Ya quedaba menos de aquella semana que teníamos para conocer Mongolia, tan solo 7 días para viajar a Mongolia que estaban siendo más que aprovechados. Habíamos recorrido algunos bellos parques nacionales y visitado la antigua capital de Gengis Khan, pero todavía teníamos algún bonito reto por delante. Los enlaces de cuanto fuimos visitando aquellos días…
1 El parque nacional de Gorkhi Terelj y el Monasterio de Aryabal
2 El parque nacional de Elsen Tasakkhar
3 Kharkhorin y el valle de Orkhon
4 El Monasterio de Tuvkhun y el parque nacional de Hustai
Día 19. Viernes 16 de Septiembre. Valle de Orkhon-Monasterio de Tuvkhun-Lago Ügii
Aunque en la yurta la noche no ha sido demasiado mala, fuera ha llovido y corre un gélido viento con lo que la sensación térmica es mucho peor. El fuego ha mantenido el habitáculo más o menos a buena temperatura. Por la mañana vuelven a encenderlo y comenzamos a notar que ya sobran los térmicos. Asomarte durante el amanecer a tan vasta extensión de tierra te hace comprender algunas cosas… Habíamos leído que la tierra aquí carece de propiedad, puedes plantar tu tienda donde quieras, cosa que no comprendíamos en la masificada ciudad de Ulan Bator. Pero aquí la cosa cambia, en la inmensidad de la pradera, se ven yurtas a lo lejos muy separadas unas de otras, es difícil pensar en una disputa aquí por el terreno. Pablo decide llegar hasta las cascadas para echar unas fotos, será que quiere celebrar su cumpleaños en la intimidad… El resto desistimos, acurrucados por el frío.
Desayunamos sobre las 9 de la mañana y cantamos el cumpleaños feliz de Pablo en la yurta junto al fuego.
Entre unas cosas y otras, fundamentalmente la demora la provocan los conductores cargando los vehículos, salimos sobre las 10:30. Hoy está nublado y estamos deseando que se despeje y ver el sol, más que verlo, que nos caliente. De nuevo en camino, sin carretera marcada, por infernales baches por el valle de Orkhon. La van sin tracción a las cuatro ruedas tiene algún momento de apuro tras las lluvias de la última noche y el barro que dejó, pero sale airosa del trance. Subimos estribaciones imposibles, cruzamos por improvisados puentes y llegamos hasta cimas donde se pierde el horizonte. Dos horas muy duras en los coches pero impresionantes. En lo alto de un risco, improvisamos la comida.
MONASTERIO DE TUVKUN
Paramos para visitar el Monasterio de Tuvkhun, un trekking de unos 4 km la ida y otros 4 km la vuelta. Situado a 2312 metros de altura fue fundado en 1654 por Zanabazar y en los 30 años que residió en el mismo, cuentan creó el Soyombo, símbolo de Mongolia. En la actualidad es un lugar de peregrinaje para el pueblo mongol. Ascendemos a través de un bosque de pinos maltratados por el clima. El camino, sin señalizar, se intuye fácilmente y sigue siempre hacia arriba, lo cual lo hace duro en tramos. Tal vez sin guía puede haber algún sitio donde es fácil equivocarse. Nos llevó una hora y cuarto llegar a ritmo tranquilo. Arriba, una suave niebla nos recibe. Es Septiembre y, una vez arriba, la muchacha nos comenta que en este mes suele estar cerrado. De todos modos busca al guarda para tratar de hacer la visita del interior de los pequeños templos. La estructura de madera exterior tal vez no merece la pena el esfuerzo, pero la importancia histórica y el agradable bosque que cruzamos nos hace cambiar de idea. Finalmente localiza a la guarda y podemos acceder al interior. Unas estancias antiguas que nos dicen utilizan en ocasiones especiales. En general poco cuidado.
El monje que cuida el templo nos invita a su ger y a probar el airag, leche fermentada de caballo mezclada con alcohol, prometo que nunca volveré a probarla…
El descenso nos lleva en torno a una hora. Una vez en el camino y junto a los coches, sacan una mesa y unas sillas de camping y allí, enmedio de un enorme paraíso comemos lo que ya traía cocinado Kertel. De nuevo las empanadillas mongolas, una ensalada con pepinillos y salchichas y unas sopas que nos reconstituyen.
