En una semana en Emilia Romaña decidimos visitar las ciudades más interesantes de la región. La verdad es que nos quedamos con ganas de más pero siete días de viaje dieron para lo que dieron: conocer lo mejor Bolonia, pasar un día en Módena y disfrutar de la bonita ciudad de Parma y los mayores atractivos de Rávena. Puede parecer mucho pero ¡en Emilia Romagna hay mucho más!.
Así que, después de pasar las dos noches en Bolonia, aquella tarde cogíamos el tren rumbo a Módena, nuestra siguiente escala. Lo que leíamos acerca de la ciudad eran suficientes razones como para disfrutar un día en Módena. Basta con recordar algunos sustantivos para imaginar la importancia de la ciudad a la que nos dirigíamos: Balsámicos, parmesano, lambrusco… grandes productos de la provincia (sabías que el lambrusco tiene cuatro denominaciones de origen distintas en la región) pero también Ferrari, Lamborghini o Maserati, todos ellos nombres propios de nacidos en el famoso valle del motor, sin olvidar a Luciano Pavarotti!
En menos de 30 minutos habíamos recorrido la distancia entre Bolonia y Módena en tren. Check in y primer contacto con la ciudad.
Un día en Módena, lo que no te puedes perder
El alojamiento para un día en Módena
Para la única noche que pasaríamos en Módena reservamos el Hostal San Filippo Neri en Módena, un Hostel junto a una residencia universitaria. Una habitación doble con baño por 55 €. Como peculiaridad decir que el baño está fuera, es privado y cerrado con llave pero no se encuentra en la misma habitación. Nos gustó muchísimo: habitación amplia, a unos 10 minutos andando de la estación y con toallas y amenities incluidas. Desde luego 100% recomendable. El equipaje se quedó en custodia la mañana de nuestra visita sin problema.
El casco antiguo de Módena no es grande y en pocos minutos desde el Hostel llegamos a la famosa plaza Grande. Pronto supimos que un día en Módena sería suficiente para hacernos con la ciudad.
El hostal San Filippo Neri de Módena fue el mejor de los alojamientos que encontramos en la ciudad, a un precio más que bueno y en una localización excelente, entre la estación de trenes y el centro > Haz click aquí y haz tu reserva antes de que se agote |
La visita de lo mejor de Módena en un día
La ciudad resulta de entrada muy agradable, con tráfico muy restringido y muchas terrazas bajo los soportales. Más pequeña que Bolonia pero igualmente señorial con muchos palacios y edificios antiguos que se conservan en un reducido casco antiguo. Eso si, tendrás que tener cuidado para no ser atropellado por una bicicleta.
En el 891 la ciudad fue fortificada con una muralla y tras la construcción del famoso Duomo en 1099 la ciudad creció en importancia. Sin llegar a tener la relevancia de sus vecinas, Bolonia o Parma, sin lugar a dudas merece la pena dedicarle un día a Módena.
Con lo que quedaba de tarde y la mañana del día siguiente tuvimos suficiente para hacernos con las principales visitas de Módena.
El mapa con los atractivos de Módena
La piazza Grande, epicentro de la ciudad y junto a la catedral y el famoso campanario incluidos en la Unesco como patrimonio de la Humanidad en 1997. El palacio Comunal preside la estancia junto al Duomo. Su largo pórtico y la torre del Reloj son fácilmente identificables en la ciudad. Visitamos distintas estancias del palacio (no más de 10 minutos de visita) y la Acetaia Comunale (2 € cada sala aunque leímos que era gratuito y de hecho ese día no pagamos).
La Acetaia es el lugar donde se guardan algunas muestras del balsámico italiano. Se necesitan 500 kg de uva y doce años de paciencia envejeciendo en barriles para obtener dos litros del famoso balsámico de Módena. Incluso la botella donde se envasa “el oro negro de Módena” aparece regulada: con un cuello largo y estrecho aparecerá cerrada con un tapón de color burdeos si el balsámico es de 12 años o dorado si es de 25.
El duomo de Módena y la torre Ghirlandina
La catedral, el duomo de Módena, la basílica de Santa María Asunta, es una de las joyas del románico lombardo en Italia y se construyó en el siglo XI para custodiar y venerar los restos del San Geminiano el que fuera obispo de la ciudad en el siglo IV. Tras el altar y bajo el coro de la catedral se conserva su sarcófago. Dos pórticos mayores le dan la entrada: uno lateral ricamente ornamentado con relieves de la época y el principal que queda enmarcado en dos columnas levantadas sobre leones y presidida por un gran rosetón. En la misma plaza, el palacio arzobispal.
El interior de la Iglesia queda conformado por tres naves. Es llamativa la profusión de relieves y tallas en piedra con escenas bíblicas. Cada uno de los capitales de las columnas que sostienen la cripta son diferentes. Hay que subir al segundo nivel para acercarse a los mosaicos que presiden el coro.
