Para finalizar nuestro fin de semana en Cracovia paseamos por Kazimierz, el antiguo barrio judío, hasta llegar a la plaza del mercado Rynek Glowny. Movidos por la necesidad de entrar en calor decidimos entrar en Alchemia, un local pintoresco que sorprende tanto por fuera como por dentro. Al entrar encontramos una decoración clásica, con lámparas, alfombras, mesas y sillas que nos trasladan a 1940, ya que al parecer se conserva tal cual tras la Segunda Guerra Mundial.
Pasamos por varias salas hasta acceder a través de un armario al que sería nuestro refugio temporal en la gélida mañana que se nos presentaba. Nos reunimos en torno a una mesa adornada con mantelitos de ganchillo y velas que no tardamos en encender para crear ambiente, si es que no era ya un lugar lo suficientemente auténtico…
Y allí, entre risas, fotos y cumpleaños feliz, degustamos nuestra cerveza rubia por excelencia en nuestro viaje, la Tyskie, una cerveza poco amarga con tintes de lúpulo y cereal que hacen casi imperceptible su elevada graduación.
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