Escapada a Berlin

Una visita a Berlín es un encuentro con un pasado reciente del que hemos de aprender a no repetir y un futuro esperanzado. El papel sobre el que se ha escrito esto es su propia identidad como ciudad, una ciudad que sorprende por su paradójica sencillez.

Las mejores opciones para llegar a Berlin

Llegamos al aeropuerto de  Tegel (Berlín) en vuelo directo con Air berlin desde Alicante en dos horas y media (en donde se puede dejar el coche en aparcamiento lowcost por 25€/6 días y te llevan y traen hasta la terminal). Para ir a la ciudad se pueden coger autobuses llamados expres, el TXL y el X9 que unen el aeropuerto con Alexanderplatz y el Zoo respectivamente, es decir lado este y oeste de la ciudad, dependiendo donde esté el hotel.  Estos autobuses tiene diferentes paradas y si pensáis moveros en tren, metro o bus se puede sacar una tarjeta valida para los días de estancia. Tenéis información en www.bvg.de. También hay taxis que cobran unos 20 euros por viaje. Tenemos que comentar que cuando se compren billetes de avión en web tipo Atrápalo. Edreams, etc, es necesario confirmar los horarios de vuelo, porque puede haber cambios de horarios que las  aerolíneas sí te informan si compras en su web, pero estas empresas no lo hacen. Si lo retrasan, como en nuestro caso no pasa nada, pero si lo adelantaran…. Por eso, recomendamos mirar en días previos, con el localizador, las condiciones de la reserva. Nosotros ya lo haremos siempre.

Generalidades de Berlin

Berlín es una ciudad que resulta muy agradable para pasear, es fácil de recorrer y los “monumentos” forman parte de un paisaje asumible sin grandes estridencias. El alemán es correcto y de una amabilidad “teutona”.  El deambular por sus rincones resulta una experiencia agradable, supongo que por ser una ciudad fruto del reencuentro de dos mundos con dos formas de entender la sociedad para formar uno nuevo. Está lleno de actividades culturales: teatros, operas, conciertos, galerías de arte,….. La pena es que utilizan, sobre todo, el alemán lo que hace difícil asistir a algunas de esas actividades. Aún así, si os es posible y os gusta la música clásica aconsejamos acudir a un concierto en la Filarmónica, el Staatsoper o similar porque dada su gran tradición musical la calidad está asegurada y os aseguro que es una experiencia.

Curiosamente el Berlín más entrañable se ubica en la antigua zona oriental, sus museos, sus monumentos más representativos, sus rincones más acogedores se encuentran de ese lado del antiguo muro.  Esto hace que sea la zona más recomendable para alojarse,  especialmente el barrio de Mitte, en un perímetro comprendido entre la puerta de Brandeburgo al oeste, LeipzigerStraße por el sur, AlexanderPlatz por el este y Torstraße por el norte.  Esta ubicación os sitúa baricéntricamente respecto a monumentos, buenos sitios de comida, de ocio,…. Nosotros estuvimos en el WInter Hotel Gendarmenmarkt , un poco caro pero muy bien situado y de buena calidad. Pero nos han habado de A’O Hostel Mitte como muy barato y que está bien.

En general, los precios en los cafés-restaurantes son más o menos similares en la zona turística, pero las raciones son enormes, por lo que con un plato podrían comer dos personas, especialmente en alguno de los lugares que mencionaremos más adelante. Es muy frecuente tomar las salchichas y el codillo, pero no sólo puede comerse esto. En las cartas es fácil encontrar platos vegetarianos, el escalope vienesa (empanado) y ensaladas enormes con atún, pollo y/o queso. Por supuesto hay que probar el strudell de manzana o de verduras, ambos muy buenos. Las cervezas más pequeñas son de 0’3 litros y fácilmente te ponen 0’4 ó 0’5l sin pedirlo.  Los precios varían desde 2 a 4 € Hay varios tipos, pero la pils o Pilsener es la que más se parece a la nuestra. La weizenbier también está buena. Hay que tener cuidado en autoservicios porque tienen muchas cervezas mezcladas con frutas, que no es lo mismo!!! En cuanto al vino, el blanco tipo riesling está bueno, y los tintos, aunque de 13% de graduación suelen ser suaves de sabor. Sirven copas de cualquiera de ellos de 0’1 ó 0’2 l, más caros que la cerveza. En casi todo los restaurantes hemos visto algún vino español en la carta, aunque no es el lugar para tomarlos, creemos. Otro tema importante relacionado con las comidas/bebidas es que no hay horarios para hacerlo, pudiendo encontrar lugares para comer o cenar a cualquier hora. Otra forma de tomar cerveza en grupo es con los Bierstraße, mezclando bicicleta y cerveza, como el de la foto.

