Qué visitar en Creta en una semana

Día 2: Heraclión, la capital y Mátala

Explorar la capital de Creta: La Ciudad de Heráclion.

En Heraclión, teóricamente, nos debía estar esperando un transfer para llevarnos al hotel… pero lamentablemente no está. Reservamos una furgoneta para que nos llevara al hotel pensando que a las 4h de la mañana sería difícil de encontrar taxi… pero el aeropuerto está lleno de taxis y te llevan a la ciudad por 7-10€. La compañía suntransfers nos deja colgados y tras dos llamadas internacionales conseguimos que nos manden 2 taxis para llegar a nuestro alojamiento.

A las 5h de la mañana caemos “muertos” en nuestras camas del Hotel Poseidon reservado por 17.5€ por persona. Se trata de un sitio decente no muy alejado de la ciudad ni del aeropuerto.

A las 9h ya estamos en pie para visitar Heraklion. Nos parece una ciudad muy bonita…

Pura entra en el Museo Arqueológico en el que lo que más le impresiona son el trabajo de los orfebres y joyeros y un enterramiento con un esqueleto dentro de la urna. Dice que lo más bonito son los frescos y un mosaico con perdices, gallos de pelea, palomas y pájaros bebiendo de una copa. Y nos explica como el toro está representado por todos lados.

Los demás van a pasear por la ciudad: Iglesias, el puerto, las calles y mercados. Remarcando que lo que más les ha gustado es la iglesia de Agios Titos (con la cabeza de San Titos, evangelizador de Creta, en una urna) y el ambiente animado de la ciudad.

Heráclion, la capital de Creta, ofrece muchísimas cosas interesantes para descubrir. Pasear por sus callejuelas históricas y sumergirse en su encanto antiguo mientras visita el Fortezza y el Palacio Real. Si quieres obtener una impresión aún mejor del pasado de la isla, no olvides dedicar tiempo para recorrer los museos arqueológicos locales.

A las 12h nos volvemos a dividir: la mitad del grupo va a buscar el coche de alquiler al aeropuerto y la otra mitad compra unas sombrillas, nevera y algo de comer y beber.

El coche lo hemos alquilado a través de Rentalcars y es de la compañía SK. Está un poco hecho polvo y nos ha costado 93€ por persona toda la semana. Un problema con el sistema de alimentación del GPS hace que tengamos que volver a la casa de alquiler para que nos lo arreglen… y eso hace que lleguemos al Palacio del Knossos con todo el calor del día, por lo que la visita a las ruinas se nos hace muy pesada, cargante y decepcionante. La entrada a Knossos cuesta 6€ (Museo arqueológico + Knossos 10€)

Un poco tristes y sudorosos recorremos los 72Km que separan Knossos de Mátala.

La población de Mátala

En Mátala nos alojamos en el Hotel Melissa reservado a través de booking.com por 18€ por persona con desayuno incluido y una estupendísima piscina.

Mátala es un pueblecito muy bonito y tranquilo. Está lleno de bares en los que tomar pescado y una maravillosa playa a la que bajamos a ver atardecer. Nos sentamos en la arena y esperamos que toda la gama de azules, naranjas y rosas se desplegara ante nuestros ojos.

A nuestra derecha la pared de la montaña se levantaba llena de oquedades y grutas. Las cabras Kri Kri se dejaban caer de cornisa en cornisa. A la izquierda el pueblo descansaba sobre un pequeño promontorio de tierra. Sacamos nuestro vino blanco cretense muy frío y brindamos por la vida. Había mucha paz, mucha belleza en nuestro entorno. El sol descendia, desaparecia en el horizonte. Los azules y los rosas se tornaban de plata. Nos mirábamos felices. Estábamos en Creta, juntos.

Decidimos cenar en el restaurante Lions recomendado por Lonely y a partir de ese momento también por nosotros. Tomamos unos entrantes griegos, dorada, sardinas, sandía y vino por 93€ (los 6)… y todo a la orilla de la playa.

Nos acabamos comprando unos baklavas y helados en la pastelería del pueblo… y nos paseamos, comiendo, por las calles de éste pueblo de pescadores reconvertido en pueblo turístico (pero sin pasarse de turístico).

Día 3: Monasterio de Odigítrias y la garganta de Agiofárango. La ciudad de Rethymmó

Desayunamos en el Hotel Melissa un lugar, que de nuevo, recomendamos a pesar de estar un poco alejado del centro de Mátala… está muy bien si se tiene coche.

