Como cada año, tras nuestro día del bando, mi familia se decide a hacer un pequeño viaje en la semana de primavera, aprovechando que en el colegio aún están de vacaciones.
Este año, disponemos de menos días de lo normal ya que sábado tenemos un evento al que no podemos faltar. Así que buscamos un destino cercano a casa, y casi a petición de los pequeños, y con el hándicap de que una de las temáticas en el colegio ha sido los indios y los pistoleros, decidimos ir a Tabernas.
El desierto de Tabernas se encuentra en Almería, y allí podemos encontrar dos sitios únicos en Europa donde podemos disfrutar de los decorados más Western, donde se han rodado numerosas películas, anuncios, cortos, videoclips y otros rodajes a nivel internacional, desde que en los años 60, Sergio Leone descubrió el Desierto de Tabernas y su paraje natural donde rodar películas taquilleras.
Decidido el lugar donde ir, nos faltaba el lugar donde pasar las noches. Tabernas no posee muchos hoteles… básicamente uno. Éste hotel no dejaba hospedarnos los 4 en la misma habitación, lo máximo eran dos adultos y un niño, ni tampoco daban la opción de habitaciones comunicadas, así que andábamos algo limitados. Dándole vueltas, y tras comentárselo a una gran amiga de Almería, nos comentó que en “Fort Bravo” uno de los lugares a visitar, disponía de cabañas familiares dentro del recinto. A través de su página oficial www.fortbravo.es descubrimos la posibilidad de pasar la noche dentro del recinto de los decorados en una cabaña para 4 personas por el “módico” precio de 110€ la noche más 3€ el desayuno por persona (nada barato, pero lo espectacular de dormir en una cabaña dentro del poblado western, es algo que a los niños les hizo mucha ilusión). La reserva se realiza todo vía on-line, mandando un correo a la página y una vez te confirman que tienen disponibilidad se debe ingresar, en el número de cuenta corriente que te facilitan, el 50% del total de la reserva.
DÍA 1: Lo mejor de los poblados del oeste de Tabernas
Nos levantamos tarde, el día anterior fue un día agotador; el día del bando de la huerta siempre es cansado. A las 12 nos ponemos en marcha por la A-7 dirección Almería-Tabernas. La hora estimada de llegada era las 14:30, pero llegamos algo antes ya que no tenemos que hacer parada técnica porque los niños hacen la mayoría del viaje durmiendo. Al llegar, entregamos en la garita de acceso nuestros nombres y nos dicen que entremos, aparquemos en el parking general y nos dirijamos al Saloon-Bar donde comienza el primer espectáculo a las 14:30 y al terminar nos entregarán las llaves de nuestra cabaña. Así que eso hacemos, nos dirigimos al centro del recinto, Fort Bravo por calles desiertas de gente y con el más típico paisaje del salvaje Oeste.
A las 14:30 comienza el primer show en vivo en la calle principal del poblado “Show del asalto al banco” donde los actores interactúan y hacen muy familiar el show, en el cual mis hijos disfrutan muchísimo y donde los caballos hacen espectacular la actuación. Al terminar nos dirigimos dentro del Saloon-bar, el único sitio del todo el recinto donde ofrecen comida prefabricada, escasa (solo ofrecen pizzas y bocadillos) y bastante cara (2 perritos, 2 bocatas, 2 pizzas pequeñas, 1/5 de cerveza y una Coca-Cola Zero 32,60€) pero si quieres comer es la única opción, a no ser que lleves comida preparada de casa, algo que está permitido.
Al terminar de comer las camareras-bailarinas del can-can (los actores son los mismos que te atienden en todo el recinto) nos acompañan a nuestra cabaña y nos indican que podemos aparcar nuestro coche junto a la cabaña durante toda la estancia (algo que se agradece ya que para descargar las maletas es una facilidad). Tras colocar las maletas nos dirigimos de vuelta al Saloon-bar a tomarnos un café, donde a las 17:30 comienza el segundo espectáculo en directo, esta vez dentro del salón: “Show vaqueros en el Saloon”, donde los actores-vaqueros continúan haciéndonos partícipes del espectáculo y disfrutarlo aún más.
