Una semana en Tanzania con niños. Parte II

IDespués de los primeros días de contacto con la vieja Africa y habiendo disfrutado de la visita y safaris en la zona oeste del Kilimanjaro, el paso por Lago Manyara y llegado al cráter del Ngorogoro… todavía eran varios los días que nos quedaban de safari con la familia. Además, pudimos disfrutar de las visitas de algunos mercados y poblados masais además de una escuela donde los adultos parece que disfrutaron tanto o más que los niños… Aquí van los enlaces de este fantástico viaje a Tanzania con las peques que os estamos contando:

DÍA CINCO. Parque nacional del Serengueti

Para entrar en el Serengueti pasamos de nuevo por el Área del Ngorongoro. Subimos al cráter y lo bordeamos hasta dejarlo a nuestra derecha. Así entramos en el Parque del Serengueti, situado en el Gran Valle del Rift, entre las tierras altas del Ngorongoro, el lago Victoria y la frontera norte con la Reserva Maasai Mara en Kenia.

Un camino muy entretenido, un paisaje totalmente diferente al de ayer porque la niebla lo cubre todo. En una parada técnica para “marcar territorio” (hacer pis), aprovechamos para la demostración práctica de la simbiosis entre una de las especies de acacias y las hormigas. Son una especie de cactus, con unos pinchos como agujas de coser lana, y que tienen como unos frutos en forma de bolas que están llenas de hormigas. La acacia les da cobijo y éstas impiden que las jirafas las coman.

Y en esas estábamos cuando aparecen 3 niños maasais. Risas, fotos, charlas de aquella manera (nuestro guía sólo parlotea el maa y ellos apenas hablan kiswahili). Y de repente, se sacan de no sé dónde dos huevos de avestruz. ¡Vaya! Grandes y duros como una piedra, parecen hechos de mármol. En realidad está prohibido alterar los elementos de la naturaleza, y ellos lo saben, pero… Y sin darnos cuenta, a nuestro lado hay otro niño más… En fin, nos despedimos con 1000 chelines de intercambio y seguimos rumbo.

Niños masais orgullosos de sus huevos de avestruz

En el Serengueti no hay tribus viviendo: es un parque nacional, así que está prohibido vivir (y por supuesto, cazar). Sólo hay guardas y turistas. Con una altitud que varía desde los 920 hasta los 1.850 metros sobre el nivel del mar,el Serengueti está formado por llanuras de ceniza volcánica, con numerosa roca granítica, que a su vez conforma miles de hectáreas de sabana, llanuras, bosques y ríos.

Y tras los papeles y nada más pasar la puerta, un guepardo. ¡Uau! La verdad es que la suerte hoy también nos acompaña. Vemos chacales, hienas, hipos, miles de gacelas, miles de ñus y miles de cebras en su migración. Manadas enormes. Familias de elefantes con bebés pequeños pequeños. Dos leones durmiendo la siesta. ¡2 leopardos! ¡Ya tenemos los cinco grandes! Aunque creo que el premio gordo es haber visto a una leona en plena acción: acechando escondida, acercándose, un primer intento torpe… Y de repente, ¡zas! Un ñu. La lucha por la vida y la leona asfixiándola por el cuello hasta la extenuación. Pasados unos minutos y cuando ya no se mueve el ñu desde hace rato, la termina de ahogar cerrándole la boca otro rato. Tras asegurarse de su muerte, llega el descanso. Un rato recobrando el aliento y ¡a comer! Una pasada, la verdad.

Elefantes del Serengueti

Después de este gran día, vamos hacia nuestro alojamiento por una parte verde y boscosa, llena de acacias amarillas. Más cebras, ñus y gacelas que serán nuestras vecinas esta noche. El Kati Kati Camp es eso, un campamento de tiendas, más rústico aún que el Tembo. La ducha funciona con un sistema de cubo y manguera que te tienen que llenar. Una delicia. Naturaleza 100%. También fuego de campamento, como la otra noche. Comedor resguardado y techado con tienda, pero a la intemperie. ¡Uhmmm! Lo voy a disfrutar bien. Los Kati kati son muchos campamentos diferentes. El nuestro era el de Nyaruboro. Según se van quedando sin clientes o en época de lluvias, se vacían y se levantan, volviendo a montarlos de nuevo al regresar los turistas.

