Escapada de 4 días en Mojácar

Buscando un destino para “consumir” los últimos días de vacaciones, llegamos a la conclusión de que queríamos algún sitio cerca de Murcia, con playa y opciones de fiesta si el cuerpo se ponía rumbero. Mojácar cumplía todos los requisitos, así que organizamos una escapadita de 4 días al pueblo indalo.

Y como si viajáis a Almería y alrededores os bombardearán con el término “indalo”, aquí va una pequeña explicación del origen de la palabra. En la zona norte de Almería se encuentra la comarca de los Vélez conocida por el interés cultural que despiertan sus pinturas rupestres. Es en la Cueva de los letreros donde se encontraron numerosas pinturas que datan del 4500 A.C. En esta cueva fue encontrado El Indalo, representación de un dios prehistórico y que representa a dicho dios sujetando un arco iris ofreciendo protección frente a posibles diluvios. Se dice que desde entonces en Almería llueve menos y es el lugar con más luz de toda la península.

El Indalo recibe su nombre en honor a San Indalecio y significa ‘mensajero de los dioses’. Hoy en día podemos encontrar este símbolo pintado en numerosas casas de la población almeriense de Mojácar ya que se piensa que protege de las tormentas, el rayo, el ‘mal de ojo’ e infinitos males. Curiosa creencia.

Ahora sí, comenzamos el viaje.

DÍA 1- 20 DE AGOSTO

Como sabéis Mojácar se encuentra a unos 165 kms de Murcia, así que bastan algo menos de 2 horas para llegar.

Llegamos al Hostal Flamenco a las 13.30h. Elegimos este Hostal por recomendación de una amiga.

El hostal se encuentra frente a la playa y su ubicación con respecto a la zona de marcha es perfecta. Nos dieron una habitación en un módulo anexo al edificio principal del hostal, por lo que no teníamos que pasar por la recepción cada vez que entrábamos o salíamos de la habitación. La chica de la recepción nos explicó que no estaba permitido el acceso a las habitaciones de personas ajenas al hostal, pero ya he dicho antes que para acceder a nuestra habitación no había que pasar por recepción… 😉

Pues bien, pasamos a recoger la llave y tuvimos que firmar una hoja con una serie de normas, entre las que se encontraba no usar las toallas para desmaquillarnos, de lo contrario se nos descontarían 5 euros de la fianza (40 euros). La habitación reservada para 2 personas nos sorprendió gratamente con 4 camas. Un pequeño balconcito sin vistas al mar pero muy útil para tender las toallas de playa. Importante especificar cuando reservéis que la habitación tenga aire acondicionado, porque no todas lo tienen. El cuarto de baño muy grande y con servicio de limpieza diario.

Dejamos las cosas y salimos a comer. Cerca del hostal había un pequeñito restaurante llamado “El Deseo”, regentado por una alemana romántica que había puesto “14 de febrero” como contraseña de su red wifi. Comimos rapidito y a la playa. Mala suerte, bandera roja. Así que nos conformamos con la piscina del hostal, exterior y frente a la playa.

Por la tarde comimos el mejor helado italiano de Mojácar en Gelateria Bontá

Por la noche fuimos a Mojácar pueblo. En lo alto de una colina las vistas que ofrece el pueblo desde abajo son espectaculares. Lo mejor es dejar aparcado el coche en algún parking y subir andando. Callejeando se llega hasta Plaza Nueva, donde se puede ver la Ermita de Los Dolores, y desde el Mirador del Castillo se ofrecen unas bonitas vistas de la ciudad.

DÍA 2- 21 DE AGOSTO

Desayuno en el bar del hostal. Compramos la comida (por menos de 10 euros en el supermercado Día) para pasar el día en la Playa de los Muertos.