Decidimos pasar el resto de la tarde a visitar el fuerte, el poblado americano, el poblado mexicano y el poblado indio. Incluida en la reserva de las cabañas iba incluida la entrada a los poblados y un paseo en carro de caballos. Si alguien posee experiencia en montar a caballo, también te dan la opción de realizar rutas a caballo por el desierto (siempre se suelen hacer a primera hora de la mañana, sobre las 9, ya que luego los monitores-actores más tarde comienzan con los espectáculos).
Comentar que si no os alojáis en el poblado y vais a pasar el día, los precios de entradas son:
* Adultos: 19,40 €
* Niños: €9,90
* Pensionistas/Discapacitados/Adolescentes (14-17): 15,90€
A las 20 salimos fuera del poblado y nos dirigimos a Tabernas pueblo para cenar, ya que en el poblado después de las 20 cierra al público, aunque nosotros al estar hospedados allí nos dejan salir y entrar. Para ello nos dan el número móvil del vigilante que es el encargado de abrir y cerrar la valla de acceso. Después de dar una vuelta por el pueblo y no encontrar nada de nuestro agrado nos dirigimos a la “Route 66 Tabernas” donde por un módico precio cenamos unos platos exquisitos y raciones más que generosas (2 jarras de cerveza, 2 raciones de nuggets de pollo con patatas, 1 tortilla francesa, 1 costilla de cerdo a la brasa, 1 brocheta vegetal con croquetas de patata y 1 botella de agua: 43,70€)
A las 21:30 tras entrar la poblado previa llamada al vigilante, nos duchamos, los niños se toman un vaso de leche (decir que el cartón de leche lo traíamos de casa), y como sabía que en la cabaña solo contamos con un minifrigorífico, organizando la maleta incluí un calienta biberones, biberón y vasos de plástico y pajitas para éste momento). Caímos muertos en las camas, por cierto, a mi parecer nada cómodas pero para el resto de mi familia sí.
DÍA 2: El desierto de Tabernas
A las 9 de la mañana suena el despertador, algo agotados comenzamos nuestra nueva jornada. Tras vestirnos nos dirigimos al Saloon-bar donde nos servirán el desayuno continental previamente contratado por 3€/persona. Al llegar nos atienden las mismas chicas del día anterior (las chicas de can-can) con la mejor de sus sonrisas; nos ofrecen leche, café, zumos y tostada con aceite o mermelada y mantequilla, un desayuno algo caro…. pero estamos en medio del desierto de Tabernas, todo sabe diferente y no tenemos más opciones (decir que se puede traer comida a la cabaña, pero recordar que solo tiene un minifrigo).
A las 11 ya estamos montados en el coche y nos dirigimos al Oasys Minihollywood a 10 minutos de Fort Bravo en coche.
“En Tabernas, el único desierto de Europa, se levantan los auténticos escenarios de los westerns, convertidos en el Parque Temático más original del Mediterráneo con Espectáculos en Vivo, una gran Reserva Zoológica con más de 800 animales de 200 especies distintas, Zona de Piscinas y gran oferta de Restaurantes, Actividades Educativas y organización de Eventos y Celebraciones” así es como se presenta en su página web, pero la verdad que una vez allí no me pareció tan atractivo.
Sí que es verdad que fue el paraíso cinematográfico de Hollywood durante dos intensas décadas, los años 60 y 70 ( por sus escenarios se han paseado actores ilustres, como Clint Eastwood, Brigitte Bardot, Anthony Quinn, Claudia Cardinale, Alain Delon, Sean Connery, Raquel Welch, Orson Welles y posee singulares, hermosos y enigmáticos paisajes que recrearon escenas de legendarias películas de la historia del cine, tales como: “Lawrence de Arabia”, “Cleopatra”, “El bueno, el feo y el malo”, “La muerte tenía un precio” o “Indiana Jones y la última cruzada”, pero debo de reconocer que esperaba más.
Hacemos una pequeña fila para comprar las entradas, las cuales difieren si las compras reservando el restaurante tipo buffet o no:
Entrada única
* Adultos: 22,50 €
* Niños mayores de 4 años: 12,50€
* Niños menos de 4 años: gratis
* Pensionistas/Discapacitados: 18,50€
Entrada con buffet
* Adultos: 34 €
* Niños mayores de 4 años: 20 €
* Niños menos de 4 años: gratis
* Pensionistas/Discapacitados: 30,50€
En este parque también existen tarifas para familias numerosas y socios, al igual que las distintas tarifas para pases anuales.
