Llegábamos a Hamburgo un 30 de Junio, nuestro objetivo fundamental, disfrutar de un conciertazo de Coldplay y aprovechar para conocer la moderna ciudad de la que habíamos oído hablar tan bien. Hamburgo es eminentemente puerto, una ciudad comercial que ha crecido tanto como su zona portuaria, y todo a pesar de los 100 km que la separan del mar… Pero también es una bulliciosa ciudad donde el fútbol y la cerveza son pasión como en el resto de Alemania.
Y aquí, como en tantos otros sitios, se unen en el equipo de la ciudad, y la cerveza de la zona por excelencia, la Astra, patrocina a su escuadra. Una cerveza rubia clásica y suave cuyo logo nos enamoro desde el principio: un corazón en el que se superpone un ancla de barco, como corresponde a una ciudad tan portuaria.
La probamos la primera noche que llegamos, como siempre, la tensión que provocaba la espera de nuestra partida, se desató nada más aterrizar. Nos alojábamos en Saint Pauli, el barrio canalla de Hamburgo, repleto de locales de todo tipo y condición, también de aquellos en los que la moral se aparcaba en la entrada, animados hasta altas horas de la noche. Aquí mismo fue donde comenzaron los cuatro muchachos de Liverpool y en varios locales, grupos de jóvenes y no tan jóvenes esperaban tocando igualmente su oportunidad. Aprovechamos la música en directo de más de uno de estos locales y en cada uno de ellos, degustamos con el ansía del recién llegado, la rica Astra.
Una buena noche que no hizo más que preceder otras tantas en esta remota región del Norte de Alemania…
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