PLAYA DE LOS MUERTOS

Desde el hostal tardamos aprox. 1 hora en llegar porque atravesamos todo el pueblo de Carboneras. Está en la carretera AL-5106, en dirección Almería. Justo al pasar la central térmica nos encontramos un aparcamiento grande y un puestecito de madera pequeño que es el punto de información de la playa. Es necesario llevar comida, bebida y sombrilla, aunque a veces pasan vendiendo refrescos por la playa. Al lado del parking hay también un pequeño puestecito.

El acceso a la playa es complicado. Son unos 15 minutos andando por un caminito incómodo de rocas. A la ida no está mal porque es bajada, pero la vuelta se hace muy cuesta arriba, nunca mejor dicho. Eso sí, merece la pena.

Es una enorme playa recta de más de un kilómetro de longitud con el agua más azul y cristalina de la zona. La arena, como todas las playas almerienses, está compuesta de piedrecitas, en este caso se van haciendo más finas a medida que nos acercamos al agua. Imprescindible llevar escarpines, al menos para mí.

La orilla tiene bastante desnivel y enseguida cubre. Tuvimos mala suerte porque había bandera roja con un oleaje importante. En estas condiciones el baño es peligroso ya que las olas rompen con fuerza y es difícil salir. Aún así he de decir que nos bañamos, con susto incluido pero había que hacerlo.

En la parte derecha de la playa hay un par de enormes rocas en medio de la arena, los 90 metros de playa que quedan entre estas rocas y la punta de los muertos se conocen como Cala del Peñón Cortado; es una playita más abrigada del viento y por tanto con menos oleaje. A la izquierda está la Cala de las Salinicas de unos 200 metros. Se puede acceder tanto por la playa de los muertos como por el aparcamiento dirección al mirador.

Al mirador oficial de los muertos se puede acceder desde el punto de información, siguiendo un sendero en dirección norte hasta un cerro. Nosotros lo vimos desde abajo.

Después de pasar el día en la playa, volvemos al hostal a prepararnos para la cena. En esta ocasión elegimos un restaurante italiano, por cierto, mucha comida italiana en Mojácar.

El restaurante Il Giardino, nos sorprendió gratamente. Como aperitivo nos pusieron un ali oli cremoso con aceitunas negras acompañado de unas rodajas de pan para untar. Riquísimo. Nos dejamos aconsejar por la dueña del local y pedimos una pizza y un plato de pasta fresca, para compartir. La pizza, de frutos del mar, no gustó especialmente. Ya nos había avisado antes de servirla que los frutos de mar iban sin pelar. Y aunque no parezca un problema, una vez que la sirven se pierde mucho tiempo en pelar almejas, mejillones y gambas, por lo que terminas comiéndote la pizza medio fría. El sabor tampoco era destacable. Con respecto a la pasta fresca… exquisita! Pedimos Raviolis de calabaza con una salsa de mantequilla y salvia. Sencillamente espectacular.

Pizza 14 euros / Plato de pasta 10 euros 

Después de la cena por el camino nos encontramos con un concierto de La Negra en un bar cerca del hostal, así que allí que entramos! Música, buen ambiente y cerveza, no se puede pedir más.

Día 3- 22 DE AGOSTO

Desayuno en una cafetería cercana al hostal y viaje a Níjar.

Hoy teníamos planeado visitar la Cala de San Pedro, a la que se accede desde la Playa de las Negras. Para ello preparamos de nuevo nuestra nevera con todo lo necesario para pasar allí el día.

PLAYA DE LAS NEGRAS

La playa de Las Negras está en el núcleo urbano del mismo nombre. Es característica por la cantidad de piedras de color oscuro, al igual que su arena. Tiene una longitud de 850 m. y al estar en medio del pueblo consta con toda clase de servicios. El aparcamiento en la explanada del pueblo es fácil.

Parte de la playa se comparte con barcas de pescadores, varadas durante el día para salir al atardecer en busca de pesca. Desde esta playa se accede a la famosa Cala de San Pedro, a la que se puede acceder a pie (60 minutos aprox. por el monte) o en lancha.

Hay una empresa que se dedica al transporte en lancha de personas desde la playa hasta la cala. Hacen viajes desde las 10 de la mañana y hasta bien entrada la tarde.