Este parque está mucho más preparado para el turismo que Fort Bravo, ya que te encuentras restaurantes y quioscos variados por todo el parque, y sus espectáculos son de mayor calidad, pero me ha faltado el carisma de sus trabajadores y la familiaridad en el trato con los actores.
Dedicamos todo la mañana para ver espectáculos (Show del Oeste, Baile del can-can Dancing) y después de comer nos dedicamos a ver animales de la reserva (gran atractivo para los niños). La mayoría del decorado está también ambientado en su interior con el mobiliario y decoración típica de la época (una gran diferencia con respecto a Fort Bravo, el cual son solo fachada menos el saloon-bar).
También podemos disfrutar del jardín de cactus, los cuales provienen de distintos continentes, albergando más de 250 especies de cactus con una placa que los identifica y nos dice su origen. Al igual que podemos visitar los museos de las huellas, museo de carros y museo del cine.
El parque también te ofrece la opción de montarte en el tren para ver algunos de los animales más alejados, aunque previamente hay que bajar y subir unas escaleras interminables (más interminables aún si vas con niños) por donde discurre una gran cascada de agua que divide el parque en dos.
Ya que vamos bien de tiempo, entramos en la tienda de souvenir y nos hacemos con par de pistolas de petardos con sus respectivas cartucheras (al módico precio de 12,95 €/pistola) con lo que mantenemos a los niños más que entretenidos; también aprovechamos para hacernos con algunos souvenir para la familia. Es típico en nosotros comprar imanes para el frigo, de todo aquel lugar que visitamos, y es ese el regalo que elegimos para mis hermanas, padres y suegra (2,60 €/imán).
Un gran consejo para visitar este parque temático es ir con ropa cómoda, aunque en verano se permite la entrada en ropa de baño ya que posee una zona de piscinas y toboganes, ahora cerrado por la estación del año en la que estamos.
A las 17 horas volvemos a nuestra cabaña esperando que los niños descansen un poco, menuda ingenuidad por nuestra parte. La temperatura no está siendo mala, pero son días de mucho aire donde la arena del desierto se hace muy desagradable, pero no nos impide volver a ver los espectáculos de Fort Bravo (mis hijos, como con las películas, les gusta verlo todo varias veces).
Al terminar pasamos por la tienda de souvenir de este poblado para comprar los últimos detalles, esta vez para los más pequeños, mis sobrinos. Después de recorrer toda la tienda en busca de algo adecuado y que les hiciese ilusión (niños entre 11 y 8 años son difíciles de contentar con cualquier cosa) encontramos unos pequeños llaveros/armónicas de diferentes colores (2,50€ cada uno) que fueron idóneos. También es típico compara para mi madre una dedal de cada lugar visitado y allí estaba esperando a ser comprado por nosotros (1,80€)
Agotados decidimos no salir a cenar, y optamos por la opción de que el cabeza de familia salga del poblado en coche al supermercado a comprar para hacer una cena fría, cuando aún no habían cerrado el recinto; lo único que tuvimos que calentar fueron unas salchichas Frankfurt para los niños, en nuestro preciado calienta biberones. Lo demás fueron aperitivos con unas buenas cervezas frías y unos sándwiches. Aprovechando que estamos de vacaciones también nos hicimos con unas tónicas y una botella de ginebra, y aunque un gintonic sin hielo y en vaso de plástico no sabe igual, a nosotros nos supo a gloria. Tras un rato de película infantil, el cansancio nos vence y terminamos pronto en la cama. Para mi otra noche insufrible en ese camastro al que denominaron cama.
DIA 3: Excursión a las cuevas de Sorba con los niños
Hoy vuelve a sonar el despertador a las 9. Aunque planeando el viaje hoy era el día libre para acercarnos a las playas de Almería, pero el primer día del viaje viendo las malas temperaturas optamos por reservar una excursión por las cuevas de Sorba (decidimos esta opción tras ver los folletos informativos en el Saloon-bar de Fort Bravo).
