Tal vez por el pasado maya y la riqueza de ruinas que atesora de la antigua civilización, tal vez por la belleza y diversidad de sus parajes naturales plagados de volcanes o a lo mejor por el reclamo de sus exóticas playas en el Caribe o en el Pacífico; aunque más bien como consecuencia de la casualidad de un vuelo barato encontrado tras multitud de horas entre buscadores hacía ya unos cuantos meses; fuera como fuere el caso es que andábamos embarcados en un nuevo viaje, rumbo a Guatemala…
El precio, sobre los 500 euros ida y vuelta, precio final, directo a la ida y vía Panamá a la vuelta (aunque acabó convirtiéndose en retorno con una mini escala en El Salvador), era irrenunciable y andaba ya cargado en nuestras cuentas meses atrás. Por desgracia dos de las viajefilas con las que inicialmente contábamos no pudieron ni tan siquiera comenzar con nosotros el viaje, suerte de 30 euros que se invirtieron en seguro de cancelación por entonces.
Y es que dicho sea de paso, y a modo de sucinta explicación, el uso del seguro de cancelación solo precisó de dos llamadas, una primera a Iberia con la anulación del vuelo, y acto seguido, una segunda al seguro con la solicitud del reembolso. Tras ello un formulario que rellenar en el que explicar las razones de la cancelación, habitualmente médicas y ayudadas de su correspondiente informe, y en 48 horas la respuesta (comúnmente con la devolución del dinero en un plazo de 20 días)
Así que armados con la personalizada guía de viaje de nuestro amigo viajéfilo Jaume (trabajo que bien merecería cualquier precio) y tras tener atadas y muy atadas las escalas, traslados y hoteles, salíamos a conocer este rincón de Centroamérica. Y es que un grupo tan numeroso, trece personas, no podía dejar a la aventura completa y la indecisión elementos como el alojamiento y el recorrido, y tras varios meses y alguna divertida quedada habíamos diseñado el circuito a nuestro antojo.
Dos post de nuestro viaje a Guatemala con toda la información del recorrido y las mejores fotos fueron los que escribimos:
- Guatemala. Parte I: La colonial ciudad de Antigua, el inmenso lago Atitlan, el fabuloso Pacífico, las antiguas ruinas de Iximche y la belleza de Semuc Champey
- Guatemala parte II. El paraje natural de Semuc Champey, la bonita Isla de Flores, las magníficas ruinas de Tikal y Copán y el Caribe guatemalteco
Tras valorar distintas compañías para contratar estos servicios, nos inclinamos por FeelGuatemala, empresa local liderada por Jaime Rojas y que ofrecía garantías de seriedad en los sucesivos contactos. El precio por el trasporte en bus privado durante todo el viaje, desde nuestra llegada al aeropuerto hasta el retorno al mismo, añadido al alojamiento las 15 noches en hoteles más que recomendables fue de 630 euros. La mitad del pago se realizó unos 30 días antes mediante trasferencia y el resto a nuestra llegada en efectivo y en euros. Incluía todos los desayunos y las lanchas de traslado en algunas poblaciones.
Día 1.- Vuelo y llegada a Guatemala. Traslado a Antigua
Vuelo de salida a las 11:35 desde Madrid, lo cual suponía madrugón para llegar desde Murcia. Volvimos a elegir el excelente servicio de Autocares Ríos, ya utilizado en nuestra escapada al Sur de India, y por 1030 euros nos gestionaron el transfer desde el punto que elegimos en Murcia (en este caso la puerta de Urgencias del Hospital donde curramos) hasta la terminal 4 en Barajas. Un viaje no exento de carreras pues a la mala cabeza del que escribe que reservó un asiento menos en el bus hubo que añadir la demora de algún “camastrón”. Sin embargo despegue con éxito y… ¡rumbo a Guatemala!
Tras las doce horas de vuelo, eso si, amenizadas con algún que otro refrigerio y multitud de frutos secos, dulces y golosinas, por fin llegábamos a la capital moderna, Guatemala. Las siete horas de diferencia horaria hicieron de aquel un día eterno, puesto que todavía eran las cinco de la tarde a nuestra llegada.
