Un viaje a lo mejor de China

Nunca me había llamado la atención el acercarme a visitar países asiáticos a pesar de mi espíritu viajero, pero en esta ocasión y aprovechando el entusiasmo de tres mujeres, me decidí a acompañarlas una vez que aceptaron mi presencia en su programado viaje a China. Debo reconocer a la vuelta del viaje, que resulta tremendamente enriquecedor conocer de primera mano una cultura y costumbres tan radicalmente opuestas a las nuestras y he venido francamente impresionado por las vivencias que en los 12 días de este agradable viaje, hemos acumulado.

Tampoco tengo por costumbre  divulgar mis experiencias viajeras en la red, pero prometí a mi buen compañero José Luís (antes lo consideraba amigo, hasta que sin ningún pudor me destroza jugando al mus ¡en mi propia casa y bebiéndose mis cervezas!) que a la vuelta del viaje contaría mi humilde experiencia en su foro viajéfilos y como soy persona de honor cumplo mi compromiso.

Iniciamos el viaje volando con British Airways desde Madrid a Pekín vía Londres, con precios muy competitivos (570 € el billete ida y vuelta) y sin ningún tipo de incidencia a excepción del tiempo de conexión muy ajustado en el aeropuerto londinense de Heathrow tanto a la ida como a la vuelta, lo que nos obligó a “correr” por la Terminal pese a ir sin retraso el vuelo. Londres es un aeropuerto extenso donde las conexiones se pueden complicar por el control de la policía y considero que es conveniente disponer de al menos  90-120  minutos para ir sin agobios.

Llegamos a Pekín tras 10 horas de vuelo desde Londres y tras cambiar de Terminal con bus interno gratuito  (cuya parada estaba perfectamente indicada en inglés a la salida), cogimos un vuelo interno, que habíamos reservado previamente en http:/flight.chinatour.net/ por 115 € con la compañía Shanghai Airlines hasta nuestro primer destino en la bonita ciudad de Hangzhou, situada al sur de Shanghai. Desde el aeropuerto, taxi hasta el centro de la ciudad a unos 30 kilómetros por 90 Yuanes (Que cambiamos en el aeropuerto, 1 € = 8 yuanes).

La visita de la ciudad de HangZhou

El hotel,  reservado a través de Booking.es, el East Hotel (Hushu South Road), un 5 estrellas con muy buenas y agradables estancias, de tamaño contenido y bien situado en una zona céntrica a un precio de 90 € con desayuno y minibar incluídos, hotel muy recomendable para el alojamiento. Personal atento con fácil comprensión en inglés y al que faltaba tiempo para buscarte un taxi y dirigirlo a tu destino.

En este punto quiero hacer mención a algún aspecto en cuanto al transporte y circulación en China. En primer lugar, el taxi es bastante económico pues la bajada de bandera cuesta entre 11 y 15 yuanes (depende de la ciudad)  e incluye los primeros 2 kilómetros y posteriormente el taxímetro “corre” muy despacio; la única precaución que hay que tener es la de comprobar que “bajan” el taxímetro para poner a cero el contador cosa que en nuestra experiencia hacen casi todos los taxistas. Siempre hay que tener la precaución de llevar el nombre de nuestro hotel o destino en Chino (recordar imprimirlo en España porque si no, es posible que no lleguéis al Hotel desde el aeropuerto). Por último, cuidado con el tráfico, porque es cierto lo que se dice en las guías: sistemáticamente casi nadie respeta ni pasos de cebra ni siguiera semáforos en verde para peatones y de hecho, una de mis acompañantes fue arrollada por una de las miles de bicicletas, afortunadamente sin consecuencias.

HangZhou en una gran ciudad bastante turística (aunque con escasa información en inglés), que merece una visita de 2 días y cuyo principal atractivo es el Lago del Oeste (5 minutos en taxi desde el hotel, 14 Yuanes). En la orilla este del lago (donde están los edificios), a las 19,30-20 horas hay un espectáculo de agua y sonido que hace muy agradable el paseo nocturno por el borde del lago. Por el día, conviene visitar la pagoda Leifeng, (Entrada 40 yuanes) situada en la parte sur, desde donde existen unas vistas espectaculares de todo el lago y de la ciudad; posteriormente, merece la pena el paseo por el camino situado en la parte oeste (muy concurrido), que se adentra en medio del lago y donde existen carros eléctricos que se pueden tomar por 10 yuanes en el supuesto de que comiencen a fallar las piernas; nosotros aprovechamos para comer unos sándwich en esta zona, acompañados por unos frescos botes de cerveza (se pronuncia “Piqiu” en chino) comprados en los numerosos puestos que hay al final del camino.

Otra zona de interés turístico, es la calle peatonal Hefang,  repleta de tiendas donde comprar recuerdos autóctonos (tras el correspondiente “regateo”) y un mercado de comida al final de la misma (para estómagos poco exigentes). Por la noche y en la animada plaza Wushan, donde se inicia la calle (la zona más próxima al lago), se puede ver iluminada una pagoda en lo alto del monte Ziyang que corona la plaza.

