Los picos de Europa en autocaravana. Cómo llegar y disfrutar del paraíso

Día 8. Cangas de Onís. La subida a Covadonga y los lagos

Esta sería a priori una de nuestras mejores paradas más tranquilas. Queríamos dedicarle tiempo al pueblo y su entorno. Ambos conocimos la zona hacia más de 20 años y teníamos muchas ganas de volver a recorrer juntos enclaves tan mágicos como la Ruta del Cares, los lagos de Enol y Ercina, el santuario de Covadonga o el propio pueblo de Cangas de Onís, una delicia de lugar donde quedarse.

Nos encontramos a las puertas del parque nacional de los Picos de Europa, el primero en declararse como tal en España, en 1918 y reserva de la Biosfera desde 2003. El parque fue ampliado en su superficie protegida en 1995 compartiendo territorio de Asturias, Castilla-León y Cantabria. Esa misma mañana nos disponíamos a cruzar esa puerta…

La visita de los lagos de Enol y Ercina

Para acceder a estos sitios del parque nacional se debe ir en bus público. No se debe subir a los Picos de Europa en autocaravana. Se puede pero no se debe. Ya hace años que no se permite circular en vehículo privado por la zona, salvo que la zona no esté saturada, cosa bastante habitual por otra parte. El plan regula el acceso durante los días de máxima afluencia en Semana Santa, verano y ciertos puentes. El resto del año se puede utilizar libremente el vehículo privado según leemos en la página oficial. Según pone: “Verano:  Del 1 de junio al 16 de octubre, ambos inclusive, la carretera permanecerá cerrada al tráfico entre las 8:30 y las 21:00”. Así que si queréis subir en vuestro vehículo tendréis que hacerlo antes de las 8:30 siempre y cuando no hayan subido demasiados.

El bus para los lagos de los Picos de Europa

Los buses circulan entre las 8:30 (la primera subida) y las 20 horas (la última bajada) y puedes hacer las paradas que quieras. Según el mes esto puede cambiar y las paradas también cambiarán según la temporada. El adquirir el ticket en la página online prioriza el acceso (100% recomendable, nosotros no lo hicimos y a última hora del día anterior ya estaba todo vendido en la web). Cada 30 minutos existe servicio, lo cual da bastante margen a decidir cuándo moverte. Estando el clima razonable en los últimos días pero temiendo los cambios bruscos que acostumbra por aquí, elegimos subir temprano. El precio del billete de ida y vuelta: 9 €.

A pesar de no tener billete (y mira que leída la información estaba) y la tensión que supuso esperar hasta las 8:45 la apertura de taquillas, lo conseguimos. Es la ventaja de dormir a 50 metros de la estación de buses. Si quieres saltarte ese follón, también puedes subir en taxis compartidos…

¡A las nueve de la mañana nos pusimos en marcha! El bus, como veis en el mapa, hace distintas paradas, pudiendo bajar o subir en cualquiera de ellas. Las más importantes son la del santuario de Covadonga y la de los lagos de la Ercina y Enol. La app ONdROAD-T de ALSA te informa de todos los contenidos de la ruta (no conseguimos descargarla…).

Después de las pertinentes paradas la subida al punto final en los lagos supone 1 hora. No son demasiados kilómetros pero las paradas son más o menos prolongadas. Además las vacas, lejos de agobiarse con el paso del bus, se mantienen a ritmo tranquilo pastando en la orilla de la carretera y ya se sabe aquí quien tiene la preferencia. Muy poco tráfico y algunos ciclistas. Recordamos subiendo los gloriosos momentos de tantos ciclistas en una de las etapas reinas de la vuelta que tanto nos gusta ver. Indurain, Perico, Valverde… ¡como lo hemos pasado disfrutando esta subida desde el sofá!

Al llegar a la zona de aparcamiento de los lagos una muchacha nos da información sobre un mapa de las dos rutas que a priori se pueden realizar desde el aparcamiento. La primera (PR-PNPE 2) de tan solo 3 km lleva a los principales puntos de interés y es más sencilla. La segunda son 5 km y lleva aproximadamente unas dos horas y media para recorrerla en su totalidad.

Las rutas en los lagos de Covadonga

La primera de las paradas es en el centro de visitantes Pedro Pidal unos pocos cientos de metros desde el aparcamiento. Tras ello el camino sigue hasta la mina de Buferrera. La ruta circular se divide para alcanzar tras unos 200 m del mirador del príncipe, primero de los varios miradores en los que se puede disfrutar de las vistas. Son las 10:00 de la mañana y encontramos parte del valle todavía ocupado por las nubes bajas. Desde este mirador se aprecia la magnitud del Polje de Comeya, hoy día seco en favor de las aguas subterráneas que han filtrado su contenido.