Monasterio de Odigítrias y la garganta de Agiofárango

Salimos temprano hacía el Monasterio de Odigítrias; un bonito complejo monástico muy griego que está a unos 6 Km de Sivas. Hacemos la visita solos, parece que no hay nadie. La iglesia está llena de frescos del S.XV… la tranquilidad que transmite el lugar merece la visita.

Al salir del monasterio, a mano izquierda, se abre una pista forestal en mal estado que tras 8km lleva a un parking. Desde el parking hay 1.5km a pie a través de la garganta de Agiofárango a una playa desierta. Unos 500 metros antes de la playa nos encontramos con una iglesia con un pozo que permite que nos refresquemos.

La playa está casi desierta, de agua cristalina… el paisaje y la tranquilidad hace que pueda decirse de ella que es paradisíaca.

La carretera para llegar hasta el parking es un poco tortuosa por lo que aconsejamos ir en 4×4 o en un coche potente (y alto). Esto lo decimos desde la experiencia porque nuestro coche pinchó una rueda y tuvimos que cambiarla en medio de la nada con un temperatura de unos 40ºC haciéndonos sombra con las sombrillas… toda una aventura!!!

Tras los sudores del cambio de rueda decidimos parar en el primer pueblo que encontramos… Siva. Queríamos quitarnos el “susto” y tomar una cerveza pero nuestro karma nos había llevado al lugar adecuado ???????-?????? “???????”. Somos atendidos por Frankis, un chico cretense que nos hace sentir como reyes… comemos:

• Tzatziki
• Tkos
• Mussaka
• Pasticcio
• Albóndigas en sopa de limón.
• Sandía

Y por último nos tomamos unos raki a la salud de nuestro camarero.

El bar está en la plaza del pueblo el segundo saliendo de la iglesia a mano izquierda y es totalmente recomendable.

El Monasterio de Odigítrias se encuentra en el pueblo de Katharo y es único por su arquitectura y paisajes. ¡No te olvides de tomar una taza de café griego tradicional junto al mar! Después, ve a la Garganta de Agiofárango, conocida por sus hermosas lagunas azules poco profundas y escarpadas formaciones rocosas. Está lleno de actividades acuáticas como nadar, bucear o remar.

Después de la comida lo que nos apetece es una siesta pero el sentido común nos dice que lo que debemos hacer es ir a arreglar la rueda pinchada… otra divertida odisea: descubrir donde arreglan ruedas!!! Nos lo hacen por 5€ en un taller un poco escondido después de recorrer muchos kilómetros.

El GPS nos decide engañar y no llevarnos a la playa de Preveli. Primero nos lleva en dirección contraria y después a la calle Preveli de Rethymnó… al final desistimos y vamos a buscar nuestro siguiente alojamiento: un apartamento en el Hotel Summer Dream… alejado del centro pero a la orilla de la playa por 110 € los seis.

La ciudad de Rethymmó

Rethymnó, en un primer momento, nos recuerda un poco a Benidorm… un lugar muy turístico y alejado de la belleza y tranquilidad de Mátala. La oferta hotelera es muy grande y si vais os recomendamos que cojáis un hotel más cerca del centro, aunque sea un poco más caro, porque la caminata de 2-3Km de vuelta al hotel se hace un poco pesada.

El casco antiguo de Rethymnó está muy bien cuidado y es bonito. Hay cientos de tiendas de productos griegos en las calles centrales.

Cenamos en un local griego tras pasar la catedral a mano derecha en la calle Marcus Mousourus, 14 se llama “?? ??????????” (la Chavesiliki una palabra en griego antiguo que significa antojo, deseo y pasión) en el logo tiene una bandurria. Buen precio (33€): ensaladas, tzatziki, fava… cerveza y vino, éste último no estaba muy bueno.

Después de la cena un merecido helado y nos volvemos al alojamiento.

Día 4: La playa de Georgeopolis y Omalós

Desayunamos temprano en nuestro apartamento con cocina y dedicamos la mañana a pasear y comprar por Rethymnó. El centro histórico seduce y está lleno de tiendas fascinantes y otras dirigidas a los guiris, que nos embelesan bastante menos.

Playa de Georgeopolis

Compramos comida para la noche porque la noche la pasaremos en las montañas y allí prevemos que no haya nada. Decidimos empezar a hacer camino y nos paramos a comer y bañarnos en la playa de Georgeopolis, otro centro turístico menos masificado que Rethymnó. El Hotel Corissia nos ofrece, por el precio de una consumición, hamacas y sombrillas a la orilla de la playa (2.5€).

La playa de Georgeopolis tiene una ermita en medio del mar con un camino de rocas, el baño es agradable y nos comemos unos bocatas de feta con tomate que compramos en una panadería de Rethymnó por 1.75€ “exquisitos”.