Si se va con poco tiempo es aconsejable conseguir vía online los tickets de entrada a museos y Reichstag. Este último lleva una demora de 3-4 días para entrar así que si se deja para comprarla allí es posible que no se pueda conseguir la entrada.

También es importante tener en cuenta las fiestas locales. En Semana Santa el comercio está cerrado, además del domingo de resurrección, el lunes de Pascua, de forma que si se quieren visitar grandes comercios como Kadewe (galería comercial con más nivel de toda Europa, incluida alimentación tipo Mercado de San Miguel en Madrid) o Galerías Laffayette (con un sótano para comer tipo gourmet muy agradable) hay que tenerlo en cuenta.

Llama la atención la alternativa a cualquier medio de transporte por la bicicleta y que recomiendo. Es impresionante lo bien diseñados que están los itinerarios, su señalización, sus aparcamientos, el respeto al ciclista por parte del peatón y conductor de otros vehículos, y lo asumido como medio real de transporte, desde niños hasta ancianos.  Curiosamente, Berlín cuenta con metro, trenes de cercanía, líneas de autobuses y taxis, todo con precios razonables, pero tengo que decir que no los empleamos por la gozada que es circular tranquilamente en bicicleta, ya que te permite conocer bien la ciudad al aire libre. Además son bicicletas cómodas de paseo, con marchas y adaptadas al uso urbano. Hay un amplio servicio de alquiler de bicicletas en toda la ciudad. En el barrio de Mitte, los precios están en torno a los 12€/día aunque en tres lugares las encontramos a 10€: muy cerca del Ayuntamiento Rojo, en Wilheimsatraße y en el Kulturbrauerei en la zona noreste de Mitte (knaackstraße). Por el contrario en el barrio de Charlottenburg (zona occidental) vimos precios a 8€. En cualquier caso, recorrer y pasar de un lado a otro de la ciudad es un placer atravesando el Tiergarten,  parque central tipo bosque (antiguo coto real de caza) y muy visitado y utilizado por los berlineses.

Las principales zonas de Berlin

En la zona de Mitte se encuentran todos los monumentos esenciales a ver: Puerta de Brandeburgo con el Reischtag al lado y su famosa cúpula realizada por Foster. Para verla, os aconsejo que reservéis entrada online en http://www.bundestag.de/htdocs_e/visits/index.jsp. En esta dirección también se puede reservar para comer o cenar en la cúpula, que no debe ser barato pero seguro que está bien. Sólo hacer eso ya te permite ver la cúpula sin necesidad de realizar ambas reservas.. Delante de la puerta de Brandeburgo se encuentra la Pariser Platz con el Hotel Adlon famoso por la cantidad de personajes que en el se han hospedado (Mickael Jackson nos mostró a su hijo desde una de sus ventanas) y aunque fielmente reconstruido tras la guerra, conserva su sabor tradicional.  Desde aquí parte la gran avenida berlinesa, Unter dem Linden, que se planteó en su momento como la versión alemana de los Campos Elíseos de París y en ella se dieron las grandes exhibiciones del Tercer Reich. Está flanqueada por edificios de relevancia. Es bonita de pasear y en ella está el Café Einstein, lugar con solera berlinesa y muy visitado por personajes famosos, y en la otra acera, os recomendamos el restaurante Dressler. En ambos se come muy bien a precio razonable para el lugar, servicio, tamaño de raciones  y buena cocina (25€/persona).

Al final de la avenida, cerca ya de la isla de los museos, encontramos la Biblioteca Nacional, el Staatsoper, Bebel Platz (tristemente famosa por la quema de libros por los nazis en donde como recuerdo se puede ver una baldosa de cristal en cuyo interior se ve una biblioteca con estantes vacíos, signo de la ignorancia).  Cerrando la plaza y junto al hotel de Roma está la Iglesia Católica de Santa Eduvigis con una planta igual al Panteón de Agripa en Roma.