DÍA SEIS. Parque nacional del Serengueti

Amanece con un sol espléndido, aunque hace fresquito, como cada mañana. Hoy, Serengueti 100%, con comida y descanso en el campamento antes de salir de nuevo a safarear. El regalo del día de hoy son los cocodrilos, que hasta ahora no habíamos visto. Vemos pocos felinos (leopardos y guepardos), salvo hienas y leones. Miles de ñus y cebras migrando. Y buitres en acción intentando devorar cadáveres de ñus, muertos sin haber sido cazados, atrapados en el fango (les cuesta mucho comérselos porque no pueden romper su piel con sus picos). Lagartos, también nuevos para nosotros. Y dos mangostas pequeñas y rápidas.

Una lluvia a medio día nos sorprende durante a siesta, dejando aroma a tierra mojada.

Manada de ñus junto al río, Serengueti

Y la tarde gris y fresca nos deleita con una experiencia increíble. Los rinocerontes están muy protegidos porque no hay muchos. Tienen un área donde viven, especial para ellos, vigilada por los guardas continuamente para que no entren depredadores y se coman a las crías, que hay tan pocas. Pues resulta que una hembra ha parido hoy mismo, pero fuera de su área, donde el baby es presa fácil para cualquier animal cazador. Así que los guardas han estado atosigándoles para empujarles hacia su zona. La rino madre se ha puesto nerviosa y ha salido corriendo, así que los guardas han cogido a la cría abandonada y se han puesto a perseguir a la madre, dirigiéndola hacia su área, para darle a la cría cuando estuviesen a salvo. Pues toda esa segunda parte la hemos vivido en directo. ¡Madre! ¡Ha sido emocionantísimo!

Y después de toda esa aventura, a 500 metros del campamento, cuando ya no mirábamos ni buscábamos nada, Domi nos ha descubierto un leopardo en una rama de árbol. ¡Vaya final!

Después de las duchas con ese rudimentario sistema de cubos, fuego de campamento con 3 búfalos compartiendo historias con nosotros, cena y sobremesa. Y ¡a dormir!

DÍA SIETE. Parque nacional del Serengueti

Acabamos nuestra estancia con otro safari por la mañana. Vemos pocos animales, pero al final salen a tumbarse al sol dos leones y una leona. Y de lejos, jirafas, elefantes, miles de ñus, como siempre; gacelas, cebras. Y entre una mandada de babuinos, un mono colobo, blanco y negro, que procede de tierras muuuuy lejanas. Domi no podía imaginar cómo ha podido llegar hasta aquí. Pero lo curioso es que su instinto le hacía quedarse con los de su especie, mientras que los babuinos no hacían más que echarle, pues es tan llamativo aquí, que para supone un riesgo enorme que se quede entre ellos. Curioso, y parece que raro, de ver.

Hemos estado en la zona rocosa del parque. Hemos visto pinturas maasai de cuando vivían allí (antes de constituirse como parque nacional en los años 50), los Maasai Kopjes. Y hemos podido explorar una de las formaciones rocosas, que a su vez sirve de mirador. Hemos visto muchas lagartijas o lagartos pequeños, diferentes a las nuestras, y el lagarto rojo y azul. En ella, hay una roca especial,, la “rock gong”, que golpeándola con una piedra suena metálico, como un xilofón.

Maasai kopjes

El picnic lo hemos hecho en el centro para turistas, con mesas y sombrillas, baños y bar. Allí hemos conocido a los damanes, unos mamíferos parecidos a roedores, pero que no los son, sino mas bien similares al a familia de las marmotas. Además de una especie de museo al aire libre, que es un recorrido curioso por diferentes estaciones con estatuas metálicas de animales, paneles informativos, y alguno que otro interactivo. Muy chulo, aunque es el único lugar del viaje donde hemos encontrado miles de mosquitos… No se si picarían o no…

El aeropuerto está al lado (zona central del Serengueti). Un pequeño avión (¿?)/avioneta (¿?), nos ha llevado hasta el aeropuerto internacional de Kilimanjaro. Y aquí ya, facturaciones, controles, shopping con los últimos chelines, espera… La experiencia de la avioneta es espectacular, aunque un poco mareante para los sensibles, como yo. Pero en un viaje de sólo una hora larga, se puede controlar y es una auténtica pasada.