Hacia las 17h decidimos ir a Omalós, pero antes paramos en un pueblo para comprar carne, yogurt, carbón… para una barbacoa.

Seguimos la carretera y el GPS nos vuelve a gastar una “broma” metiéndonos por pistas forestales (por ponerles un nombre… porque eran más bien caminos de cabras) durante más de 10Km rodeados de acantilados en una montaña de más de 1000 metros de altura. Seguimos adelante porque es imposible dar la vuelta… después de más de 45 minutos, taquicardias, sudores y tensión… llegamos a la carretera principal. Siguiendo las tradiciones griegas dejamos una capilla, dibujada, a la orilla de la carretera para dar gracias a Dios por seguir vivos!!!

La población de Omalós

En Omalós nos espera el mejor alojamiento de todo el viaje Omalós Village: un chalecito con todas las comodidades por 10€. Preparamos la barbacoa y dedicamos la noche a una de nuestras freakadas… cada uno de nosotros tenía que traer preparado de casa un mito griego y representarlo. Un rato muy divertido que dinamiza mucho al grupo.

Día 5: La garganta de Samaria y la bahía de Sougia

A las 6 h ya estamos en pie… hoy toca la Garganta de Samariá. Pero no todos podemos hacerlo porque Pedro tiene un problema de salud y no se puede permitir hacer los 16Km de trekking de la garganta.

La excursión a Samaria Gorge

Pedro y Jaume llevan en coche a las 7:15h a Bea, Pura, Pablo y Rosana a la taquilla de la Garganta que está a 2Km del alojamiento. Un viaje a Creta no está completo sin una excursión a Samaria Gorge, un increíble y tranquilo cañón de 17 km situado en el Parque Nacional de Samaria. Aquí podrás ver florecillas silvestres, naturaleza salvaje y animales atractivos- ¡un verdadero paraíso!

Respecto a la Garganta de Samariá estas son las reflexiones del grupo…

“Un recorrido fácil de hacer incluso con niños. Todo el trayecto es bajada. Hay baños y zonas de descanso. El paisaje es espectacular, todo el tiempo estás rodeado de árboles o de las sombras que dan las altas paredes montañosas. Incluso cruzamos puentes de madera sobre riachuelos. El día era soleado y corría una fresca brisa. Era muy agradable escuchar el viento entre los árboles.”

“La garganta fue genial, teníamos nuestras reservas por sí era muy dura o cansada por el calor, pero nada de lo esperado, todo el camino es sombreado y con zonas de descanso y fuentes para refrescarse, es apto para cualquier persona. A todos nos encanto, nos hicimos mil fotos pensando que era el mejor paisaje, pero al avanzar siempre era mejor! Hasta llegar a las famosas puertas donde nos quedamos todos boquiabiertos, muy recomendable!! Nos llevamos bocata, agua y fruta, y al final del camino, hay un bar donde reponer fuerzas, nosotros optamos por un refrescante zumo de naranja natural. Al llegar al pueblo donde se coge el barco hacia Sougia, decidimos comer ya que salía en unas horas y darnos un baño refrescante y descansar en un rato! En ese pueblo es lo único que se puede hacer!! Comimos ensalada griega y musaka, no recuerdo el precio. No recuerdo tampoco el precio del barco!! El viaje en barco es agradable y al final tiene mejor sabor si te reciben los amigos que faltaban bastantes contentos, deseando llevarnos a tomar cervezas y enseñarnos el pueblo, fue muy divertido!”

“La entrada son 5€/persona. En la parte de atrás de la entrada hay un mapa donde indica los km donde hay punto de agua y baños. Por supuesto hay que ir con ropa y calzado cómodo (un letrero a la entrada advertía de la dificultad de hacerlo en tacones…). Se recomienda en los meses de más calor empezar el trekking temprano para evitar las peores horas de sol. Importante ir provisto de bebida y comida ya que hasta casi el final no hay ningún punto para reponer fuerzas. Está muy bien señalizada y casi todo el camino se hace con sombra y corre un aire que se agradece. Cada pocos km hay baños y fuentes. El tramo más pesado es el del final (los 3 últimos km) casi sin sombra, y no hay nada más que ver y hay que hacerlo obligatoriamente para salir de allí y llegar a la playa. Hay otra opción, que es coger un bus justo donde están los bares al final de la garganta que x 3€ te llevan a la playa, pero una vez hechos 15 km… Que importa 1 más! Existe otra opción de recorrer la garganta y que nos dimos cuenta que hacia mucha gente, y es, empezar al contrario. Lo más bonito se encuentra en el km 12, que son las llamadas “puertas de hierro” que es un estrecho de 3m de ancho y 300 m de altura. Mucha gente se ahorra recorrer los 16km y van directamente a lo más espectacular. Personalmente, me alegro de haberlo recorrido íntegro.”