En el camino llegamos a las minas de Buferrera. Un antiguo túnel minero lleva a la mina a cielo abierto de hierro y manganeso, hoy en desuso. La primera producción data de 1868. Los siguientes 50 años fueron los años dorados de la explotación con la construcción de la carretera. La compañía cerró en los años treinta tras la crisis del 29. Con la II guerra mundial existe cierto repunte de la actividad pero no suficiente para su sustento.

El recorrido se encuentra perfectamente empedrado, con tablones de madera en otros tramos, lo que lo hace realmente sencillo. El único sonido que nos acompaña durante todo el trayecto es el de los cencerros de vacas y corderos que por allí pastan. No hemos encontrado demasiada gente en esta temporada. Tras la mina, el lago Ercina y un pequeño bar donde parar. Nos metemos medio bocata de tortilla y una cecinita…

Con las baterías cargadas y la necesidad de eliminar algunas calorías tomamos una de las vertientes del lago al cine. Esta parte de la ruta enlaza con el camino más largo. Algún trozo se nos atraganta y terminamos en el otro extremo del lago con los pies algo mojados. Desde aquí enganchamos la ruta que nos lleva a la laguna Bricial, actualmente sin agua. Aquí el sendero aparece algo más señalizado. Llegamos hasta un desvío que conduce a la vega del Enol.

Salimos al lago Enol por el extremo opuesto al aparcamiento la bruma cubre hasta sobras el lago y dificulta la visibilidad, pero ha merecido la pena perderse por el otro extremo, prácticamente solos durante todo el camino. Todavía nos queda borde del lago para llegar a nuestro punto de partida. Un total de 4 horas se ha llevado el paseo ¡8.9 km dice la maquinita!.

Hora de comer y con hambre suficiente para un menú completo. Tomamos el bus hasta Covadonga y nos feriamos un par de fabadas bajo la basílica, en el Rte. la Reconquista. Por € incluimos una tarta de queso y unas natillas con el café…

La visita de la Cueva de la señora y la basílica de Covadonga

Con fuerzas renovadas y a pesar de lo exigente que es la cuesta de subida hasta la basílica de Covadonga nos animamos a hacer la visita. Primero visitamos a los pies la “Cova Dominica” o Cueva de la Señora, asentamiento monástico documentado ya en el siglo XII aunque se supone venerada muchos siglos antes. Tal es la devoción asturiana por el enclave que incluso el primero de sus reyes, Don Pelayo, yace aquí. Bajo la gruta, otra de considerables dimensiones y un estanque natural donde hay que tirar una moneda para cumplir tus deseos. Junto a la sagrada cueva, la colegiata de San Fernando.

Desde la cueva sagrada donde se encuentran la santina una gruta conduce hasta el pequeño pueblo de Covadonga y el acceso hasta la basílica. Un edificio relativamente nuevo de estilo neorrománico y que sorprende por su ubicación en un risco que le confiere mayor sensación de majestuosidad. Vista la basílica y el interior de la misma nos disponemos a buscar un bus que nos lleve de nuevo a Cangas.

Confieso que después de la presión que suponía ser “los apestados” que habían comprado los tickets en la taquilla en lugar de online y sabiendo que no teníamos prioridad en los trayectos, nos alivió ver que la realidad era otra y no tuvimos problema para subir a ninguno de los buses. Para las cinco de la tarde, algo más de ocho horas después de salir, estábamos en Cangas de Onís.

Hoy volveríamos a dormir en el parking junto a la estación. Pero y ¿la cena que? Pues por recomendación de Lucía y Ramon fuimos al Molin de la Pedrera. Mejillón sobre pan de ajo negro y vinagreta de oricios, lomos de sardina ahumada con carpaccio de naranja y panaché de setas con castañas y jamón… ¡20 € cada uno! Buena recomendación en Cangas de Onís.