Para terminar el día, nosotros optamos con un restaurante de comida occidental y ambiente oriental, de buenos precios y mejores cervezas, llamado Metoo Café, situado en un pequeño callejón muy agradable, perpendicular y a escasos metros de la calle Wulin Road.

Tras tres noches en esta ciudad, nos trasladamos en el tren de alta velocidad a Shanghai (los billetes, que se ponen a la venta con una antelación de tres dias y precisan del pasaporte para su emisión, nos los sacaron en el hotel por un escaso suplemento), partiendo de la estación de HangZhouDong.

Lo mejor de Shanghai

Desde la estación de ShangHai Hongqiao se puede tomar la linea 2 del metro (verde), que atraviesa el centro de la ciudad y conecta los dos aeropuertos de ShangHai, opción muy recomendable (el tráfico por carretera es muy denso como pudimos comprobar en el  viaje de ida en taxi, 95 yuanes al centro) sobretodo si el hotel se encuentra próximo a una parada de metro de esta linea como era nuestro caso (y además el precio es de 5 yuanes por persona)

En esta ocasión nos alojamos en el Hotel Radisson Blue New World con una ubicación inmejorable en la plaza del pueblo (donde se encuentran el museo y el teatro de Shanghai) y el acceso  al metro a 50 metros del hotel. Con desayuno incluído el precio fue de 120 € algo carillo,  pero la zona y los servicios hay que pagarlos. Además, este hotel tiene en la parte alta un bar de copas con unas vistas espectaculares y un restaurante giratorio de gran encanto y con un menú (sin bebidas) por 200 yuanes.

Shanghai en la zona donde nos alojamos (el “Puxi”) es una ciudad de corte occidental pero con el contraste de las casas y las costumbres tradicionales chinas a la vuelta de la esquina conviviendo en un equilibrio que resulta de un atractivo indudable.  Un paseo por la comercial, peatonal y ruidosa calle Nanjing en dirección al rio acaba en unas espectaculares vistas hacia la parte moderna de la ciudad (el “Pudong”), construída en los últimos 25 años, ofreciendo el skyline “de postal” de Shanghai. Nosotros fuimos por primera vez al atardecer y es un espectáculo ver cómo se iluminan los edificios más emblemáticos de la zona, resultando un paseo muy agradable recorrer la orilla del río por el “bund” con el contraste entre los edificios modernos a la izquierda y los clásicos a la derecha.

Si queremos cruzar a la otra orilla, y no queremos tomar los cruceros turísticos, hay barcos públicos que cada 15 minutos y por 2 yuanes te dan un breve paseo por el rio hasta la otra orilla (las taquillas y la entrada al barco están al nivel de la carretera). Una vez en esta zona, hay un parque al lado del rio (la entrada está a la altura del edificio “Aurora”), por donde en unos 20 minutos podemos acercarnos andando  hasta la Oriental Pearl Tower y contemplar de cerca las modernas construcciones de la zona.  Si quereis contemplar la ciudad desde lo más alto, subir por 150 yuanes al observatorio del edificio World Financial Center (474 metros) record Guinness de altura con unas vistas espectaculares.

Otra zona por la que merece la pena pasear en Shanghai es la ciudad antigua, situada en la proximidad del rio Huangpu aunque está bastante masificada a excepción del parque Yuyuan que es un remanso de tranquilidad y al que se accede previo pago de 40 yuanes.

En la ciudad hay múltiples opciones para comer. Nosotros por recomendación de unos conocidos chinos, fuímos por la noche a la concesión francesa, zona de ambiente bastante occidental y en concreto a un restaurante bastante animado, Shanghai brewery (15 DongPing Rd) entre otros.

Tras tres noches en esta bulliciosa ciudad, de nuevo y  con billetes obtenidos a través del hotel, viaje de unas 5 horas de duración en el cómodo tren de alta velocidad (unos 600 yuanes) hasta Pekín.

El viaje a Beijing

La capital de la república que respondió con creces a las expectativas que habíamos puesto en su visita. Ciudad monumental de dimensiones colosales y un sabor tradicional que contrasta con lo visto en Shanghai. Elegimos para nuestro alojamiento el Hotel Park Plaza Beijing Wangfujing, reservado también a través de booking.es y a un precio de 90 € solo alojamiento (el desayuno costaba 20€ y hay un Starbucks justo a 20 metros de la salida del hotel .)

Situado en una zona céntrica con una parada de metro a unos 150 metros (Dengshikou) y desde donde se puede ir caminando a través de la Jinbao Street en dirección a la calle peatonal Wangfujing hasta la plaza de Tiannanmen (eso si, los paseos en Pekín siempre son largos dadas las distancias, en este caso unos 30 minutos); De camino, podéis pasar por una calle muy típica y curiosa de Pekín con múltiples puestos callejeros de comida alguna comestible y la mayoría incomestible que os encontrareis enfrente antes de tomar la calle peatonal a la izquierda en dirección a la plaza (los puestos y las luces las apagan a las 22 horas)

Nosotros cenamos en un restaurante chino (Xiulan Xiaoguan, en la calle Jinyu Hutong, prolongación de Jinbao St) a escasos metros del hotel y en un patio exterior agradable, un sabroso pato laqueado y unas setas con bambú a buen precio. La única recomendación es que en esta zona, los restaurantes cierran pronto y no debéis llegar más allá de las 21 horas porque no os darán de cenar.