Después de dejarlos van a hacer el checkout en el apartamento y cogen la carretera con destino a Sougia con la intención de coger un barco con destino a Agia Roumeli… cuando llegan el barco ya ha zarpado y deciden pasar el día en este bonito pueblo antaño ocupado por los hippies y hoy un remanso de paz en el que perderse.

La bahía de Sougia

Sougia es una bahía que, por su difícil acceso, no ha sucumbido al dinero que ofrece el turismo de masas. Hay apartamentos, hoteles, habitaciones y camping libre en la playa. Ofrece desde hamacas y sombrillas, con servicio de camarero, a zonas naturistas.

A pesar del viento se bañan y deciden tomarse una cerveza en Sougia Paradise (el enlace está en griego, hay que pasar el traductor), un bar con sombra de árboles a la orilla de la playa, adornado con material reciclado y con hamacas. Ofrecen comida y bebida. Las vistas son increíbles y los colores turquesas y azules del mar inimaginables. 6 cervezas de ½ litro cuestan 14€.

Comen en la Taverna Polyfimos: Croquetas de calabacín, ensalada cretense… y lo más importante el tomate sabe a tomate, el queso a queso, la cebolla está dulce… de nuevo el precio nos sorprende 15€! Al acabar de comer el jefe nos trae una botella de raki y no deja que nos vayamos. En resumen; comida fresca y buena a un precio que ya querríamos en España.

Antes de que llegue el resto del grupo vuelven a Sougia Paradise a tomarse un digestivo gin tonic.

A las 18h llega a Sougia el barco procedente de Agia Roumeli con el resto del grupo. Vamos a nuestro alojamiento el Idomeneas Apartments.

Después de descansar, un paseo y una ducha nos vamos a cenar a la Taverna Polimorfos: cerdo marinado riquísimo, mezzades griegas, vino, postres… por 98.6€.

Nos vamos a dormir un poco bebidos… y empieza a soplar un viento muy fuerte que nos acompañará durante toda la noche.

Día 6: Pasear por las calles de Balos y Chaniá. Agios Nikolaos

El viento no nos ha dejado descansar todo lo que hubiéramos querido… pero sin problemas emprendemos viaje hacia nuestro nuevo destino: Balos.

La carretera interior que une Sougia y Balos es espectacular, en algunas zonas se vuelve de un solo carril para pasar túneles escarbados en altas montañas.

Paramos en Kandanos para tomarnos un café y una vez más los cretenses dan fe de su hospitalidad invitándonos a un bizcocho casero buenísimo.

La población de Balos

Una vez llegamos a la península más occidental de Creta para ir hasta Balós tenemos dos opciones: en barco o en coche. El barco se debe coger en Kastelli Kissanos y cuesta 25€ por persona, pero nosotros, después de mucho reflexionar y leer foros y blogs, optamos por ir en coche por 1€ por persona (que es lo que cuesta entrar a la reserva natural). El camino está más transitable de lo que dicen las guías. El coche lo dejamos en la parte alta, en un parking y después tenemos que andar unos 15 minutos para llegar a la playa… la sensación al ver el contraste de los tonos esmeralda del mar y el blanco de la arena es difícil de describir, sin duda es una de las imágenes más difíciles de olvidar de Creta… pero no todo puede ser perfecto, hace un viento que incomoda.

Nos bañamos, paseamos y decidimos comer en una taberna gestionada por el ayuntamiento (la que hay bajando a la playa a mano derecha) un bocata y una cerveza. Después de un rato “aventados” decidimos volver a por el coche.

Para la subida se necesita estar un pelín en forma, es bastante cansada… para quien no pueda está la opción de ir en burro de la que desconocemos el precio.

La escala en Chaniá

Cogemos el coche y nos vamos a Chaniá a buscar nuestro nuevo alojamiento… de nuevo el GPS nos “putea” y nos lleva a una calle sin salida… finalmente conseguimos llegar a Stelisia Rooms: un lugar cerca del centro y enfrente del mar con buena relación calidad/precio (12€ por persona) aunque con baños muy pequeños e higiene bastante cuestionable.

Nos damos un paseo por la preciosa ciudad de Chaniá visitando: el puerto veneciano hasta llegar al faro, la mezquita de Kioutsouk Hasan, el arsenal… y las calles llenas de negocios y gente que los rodean. Sin duda una de las ciudades más bonitas que hemos visto en Creta.

