El 2 de diciembre de 1971, Zayed bin Sultan Al Nahyan, “baba Zayed”, “our father”, como es llamado por los emiratís en la versión inglesa, convocó a las tribus del desierto y las unió en un solo país, constituyendo así, y en pocas palabras, los Emiratos Árabes Unidos. Son siete en total, Abu Dhabi la capital, your father su presidente hasta que murió en 2004, pasando entonces la presidencia a su primogénito.
Un poco antes de todo esto, en los sesenta, fue cuando empezaron a encontrar petróleo, pasando de chabolas en la playa como modo de vida a tener “lo más” en todo: el suelo de mosaico de mármol más grande del mundo, la alfombra de una sola pieza más grande del mundo, el hotel más caro del mundo (en su construcción, no en lo que vale alojarse), el edificio más alto del mundo, el hotel más lujoso del mundo (7 estrellas), y así…
Les encanta el derroche y aparecer en el libro Guiness de los records (no hace mucho quisieron demostrar que era en Abu Dhabi donde había más coches tuneados del mundo (a propósito del aniversario de la fundación de la nación, los coches los tunean con motivos nacionales, bandera, imagen de our father, etc…) y se montó un atasco enorme hasta llegar donde estaba el juez internacional que los contaba…). La cantidad de números en las matrículas de los coches varía entre siete cifras y una sola, y depende de lo que se haya pagado: cuanto más dinero, menos cifras, así todo el mundo sabe si tienes mucha pasta; los taxis siempre tienen cuatro. Presumen de sostenibilidad, pero el derroche de energía es bestial. Todas las luces dadas siempre, no apagan los coches cuando se bajan para que no se apague el aire acondicionado, que por cierto, está a temperaturas extremas, hay algunas papeleras de basura separadas en la calle, que luego mezclan sin pudor, pues no hay plantas recicladoras. Y así siempre.
Y tras esta breve introducción, vamos al viaje. Encontramos una oferta barata viajando a través de Londres (primero Iberia y luego British Airways, en resumen, la Alianza One World). Unos 415 euros/persona.
Lo mejor de ABU DHABI
El taxi desde el aeropuerto vienen a ser unos 80 arabic dirhams (al cambio un euro unos 4,11 arabic dirhams en el aeropuerto, aunque en casas de cambio puedes encontrarlo a 4.80 ad). Nos alojamos en casa de mi hermana, que en realidad es lo que provocó todo este viaje: visitarla.
Al día siguiente, día uno en realidad iniciamos el turismo de Abu Dhabi. Y lo iniciamos con un error. Quisimos ir andando a la zona de los mercados, en Al Meena. No está lejos (aunque las distancias siempre son más grandes de lo que parece), unos 30-40 minutos. Pero lo malo no fue la distancia, sino que no es país éste para caminar. No hay aceras, casi no hay sitios para cruzar, no está preparado para los peatones y hace un calor de justicia a pesar de ser invierno. Por ello entendimos pronto que el medio de transporte por autonomasia sea el coche: propio para los que lo tienen, taxi para el resto (hablamos de clase turista y media y alta).
Los mercados no merecen la pena. El de las verduras es colorido, el de los dátiles, útil si te gustan y quieres llevarte. Pero el de los pollos ni contarte y el de las alfombras, na que ver. Aquí no hay nada antiguo, nada. No busques un zoco tradicional como los que tienes en la cabeza (Estambul, Marruecos, Túnez, etc…). De hecho, los edificios que se va quedando antiguos (y hablamos de los 70 para acá), los derriban y construyen nuevos…
Después, taxi para el Heritage Village. Un espacio agradable en el que tratan de reproducir cómo era la vida antes. Un pequeño museo, unas reproducciones de los diferentes tipos de tiendas que usaban en el desierto o de las casas de la costa, de artesanía, de animales, de tipo de riego. Una gran terraza con vistas al mar y a todo Abu Dhabi. Entrada gratuita. Bien. Muy cerca del Teatro Nacional que es muy sencillo, bello y árabe. No está mal la visita.
