Sur de Francia con niños. Aprendiendo astronomía

A pesar de las miles de anécdotas que pueblan mi viaje, sólo voy a hacer una pequeña nota del mismo, para dar ideas a todos esos viajéfilos a los que les apetezca visitar Francia y no sepan cómo orientar su viaje. Un poco obligada por las circunstancias, me dispuse a partir, junto a 57 niños de 9 y 10 años y 9 adultos más, para Francia en una aventura de 8 días para estudiar astronomía.

Les hameau des etoiles en Fleurance

El tiempo de bus se hizo largo, a pesar de los geniales compañeros de viaje. Por fin llegamos a Fleurance, un pequeño pueblo de Midi-Pyrénées (departamento de Gers). Y más concretamente a Les hameau des etoiles. Éste es un centro de acogida a visitantes que consta de un maravilloso y verde entorno de prados, bosque, campos de cultivo y un lago. Realmente bonito. El alojamiento es en cabañas de entre 6-8 personas (dos habitaciones), con dos pequeños baños y una mini-cocina, en la que no encuentras nada que se consuma (ni de limpieza ni de comida). El centro tiene una cocina con restaurante, donde se pueden hacer las tres comidas del día. Había caballos, que se pueden montar si lo concertas. Y un observatorio con cúpula, además de varias aulas. Todo esto dedicado a astronomía, nuestro objetivo. También sirve de alojamiento al que simplemente esté interesado en descubrir el entorno, sin querer nada con la astronomía (andando, bicis, coche…)

En concreto, les hameau des etoiles, es un centro de calidad baja. Por la higiene, por la atención al público, por la antipatía, por la calidad de las cabañas, por la escasa cantidad de comidas, por miles de razones. No me explico, si tan desagradable es, como aceptan grupos de escolares… Era el segundo año que el colegio iba a este centro y los del año pasado no tenían tantas quejas, por eso se repitió. Pero desde luego este año, se han lucido. Y con esto, dejo dicho todo. No entro en detalles desagradables, que mejor olvidar. Ya están hechas las quejas formales.

Centros como éste hay por toda Francia, y no sólo dedicados a la astronomía, sino también a otras actividades. Sólo tienes que decidir qué quieres hacer. Se aceptan familias, grupos, escolares, todo tipo de clientela interesada en alojarse, con diferentes ofertas según las circunstancias.

A ciel ouvert, la escuela de astronomía

Por otro lado está la escuela de astronomía que imparte la docencia en estos centros. En nuestro caso A ciel ouvert, reconocida por el Ministerio de Juventud y Deporte francés y que recibe el apoyo del de Educación. Una maravilla que hacía que nos olvidásemos al instante del ”pan para todo” que comíamos. Del hambre que pasábamos. De los chillidos y broncas de la cocinera. De nuestro trabajo como camareros… Tres profesores para las tres clases que llevábamos de cuarto de primaria. Tres tipos encantadores, educados, profesionales y con una metodología alucinante. Estrellas por la noche, orientación nocturna, relojes solares, cartas de estrellas, planetas, lunas, cohetes espaciales, el vacío y la gravedad. Sin una fórmula, sólo experimentos para entenderlo. Una auténtica maravilla. ¡Qué manera de sumergirse en ese mundo especial, espacial!

Totalmente recomendado contactar con ellos si queréis hacer de vuestro viaje a Francia un viaje al mundo de las estrellas. Tienen una gran variedad de ofertas para satisfacer todo tipo de grupos y de modelo de vacaciones o tiempo del que se disponga.

La ciudad del espacio de Toulose

Y pasados los días de clases y experimentos (4 en total), nuestro viaje terminó con dos salidas. Una a la Ciudad del Espacio (La Cité de l´Espace) en Toulouse. Un parque temático sobre el espacio, la astronomía, la aeronáutica. Genial la visita. Un gran museo con diferentes salas dedicadas a diferentes temas: Marte, la Luna, las diferentes estaciones espaciales, sala planetario, sala de 3D, etc… Todo muy interactivo, con lo que se hace muy entretenido. Además que los profes de Au ciel ouvert nos hicieron de guías, así que para qué queremos más?

La visita de Fleurance

Y el último día, por la mañana, la visita a Fleurance, un pueblecito medieval de piedra muy bonito. Tiene una plaza central preciosa, donde se encuentra el ayuntamiento (Hôtel de ville) neoclásico, rodeado de callejuelas y tiendecitas. También se puede visitar la Église saint-Laurent, gótica, de proporciones dignas de catedral. El mercado en medio de la plaza central bajo un techo de vigas precioso. Pequeño, pero encantador.

Los alrededores de Fleurance

Y por último, por la tarde, nuestra última excursión por los alrededores de Fleurance antes de la vuelta, fue para visitar el museo de la miel y el castillo de Garmont, en Midi-Pyrénées también, pero en la región de Gascogne.

Le musée du miel es un pequeño espacio lleno de la ciencia de la apicultura, del que puedes salir entendiendo todo sobre la miel y las abejas, además de tener la posibilidad de comprar, claro, todo tipo de productos hechos con cera y todo tipo de mieles (las de la región y las que se traen de otras) en su tienda. Te explican el ciclo de las abejas, el proceso de elaboración de la miel por éstas y una vez que el hombre se hace con ella. Los diferentes utensilios que se utilizan para ello y los que se han usado a lo largo de la historia y en diferentes partes del mundo. Muy interesante.

Y finalmente, el Castillo de Gramont. Garmont es una aldea de 150 habitantes, en cuyo corazón se encuentra su castillo renacentista, lleno de historia, como todos los castillos, que su guía te cuenta con gran entusiasmo, mientras te descubre todos los rincones y secretos que guarda.

Toda esta región y las aledañas están llenas de sitios maravillosos por descubrir de manera divertida y entretenida, si además lo haces con niños. Esto son sólo unas pinceladas sobre lo que se puede hacer en un viaje a esta parte de Francia, que por cierto, creo que merece la pena. Pero hay miles de opciones más que pueden completar tu viaje y hacerlo especial sin ir tan lejos.