Día 9. Cangas de Onís-Mestas de Con-Benias de Onís-Arenas de Cabrales (37 km)

Amanece de nuevo en Cangas. Hoy tomaremos la AS 114 hacia el este. En la carretera decenas de sitios interesantes donde hacer un alto en el camino:

>Mestas de Con. Un pueblo donde el mayor reclamó es su iglesia románica, la de San Pedro, del siglo XIII. Muy cerca Gomeneu, ese pueblo donde se produce el famoso queso azul

> Benia de Onís. A tan solo 11 km de Cangas y con una iglesia del siglo XV, la de Santa Eulalia

> Asiegu, donde la parada en el mirador del Naranjo de Bulnes es prácticamente obligatoria. Eso si, hay que subir…

> Y nuestro destino final, Arenas de Cabrales donde tenemos localizado un camping para pernoctar un par de noches y tratar de realizar la ruta del Cares si el clima lo aconseja. Además, establecer aquí la base desde donde emprender la subida en el funicular de Bulnes, visitar la población y la cueva del queso de Cabrales.

> Algo más abajo y si la carretera lo permite queremos llegar hasta Sotres, otro de los pueblos más bonitos de España.

¡Que de planes para los próximos dos días!. Pero primero aprovecharemos para dar un paseo por Cangas de Onís antes de salir.

Un paseo por Cangas de Onís

Cuna de la reconquista del país y asentamiento de la corte de la monarquía asturiana, la primera que reinó en España, credenciales suficientes para imaginar la riqueza histórica y arquitectónica de la pequeña población. “La más pequeña ciudad fue la máxima sede”.

Comenzamos el recorrido por la señorial avenida Covadonga y el no menos señorial ayuntamiento de Cangas. Más adelante volvemos de nuevo a contemplar el maravilloso Puente Romano. Pende de él, la famosa Cruz de la Victoria de Don Pelayo, en realidad una réplica como podemos imaginar. A pesar de su nombre la construcción actual es medieval, probablemente del siglo XIII aunque asentado sobre uno anterior. Forma parte de la antigua calzada romana que unía las actuales Santander y Oviedo. Bajamos, lo bordeamos, lo subimos, el puente da para cientos de fotos a pesar de que la luz del día no es la mejor para la fotografía.

Seguimos por la calle Don Pelayo hasta la iglesia parroquial de Santa Maria en la que llama poderosamente la atención su fachada principal con sus seis campanas dispuestas en tres pisos; y muy cerca el palacio Pintu y la plaza del Mercado, que se llena los domingos desde hace siglos. A uno y otro lado de la avenida Covadonga y muy cerca merece la pena visitar igualmente el palacio de Soto Cortés y por muchos rincones de la villa, las casas de indianos.

En el extremo opuesto de la población y cerca del río Sella, la venerada capilla de Santa Cruz, construida en el 437 d.C ¡sobre un dolmen funerario de 6000 años! y que visitamos el primer día.

Con esto y las obligatorias compras de productos regionales (quien se resiste a entrar en cualquiera de las bonitas tiendas del pueblo y llevarse quesos, sidras, alubias…), salimos a media mañana.

Iglesia de San Pedro de Mestas de Con e iglesia de Santa Eulalia en Benia de Onís

A unos 10 km paramos junto a la carretera en el pueblo de Mestas de Con. Frente al Rte. Casa María encontramos lugar donde aparcar. Desde aquí unos empinados 600 metros caminando hasta la iglesia de San Pedro de Con. La iglesia románica se encuentra en lo alto del pueblo de Mestas, en pleno valle del Güeña del que ofrece inmejorables vistas. La iglesia conocida como “San Pedrin” data del siglo XIII y pide a gritos una restauración. No entendemos esta abandono del patrimonio en algunas ocasiones. No tengo claro que se justifique la subida hasta aquí para verla.

Poco después nos ponemos de nuevo en marcha. Un día que amaneció muy nublado vuelve a sorprender con sol y calor. Estamos terminando septiembre y no entendemos el clima como el tradicional de la zona, pero nos está viniendo de perlas.

Tan solo a 2 km, Benia de Onís. Nada más llegar al pueblo, un aparcamiento junto a la carretera. Nos detenemos a visitar la iglesia de Santa Eulalia del siglo XV y en mucho mejor estado de conservación. Además, ¡con un paseo en llano llegas!

Mirador de Asiegu

Pocos kilómetros antes de llegar a Arenas de Cabrales tomamos una comarcal que asciende hasta Asiegu. Nos animamos de inmediato y también de inmediato nos damos cuenta de que la carretera es muy estrecha. Hasta el mirador de Pedro Udaondo unos 4 km. Vemos una vieja caravana que ha pernoctado allí y nos anima a llegar. Con mucha tranquilidad no supone mayor problema y desde allí las vistas del Naranjo de Bulnes, el picu Urriellu, son de espectáculo.

Dato curioso: en 1983, tras 69 días de escalada, dos murcianos, Miguel Ángel Díez Vives y José Luis García Gallego baten el récord de permanencia en pared aún vigente, realizando la primera ascensión del pilar suroeste del Naranjo.