Después un avituallamiento en un centro comercial cercano (insisto, relativamente), enorme, muy bonito y lujoso, con todas las firmas, las normales y las caras, el Marina Mall. Tiene una torre en el centro en la que el último piso es un restaurante en el que las mesas están sobre una plataforma que gira lentamente (360º en una comida aproximadamente). Y así tienes una maravillosa vista desde lo alto de toda la ciudad, que te cobran en el precio de la comida. En el piso anterior, tienes un restaurante, El colombiano, cuyas mesas tienen las mismas vistas, pero sin girar y un piso más bajo. Es decir impresionantes también. 3 limonadas de menta y una ensalada 104 ad, para haceros una idea.
La tarde y el atardecer lo dedicamos a la Gran Mezquita, Sheikh Zayed Bin Sultan Al Nahyan Grand Mosque. Las mujeres han de ponerse una abaya, no valen pañuelos cubriéndose ni otros inventos occidentales. Te obligan a llevarla. Las prestan con una fianza de 50 ad, que luego te devuelven. Las visitas guiadas, de unos 45-60 minutos, en inglés, son a las 10, 11 y 16.30h (los viernes no hay por la mañana y los sábados también a las 14h y 19h). La entrada, el guía, todo es gratis. Conviene llegar un poco antes porque es grande y antes del acceso principal, donde se forman los grupos para la visita guiada has de pasar a por la abaya. Merece la pena porque es muy bonita y moderna, aunque sin perder ni una pizca de su belleza ni grandiosidad. Se acabó de construir y se abrió al público hace tan solo 6 años. Tardaron 11 en construirla, y fue por orden de our father, quien tuvo la idea de hacer algo grande y hermoso que convocase a todo el mundo por igual, que tuviera materiales de todas partes del mundo y que estuvieran representados motivos de todas partes del mundo. El sistema de iluminación interior nocturno es muy original, por eso merece la pena la visita de las 16.30h y así se ve de día, atardeciendo y de noche.
Sangrilah es un hotel en el que paseamos un rato para admirar su belleza, al tiempo que su lujo, y que no está lejos de la mezquita. Tiene un zoco cubierto completamente moderno aunque con intención de imitar a los viejos. Curioso.
Muy bonito para visitar y admirar su lujo (oro en los capiteles, por ejemplo) es el Emirates Palace. Además tiene unos jardines preciosos por los que es muy agradable pasear, aunque nosotros lo tuvimos que vislumbrar desde fuera porque el día que fuimos estaba cerrado por un acto oficial…
Pasear en fin de semana por la Corniche es muy gracioso. Si el calor lo permite, claro. Te encuentras a familias, a ciclistas, a gente patinando o corriendo, columpios infantiles. Hay para alquilar bicis, triciclos o ciclos. Un trenecito infantil. La playa llena de emiratís, y expas (autodenominación de los expatriados, el 85% de la población de Abu Dhabi. Sólo el 15% es emiratí (y para serlo tienes que tener al menos 4 generaciones de emiratís, no vale con haber nacido aquí) ). las europeas con bikini, las demás con “burkini”. Luego tienes puestos para comer o tomar algo a la sombra. Nosotros paramos para ello en la gate 3. Estas son la mayoría playas públicas, aunque hay algunas de pago (10 ad) y otras sólo women&family. Así que ojo donde queráis bañaros…
Hay otra playa, más alejada y más cara (25 ad), pero que gusta más, Saadiyat Beach. Hay más brisa y olas, menos gente, aunque no hay nunca demasiado en ninguna (no es agosto en España). Por las tardes las familias emiratís hacen barbacoas. En las playas de la Corniche el agua es más tranquila y estancada sin llegar a serlo (no está sucia y es azul turquesa precioso), pero como tiene delante la isla artifical antisunami, no hay casi corriente ni olas.
El Central Market está rehabilitado por Norman Foster (que firma también dos torres con forma de flores) en zoco moderno a la vez que imitando los tradicionales. Muy bonito.
Yas Island está llenita de actividades. Empezamos por el Ferrari World (no lo hemos visitado), un parque temático alrededor del mundo de la fórmula uno. El Water World Arena es un parque de agua con diversión asegurada (tampoco hemos estado). El circuito de fórmula uno: el Yas Marine. Sólo está abierto al público los martes por la tarde. Pero si llegas hasta allí y te das una vuelta se puede apreciar una parte de la pista, las gradas, las casetas donde los pilotos descansan y se cambian (por fuera, claro), las zonas VIP y las cocheras (también de lejos). Además del puerto deportivo con todos los yatazos de los jeques, que por cierto, alucinas…Y por fin, el Viceroy Hotel, pedazo hotel en el circuito, precioso y moderno por fuera, todo lujo por dentro, con varios restaurantes diferentes para elegir si quieres darte un capricho .