Tras nuestro desayuno, volvemos a nuestra cabaña, recogemos las maletas, hacemos tetris para meterlas en el maletero, devolvemos las llaves a las más que simpáticas y amables chicas y nos dirigimos a Sorba (nuestra excursión comienza a las 11).
En Sorbas se encuentra el Paraje Natural “Karst en Yesos de Sorbas” es un espacio protegido en ley 2/1989, de 18 de julio, por tanto, todas las actividades que se desarrollen dentro del mismo deben contar con la autorización de la Delegación Provincial de la Consejería de Medio Ambiente.
En éste paraje se pueden encontrar más de 1.000 cavidades excavadas en yeso, con gran cantidad de galerías repletas de estalactitas y estalagmitas, y con kilómetros de galerías excavadas en la roca, una roca cristalina que refleja la luz de los cascos de quien las visita. La empresa, Natur-Sport realiza una serie de itinerarios espeleológicos por algunas de las cuevas más representativas del Karst. Realiza tres rutas para particulares y colectivos y dos rutas especialmente enfocadas a los centros de enseñanza. Éstas varían en duración, dificultad e incluso contenidos, en función de las personas a quien va dirigido. Ya que es nuestra primera experiencia espeleológica, escogemos la ruta de dificultad baja, con una duración aproximada de 1,5h. La experiencia no es nada barata; 15€ cada adulto y 10,5€ cada niño (algo caro pero realmente tienen unas instalaciones únicas). Este día fue uno de esos días que no sabes cómo va a salir, y resulta ser un día inolvidable.
Llegamos a la hora fijada, las 11 de la mañana, y somos los últimos en completar el grupo. Amablemente nos ofrecen dejar las mochilas y abrigos bajo su custodia y nos dirigen a la zona contigua donde nos dan las directrices a seguir y nos facilitan un gorro, para proteger el cuero cabelludo (y por higiene) y el casco reglamentario con su propia luz.
Ya en este momento los niños están entusiasmados por su casco con linterna y comienza nuestra aventura. Realizamos unas cuantas fotos, donde se puede observar la cara de entusiasmados de los niños y es aquí donde nos comunican que las fotos y grabaciones están prohibidas en el interior de la cueva; eso sí, ellos se reservan el derecho de sacarte una, en un lugar más que estudiado para que la foto sea preciosa, la cual si quieres bajo pago hasta te la imprimen y envían a tu correo personal. Tras recorrer los 200 metros hasta el comienzo de la cueva, ya los niños juegan a salta y solventar las pequeñas trabas que les muestra la naturaleza.
Comienza aquí una fantástica visita guiada. Resaltar que nosotros nunca habíamos practicado con anterioridad espeleología y creo que es una buena forma de acercar este mundo a los pequeños de forma segura y formativa, ya que los guías son excelentes. Una aventura 100% recomendable.
Al terminar, y tras devolver los cascos, los propios guías nos ofrecen cepillos de ropa para poder limpiarnos algo la ropa y zapatos, ya que como la cueva es de yesos, terminamos más que manchados.
Aprovechamos y comemos en el restaurante dentro del recinto, un poco de comida típica de la zona y para los niños unos san jacobos de merluza caseros que se comen estupendamente.
Dudamos si realizar una pequeña visita la pueblo de Sorbas, pero son las 4 de la tarde y aún nos quedan varias horas de coche, así que comenzamos el camino de vuelta de forma tranquila, ya que los niños pasan parte del viaje durmiendo y podemos disfrutar hablando, mi marido y yo, de lo bien y bonito que ha resultado el viaje.
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3 comentarios en “Que hacer en Tabernas en un fin de semana”
Cristi! Yo también tuve mi fin de temático! Y también les chiflo. Las mías descubrieron a los indios y vaqueros allí. Viajefilos no existía aún.
Me alegro q lo disfrutaséis.
Besos a los 4.
Sonia
Gracias Cristina, exhaustivo apetece verlo todo. Detallado no the next.
¡Gracias Cris por compartir ese finde en viajefilos! Me imagino a tus peques disfrutando del salvaje oeste, aunque estoy seguro de que vosotros también os sentisteis héroes de algún western por momentos… Gracias de nuevo