A continuación vemos la plaza de Shinkel (arquitecto de Federico el grande). Mirando su estatua vemos a la derecha la Friedichswerdersche Kirche, iglesia convertida en museo de Shinkel,  de entrada gratuita, rápido de ver y que merece la pena por el interior de la iglesia y por las esculturas presentes en ella, de Wolff y Schadow especialmente. Delante de la iglesia y bajo unos enormes castaños hay un monumento al Oso de Berlin.

En la otra acera de Unter dem Lindem y junto a la Universidad Humboldt, de la que han salido 29 premios Nobel (han estudiado y trabajado personajes como Eisntein, Freud, etc) nos sorprendió  La Nueva Guardia (Neue Wache) monumento que representa muy bien la tristeza y soledad.

De la Isla de los Museos no os podéis perder el Museo de Pérgamo y el Neues Museo. De las características de ambos y del resto de los que componen la isla encontráis información en muchas páginas web. Realmente son increíbles, pero siempre se queda el regusto de todo lo esquilmado de otros países y que formaría parte de su patrimonio. En Egipto se han quedado las Pirámides pero su interior está repartido, entre otros, en los museos de Neues y Altes en Berlín. Lo mismo se puede decir el resto de civilizaciones antiguas. Es de destacar un edificio de cristal, de forma helicoidal, en la parte posterior del museo de Historia Alemana, y que es su ampliación.

En esta Isla también encontramos el Berliner Dom, la catedral imponente con la que pretendían montar el vaticano luterano. En frente de la misma, los fines de semana , desde 11 a 17h aproximadamente, se pone un mercadillo de artesanos interesante de ver.

Unter dem Linden termina a esta altura y deja, en frente del Dom, la plaza Marx Engels Forum y al lado el Ayuntamiento Rojo (Rotes Rathaus), llamado así por el color de sus ladrillos y en la fuente de Neptuno.  Mirando de frente este ayuntamiento, y en esa misma acera a la derecha comienza el barrio de San Nicolás (Nokolaiviertel) se encuentra un restaurante-café antiguo y típico berlinés llamado  Mutter Soppe

El barrio de San Nicolás es muy agradable de pasear. En el encontramos la iglesia convertida en Museo de ese mismo nombre  en cuya puerta hay otra escultura dedicada al Oso de Berlín. Una callecita frente a la fachada de la iglesia te lleva a otra plaza con una estatua de San Jorge, en donde se puede tomar buena cerveza de elaboración propia o comer en Brauhaus Georgbraeu con precios también razonables.

Detrás del Ayuntamiento Rojo hay una gran avenida,  Grunerstraße , y en una de sus perpendiculares se encuentra el que dicen es el restaurante más antiguo de Berlin de 1620,  Zur Letzten Instanz (en Waisenstraße), en donde ya comió Napoleón. Los precios no son muy elevados (25€), dadas las circunstancias.

Alexander Platz es una gran plaza, con gran circulación y edificios modernos. Es sobre todo punto de encuentro de transportes y a mi me parece muy fea. Junto a ella está la Torre de la Televisión, con grandes colas para subir y que dicen permite ver una vista panorámica de la ciudad.

Zona de copas en Mitte son los alrededores de Hackescher Markt (S-Bahn), en el triángulo comprendido entre las calles Oranienburgerstraße, Rosenthalerstraße, Auguststraße, así como sus alrededores. Aquí se mezclan berlineses y turistas.

Dejando AlexanderPlatz a la derecha, el barrio que nos encontramos es Prenzluer Berg, muy agradable de pasear, parece que habitado por familias jóvenes, con mucho comercio de arte y alternativo. En el se encuentra una antigua fábrica de cerveza, Kulturbrauerei (Knaackstraße) que  acoge recintos dedicados a múltiples actividades entre otras, Bicitour por Berlin (22€), alquiler de bicicletas, conciertos, exposiciones, etc. Este tour es básicamente la historia del muro y su recorrido. Se puede seguir ese mismo recorrido alquilando la bicicleta y siguiendo por las indicaciones de los mapas de la ciudad. Cerca de esta fábrica hay un cementerio judío (Lapidarium) y ponen un mercadillo con productos bio (exactamente no sabemos los días, seguro los jueves). Aquí hay lugares de copas en los alrededores de Kastanienallee y de Helmholzplatz (gente joven y algo más alternativa) o sino en Rykestraße.