Para comer y cenar en Abu Dhabi
Libanon Flowers. Clásico entre los “expa”. Un libanés algo bullicioso, con su terracita en plena calle, pero bastante agradable y barato (73 ad cena para 4, aunque sin postres).
La Boulanger, en el puente hacia el Marina Mall. (Cuando coges taxis no se dice la dirección exacta de donde quieres ir, con decir el lugar en concreto y una referencia cercana es suficiente). Comida medio internacional medio local en una terraza con vistas a Abu Dhabi y el mar. Muy agradable.
Butafish, en Hamdan Street. Un lugar en apariencia bastante cutre, pero en el que comimos riquísimo. Aviso: todo es pescado. Y puedes degustar el típico de aquí, genuinamente local: hamour, por cierto en riesgo de extinción…
Tomar un zumo (aunque también se puede comer) en la terraza del Central Market es muy agardable: Rawak coffe (4 zumos: 79 ad).
En la entrada 3 (gate 3) de la playa de La Corniche, puedes encontrar distintas terrazas para comer. Nosotros lo hicimos en un italiano, Rosina Bellina (210 ad unas bebidas, una pizza y un par de ensaladas).
Para salir por la noche, Abu Dhabi ofrece diferentes opciones. En principio sólo los hoteles, una cadena de supermercados (Spinnei´s) y un restaurante, sirven alcohol.
El Porter´s en el Grand Millenium Hotel para unas copillas.
Cuando cierra éste, se puede ir a un “afterhours” con fauna muy peculiar y curiosa, el Rock Bottom en el Hotel Capital.
Una terracita para copas: Crown Plaza Hotel.
El Cooper´s en Park Rotana Hotel ofrece restaurante y tras la cena, copa.
Un bar irlandés: el Tabern en Sheraton Corniche.
Para tomarse una hamburguesa con cerveza en una terraza: Hotel Le Meridan.
Lo mejor de DUBAI
Bueno, pues si lujo es Abu Dhabi, lo de Dubai ya es exagerado. Es el hermano loco, libertino, gastón, imprudente y derrochador. Se sumergió y se hundió en la burbuja inmobiliaria. Pero hermano mayor sabio y comedido Abu Dhabi, lo ha salvado en varias ocasiones. Así, para poder acabar el Burj Khalifa, el emblemático edificio más alto del mundo, hubo de prestarle el dinero. A cambio pidió que cambiase el nombre programado para la torre de Burj Dubai (Burj significa torre), por el de Burj Khalifa. La autovía que une los dos emiratos delata cuando cambias de uno a otro. En Abu Dhabi los laterales de la carretera están forrados de diferentes árboles que intentan frenar el paso de arena a la calzada; en Dubai deja de haber árboles. Pasan.
Se paga peaje. Pero no paras en ningún momento, no hay controles o barricas, no se coge tarjeta. Existen unos lectores electrónicos de matrículas, que ni ves dónde están, que cuando las leen, las registran y te mandan a casa la factura. Así no hay que parar ni frenar en ningún momento…
En Dubai, las cuentas en los restaurantes, taxis, etc… se toman la libertad de redondeártelas y te devuelven como si hubiese costado múltiplos de 5, y luego además de esa autopropina esperan la que tú des.
Pero resulta que Dubai sí tiene casco viejo. En el antiguo y original emplazamiento de la ciudad, han conservado unos y reconstruido otros, los edificios y construcciones típicas. Se ha quedado un barrio muy limpio, cuidado y nuevo (valga la contradicción), tal cual era antiguamente, Bastakylla. Super bonito y chocante con la imagen de Dubai que, al menos yo tenía.
Tanto Bastakylla, como el Museo de Dubai están en Bur Dubai. El museo merece la pena verlo. Hasta ahora es lo único que hemos pagado para entrar, 3 ad los adultos y 1 ad los niños. La verdad, está muy chulo y merece la pena.