Recogida de equipajes sin incidencias. En el mismo aeropuerto existen un par de oficinas de cambio (sobre 8,20 quetzales por euro) y un cajero, el cual se encuentra antes de realizar los trámites de aduana, de modo que si no lo utilizas previamente, ya no podrás volver atrás para sacar dinero en el aeropuerto, puesto que fuera del mismo no hay ninguno. Y según lo contratado al salir nos esperaba Jaime y Don Arsenio, el que fue nuestro magnífico conductor todo el tiempo.
Los 45 Km que separan la capital Guatemala de la Antigua nos llevaron algo más de una hora, puesto que era hora punta y el tráfico era intenso. Pero por fin y ya anocheciendo llegamos hasta nuestro primer destino, la Antigua Guatemala, y nuestro alojamiento para las tres próximas noches, el Hotel Posada del Hermano Pedro, perfectamente ubicado a una cuadra del Parque Central y que ocupa un antiguo palacete. Habitaciones amplias y de mobiliario antiguo, mejor si podéis elegir una de las interiores pues las que dan hacia la calle pecan de ruidosas.
Todavía con tiempo tras dejar el equipaje nos lanzamos a conocer algo del bonito casco antiguo de la ciudad y tomar unas cervezas. Pronto te das cuenta de que el centro es muy turístico, con muy bonitos locales por doquier y de precios más bien europeos. Nuestros primeros “cubetazos” en el Rte. Tacontento (se trata de un cubo helado con 5 tercios de la famosa cerveza Gallo guatemalteca, por 85 quetzales) y tras un pequeño paseo, otras cervezas más en El Viejo Café, esta vez la cerveza Cabro, otra de las tradicionales.
Sin tiempo de mucho más y agotados por el viaje, nos acercamos a un cajero en el Parque Central (bendita tarjeta naranja ING, con cambio a 10,50 incluida la comisión de dos euros) y a la cama.
Día 2.- Subida al volcán Pacaya y visita de la ciudad de Antigua
Tras el merecido descanso amanecemos a eso de las 7 de la mañana para poner rumbo al volcán Pacaya tras el desayuno. Don Arsenio nos espera en el bus y nos acerca hasta la base del parque Nacional, tras 1 hora aproximadamente desde la ciudad.
La ascensión al volcán Pacaya
Guatemala cuenta con 37 volcanes, tan sólo 3 de ellos activos. El Pacaya con sus 2500 metros es de visita obligada. La entrada al parque cuesta 50 quetzales por persona (unos 5 euros) y al llegar contratamos un guía oficial sin tener muy claro al principio si era obligatorio ni necesario. Nuestro guía, Francisco, nos informa de la ruta, son unos 4 Km de subida, más o menos una hora y media, hasta el mirador. El camino es duro pero asumible con las pertinentes paradas para disfrutar del entorno, con vistas del volcán de Agua, de la laguna… y en caso necesario puedes contratar el ascenso a caballo por un precio de 100 quetzales. Estos caballitos te acompañarán gran parte de la subida así que puedes decidir más tarde si contratarlos…
Hacemos la cumbre y tomamos multitud de fotos, las vistas son sobrecogedoras, en un paisaje poco habitual a nuestros ojos. Elegimos la bajada por otra ruta distinta y pronto nos dimos cuenta del acierto de haber contratado nuestro guía. Nos adentró en la falda de la gran cima del cono Mackenrey, disfrutamos cerca de las fumarolas e incluso nos permitimos el tostar alguna gominola en alguna de ellas. La sorprendente bajada haciendo “ski sobre la arenisca del volcán” culmina tras tres horas y media esta fantástica ruta. (Tremendas fotos del ascenso y la cima al final de la entrada…)
Vuelta hacia Antigua sobre las 13 horas con parada en un local de “El pollo Campero” donde comemos (sobre 8 euros con abundantes piezas del sabroso pollo de la cadena, un buen sitio distribuido por toda Guatemala donde es fácil hacer una comida rápida). Son poco más de las 15 horas y aprovechamos la tarde para visitar esta bonita ciudad.
