… ¡Tan diferente a las playas de levante!

La comida en el Restaurante Cannon

Dejamos Mundaka para ir a comer a un restaurante que nos ha recomendado una amiga de Vitoria. Hacia el interior, a media altura de una colina por detrás de Bermeo, de cara al mar, el Cannon invita a comer al mismo tiempo que a disfrutar de unas vistas impresionantes, de águila, del Cantábrico. Merece la pena pagar el alto precio de la comida, aguantar en sus incómodas sillas (al menos las del interior del restaurante), y la calma con la que sirven… El comedor está cerrado con cristaleras; y si te atreves con las mesas de afuera, la panorámica es más auténtica y cercana. También tiene columpios y zona para que los niños pequeños correteen sin problema y sin peligro. El parking estaba lleno, pero pudimos aparcar al otro lado de la carretera en unas plazas para ello, cuando casualmente uno se fue al llegar nosotros.

Lo mejor de Bermeo

Tras el éxito con el aparcamiento de Mundaka, buscamos aparcamientos en internet mientras llegábamos. Leímos que en el campo de fútbol se puede dejar el coche de manera gratuita. Seguimos los carteles que nos llevaban al mismo, fácilmente visibles, pero este pueblo es más grande y tiene mucha más área que no es centro, y calles donde se puede aparcar con línea blanca, así que camino del campo, encontramos dos huecos que aprovechamos. Y a pesar de parecer que estábamos lejos, el centro se nos apareció en seguida.

Entramos por el arco de san Juan, directos a la plaza Arana Goiri Tar Sabinen Enparantza. Una maravilla con sus casitas de fachadas pintadas y la iglesia de santa María y el ayuntamiento. En seguida fuimos a parar también a la zona del puerto, que paseamos, llegando andando hasta el final del muelle, donde está el faro. También nos llamó la atención que un pequeño muelle es usado como zona de baño y solarium. La gente aprovecha la altura que hay hasta el agua para tirarse a modo de trampolín. Han puesto una rampa para salir y para los que prefieren meterse poco a poco. Pero es que ¡hay hasta una pareja de socorristas!, con su coche y una caseta… ¡Cómo mola!

Después del paseíto en el que nos pegó bien el sol, llegamos al parque Lamera, muy ambientado. Llenas las terrazas, y los bancos y los columpios. Al final del mismo, el casino; y después, una callejuela nos lleva a la iglesia de san Francisco, a la que se puede entrar a ver su claustro, muy sencillo y austero, pero muy bello y bien conservado.

Puerto de Bermeo
Lo mejor del paseo por Bermeo

Tras todo ello, decidimos volver al coche. Y a pesar de no haber podido reservar entradas (absolutamente lleno nuestros 10 días de turismo en Euskadi), vamos a ver si encontramos algún mirador que nos permita imaginarnos de lejos san Juan de Gaztelugatxe.

*Nos recomendaron tomarnos unas tapas de anchoas en el Bar Etxepa, bajo los soportales del puerto, mirando al mar en su terraza.

*Por toda la red encuentras datos de una visita muy especial a Bermeo. Se trata de un scape room que te lleva por todos sus rincones descubriendo así bien el pueblo. Hablamos de topabermeo (tlf 674 42 97 25), que organiza este turismo tan original. Sin embargo, a pesar de la publicidad, no dimos con ellos. Llamé y llamé y no lo cogieron. ¿Por Covid? Nunca lo sabremos…

La visita de San Juan de Gaztelugatxe

Primero de todo: hay que reservar para poder visitar. Las entradas son gratuitas, pero debido al gran aforo, se han visto obligados a exigir la reserva previa, sin la cual no se puede entrar, para poner un poco de orden y limitar el acceso de multitudes. En la página web de San Juan, se realiza el proceso fácilmente. A pesar de ser éste un año raro en cuanto a turismo, parece que Juego de Tronos ha hecho tan famoso el lugar, que nosotros nos encontramos que ya no había entradas hasta el 13 de agosto, cuando nosotros nos vamos el 12…

Es por ello que aspiramos simplemente a visualizar la maravilla de la que todo el mundo habla, aunque sea de lejos. Llegamos y dejamos los coches en los aparcamientos habilitados. Y comenzamos a andar siguiendo las indicaciones… hasta que nos paren, o veamos un mirador o algo así. No sabemos muy bien qué vamos a encontrar. Pasamos por la primera garita, que está cerrada, no hay nadie… Seguimos bajando y bajando. Pasamos por la desviación a un mirador, pero decidimos probar suerte y seguimos bajando, al mismo tiempo que empezamos a alucinar con la maravilla que se va presentando ante nuestros ojos… Seguimos pasando controles, y todos cerrados. Así que seguimos avanzando. Hasta que, al llegar al último de todos, antes de empezar el acceso al puente y ya las escaleras propiamente dichas, ¡nos lo encontramos cerrado también! ¡Increíble! ¡Pero si no había hueco hasta el 13 de agosto! Estamos que no salimos de nuestro asombro: por lo que tenemos delante y a ambos lados (porque giras el cuello, y todo sigue siendo igual de espectacular), y por nuestra suerte.

Vistas desde San Juan de Gaztelugatxe
Vistas desde San Juan de Gaztelugatxe

Así podemos hacer la visita completa de San Juan. Una maravilla que no debes dejar pasar si estás por la zona. Ni Juego de Tronos ni nada. Se ha ganado la fama la ermita por sí misma, o, mejor dicho, por su ubicación y acceso hasta ella.

Imaginamos que nuestra suerte es debida a que son cerca de las 8 cuando llegamos y empezamos a andar…

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