Cuando nos planteamos un viaje a Namibia este destino representaba un enigma para nosotros. Estaba en nuestro punto de mira desde hacía años pero no nos habíamos parado a profundizar en las razones para sentir esa atracción viajera. Navegando en guías y blogs amigos de inmediato nos dimos cuenta que no son pocas las razones y hemos querido resumir en este artículo estos imprescindibles en Namibia que justifican de por si la aventura.
Recorrer el desierto del Namib en 4×4, conocer las tradiciones de las antiguas etnias africanas como himbas o bosquimanos o disfrutar de la fauna salvaje en el parque nacional de Etosha son experiencias que no te puedes perder en Namibia. Pero seguro que hay alguna más que no esperabas. ¿Os venís a recorrer este enigmático país del sur de África?
6 razones para viajar a Namibia
1. El desierto del Namib: El primero de los imprescindibles en Namibia
Unos 2000 kilómetros de longitud que discurren en paralelo al mar desde el río Orange al sur que marca la frontera con Sudáfrica hasta el río Kunene en el norte donde comienza Angola. En nombre, del nama, significa enorme. Incluido como patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 2013.
Los paisajes del Namib
Entre las visitas imperdibles del desierto las dunas de Sossusvlei, las más altas del planeta con hasta 350 metros de altura. Muy cerca, una de las fotografías más codiciadas en Deadvlei, la laguna muerta, donde el contraste de colores magnifica las siluetas de las acacias petrificadas de más de 900 años de antigüedad.
En el norte es conocido por la costa de los Esqueletos por la gran cantidad de naufragios acontecidos y que han dejado multitud de pecios en sus arenas.
Dos especies se abren paso a la vida en el Namib: la Welwitschia, una peculiar planta única en el mundo y símbolo nacional de Namibia y el oryx, una especie de gacela capaz de sobrevivir en este desierto. Te recomendamos leer más acerca de esa planta, una de las mayores curiosidades de Namibia y de la flora africana.
2. Cape Cross: La gran colonia de lobos marinos de Namibia
A unos 120 km al norte de Swakopmund, el conocido Cabo de la Cruz, alberga una de las mayores reservas marinas de lobos marinos del mundo. El Cabo cobró importancia con la explotación alemana del guano producido por estos animales a finales del XIX.
La reserva llega a alcanzar los 100.000 ejemplares en época de apareamiento en el mes de diciembre (250.000 en algunos registros que leemos). A decir verdad por el número que se ven, se oyen y se huelen en la distancia no entendemos cómo se puede dar un número aproximado de los habitantes de esta colonia. La gran proliferación de estos animales ha llevado a matanzas controladas y ampliamente criticadas desde algunos sectores con el fin de evitar el esquilme de los caladeros de pescado que supone esta superpoblación.
El lugar protegido abre entre las ocho de la mañana y las cinco de la tarde, si bien este horario hay que actualizarlo según la temporada. Es muy recomendable, salir de la zona de pasarelas y caminar unos metros al norte donde veremos mucha cantidad de animales dentro y fuera del mar. Desde luego habrá que ser precavido y respetuoso a partes iguales con los animales.
3. Damaraland: Los petroglifos y los elefantes del desierto
La enorme región al norte de la capital y lugar de los damaras tiene alguno de los paisajes más impresionantes del país y por supuesto, no podía faltar en nuestra lista de imprescindibles de Namibia.
Las montañas de Spitzkope
Llegando desde el sur, el inmenso desierto del Namib aparece desdibujado con la silueta de las imponentes montañas namibias. La primera y más llamativa de las estivaciones, Spitzkope, que con sus 1750 msm destaca en la planicie de Damaralandia. En realidad tres formaciones que llaman la atención desde la distancia.
La posibilidad de pernoctar en la montaña permite disfrutar de uno de los atardeceres más mágicos del país. Solo hay que hacer el esfuerzo de subir a una de las montañas, damos fe. Árboles aislados donde los pequeños tejedores han hecho sus nidos, matorrales que dibujan detalles en nuestras fotos y un tono amarillo-anaranjado que muestra el más bonito de los tonos al amanecer.
Bushman paradise
Muy cerca de la pequeña población, sobre los montes Erongos, una buena colección de petroglifos de los bosquimanos conocido como el paraíso Bushman, así conocido por ser de las personas que vivían en el bosque. Tienen entre 2000 y 4000 años. Para llegar habrá que ascender una de las montañas de granito con una pendiente inicial pronunciada. Una cadena nos sirve de ayuda en la ascensión.
Los petroglifos, hechos por los nómadas del bosque, se utilizaron para comunicarse, como enseñanza y para llegar a los distintos lugares. Algunos de los pigmentos como el ocre provenía de regiones más alejadas. Mezclados con sangre o heces, forman los dibujos que modelaron con la mano o plumas de avestruz por ejemplo.
Twyfelfontein, los petroglifos namibios
Al norte, Twyfelfontein, uno de los mayores yacimientos con petroglifos del continente africano. Se han encontrado inscripciones de hasta 6000 años. Más de 200 piedras con hasta 2500 inscripciones rupestres declaradas patrimonio de la Humanidad en 2007, año en que comenzó una protección más seria. En los años previos muchos fueron expoliados o simplemente destruidos. Representan de nuevo señales y enseñanzas. Se ven los animales que se deben seguir para comer, aquellos que seguir para conseguir agua o pieles o aquellos que no deben seguirse.