Lo mejor de la ciudad de Antigua
Antigua, la que fue capital del imperio en Centroamérica pero finalmente trasladada tras la multitud de catástrofes naturales que la arrasaron, es hoy día una bellísima ciudad declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1979. Comenzamos nuestro recorrido con una panorámica de la ciudad desde el Cerro de la Cruz. De aquí bajamos recorriendo primero las ruinas de la Iglesia de la Candelaria, Santa Rosa de Lima, la Iglesia de las Capuchinas, hasta llegar a La Merced. Destacar aquí la recomendable visita del claustro adyacente (precio de 5 Q) donde se encuentra la antaño, fuente más grande de Centroamérica.
Bajamos por el Arco de Santa Catalina que desemboca en el animado Parque Central. De aquí visitamos la Catedral y sus ruinas (10 Q) y seguimos hasta Santa Clara y la bella Iglesia de San Francisco. Volvemos ya atardeciendo sobre nuestros pasos hasta la Plaza, unas últimas fotos desde el primer piso del Ayuntamiento y tiempo de descanso con un café…
Para la noche nos acercamos hasta la Plaza donde se celebra un multitudinario concierto de Malacates, un grupo local que hace buena música y que desde luego tiene volcada toda la ciudad. Disfrutamos con unas birras junto los guates para más tarde acabar en un local donde acabamos por ser la animación del mismo, La Sala. Una fiesta en Antigua en toda regla. (Unas fotos de la bonita ciudad y sus bellísimas iglesias y calles más adelante…)
Día 3.- Alrededores de Antigua
El día comienza con el desayuno del hotel a base de huevos revueltos, tortitas y fruta junto con el tradicional puré de frijoles (un desayuno chapín). Sobre las 8 Don Arsenio nos espera en nuestro bus y salimos a visitar varios pueblos de los alrededores. En un área de unos 20 Km existen pequeñas poblaciones donde disfrutar de las tradiciones guatemaltecas, no en vano Lonely recomienda el tour por estos pueblos en bicicleta.
Qué ver en los alrededores de Antigua
Nuestra primera parada a 7 Km en Ciudad Vieja, una pequeña población a los pies del volcán del Agua, antigua capital que fue arrasada por una inundación de lodo del mismo. Su máximo atractivo el albergar la que es la catedral más antigua del país, de 1534. Tras ello y a poco más de 4 Km, San Antonio de Aguas Calientes, famoso por sus tejedoras con un vistoso mercado de artesanía. También cuenta con una pequeña iglesia y un mirador en el que paramos para unas fotos.
Arsenio nos recomienda la visita de una granja dedicada al cultivo de nueces de macadamia, Valhalla, y ese es nuestro próximo stop. La visita es gratuita y nos explican todo el proceso de producción y comercialización de estos frutos. Desde aquí una parada en la Finca Colombia, un cafetal en el que paramos para conocer todo sobre el café. El precio 15 dólares (120 quetzales) y la explicación de dos horas muy detallada a través de los vistosos cafetales. ¡Que buenas fotos nos salieron!
Hora de comer y para ello, subimos hasta la cercana población de San Juan del Obispo que cuenta con un mirador de Antigua y una bonita iglesia. Probablemente con el interior más bonito de cuantas llevamos visitadas. El pueblo es famoso por otra parte por la producción de chocolate. Y en la misma plaza, junto a la iglesia nos montamos un tremendo picnic. (Unas fotillos de estos tradicionales pueblos guates más abajo…)
Bajamos de nuevo a Antigua, es fin de semana y en el mercadillo del Carmen, las artesanas exponen su trabajo a la venta en la calle. Un rato de regateo y algunas compras. Otra parte del grupo opta por visitar la antigua Compañía de Jesús, en la actualidad sede de la Agencia de Cooperación Española que cuenta con parte de sus claustros dedicados a tal menester. Un café en el Rte. La Condesa en la Plaza, un paseo por las animadas calles de la ciudad y cena en el Rte. San José por unos 7 euros por persona con buenos platos a base de carne asada y pollo frito. Cansados de todo el día hoy vamos pronto a la cama. (Tremendamente colorido el mercado, compartimos unas fotos al final)
Día 4.- Monterrico
El trayecto hasta Monterrico son unas dos horas y media así que salimos temprano. De camino son bonitas las vistas de los volcanes circundantes a la ciudad de Antigua, el volcán del Agua, el volcán de Fuego y el volcán Akatenango. Nos alojamos en un resort previamente contratado en el precio, el Dos Mundos Pacific Resort, un paradisíaco hotel en la costa del Pacífico.