Son las cuatro de la tarde y salimos hacia el Lago Ügii. Las dos primeras horas son una auténtica tortura para nuestras espaldas. Es imposible saber cómo se aclaran con la dirección a tomar y se limitan a un rumbo, eligiendo el aparente tramo con menos piedras. La monotonía del paisaje en este trozo es desesperante, en broma planteamos jugar al “veo veo”, para matar el tiempo. Por la C, caballo, por la V, vaca, por la Y, yurta o yak… ¡Y se acabo el juego!
Unas dos horas más tarde de atravesar la nada, vemos una carretera, imposible describir lo que sentimos… Pero es un fiasco, asfalto en penísimas condiciones por el que siguen dando tumbos los vehículos. Con el tráfico que lleva, no parece rentable mantenerla.
Las siete de la tarde, tres horas más de coche y… ¡Aparecemos de nuevo en Kharkhorin! Justo lo que le dijimos que no queríamos. Esta mañana nos plantearon que si íbamos más o menos bien de tiempo, con el tiempo de trekking incluido, llegaríamos a dormir en el lago. En caso contrario volveríamos a Kharkhorin a dormir de nuevo en las yurtas del segundo día. Elegimos hacerlo más rápido y llegar al lago, pero cuál es nuestra sorpresa que nos traen aquí, a pesar de que no hemos perdido más tiempo que el que ellos han decidido, saliendo más allá de las diez. Quedan 70 km para el lago y no estamos dispuestos a más kilómetros. Así que con un cabreo monumental nos quedamos aquí y veremos qué hacer mañana el ultimo día del tour. ¡Pésima organización!
Lo que nos perderemos, el Lago Ügii, pequeño lago de 25 km cuadrados rico en pescado. Dicen que se pueden extraer hasta 50 toneladas de peces al año sin dañar el ecosistema. En la orilla oeste, las ruinas del Monasterio Chilin del siglo XVII, actualmente rodeado de agua. El lago, igualmente consiste en una escala habitual de los flujos migratorios de aves. En fin, todos pensamos, que para la próxima…
Así que con el correspondiente mosqueo que duró poco la verdad, nos dispusimos para la cena y a celebrar el cumple de Pablo, esta vez con un vino mongol que más bien dulzón, no termino de gustar (tampoco esperábamos que lo hiciera). Después y como cada noche en las últimas, a ver si hacía menos frío que la anterior…
Día 20. Sábado 17 de Septiembre. Kharakhorin-PN Hustai-Ulan Bator
Desayunados y preparados a las 9 AM como se había comprometido Kertel (creo que cada vez la llamábamos de una manera…). Salíamos del ger camp Munkhsuuri, la verdad que bastante cómodo, con duchas y una Salita donde sirven las comidas y cenas acondicionada para lo que teníamos visto por aquí. La idea, recorrer las seis horas hasta Ulan Bator y en función del tiempo y el clima, había amanecido con amenaza de lluvia, visitar el PN de Hustai. Definitivamente abandonábamos la posibilidad de visitar el lago Ügii, la idea de meternos la paliza de coche otra vez en sentido contrario no nos apetecía.
Y efectivamente, después de la charla de ayer, no sabemos si por ello o por las ganas de los conductores de volver a sus casas, aquella mañana salíamos temprano, quince minutos antes de lo previsto. Unos 350 km por delante, esta vez asfaltados… Unas dos horas de camino y parada para el aseo y cigarrillo. Parece que el hombre entiende que nos chifla mear en el campo, no es que hayan muchas opciones pero elige siempre la peor. Tras cuatro horas, comida, en el sitio que paramos a la ida hacia el oeste.