El área de protección de Torra
En esta zona, al norte de Damaraland se pueden encontrar algunos ejemplares de los elefantes del desierto. Los elefantes del desierto pueden oler el agua hasta cinco kilómetros de distancia e incluso bajo tierra y se consideran una pieza fundamental en la supervivencia del hombre en la zona dada su capacidad para seguir los yacimientos. Con unas patas más largas y terminadas en pezuñas más anchas, pueden caminar largas jornadas por el desierto. Aguantaran varios días sin beber. Para proteger la piel del calor y mantener cierta temperatura constante se impregnan la piel con tierra que mezclan con la propia orina.
4. Los poblados himba del noroeste: la tribu más bella de África
La población de la etnia himba alcanza los 50.000 individuos aunque en parte se encuentran en el sur de Angola. La región que ocupan es conocida con Kaokoland. Se trata de una etnia seminómada dedicada a la cría de ganado. Para muchos viajeros se trata de una de las tribus más fotogénicas de África y no podemos estar más de acuerdo. Con el debido respeto es posible acercarse a sus tradiciones y así lo hicimos.
Las elegantes mujeres himba
Las mujeres himba son extremadamente elegantes y cuidan mucho su aspecto e indumentaria. A pesar de las duras condiciones de vida esta mujeres siempre van ataviadas con multitud de abalorios, collares, tobilleras y pulseras. La más importante para ellas una concha blanca que adorna el pecho y es símbolo de fertilidad.
Pero sin duda lo más llamativo es la costumbre de las himbas de embadurnar su piel con un pigmento ocre que obtienen moliendo las piedras adecuadas y mezclándolo con grasa animal y ceniza. Ese ungüento es aplicado sobre toda la piel hasta dos veces al día. Nunca se lavan y con ello mantienen su piel a salvo de picaduras de insectos además de prepararlo para los hombres del poblado. En cuanto al pelo lo dejan crecer amasado con este pigmento hasta crear trenzas que dejan caer sobre su espalda.
Las joyas y resto de abalorios tienen muchos significados para ellas. Viven en comunidades donde un jefe se encarga de dirigir la tribu. Como decimos, pudimos acercarnos a conocer esto y mucho más de su ancestral cultura en Opuwo, al norte del país.
5. El paraíso del parque nacional de Etosha
Sin duda el primero entre los mejores parques nacionales de Namibia y seguro que uno de los mejores del continente.
El área protegida comenzó su labor de conservación en 1907. Su nombre, “el gran lugar blanco” le viene dado por la enorme laguna seca del centro, el mayor salar de África. Hoy día, es uno de los mayores parques nacionales del mundo. La longitud mayor que se recorre de este a oeste es de 350 km. Nosotros entramos por la puerta oeste, Galton Gate, recorriendo durante tres días las pozas del sur (los conocidos waterholes) entre Okaukuejo y Halali, dos de los campamentos interiores.
La entrada al parque cuesta 150 N$ (8.5 €) por día, permaneciendo abierto entre el amanecer (aproximadamente las 7 AM) y el atardecer (sobre las 7 PM).
La fauna de Etosha
Como posibilidades: 114 especies de animales y 340 de pájaros además de multitud de anfibios. ¡Ya podéis imaginar!. La mejor época para visitarlo, la estación seca entre mayo y noviembre, cuando es más fácil transitar por sus caminos y los animales se concentran en las charcas. Además, la vegetación es más baja en esa época y permite mayor visibilidad. Nosotros lo hicimos en septiembre con el añadido de que la temperatura no suele ser fría como en los meses de julio o agosto o extremadamente cálida como en los siguientes.
Esquivos rinocerontes negros y blancos, perezosos leones y leonas, grandes manadas de acalorados elefantes, elegantes jirafas, multitud de cebras, kudus, orix, elams y muchos más antílopes además de los saltarines springbooks por doquier. Un arca de Noé en directo donde el leopardo se nos resistió.
6. Nyae Nyae Consession Area, el lugar de los habitantes más antiguos de África
Naye Naye Consession Area es el lugar donde habitan los últimos bosquimanos. En la región este, en la frontera con Botsuana, queda una franja donde prácticamente sobreviven los últimos san, los pobladores más antiguos de África. Los san habitaron el territorio del África austral, los actuales Namibia, Zimbabwe, Botswana y Sudáfrica desde hace 20000 años.
Los bosquimanos son conocidos como los “hombres de los bosques”. Entre las muchas peculiaridades de estos primeros habitantes del continente, su lengua propia en la que mezclan sonidos, palabras, clicks y chasquidos. Reconocemos que es duro llegar hasta aquí y mucho más si se pretende cruzar hacia Botsuana en busca del delta del Okavango por aquí, como parece lógico viendo el mapa. Pero ciertamente merece la pena.
La historia del pueblo san
La historia ha tratado de muy mala manera a estos viejos cazadores recolectores de vida nómada hasta el punto de que durante la ocupación en el siglo XX existían permisos de caza de esta etnia. Hoy, parece que hay un esfuerzo global para intentar que la cultura de este pueblo no se pierda, pero sin poder cazar y apartados en reductos alejados imaginamos que sin demasiada ayuda, pensamos que será difícil evitarlo.
Las sonrisas con las que nos reciben, el orgullo con el que nos muestran su modo de vida, la inocencia de su desnudez… hace que aún sin saber cuanto de bueno o de malo hacemos con la visita, lo recomendemos.
A buen seguro serán más los lugares imprescindibles de Namibia que incluyan otros. La costa de los Esqueletos o el cañón del rio Fish estarán en esas listas. Pero hasta aquí llegamos en nuestro viaje por Namibia y son los que queríamos poner en valor.
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