Las instalaciones con una piscina frente al mar y la amplitud de sus habitaciones a modo de cabañas individuales hacen que pasemos un magnífico día. Al mediodía caminamos los quince minutos que nos separan del centro de Monterrico y llegamos hasta el restaurante recomendado por Lonely, El Pelicano. La experiencia decepcionante por precio y por calidad, unos 20 euros por persona en una comida a base de espaguetis, no lo recomendamos. De vuelta un paseo por el centro nos muestra varios locales de comida en la animada calle que conduce hasta la playa que probablemente vendan mariscos y pescados a precios más razonables.
Para la tarde una parte del grupo opta por la experiencia de visita al Tortugario de Monterrico (Centro de Estudios Conservacionistas de la Universidad San Carlos, CECON), cuyo atractivo final reside en el apadrinar uno de estos graciosos animales por un euro y soltarlo al Pacífico. El precio de la visita es de 40 quetzales y tal vez no merezca la pena, sin embargo la experiencia final de liberar una pequeña tortuga en el mar por el euro que se reinvierte en su conservación, si les gustó. El resto optamos por volver al hotel y a eso de las seis disfrutamos de una magnífica puesta de sol. Pacífico, piscina, tortugas… ¡Fotazas!
Por 165 quetzales cenamos en el restaurante del hotel a base de pargo con postre incluido. No es ninguna maravilla lo que nos ofrecen y nos vuelve a parecer caro para la calidad de lo servido. Un rato después de la cena decidimos con un roncito local, finalizar el día, mañana toca un madrugón importante.
Día 5.- Lancha al manglar de Monterrico y noche en Antigua
Antes del amanecer partimos en un tour previamente contratado en el hotel para visitar con lanchas el manglar de la zona. La excursión nos cuesta 75 quetzales por persona, la hemos contratado en el hotel y tal vez hubiera sido más económica en el propio pueblo. Los manglares pantanosos, una red de 25 lagunas, forman parte del canal de Chaquimulilla y nos embarcamos en ellos sobre las seis de la mañana. El guía nos va presentando las distintas especies de aves, garzas, cigüeñas, patos, pelícanos… y terminamos en un lugar alejado donde disfrutamos de un espectáculo natural imborrable, con una desbandada de pelícanos increíble.
Son las 8 AM y dos horas después estamos de vuelta en el resort donde disfrutamos del desayuno y de la próximas horas frente al Pacífico, nuestro check out a las 13 horas y vuelta a Antigua. De camino un picnic de carretera para comer…
Las 16:30 y de nuevo en Antigua. Nos volvemos a alojar en el Hotel Posada Don Pedro e inmediatamente nos lanzamos a aprovechar nuestras últimas horas en la bonita ciudad. Junto al Arco de Santa Catalina, se encuentra la tienda de artesanía Nim Po´t donde además de disfrutar de una fabulosa exposición de fotografía de Jonh Kaplan nos feriamos con multitud de bonitos y baratos recuerdos. Camisetas, llaveros, libretas, máscaras, pinturas, tallas… y todos a precio fijo y marcado, una ventaja para los que huyen del regateo. Y para un recuerdo algo más especial se puede visitar la cerería Evelín del Pinal, fundada en 1872 y dedicada exclusivamente a la fabricación a mano de velas (eso si, ni se os ocurra llevarlas como equipaje de mano a la vuelta…).
Nuestro último paseo nos lleva al antiguo convento de Dominicos, hoy Hotel Museo Casa de Santo Domingo en la 3ª calle Oriente y nos parece una visita obligada a pesar de no aparecer como destacado en las guías. Una perfecta restauración de las ruinas del antiguo monasterio han hecho del mismo una maravilla para la visita, y suponemos un lugar perfecto para alojarse en caso de llevar un buen bolsillo.
