Cinco días después de llegar a Bolonia y habiendo conocido Módena y Parma, la siguiente de nuestras escalas nos llevaba a Rávena, una de las joyas que nos quedaban por ver en Emilia Romagna. Queríamos aprovechar para conocer al máximo la región y lo mejor de Rávena daba para ser la guinda perfecta a aquellos siete días en Emilia Romagna.
De Rávena se dice que cuenta con algunos de lo mosaicos bizantinos mejor conservados de Italia. Ferrara fue la base cultural del renacimiento italiano con la dinastía de los Este. No es mala la carta de presentación aunque tengan que pugnar con tan atractivas ciudades vecinas de Emilia Romagna como Bolonia, Módena o Parma.
El problema vino de la huelga de Trenitalia que dio al traste con nuestros planes y nos condenó a retrasos y cancelaciones en la estación de Bolonia perdiendo prácticamente el día e impidiendo que pudiéramos visitar Rávena y Ferrara en los dos días que nos quedaban. Finalmente llegamos a Rávena tarde y optamos por disfrutarla con mayor tranquilidad.
Lo mejor de Rávena
El alojamiento en Rávena
Llegábamos al mediodía a la ciudad situada junto al Adriático. No todos los días uno se aloja en un palacio y nosotros elegimos uno para hacerlo en Rávena. Sin lugar a dudas una opción que justificaba por si misma el título de nuestro post: Lo mejor de Rávena. Por 64 € habíamos reservado una noche en el Palazzo Galletti Abbiosi. En el precio se incluyen los dos euros por persona y noche de tasas turísticas. Inmejorable, hasta iglesia propia tiene.
También imposible mejor localización, a pocos metros de Sant’ Apollinare Nuovo en pleno casco histórico. Las habitaciones son espaciosas e incluye el desayuno. Y por si fuera poco cambiaron el mismo día la reserva para el día siguiente por el problema que tuvimos con la huelga de trenes sin cargo alguno. Muy amables.
Como decimos, cuando titulamos el post “Lo mejor de Rávena”, queríamos incluir el hotel. ¡Cuando veáis el desayunazo que sirven entenderéis porque!.
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La importancia histórica de Rávena
Rávena es famosa por su pasado y la riqueza de restos paleocristianos y de la época bizantina. Aunque se reconocen asentamientos mucho más antiguos, los romanos no le dieron importancia como puerto en el Adriático. Ya en el año 402 se establece en Rávena la capital del imperio romano de occidente y tras unos agitados primeros años disfrutó de un largo periodo de paz con el establecimiento del cristianismo.
Tras el paso de Teodorico el Grande y sus primeros sucesores, Rávena termina anexionada al imperio bizantino en el 549 y más tarde conquistada por los lombardos en el 712. La ciudad crece en estos años y fruto de aquellos siglos de prosperidad se conservan numerosos edificios de estas épocas, principales atractivos de la visita a Rávena.
Imaginad la importancia que tuvo entre los siglos V y VIII: de capital del imperio romano de occidente, a sede del rey godo Teodorico y más tarde capital de la Italia bizantina.
En 1996 gran parte de este legado se suma a la lista de patrimonios de la Humanidad de la UNESCO, patrimonio que nos disponemos a conocer aquella mañana y tarde.
El mapa de las visitas y la gastronomía en Rávena
Lo mejor de Rávena en un día
La basílica de Sant’ Apollinare Nuovo
La basílica de Sant’ Apollinare Nuovo construida en el siglo V por el emperador Teodorico. El exterior destaca por su torre campanario de ladrillo. En el interior muestra dos hileras de mosaicos perfectamente conservados. En una, los mártires terminan en procesión junto a Cristo. En la otra, los Reyes Magos, ofrecen sus regalos a la Virgen con el Niño en brazos. Las naves del edificio se sostienen por sus filas de columnas en arcos perfectamente restaurados.
La tumba de Dante
El escritor fue desterrado aquí en 1317 desde Florencia. El motivo de su destierro algo tan tristemente de actualidad hoy día: fue acusado de corrupción. Los restos se escondieron en el montículo de piedras y vegetación a su derecha. Durante los años que pasó en Rávena escribió su obra La Divina Comedia. Antes de llegar, la iglesia y el claustro de San Francisco, del siglo X, donde se celebró el funeral de Dante. Junto al recinto, muchos sarcófagos entendemos que de personajes de la época. Frente a la iglesia el centro de información turística.
El baptisterio Neoniano de Rávena
El baptisterio Neoniano (de los ortodoxos) del siglo V y VI. Uno de los edificios en los que hay que reservar una hora para la visita. Nosotros lo hicimos esa misma mañana en la taquilla. Probablemente construido sobre un antiguo baño romano, el nombre le viene del obispo Neón, que encargó la decoración con mosaicos del interior en el año 452. La escena principal de la cúpula representa el bautismo de Cristo, rodeado de los doce apóstoles. Parece increíble que haya llegado así hasta nuestros días.
Junto el baptisterio, la catedral del siglo XVIII, el museo Arzobispal, la capilla de Sant’ Andrea y la cattedra d’ Avorio.