Aunque la cala es muy conocida, en Mojácar nadie nos supo decir cómo se podía llegar a ella, por eso me decidí a escribir esta entrada. Yo eché de menos algo más de información en internet sobre la misma. Creo que se agradece ir a un sitio y saber lo que te vas a encontrar y sobre todo dónde lo puedes encontrar.

Pues bien, por la playa hay unos chicos uniformados con una camiseta con la inscripción “Al abordaje del cabo”, a quienes les puedes preguntar y te indican dónde hay que apuntarse para los viajes a la cala. Sí, digo apuntarse porque hay lista de espera.

Te apuntas y ellos te llaman cuando vaya a salir tu grupo (unas 13 personas por lancha, aunque en la nuestra íbamos 18). El viaje cuesta 12 euros por persona (ida y vuelta), 3 euros los niños, y dura unos 10 minutos, aunque a decir verdad a mí se me hizo eterno. Las salidas de ese día se retrasaron hasta las 13h por el oleaje, así que luego quisieron aprovechar el tiempo perdido. Una de las personas de la lancha tuvo unas palabras con el capitán de la lancha y creo que corrió más de la cuenta. La lancha rompía las olas, lo que hacía que volásemos, literalmente. No hubo quién salió de allí sin un hematoma. Te golpeabas por todos lados, unido esto al miedo a caerte, claro, porque íbamos agarrados a unas tiras de cuero rotas que salían del flotador donde teníamos que sentarnos. Una odisea. Para que os lo imaginéis, estaba dispuesta a volver andando!

Claro que una vez que llegas…

La cala es un excelente lugar para el baño y la práctica del naturismo. Allí vive una comunidad hippie que vive de la confección de manualidades hechas con cuero, hilos, conchas…
En verano esta comunidad comparte espacio con jóvenes que se asientan allí sus tiendas de campaña para pasar algunos días.

La cala dispone de una fuente natural de agua potable que permite vivir a sus habitantes en cierto aislamiento. En la misma cala se pueden visitar las ruinas del Castillo de San Pedro.

A la vuelta y para despedirnos del pueblo, cenamos en Mohana, un restaurante argentino con un tiempo de espera de una media hora, supongo que porque era sábado y había numerosas despedidas de solter@ por la zona. Esperamos tomando una cerveza hasta que nos sentaron en nuestra mesa. Todo el personal muy atento y rápidos sacando los platos. Pedimos unas empanadas argentinas (2x 3,50euros), no las mejores que he probado pero estaban buenas, la parrillada de la casa (14 euros por persona), que tenía 4 tipos de carne además de chorizo criollo y morcilla. Muy abundante, sobró comida. Todo buenísimo.

Como colofón del fin de semana no nos podíamos ir sin visitar la súper discoteca de Mojácar Mandala Beach. Una impresionante decoración asiática y piscina abierta sólo por la tarde. Entre semana se ofrecen espectáculos diversos como monólogos cómicos, conciertos…

La entrada cuesta 12 euros (14 los chicos), con 2 consumiciones. El sitio es enorme, pero bien entrada la madrugada no hay quien se mueva, así que imaginad la cantidad de gente que acude allí. Tiene dos zonas de música, la parte de arriba, cerrada (no se podía estar de tanto calor) de pachangueo, y la zona de debajo de música house.

Hay palcos y reservados, y zona de restaurante para degustar comida asiática, mediterránea y francesa.

DÍA 4- 23 DE AGOSTO

Nos levantamos con el tiempo justo de dejar el hostal (a las 12h). Desayunamos y viaje de vuelta a Murcia. Nuestros cuerpos ya estaban bastante castigados de tanto sol y la resaca no nos permitía explorar ningún sitio más del pueblecito.

Una escapada para hacer lo que te pida el cuerpo, puedes ir en plan tranquilo o dispuesto a “quemar” Mojácar, aunque al final la que acabó un poco quemada fui yo.

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