Hubo quien aprovechó para la colada y es que en la 7ª Avda Sur con la 6ª calle Poniente podéis encontrar una lavandería que cobra 25 quetzales por lavadora y 25 por secadora, además de ser la que más tarde cierra. En caso necesario te devolverán tu ropa ya limpia en el hotel donde te alojes.
Nos acercamos de nuevo a nuestro Hotel y al Parque Central y hacemos un alto para una cerveza en el Whisky Den, buenos precios (25 quetzales dos Brahvas) y buen ambiente con música en directo según días. La cena en el Rte. Tacontento, el mismo local de comida mejicana donde disfrutamos de fajitas y tacos por tan sólo unos cinco euros cada uno. Tras el ajetreado día vuelta al descanso.
Día 6.- Lago Atitlán. Visita de Santiago, San Pedro, San Juan y San Marcos. Noche en Panajachel
Ruta de dos horas y media hasta Panajachel (“lugar de matasanos” que es una planta dicho sea de paso…). De camino hay un mirador con vistas al Lago Atitlán donde se pueden tomar bonitas fotos en un día despejado. Nos adentramos poco a poco en la región de Sololá (del maya “gran murciélago de agua”), donde la mayoría de la población viste sus trajes tradicionales con predominio de tonos lilas en las mujeres y los hombres lucen el símbolo del murciélago en la espalda de sus casacas. Sobre las 11 ya estábamos en nuestro hotel, Hotel Dos Mundos de Panajachel, situado en la famosa calle Santander de la villa y de nuevo con unas instalaciones ideales al igual que su homónimo de Monterrico.
Panajachel es la base para alojarse en el lago, cuenta con multitud de alojamientos, la mayoría en torno a la calle Santander, y dispone de un muelle de donde parten las lanchas para la visita del lago. En la propia calle un sinfín de puestos de artesanía y restaurantes. No exploramos el resto de la ciudad pues al parecer carece de atractivo.
El recorrido en barca por el lago Atitlán
En el hotel nos esperaba Cecilia, una muchacha de tacones de vértigo, que nos acompañaría hasta el muelle. Teníamos ya contratado el bote que nos llevaría durante todo el día por el lago, así que sobre las 12 horas ya andábamos embarcados. El precio 15 euros por persona y allí mismo se podría contratar, pues son varias las barcas que esperan a los turistas.
El lago de Atitlán se formó al parecer tras una enorme erupción que culminó en el inmenso lago. Con una profundidad máxima en torno a los 350 metros se haya circundado por 3 volcanes, el mayor el volcán de Atitlán con 3537 metros, y otros dos, San Pedro y Tolimán. Muchos pueblos, la mayoría con nombres de santos, circundan el lago. Nuestro recorrido calculado para unas 5 horas nos llevaría por Santiago Atitlán, San Pedro la Laguna, San Juan y San Marcos la Laguna.
Así que comenzamos con nuestra navegación por el hechizador lago, parando para algunas fotos en el recorrido. La primera parada Santiago Atitlán, quizá el más atractivo de todos por la numerosa comunidad indígena que allí habita. Al llegar al embarcadero numerosos guías turísticos te ofrecerán su servicio, sobre todo con la excusa de mostrarte la imagen del famoso Santo para los guatemaltecos, Maximón. Nosotros optamos por prescindir del guía, al parecer la localización de la imagen del santo cambia de casa en casa y hasta cinco nos dijeron que existían lo cual nos hizo sospechar de estafa.
La subida hasta la iglesia es una colorida cuesta donde las mujeres venden sus productos, primero numerosos puestos de artesanía y poco a poco, más cercano a la plaza principal, sus frutas y verduras. Una delicia para la fotografía.
Tras unos 45 minutos de visita de nuevo salimos en la barcaza en dirección a San Pedro, población en la que es difícil no tropezar con la nutrida comunidad hippy. Como mayor atractivo a parte de pasear por sus empinadas calles, la plaza con la estatua de San Pedro que visitamos. De aquí hasta San Juan que cuenta con algunas cooperativas de mujeres dedicadas a la confección de bellas telas que allí mismo se pueden adquirir y final en San Marcos donde comimos.