La capilla Arzobispal de San Andrés
La catedral data igualmente de la época de Teodorico, construida entre los años 494 y 519 para el culto privado. La encontramos dentro del museo. La capilla es famosa por los mosaicos que se conservan de estos años. El cromatismo que mantiene hace pensar que fue ayer mismo decorada. En la salida, un mosaico representa a Cristo luchando contra las fuerzas del mal y aparece pisando una serpiente y un león.
En el museo se conservan antiguas inscripciones, capiteles, sarcófagos y lapidarios tallados sobre la piedra, todos ellos restos de la antigua catedral paleocristiana. En la segunda planta, la pinacoteca y otras estancias con telas de los obispos, joyas, abalorios y muebles de la época.
Junto a la capilla y en una habitación aislada, la cattedra d’ Avorio, el trono del arzobispo Maximiniano, regalo de Justiniano. Una magnífica pieza en marfil tallada con paneles rectangulares finamente esculpidos.
El Duomo de Rávena
Aunque de grandes proporciones nada tiene que ver con la rica decoración en mosaicos del resto de edificios. En el siglo XVIII ya no se estaba para tales trabajos… las más trabajadas, las capillas junto al altar: la capilla del Rosario y la capilla del Santísimo Sacramento.
La basílica de San Vitale, una de las mejores visitas de Rávena
Edificada en tiempos de Justiniano. Se consagró en el año 548. Se trata de un edificio de base octogonal levantado en ladrillo revestido en el interior por mosaicos del 520-550. El propio templo resulta fascinante pero al acercarse al altar principal es cuando se descubre su importancia. Los mosaicos ocupan por completo la enorme estancia. En el ábside se presenta la imagen de Cristo rodeado de los arcángeles Miguel y Gabriel. A la izquierda Justiniano y su séquito, a la derecha Teodora y su cortejo. Nos llamo mucho la atención la gran cantidad de teselas verdes que decoran la escena, unidas a los tonos dorados constituyen para nosotros una de las obras de arte más impresionantes de Rávena.
El mausoleo de Galla Placidia, imprescindible de Rávena
El oratorio de San Lorenzo, requiere reserva de horario previo. Admite 50 personas cada 10 minutos, con un máximo de cinco minutos de estancia en la visita. Se construye en la primera mitad del siglo V. Aunque concebido como mausoleo nunca se usó para este propósito. Los mosaicos de la cúpula representan un cielo plagado de estrellas doradas y es increíble admirar cómo no queda ni un solo hueco sobre en qué colocar una más. Aquí predominan, por supuesto, los azules.
El baptisterio Ariano
También construido en el siglo V. La cúpula se encuentra igualmente decorada con mosaicos perfectamente conservados. No está incluido en el pase combinado y la entrada se adquiere en la puerta. Una máquina dispensadora da el acceso por dos euros. Junto Sant’ Apollinaire in Classe (que se encuentra a unos kilómetros de la ciudad) y el mausoleo de Teodorico, son los tres patrimonios no incluidos. Hay un pase combinado por 10 €.
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El mausoleo de Teodorico
Fue la última de nuestras visitas. Cuesta cuatro euros pero leímos que dentro no cuenta con decoración alguna. Construido en mármol de istria en dos niveles y coronado por una única piedra calcárea en forma de casco de 300 toneladas y 11 metros de diámetro, perfectamente encajada. El mausoleo está algo más alejado, un corto paseo en realidad. Para llegar se puede cruzar los restos de La Rocca Brancaleone de Rávena, la vieja fortificación de la ciudad.
Y el resto, callejear, como siempre. No te acabarás las iglesias y callejuelas, muchas peatonales como vía Corrado Ricci o vía Cairoli, las dos con comercios muy chulos. Pasear frente al teatro Aloghieri o la plaza XX de Septiembre, la plaza San Francesco y la piazza del Popolo, al Mercado cubierto (no os lo perdáis), andar entre palacios siguiendo los pasos de Dante y parar en alguno de los muchos restaurantes y cafeterías. Tal vez una heladería…
Dónde parar a comer en Rávena
Al igual que nos pasó en el resto de nuestro viaje por Emilia Romagna, la hora de comer es uno de los momentazos del viaje e imprescindible entre lo mejor de Rávena.
Restaurante Mr. Dante de Rávena
Comimos en la piazza del Popolo, llegadas las tres de la tarde en el Rte. Mr. Dante. Buenos platos de pasta por unos 8-10 € cada uno. Los carbonara, a la vongole, una ensalada de pulpo, las birras, con café: 56 €. El cartel dice que no cierran la cocina. Para los despistados como nosotros.
El Mercado gastronómico de Rávena
Por la noche os recomendamos el Mercado o la calle lateral según el frío que tengáis. Nosotros, un lunes, lo encontramos encantador. Hay restaurantes y hay locales solo para tomar una copa.
Definitivamente no se puede entender una semana de viaje a la Emilia Romaña sin dedicarle al menos un día a visitar lo mejor de la ciudad de Rávena. Y personalmente, tal vez, le quitaríamos una noche a Parma para pasarla en Rávena. Vais a encontrar buen ambiente y un alojamiento mucho más económico. El Palazzo Galletti Abbiosi es el hotel perfecto en esta ciudad. ¿Qué opináis? Os leemos en los comentarios.
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