Tras el descenso de Asiegu (menos mal que no hay mucho tráfico…), nueva parada en el mirador del Pozo de la Oración, en Poo de Cabrales, este si junto a la carretera. Se abren las nubes y nos permiten disfrutar de los 2519 metros de la cumbre.

Poco después, la hora de comer, y llegamos a Arenas. Junto al pueblo un gran parking donde se permite pernoctar. Nosotros lo utilizamos solo para una parada técnica y comer en el pueblo. Esta noche dormiremos en el camping Naranjo de Bulnes, a un kilómetro de Arenas de Cabrales.

Comemos en el Rte. El Cares, junto a la carretera y enfrente del aparcamiento. Aquí se bifurca la carretera hacia Poncebo, Tielves, Sotres… El menú es más que completo. Tomamos de primero verdinas con pulpo (unas judías verdes de la zona) y cachopo de segundo (de paletilla ibérica y queso vidiago). Solo 15 € con vino y café (seguimos alucinando con los precios y las raciones de aquí arriba). Cae la tarde… y ¡la siesta!.

El camping Naranjo de Bulnes es un buen lugar para pasar la tarde. 26 € e instalaciones muy cuidadas. Lo que quedaba de día fue descanso, lavadoras y organizar la jornada de mañana ¡la ruta del Cares!. Gustazo de camping. Si el clima acompaña, mañana repetiremos (muuuchos años después) la famosa ruta montañera más transitada de España.

Día 10. Arenas de Cabrales-Poncebos. Ruta del Cares. Noche en Potes (60 km)

Para este día pues queríamos hacer la famosa ruta del Cares. Teníamos dudas de cómo organizarlo. Las principales eran las referidas al clima, que por aquí arriba siempre es impredecible y sobre qué hacer tras la vuelta: dormir en Arenas, quedarnos en Poncebos, seguir hacia Sotres… Todo contando con nuestra autocaravana de tres toneladas que dificultaba algunas decisiones.

Todavía con dudas y a pesar de todo, la tarde de ayer nos habíamos lanzado a hacer la reserva para la vuelta desde Caín con un 4X4. La empresa Aventuras en Asturias ofrecía justo lo que queríamos e hicimos la reserva telefónicamente. Nos recogerían a las 15:30 en Caín después de realizar la ruta y nos devolvían a Poncebos en todoterrenos siguiendo la ruta de montaña que atraviesa los lugares que más nos interesaban de este área de los Picos de Europa. Por 30 € cada uno era muy buena opción. Definitivamente no circularíamos por la carretera que llega a Sotres con la autocaravana y con esta posibilidad podríamos visitar el pueblo y los alrededores.

Donde si que había que llegar para emprender la ruta del Cares era a Poncebos y eso mismo hicimos después de levantarnos y desayunar. En día amanecía en perfectas condiciones. Los seis kilómetros de carretera entre Arenas de Cabrales y Poncebos están en perfecto estado para nosotros y una vez allí dejamos la caravana en un parking junto a la entrada al funicular de Bulnes. No es demasiado grande y mejor llegar pronto. En este lugar está prohibido pasar la noche. Junto a la hidroeléctrica y en la carretera caben 5 o 6 caravanas y si se podría pernoctar.

Los secretos de la ruta del Cares

Doce kilómetros a priori sencillos que unen los pueblos de Poncebos en Asturias y Caín en Leon. Un buen sendero entre acantilados que suele cubrirse entre 3 y 4 horas a ritmo tranquilo según leemos. Como decíamos, la opción de volver caminando por la misma ruta estaba descartada desde el principio y por ello a las 15:30 debíamos estar en Caín donde nos aguardaban. A las diez de la mañana nos poníamos en marcha después de un buen desayuno en un restaurante de Poncebos.

La conocida como Divina Garganta atraviesa un desfiladero con precipicios de vértigo. En algunos tramos no tiene más de un metro de ancho para el tránsito, así que mejor tomarlo con calma. Aunque la senda era ya conocida muchos años antes, pues se utilizaba como uno de los pocos pasos que permitía el desplazamiento entre estas poblaciones en época de nevadas, no fue hasta 1945 en que la ruta fue remodelada para aprovechar el desarrollo hidroeléctrico del río Cares y facilitar el desplazamiento de los trabajadores.