En San Marcos la Laguna existen numerosos restaurantes cercanos al lago con precios elevados, así que nos adentramos por la estrecha callejuela que sube hasta la plaza del mismo. Y allí encontramos un pequeño local regentado por locales, el Comedor mi Marquensita Susi, en el que por 25 quetzales sirven platos a base de carne, arroz y aguacate. Salimos a unos 4 euros con la merecida cerveza Gallo y unos helados como postre.
Ya de vuelta a Panajachel sobre las 17:30 horas y resto de la tarde dedicada a las compras y el ocio. En la animada calle Santander encontrarás todo tipo de coloridos y bonitos recuerdos, textiles, pinturas, calzado, hamacas… souvenirs que deberás regatear previo a la compra. ¡Que buenas fotos en un día tremendo!
Para la noche, Don Arsenio nos recomendó y acompañó en la cena a un local al final de la calle Santander en dirección opuesta al lago. Se trata de una pupusería, Restaurante Chero´s (amigo en San Salvador) dedicada a la cocina Salvadoreña y su tradicional plato, las pupusas, tortitas de maíz que rellenan con gran variedad de productos al gusto, champiñones, espinacas, carnes, quesos… una delicia para los vegetarianos y los bolsillos, pues no llegó a 4 euros nuestra cena, si bien hubiera quedado en dos euros de haber omitido toda la cerveza bebida. Una rato más tarde, de vuelta al hotel.
Día 7.- Iximché y ruta a Cobán
Por la mañana visitamos a primera hora las ruinas de Iximché, antigua capital de los Kaqchikeles, y que fue ruinmente arrebatada por los conquistadores españoles. La visita de los restos arqueológicos cuesta 50 quetzales por persona. Allí mismo tuvimos la enorme suerte de disfrutar de un ritual maya de ofrenda a los dioses en el que un reducido grupo de indígenas prepararon el altar y nos ofrecieron parte de sus ofrendas a base de maíz fundamentalmente (chuchitos o pequeños tamales de pollo y atol blanco, un espeso caldo cuya base es la flor del maíz). Con la sensación de haber contemplado una ancestral ceremonia nos subimos al bus para afrontar las siguientes 7 horas hasta Cobán… Fotos, fotos, fotos…
Llegada sobre las 18 horas a Cobán, una ciudad con poco atractivo turístico en si, pero donde puedes pasear por las animadas calles aledañas a la iglesia catedral. Nos alojamos en el Hotel Posada Don Antonio, bien situado y bonito aunque tal vez algo más descuidado por viejo que los anteriores. Cerca del hotel una lavandería “Doña Berty” cuya atenta dueña vive justo encima y alardea en la publicidad de “abierto 24 horas”. También muy cerca, en dirección a la catedral un cajero y en la propia plaza algunos más.
Un breve paseo por el centro nos lleva primero a una cafetería en la plaza “La Esperanza”, donde sirven unos expresos exquisitos y más tarde a la hora de la cena. Elegimos un restaurante con amplio patio interior de época colonial en el que sirven parrilladas, La Casa del Monje. Probamos el salchichón Cobanero y la salchicha chapina, además de unas buenas carnes de res, llamada aquí puyazo, al centro. El precio sobre 10 euros por persona; el único pero, la lentitud del servicio, llevándonos hasta dos horas el cenar. Con todo y con ello nos vamos pronto a la cama.
Día 8.- Grutas de Lankin y Semuc Champey
Cobán destaca por la producción de cardamomo que trajeron las colonias alemanas en su migración, pero el principal reclamo turístico se encuentra a unos 60 Km: las cuevas de Lanquin y el bello paraje natural de Semuc Champey.