Por la noche, contactamos con un taxista que nos habían recomendado (en inglés, teléfono 15801561687) que por 500 yuanes nos llevó a la mañana siguiente a la muralla china disponiendo del transporte para 4 personas desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde. Otros teléfonos de contacto en inglés para transporte privado: 13691271611 y 13671062449.

Fuimos a la zona de Mutianyu porque nos habían informado de ser una zona menos masificada y como podéis ver por las imágenes, realmente había poca gente. Aunque se puede subir andando por una senda conviene tomar el teleférico (80 yuanes ida y vuelta además de pagar 45 yuanes por acceder a la muralla) que te deja justo en la muralla. Espectacular el paseo por esta maravilla arquitectónica cuya visita es imprescindible en un viaje a China; si llegáis hasta el extremo de la zona rehabilitada (dirigiéndose hacia el oeste a unos 90 minutos), se puede pasear entre la vegetación por la muralla primitiva. Tras disfrutar de un agradable y prolongado paseo con un tiempo con algo de neblina que se agradecía al evitar una prolongada exposición al sol, regresamos a Pekín para cenar en una zona de ambiente y costumbres occidentales (Sanlitun Bar Street) sin horarios de cierre y con grandes edificios comerciales, en un agradable restaurante llamado “blue frog” (al día siguiente repetimos en un italiano de nombre original: “Pizza” aunque hay mil opciones para elegir por esta zona). A escasos metros existe un centro comercial donde ejercitar el “regateo” denominado Yashow Market y hacer compras de ropa a buen precio.

El día siguiente fuímos a la ciudad perdida, cuya entrada principal y taquillas (60 yuanes) están en plaza de Tiananmem. Monumento de dimensiones colosales cuya visita merece un tranquilo paseo por sus numerosas estancias, con unas agradables sensaciones que se van incrementando conforme nos introducimos en los estrechos callejones de la ciudad. Al salir de la ciudad prohibida, hay una parada de autobús a la derecha donde los autobuses número 1 ó 2 te devuelven a la entrada principal justo al lado de la parada de metro de Tiananmen (¡no tomar los autobuses que paran a la izquierda¡). Desde ésta, nos dirigimos en metro hasta el templo del cielo (35 yuanes)

El Templo del cielo está situado en un tranquilo y amplio parque  que realza la contemplación de esta espectacular construcción. Para terminar el día nos dirigimos al sur de Tiananmen a la zona de Quianmen, calle un tanto artificial y con numerosos comercios, aunque al separarse de la avenida principal podemos adentrarnos en Hutones (callejones) típicos de Pekín y encontrar algunas tiendas tradicionales de artesanía.

El último día visitamos el templo de los Lamas (25 Y), las Torres de la campana y del tambor, desde las que se ofrecen unas bonitas vistas aéreas de la ciudad y de los hurones próximos (en esta última a las 12 horas asistimos a una demostración de la “llamada” de los tambores) para terminar paseando tranquilamente (lo que se agradecía a estas alturas del viaje) por los hutones de la zona y por los lagos Qianhai y Beihai acabando nuestro paseo turístico en la plaza de Tiananmen.

¿Te ha gustado nuestro post? ¡Déjanos tu opinión o cuéntanos tu experiencia!

3 comentarios en “Un viaje a lo mejor de China”

  1. beatriz martín retuerto

    Que pasada de viaje!!
    El Templo del Cielo, el Parque Yuyuan, la Muralla China , unas preciosidades.
    Gracias por haberme hecho recordar tantas cosas. Me ha encantado leerlo.

  2. En realidad a ninguno se nos había ocurrido lo de escribir y colgarlo en la red. Pero he aquí, que llegó Bau, nos enganchó para el primero, y ahora, ¡adictos a escribir, Eugenio! Y si no ya verás cuando veas los “me gusta”, cuando te metas y veas que la gente ha comentado…
    Bonitas fotos
    Besos

  3. Muchas gracias Eugenio! El viaje, en mi opinión se vive antes, durante y después de realizado, a todos nos gusta contar lo vivido y a muchos escucharlo y disfrutar con esa experiencia. Este modesto foro de amigos pretende brindar una oportunidad a esa última parte del viaje y me encanta que participes en él. Mi enhorabuena por captar la filosofía de compartir recomendaciones para viajar más y mejor. Y por lo del mus… no te preocupes, ya nos dejamos perder la próxima…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Responsable: José Luís Bauset +info
Finalidad: Compartir recomendaciones de viaje. +info
Legitimación: Consentimiento del interesado. +info
Derechos: Tiene derecho a acceder rectificar y suprimir los datos. +info
Información adicional: +info

Te ayudamos con tu viaje

Ser Viajéfilo tiene muchas ventajas,
haz tus reservas con nosotros

Scroll al inicio