Los vuelos de vuelta con KLM (Arusha-Ámsterdam; Ámsterdam-Madrid), un poco peores en cuanto a espacio en avión y calidad de comidas.

Fin del viaje

PRECIOS

A pesar de las grandes cantidades que vais a leer a continuación, en el fondo, si se piensa todo lo que está incluido en ellas, durante seis días completos (billetes de avión, seguro de viaje con Mapfre, estancias en hotelazos, todas las comidas incluidas, agua durante todo el día, coche único con guía en español 24 horas sólo para nuestro grupo, vuelo en avioneta, entradas a parques, etc…), no es tan caro.

Las niñas han sido 1850 euros; desde España, los adultos 3400 euros; desde Abu Dhabi 2410 euros.

Los recuerdos, suvenirs, abalorios, joyitas, etc…, en proporción, sí son más caros que en otros países turísticos o que lo que te podrías imaginar que debían costar. Un poco desproporcionado. Casualmente y de manera curiosa, los mejores precios los hemos encontrado en una de las varias tiendas del aeropuerto de Kilimanjaro, Arusha.

CONCLUSIONES

Un viaje como éste es espectacular. Es totalmente recomendado para niños. Es más, creo que apto para todos los públicos (Domi nos dice que los americanos que le llegan son de 80-90 años…). Salvo que hay que tener en cuenta varias cosas:

-Es un viaje SIN wifi.

-Se pasa muuucho tiempo en el jeep (ojo los peques que se aburran, los altos o gordos que vayan incómodos, los que se mareen (aunque yo no lo he hecho en ningún momento y sin biodramina), etc…).

-Subimos y bajamos del jeep muchas veces (ojo los torpes).

-Se marca territorio (hacer pis) muchas veces en el suelo, en un árbol, en la rueda del coche (ojo los escrupulosos).

Y creo que por todo lo demás, totalmente recomendado. Divertido, enriquecedor, didáctico, diferente, espectacular.

Cosas que, a posteriori, haría diferentes con los mismo días de viaje:

-Mezclaría más actividades con safaris. Ejemplo, pasaría una mañana visitando Arusha. Dicen que no tiene gran interés turístico, por no decir nulo, pero paseando por sus calles se puede apreciar cómo es una típica ciudad africana: animación continua con peatones, comerciantes, vehículos, mercados llenos de actividad, colores por doquier.

-Hubiese ampliado una noche la estancia en West Kilimanjaro a costa de un día en Serengueti. Sinya, la concesión de West Kilimanjaro ofrece la posibilidad de hacer caminatas a pie, y a los jeep, salirse de los caminos para acercarse a los animales (sólo porque hay mucho menos tráfico de turistas).Incluso se puede hacer un trekking al plateau de Shira, a 3000 metros de altura, en la base del Kilimanjaro (la entrada al Parque Nacional hay que abonarla de nuestra parte).

El contacto de Domi, nuestro guia: domymaji@gmail.com TLF 683 25 22 34 (whatsapp).

Dominick D Maji. PO Box 16389, Arusha, Tanzania.

La empresa con la que trabaja es KIBO guides, DMC&Events (kiboguides.com).

La empresa de los hoteles: Tanganyka Wilderness Camps.

La empresa de viajes con las que contratamos todo el nuestro y nos lo organizó perfectamente: DeViaje. (Además a la vuelta, en cuanto se enteró del tema del billete, en seguida pidieron disculpas y reembolsaron los 50 euros).

Y sólo me queda agradecer de manera infinita a mi hermana Elena este maravilloso viaje en familia a esta maravillosa tierra. Has hecho posible algo grande, para recordar siempre. Gracias, te quiero.

Picture of Sonia
Sonia

¿Te ha gustado nuestro post? ¡Déjanos tu opinión o cuéntanos tu experiencia!

2 comentarios en “Una semana en Tanzania con niños. Parte II”

  1. Gracias Sonia por tu historia y por tus fotos. Ahora que andamos moviéndonos por Africa todavía me gustan mucho más de cabe. Ya sabes, creo que tus hijas son las más suertudas del mundo mundial! Sigue paseándolas por el mundo, nada enseña más…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Responsable: José Luís Bauset +info
Finalidad: Compartir recomendaciones de viaje. +info
Legitimación: Consentimiento del interesado. +info
Derechos: Tiene derecho a acceder rectificar y suprimir los datos. +info
Información adicional: +info

Scroll al inicio