En el mismo barrio se encuentra en zoco de las telas, Souk Al Kabeer. Un pequeño zoco más, de los miles que hay por el mundo árabe, donde realizar tus copras bajo unos bonitos techos de madera artesonados (por supuesto la mercancía y los comerciantes, todos de Estambul, India, Paquistán…).
El zoco se encuentra casi a orillas del Creek, que se puede cruzar por 1 ad por persona en unas barcas tradicionales (en nuestros días a motor) que utilizan los locales como medio habitual. Y en la otra ribera, encontramos el mercado de las especias, el Spice Souk, (aunque hay de todo) y por detrás el del oro, el Gold Souk. Curioso de ver no por tradicional y bonito, sino por admirar la cantidad de oro que pueden llegar a llevar los emiratís en todo tipo de adornos. Además de lo gracioso de los escaparates, con unos finos cristales como si lo que vendiesen fuesen chucherías. Claro, como al que roba se le corta la mano, no hay delincuencia…
También puedes contratar barquitos para paseos.
Por aquí tenemos también el Heritage, que nosotros no vimos, aunque por fuera tenía buena pinta, por haber visto ayer el de Abu Dhabi y tener programada la visita al museo.
Mencionar que en Bastarkylla picoteamos algo en un lugar muy chulo, XVA. Anunciado por fuera por dos esculturas redondas hechas con manillares oxidados de bicis, es un hotel- restaurante con exposición de obras de arte modernas. Pueden gustarte o no, pero desde luego son curiosas y le dan al lugar un aspecto pintoresco. Por lo demás la decoración es muy bonita y tiene un patio muy agradable. Si hace demasiado calor, alrededor del mismo hay unos anexos con ventiladores de techo que crean un ambiente algo más fresco y privado. Los salvamanteles son las hojas plastificadas del álbum de firmas. Dicen que el hotel es carísimo. El restaurante no es barato desde luego, pero merece la pena descansar un rato con una limonada de menta helada.
Para cambiar de zona cogimos el metro de Dubai. Lo que mejor sale son unas tarjetas individuales que puedes utilizar todo el tiempo que quieras, que adquieres por 20 ad y empiezas con 15 ad para viajes y que según vas gastando, vas rellenando con dinero. Si cuando las devuelves tienes más de 5 ad, te lo devuelven. Si no, lo has perdido. También hay tarjetas de 24h, pero tienes que hacer más viajes para amortizar. Existen 2 líneas de tren.
Así llegamos al Dubai Mall, otro centro comercial de esos que tanto les gusta, enorme y superlujoso. Por cierto, tiene un acuario que puedes ver desde fuera o pagar para visitarlo por dentro también, que tiene de curioso, además de miles de peces y tiburones, la lámina de metacrilato de una sola pieza más grande del mundo…
A través del Dubai Mall llegas, por un lado a la entrada turística al Burj Khalifa (el lema es At the Top), y por otro, a un lago artificial. Tiene de especial, que una vez anochecido, cada 30 minutos hacen un espectáculo de bailes de fuentes de agua con luces, increíble, variando de canción además en cada pase. Merece la pena sentarse a cenar en algún restaurante de por allí, el Emaar Boulevard, pudiendo así apreciar 2-4 veces el espectáculo. Nosotros lo hicimos en el Urbano. Un italiano con rica comida y precios adecuados al sitio donde estás. De especial diré que masticando me encontré dos trozos de cartón. Y tras miles de disculpas de encargados, jefes y demás, nos invitaron a los postres. Aún así 4 pizzas con bebidas salieron por 250 ad.
En Dubai nos alojamos en el Xclusive Maples Hotel Apartaments, un apartahotel que nos habían recomendado, de dudosa calidad viendo el hall, pero un apartamento de dos habitaciones, 2 baños y un aseo, muy nuevo y confortable, que nos desmintió la impresión inicial. El servicio, regular. Y el desayuno, también regular. Las dos noches para 4 personas con desayunos alcanzaron la suma de 1800 ad. La dirección completa es PO Box 126012, Dubai, UAE.
(Ya dije que no hay direcciones… Pero está en la zona de Al Mankhool).
Y para el viaje cogimos un taxi de confianza, que nos hizo el trayecto por 325 ad.