 La continuación de este barrio hacia el noroeste de la ciudad es el barrio judío, que queda por encima de la isla de los museos. Es un barrio muy turístico porque presenta muchas opciones: el Hackescher Markt, una serie de patios interiores en las edificaciones en los que se han situado cantidad de artistas de ropa, marketing, plásticos,… Es un lugar muy agradable de pasear. Al lado de la Sinagoga Nueva  (para mi de poco interés su visita), en la calle Oranienstraße está otro similar denominado Hackesche Hofe y un edificio “okupado” por artistas muy de reciclado de materiales. Un poco más arriba un lugar bueno para comer es Gambrinus (18€) y en el lado opuesto de la calle, en los bajos de las vías del tren también es un buen sitio 1840 (22€). En este barrio, pegado al río, al otro lado del Hotel Melia también encontramos el Teatro de B. Brecht junto a un  jardín con su enorme estatua. En el lateral del mismo y delante del teatro hay una serie de cafés – restaurantes de diferentes cualidades: más coquetos o más populares, en donde hay mesas corridas, muy típicas de la zona. En el lado del Meliá encontramos vías del tren elevadas y en sus bajos múltiples bares, uno de los cuales es muy agradable: Leon (18€).

Para los fans de Brecht en la calle Chaussenstraße más arriba de Oranienstraße se encuentra su casa natal, en donde parece que se celebran reuniones literarias,.. en alemán.

El barrio judío, pero también otros de la ciudad, está salpicado de chapitas doradas en el suelo recordando casas donde vivían personas asesinadas o deportadas a campos de concentración.

También en la calle Reinhardtstraße  hay un bunker de la 2ª Guerra.

Desde el río, por la calle Freidischstraße o Charlottestraße llegamos a Gendarmen  Platz en donde hay 2 iglesias barrocas, una de los luteranos y otra de los hugonotes y en medio la  Sala de Música, que es la Sede de la Sinfónica de Berlín  con la estatua de Schiller delante. En la espalda encontramos una famosa y superbuena chocolatería, Fassbender  y una enorme galería comercial en donde están las Galeras Laffayette (Franzosischestraße), que merece su visita la zona de gourmet. En esta zona se puede comer también en Agustiner (17€). Continuando la calle Charlottestarße  en dirección contraria al río desde la chocolatería se llega en unos 20 minutos andando al Museo Judío diseñado por Liebeskind, muy interesante por el interior y exterior.

Desde allí, para seguir con el ánimo hecho polvo podemos ir a ver Topografía del Terror, exposición donde estaba situado el órgano de propaganda de las SS. A continuación el Checkpoint Charlie, uno de los pasos entre ambos lados del muro (sector americano y ruso). A su lado hay otro café Eisntein, cuyo encanto es porque era lugar de trueques y espionaje. Al lado hay un globo aerostático, en el que se puede subir, y el Museo del Muro. En dirección a la puerta de Brandeburgo nos encontramos con el Memorial del Holocausto, al que es interesante dedicarle un tiempo de paseo entre sus bloques de granito. Muy cerca se encuentra la Postdamer Platz, otro nudo viario de la ciudad con el Sony Center en uno de sus laterales, que merece la pena ser visitado, con el Museo del Cine y múltiples cafés  abiertos hasta altas horas.  Un lugar con cerveza de fabricación propia es el Linderbrau.

En el lado occidental de la Puerta de Brandeburgo comienza el Tiergarten, lugar bonito para recorrerlo con bicicleta, puesto que es muy grande y así podemos conocer sus muchos caminos y edificios, Entre ellos, la Casa de las Culturas del Mundo y la Filarmónica. A la espalda del Zoo, la embajada española y al lado un lugar encantador para comer y relajarse, a donde acuden muchos berlineses, el Café Am Neuen See

En este lado occidental está el barrio de Charlottemburg antiguo barrio selecto y residencial, con Kurfustendammstraße, llena de tiendas muy caras y que mantiene otra imagen de viviendas distinta a la del Este. En esta zona, detrás del Teatro Schiller, hay un buen café para comer, tipo buffet pero con mucho sabor, el Schillerklause (9€).

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