Si la ruta la tomamos entre Poncebos y Caín como es nuestro caso, los dos primeros kilómetros son de ascenso, a partir de ahí el terreno pasa a ser más plano. Al parecer desde Caín hasta Poncebos, en sentido contrario, la ruta es mucho más llana. Alcanzamos una cota más alta en Los Collados a 500 msm, desde aquí comienza un suave descenso. Reconozco que esos primeros kilómetros se pueden atragantar…

La garganta se va estrechando en muchos de los tramos tiempo aumenta la profundidad. El desnivel hasta el río Cares en ocasiones alcanza los 1000 m. Algunos tramos del camino se han hayan excavados en la pendiente de la roca a modo de pequeños túneles en la calles lugares donde no era posible salvar el desfiladero. Sin ser temporada alta, hay un trasiego razonable de senderistas. Es curioso como la gente camina con total tranquilidad junto al acantilado sin ser consciente muy probablemente de la altura del precipicio. El escaso metro de anchura no unos trozos no permite mantener las reglas de distanciamiento social impuestas por la pandemia, es aconsejable llevar la mascarilla prácticamente en todo momento.

La segunda parte y con unos 3 km más o menos por delante entramos en la provincia de León. Se nota un cambio en la vegetación al haber descendido desde las cotas más altas. El primero de los tres puentes que cruza el Sella, el puente Bolín, se encuentra ya muy avanzada la ruta. Algo más adelante el puente del rebeco también muy bonitas vistas de la garganta. La ruta silla y desciende prácticamente la altura del río teniendo que adentrarse en túneles sobre la pared de piedra para poder continuar. Una vez pasada la pequeña presa que controla en flujo del río ya solo queda medio kilómetro hasta Caín. Cuatro han sido las horas empleadas y confieso que llegamos “muy reventaos”.

Llegamos y localizamos el rte. La Ruta, el primero que hay al terminar el sendero y donde nos aguardará el vehículo que nos devuelve a Poncebos. Efectivamente allí está, pero con una hora por delante antes de salir, comeremos allí mismo (12 € el menú, 10 € si has contratado la vuelta con la empresa 4×4). Varias personas contrataron allí mismo el transporte de vuelta. No había diferencia de precio y no hubo problema en acomodar a los que quisieron. Un total de cinco jeeps y ocho personas en cada uno salían a la hora acordada.

Para las 15:30 nos ponemos en marcha. En la vuelta las paradas para las siguientes tres horas y media son:

> Chorco de lobos, una trampa de lobos, en origen del siglo XV, con la que los habitantes mermaban la población de lobos. Se dirigían a través de un embudo en el bosque hecho con troncos hacia una fosa en la que acababan sacrificados.

> Posada de Valdeón y Pto. Pandetrave y subida al Balcón natural de Valdeón a través de una pista forestal. Aquí se ven dos de los macizos montañosos que forjan los picos. La vista es realmente impresionante. Llegamos a los 1950 metros. Desde aquí bajamos hacia Cantabria.

> Fuente Dé, el punto de partida del teleférico que salva un desnivel de 800 metros en cuatro minutos e instalado para la explotación minera. Hasta aquí el camino forestal por el que hemos transitado es precioso e impensable si no es en todoterreno. Eso si, no lo hagas si eres de mareo fácil y nada de una comida copiosa… Parada para café en la población.

> Espinama, un pueblo precioso que pasmos de largo para meternos de nuevo en pistas.

> Ptos. de Aliva, atravesamos por el otro extremo el macizo central de modo que al este dejamos el tercero de los macizos de los Picos de Europa, el macizo oriental. En el amplísimo valle formado entre ambos macizos, en los meses de verano se aprecia mucho ganado pastando. Ahora mismo solo algunos caballos y vacas. Vemos también algún rebaño de corderos todos ellos custodiado de los lobos por su mastín. Imponente, mejor no acercarse a ningún borreguito.

> Sotres, uno de los pueblos más altos de Asturias y que pasamos junto a la carretera. De haber venido en coche lo hubiéramos visitado.

> Poncebos, ¡punto final! Si no te duele todo, es que realmente estás hecho de una pasta especial…

Un acierto la vuelta de esta manera, si que es verdad es que tal vez para ocho personas las que van detrás sufren mucho en el camino. Para las siete y según lo previsto estamos en el aparcamiento del teleférico de Bulnes, en Poncebos, donde tenemos la autocaravana. Recorremos los 55 km hasta Potes donde dormiremos. Al llegar al pueblo, un parking cercano a la entrada nos sirve. Las agujetas hacen su aparición aquella misma noche y se generalizan…

Solo queda tomar fuerzas para seguir viaje. Para mañana cruzaremos a Cantabria…