Ya de nuevo en el exterior es fácil quedarse enganchado en la torre del campanario, la conocida como Torre Ghirlandina que aunque construida un siglo más tarde, permanece fiel al estilo del conjunto aunque se han sumado algunos elementos góticos con los años. No fue hasta 1319 en que no fue concluida, si bien se han hecho muchas mejoras en los siglos posteriores. Con 89.32 metros de altura ofrece vistas del casco histórico de Módena.
Durante la subida se accede a distintas salas donde se conservaban algunos de los bienes de la ciudad. La torre marcaba con sus campanas el ritmo de vida de la antigua Módena, la apertura de las puertas o los ataques enemigos.
En la primera planta, como curiosidad, se puede visitar una réplica de “el cubo secuestrado” aquella pieza robada a los boloñeses en la guerra que los enfrentó en 1325. Y es que aunque el enfrentamiento venía de atrás, el detonante fue una escaramuza en la que murieron muchos soldados y tomaron el famoso cubo de roble como botín. Quisieron trasmitir a los boloñeses que no eran capaces de proteger ni sus más insignificantes objetos. A partir de ahí, doce años de cruenta guerra y miles de muertes. El cubo original se conserva en el palacio Comunal.
Se llega hasta la sala de los Torresani, los antiguos vigías de la ciudad. Desde aquí las fotos resultan imprescindibles en una visita a Módena.
Horarios de subida: de 9:30 a 13 y de 15 a 19 horas. El precio son 3 €. El du de nuestra visita se celebraba el festival de filosofía y fue gratis.
La catedral permanece abierta entre las 7 de la mañana y las 7 de la tarde cerrando los lunes. A las 8, las 9 y las 10, durante los horarios de misa no se permite la visita.
Siendo por la mañana no pudimos evitar dar un paso entre los puestos del mercado cubierto Albinelli. Ojo con entrar con hambre. Algunos puestos tienen pequeños rincones donde comer o tomar un dulce. Mención especial al rinconcito y expositor de la Salumeria da Sergio. Hay pastelerías de impresión, vinerias… y una zona dedicada a pequeños restaurantes con mesas que todavía andaban preparando. Si nos llega a pillar sin desayunar… Pero bueno, ¡más tarde nos desquitamos!
Caminamos hasta el teatro Storchi pero no se puede hacer la visita por dentro y el exterior no reviste especial belleza. A su espalda un jardín que bien puede servir para descansar. También pasamos por delante, sin visitarlo, del palacio Ducal de Módena. ¡Enorme! Lo que hizo que desestimáramos la opción de visitar su interior.
Solo callejear por la ciudad es una delicia.
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El museo Ferrari de Módena
Además, sin ser muy aficionados al motor, no quisimos dejar la oportunidad de visitar la casa donde nació Enzo Ferrari, hoy museo Ferrari de Módena. Abren de 9:30 a 18 horas. La entrada 22 € por persona y suena Pavarotti durante la visita. Ya podía gastarse algo la familia en acondicionar los alrededores. A la derecha se puede disfrutar de cinco coches clásicos de la firma que cumple 75 años en el 2022 y un corto paseo entre objetos y fotografías del constructor de coches deportivos. En el pabellón más moderno se exponen otros coches de la firma, auténticas joyas de la historia del motor.
Existe otro museo Ferrari en Maranello pero este está dedicado a la marca (la entrada combinada para ambos cuesta 30 €). Para nosotros, suficiente en un día en Módena.
Los sitios en donde probamos algo de comida en Módena
La primera tarde llegamos justo para el aperitivo y con ese buen gusto que nos caracteriza acertamos con el sitio para el aperitivo: L’ Archivio, enoteca con cucina. De nuevo, buenos spritz y un buen acompañamiento de pequeños bocados.
Al lado y junto a la catedral, pastelería Cibo. Si hay misa, como fue el caso, y queréis hacer tiempo desayunando alguna de sus delicias, no os equivocáis.
Y como escribimos, si os pilla la hora de comer, no dejéis de entrar al mercado cubierto Albinelli y dejaos llevar… Lo cierto es que tanto nos gustó por la mañana qye retrasamos la salida de la ciudad en tren y volvimos a mediodía. Comimos fritura de pescado en Salsadine, fish market con sus cervezas por 25 € y una tabla de embutidos y queso con lambrusco en L’ Antica Bottega por 21 €. Salimos a gusto para coger el tren rumbo a Parma.
Estos fueron los que nos dieron tiempo a probar: aperitivo, desayuno y comida impresionantes. ¡Que más podemos decir! Si tienes alguno más que recomendar, de lo que estamos más que seguros, déjanos las señas en los comentarios. Será un placer añadirlos.
Atardecía y nos fuimos a Parma. Solo 30 minutos de tren hasta nuestra próxima escala en Emilia Romaña (6 €).
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