PARQUE NACIONAL DE HUSTAI
El tiempo sigue muy torcido, con lluvia todo el camino y frío, aún así decidimos parar en el PN de Hustai antes de seguir a Ulan Bator. Son las 14:30 y quedan unos 80 km a la capital. El desvío desde la carretera hasta la entrada al parque son unos 13 km, de nuevo de camino al infierno mongol. El PN de Hustai se ha hecho famoso a raíz del empeño de un holandés y un mongol por recuperar una rara especie de caballo, los Przewalski, Takhi vulgarmente, que allá por los años 90 estaban prácticamente desaparecidos (solo quedaban algunos en zoos). En 1992 se introdujeron 15 cabezas de estos pequeños cuadrúpedos en él área y poco después se consiguió la declaración de la zona como área protegida y parque nacional. En la actualidad algo más de 200 caballos habitan el parque nacional en libertad, en torno al 10% del total que todavía quedan en el planeta. La protección del ecosistema ha permitido también la progresión de otras especies como las marmotas, las gacelas y ciervos o las águilas.
El recorrido en el parque se hace en vehículos a través de unos caminos determinados que están estrictamente prohibidos abandonar. Tampoco se permite acercarse a menos de 200 metros de los caballos. Entrábamos tras una parada técnica, en el área de entrada hay baños en muy buenas condiciones, sobre las tres y cuarto. Seguía nublado y lloviznaba. Tras una hora en que conseguimos ver un caballo muy a lo lejos y ya cuando tirábamos la toalla, otros cuatro mucho más cerca. Además vimos algunas graciosas marmotas eso sí. Con ello emprendimos la vuelta. Tal vez al amanecer o ultima hora de la tarde sean mejores momentos para conseguir verlos, cuando se acercan a los abrevaderos naturales.
Nuestro tour por Mongolia terminaba con los 90 kilómetros que teníamos hasta el Danista Nomads Hostel.
Para la noche y después de una buena, que digo buena, tremenda ducha, salimos a cenar al pub-restaurante irlandés de enfrente del Danista. La amplia carta y los días de mal comer en la estepa bien lo merecían, además una vez pagado el tour, llevábamos la friolera de ¡50 euros gastados en toda la semana!. Bien merecía algunas divisas más este país…
Habíamos recorrido una pequeña parte del país, cinco días no daban para más. Un recorrido que pretendió ser circular aunque salió un poco distinto a lo previsto. Mongolia tiene mucho que ofrecer para los amantes de la naturaleza, mucho más si no hubiera sido por los mal elegidos socios soviéticos que destruyeron el patrimonio del que fue el mayor imperio del planeta en el siglo XIII. Un país duro para recorrer, con escasísimas infraestructuras sobre todo en lo que se refiere a carreteras que son prácticamente inexistentes.
Conocer el modo de vida en sus yurtas y acercarnos a entender su tradición nómada nos fascinó, si bien no alcanzamos a entender cómo se puede sobrevivir en unas condiciones tan duras. Con parajes naturales increíbles como el Valle de Orkhon o el PN de Gorkhi Terelj sin duda es un lugar que merece la pena la visita. La esperada hospitalidad mongola, tan leída en otros foros, no fue tan exagerada como preveíamos. Tal vez ser un grupo grande que te empuja a encerrarte más o el respeto con que nos acogieron, impidió que esa cercanía se manifestará, sin menospreciar el trato recibido en todo momento. No tenemos claro si una estancia mayor y sin combinar algún otro destino es aconsejable, tal vez la monotonía del paisaje termine por saturar al viajero, en cualquier caso, combinado con el transiberiano o en una ruta con China, es ideal para conocer otra cultura tan radicalmente distinta de la nuestra. Aquellas ideas que traíamos de enormes extensiones, de gente esculpida por el frío y de un pueblo orgulloso del emperador que los hizo dueños del mundo, tal vez no estaban tan lejos de la realidad.
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2 comentarios en “Viajar por Mongolia IV. Monasterio de Tuvkhun y PN de Hustai”
Me gustraia formar parte del grupo de viaje
saludos
Hola! Gracias por tu interés en viajefilos. No tenemos un grupo de viaje ni destinos organizados. Hay una opción en la que los miembros de la red pueden montar su propio grupo. Es útil para compartir la info previa q sale en los preparativos de un viaje. Gracias por preguntar de nuevo.