Pretendemos salir pronto para aprovechar el día, pero nuestra primera decepción llega en el desayuno en el hotel, tardan casi una hora en servirlo, así que a pesar del madrugón no logramos salir antes de las 8 AM. Los 60 Km de recorrido hasta las grutas nos llevan poco menos de dos horas, el buen estado de la carretera no evita que andemos por una ruta que atraviesa bellos valles y montañas y de numerosas curvas. Además los 11 Km finales que llevan hasta las mismas son de tierra y el estado puede variar según las lluvias, que en esta zona son frecuentes.
Nuestra segunda decepción viene de la visita a las cuevas de Lanquin. La entrada son 30 quetzales y en un principio no nos ofertan guía para la visita. Inmediatamente nos damos cuenta del error de intentar la visita por nuestra cuenta y riesgo. La iluminación de la gruta no existe (imprescindible hacerse con una buena linterna) y la señalización es nula. Así que finalmente contratamos a un joven como guía por “la voluntad” (al final optamos por darle 50 quetzales)
La ruta lleva unos 30-45 minutos en el interior de la gruta, el suelo es tremendamente resbaladizo, en absoluto preparado para las visitas y las formaciones se encuentran en muy mal estado (el propio guía nos anima a subirnos a tal o cual roca para la foto). En definitiva una visita más que prescindible por lo peligroso de la misma y el mal estado de conservación de la cueva. A pesar de no gustarnos echamos algunas fotillos…
Tras ello, recorrer los 11 Km que nos separan de Semuc Champey se nos pone cuesta arriba, por el mal estado del firme. Así que Don Arsenio prefiere no arriesgar con el bus y negociamos el trasporte en camioneta hasta el Parque. 25 quetzales por persona y un camino duro aunque divertido en el exterior trasero de la pic-up tienen la culpa. Una hora más tarde estamos en el bellísimo parque. La entrada 50 quetzales.
Imprescindible ropa de baño y aconsejable llegar con algo de comida preparada, únicamente encontraréis algún pequeño puesto de comida local. El parque está formado por una sucesión de vistosas pozas generadas en el curso del río Cahabón. Perfectamente cuidado y rodeado por un frondoso bosque subtropical. El baño en cualquiera de las pozas es increíble y tras el aperitivo llegamos hasta el final del parque por un tranquilo pasadizo de madera donde disfrutas de la vista de una bonita cascada.
Hasta ahí totalmente relajado, la cosa se complica si quieres subir al mirador desde donde las vistas de las pozas y el río son impresionantes. Un sendero cuesta arriba que nos llevó unos 30 agotadores minutos de subida y unos 15 de bajada pero que mereció la pena. Por supuesto que le dedicamos un tiempo a tirar fotos
Una pena que sobre las 15 horas tomábamos de nuevo nuestra pic-up hasta el cercano pueblo donde nos esperaba Don Arsenio para retornar a Cobán. Dos horas más tarde llegada a Cobán. Cena en el Restaurante la Abadía a escasos 50 metros de nuestro hotel. A base de comida venezolana riquísimo y por 12 euros. Como curiosidad pudimos comprobar que aquí la gente sale armada a cenar…
Continuará…
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4 comentarios en “Guatemala. Antigua, el Lago Atitlán, el Pacífico, Iximché y Semuc Champey”
Gracias José le di una mira dita a la pagina mañana que dispongo con mas tiempo la leeré pero se ve genial nuevamente GRACIASSSSSS
Que pasada de diario!! Que INCREIBLE viaje!!
Cuantos recuerdos me trae leer y ver cada una de las fotos……
Tantas anécdotas…
Tanto Gallo y Botrán…
Tantas canciones…
Es un auténtico gustazo rodearse de AMIGOS como vosotros.
¡Guau! Encantada y deseando ver esa segunda parte…Pero lo que más me apetece es volver a escaparme a algún destino con todos vosotros.
Gracias
Tremendo viaje a un país que resultó ser la más fantástica de las sorpresas! Increíble la compañía, buenos amigos e infatigables viajefilos! Espero que os guste y sea de utilidad, en una semanita ¡La segunda parte! Flores, Tikal, Copán…
¡Gracias Carmen, Jaume, Pedro, Lola, Carlos, Bea, Pablo, Rosana, Pura, Irina, Pilar y Vero! ¡¡¡Os quiero!!!