Para visitar el Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo, ya sabéis, At the Top, hay que sacar las entradas por internet. No por el coste, aunque sí sale algo más barato (130 ad (26€) por persona), sino por la reserva misma de la cita. Tienes que programar esta parte del viaje con antelación porque te puedes encontrar con que vas a comprar las entradas en la taquilla y no hay horario libre hasta que tú dejas la ciudad. El acceso se hace por el Dubai Mall. Llegas a un hall muy interesante con muchos datos y comparaciones muy visuales del edificio. Y de ahí sigues y sigues hasta llegar al ascensor que ¡sube a 2 pisos por segundo! La visita es en el piso 124. Y realmente merece la pena.
Otra visita curiosa es el Hotel Atlantis. Está en el centro del arco periférico de la isla palmera. Tienes que acceder a él en taxi porque desde la parada de metro es imposible llegar andando. Hay un pequeño teleférico, pero también está lejos su acceso del metro. Al borde del mar, es curioso porque tiene también un acuario que se puede ver gratis, (con el ticket de consumo de alguno de sus locales) o pagando, haciendo así un recorrido más detalloso. Además tienes un delfinario y un parque acuático si quieres pasar el día en el agua.
En Madinat Jumeirah tienes también un zoco de esos modernos y cubiertos de un techado de madera precioso, el Souk Madinat Jumeirah. También está lleno de restaurantes con terrazas, y muchos, además, con vistas a unos canales de agua (artificiales, como todo en Dubai), que incluso puedes pasear en barco si gustas. Nosotros aprovechamos a cenar en un libanés, Arukn The Courtyard. 375 ad por la cena para 4 sin postres y con sólo agua de bebida.
También se puede visitar en Dubai el Mall of The Emirates, famoso por la pista de esquí cubierta.
Se puede salir de copas en Dubai (lo sé de primera mano aunque yo no lo haya hecho). En el Barasti tomas las copas en la playa. 360, al lado del Burj Al Arab, (el hotel en forma de barco, de 7 estrellas, y, que, por cierto, no se puede visitar si no eres cliente. Hay un restaurante en lo alto si no quieres alojarte en él…). Se entra desde el Jumeira Beach Hotel, todo lujo para las copas, aunque hay que reservar previamente.
El taxista que contratamos para ir a Dubai, conocido de lo expas de la empresa de mi hermana, se ofrece a llevar y traer en el mismo día (apenas 1h de viaje), con el servicio de taxi por Dubai a cualquier parte que quieras durante todo el día, por 350 ad por todos. Se llama Ahmed, y su tlf es 00971 505466712 desde extranjero; 0505466712 desde Abu Dhabi. amdshafiq@gmail.com. Muy seguro.
Y más o menos ya está. Lujo y más lujo. Desierto totalmente transformado en oasis artificiales. Muy limpio todo y por supuesto, super nuevo.
Un gran viaje, hacía más de 20 años que los Galicia Puyol no viajaban juntos… Gracias Elena por tu generosidad, tu hospitalidad y tu información.
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5 comentarios en “Cuatro días en Abu Dhabi y Dubai”
Hola, gracias por compartir tu experiecia!! Tengo una duda, ojalà me puedas ayudar. Para visitar el Atlantis se debe hacer reserva?
Saludos
Hola Jairo
Es un complejo hotelero, o sea que puedes entrar libremente a verlo, comer, visitar el acuario, etc… Psra el parque acuático sí hay que sacar entrada y pagarla. Pero imagino que no es necesario reservar con antelación.
Disfruta de tu viaje!
Sonia
Lebanese flower is the best , affordable for expats & to taste Arab foods with Delicious dishes , i visited Abu Dhabi in July this year . awesome experience will recommend it A++ . others are good but not that cheap & too much pump & show .i would say the best place for food in Abu Dhabi
Cuantos viajes son ya estos últimos meses?? No paras! Tienes una forma de contar las cosas llena de alegría y de felicidad que invita a querer estar allí contigo para vivirlo con la misma intensidad. Besazo
Como siempre!!! Buenas recomendaciones!!! Da ganas de tirar para allá… si no fuera porque nos pilla lejillos ahora… Y pensar que por muy poco nos lanzamos contigo! Muchas gracias Sony!!! Nos gusta leerte y seguir tus andanzas… Besako