Cenamos en la plaza 1821, junto a la Iglesia de Agios Nikolaos (en el local que hay más cercano al templo) un lugar lleno de gente joven y universitaria, de nuevo a buen precio.

Después de un paseo nos vamos a dormir.

Date un paseo por las calles estrechas de Balos y Chaniá. Ambos son hermosos y llenós de encanto, y ofrecen muchas oportunidades para comprar productos locales artesanales. Después date una vuelta en barco al impresionante agua azul turquesa que es solo famosa entre los habitantes locales Agios Nikolaos. Disfrutarás de un precioso clima mientras recorres el antiguo puerto pesquero.

Después del desayuno emprendemos de nuevo viaje. Hoy toca hacer unos cuantos kilómetros hasta llegar a Agios Nikolaos.

Por el camino paramos en el Moni Agios Giorgios Selinari, un lugar muy milagroso para los cretenses y que a nosotros nos pareció muy bonito.

Agios Nikolaos

Hacia las 13h llegamos a Ammoudara Beach, un poco alejado de Agios Nikolaos… pero que nos encantó. Se trata de un complejo a orilla de la playa, con apartamentos chiquititos, bar, restaurante, piscina, supermercado… lo que nosotros bautizamos como un “resort low cost” porque la habitación con desayuno incluido nos costó a 17€ la noche por persona.

Dedicamos el resto del día a bañarnos en la playa y en la piscina, a disfrutar de las cervezas en nuestra hamaca (por ser clientes del “resort” tenemos derecho a hamaca y sombrilla gratis en la playa) y a comer a orillas de la playa… hasta bien entrada la tarde que tras una ducha decidimos visitar la ciudad de Agios Nikolaos.

Agios Nikolaos tiene un lago y varias iglesias que visitar. No es nada espectacular, en comparación con las otras ciudades de Creta que hemos visitado. Volvemos al alojamiento y cenamos en nuestro “resort”.

Día 7: El monasterio de Moni Toplou y la vuelta a Heraclion

El monasterio de Moni Toplou

Después de la rutina diaria de primera hora de la mañana vamos hasta Moni Toplou. Un monasterio muy anunciado en todas las guías por su importancia histórica pero que a nosotros nos decepcionó un poco, pues creíamos que tendría unas vistas espectaculares y que arquitectónicamente sería impresionante… pero desgraciadamente no lo es.

De vuelta decidimos disfrutar de las aguas cristalinas de la costa cretense en Istro. Un chapuzón, comida y siesta en nuestra hamaca. La comida nos la sirven en la orilla los del chiringuito por poco más de 6€. Un lugar tranquilo y recomendable que consigue quitarnos el “mal sabor de boca” del monasterio.

Volvemos hacia Heraklion a devolver el coche de alquiler y cogemos el bus para ir a el Hotel El Greco (17 € la noche).

Paseamos de nuevo por la capital, vemos la puesta de sol en el Puerto Veneciano y vamos a cenar a la taberna Oyzepi de la Calle Marineli número 1, un restaurante lleno de gente en el que cenamos estupendamente por poco más de 15€ y que recomendamos a todo el que vaya a Heraklion.

Nos vamos a dormir porque a las nuestro vuelo sale a las 4:30h de la madrugada.

Día 8: La vuelta a España

A las 2:00h nos viene a buscar un autobús, sí un bus de 50 asientos para 6 personas, al hotel para llevarnos al aeropuerto. Se ve que nuestras quejas sobre el transfer de la llegada han surgido efecto!!!

Al llegar al mostrador de facturación, para los vuelos desde Heraklion no se puede hacer cheking online, parece que están controlando la medida y el peso de las maletas… pero logramos escaparnos del maldito peso en el último momento.

En el pequeño aeropuerto hay una tienda duty free que tiene productos de toda la isla a precio normal… por lo que las bebidas, mieles, aceites… es mejor que los compréis allí si vais en un vuelo sin facturación.

A las 7 de la mañana estamos en El Prat. Vamos hasta Sants con el Cercanías y nos paseamos por el barrio de Sants hasta la hora de salida de nuestro tren con destino Murcia.

Consejos para viajar a Creta:

• No reservar el transfer aeropuerto-Heraklion… allí es fácil conseguir taxi.
• Si solo lleváis una semana centraros en una zona de la isla y disfrutarla a tope. A pesar de parecer pequeña en el mapa… los recorridos son largos.
• A no ser que seáis amantes de la cultura minoica… olvidaos de las ruinas… suena a cateto e inculto… pero no nos gustaron nada y no nos aportaron nada.
• La gente es muy amable y siempre están dispuestos a ayudarte.