Viajando por Polonia

Aunque a priori no es un país en el que se piense como destino, Polonia ofrece historia, naturaleza, ciudades de encanto y muchos otros atractivos a un precio bastante asequible.

DIA 1 Alicante-Barcelona

Inicio de la aventura con el bus destino Aeropuerto de Alicante. Desde la estación de autobuses de Murcia salen varios al día, tarda 50 minutos y te ahorras el parking. Ver horarios

En apenas 50 minutos estamos en el aeropuerto de El Prat, Barcelona. Nuestro avión a Varsovia sale desde la T2, así que cogemos el bus lanzadera que sale cada 10 minutos desde la T1. Muertos de hambre (son las 23:30) encontramos el único sitio abierto que reparte alimento en esta terminal, en el que nos clavan 20 euros por dos cervezas calientes y 2 bocatas mal hechos, pero es lo que hay. Toca pasar la noche en el aeropuerto.

DIA 2 Barcelona-Varsovia

Tras “dormir” 2 horas en el suelo de la T2 del aeropuerto de BCN, facturamos y a volar. 3 horicas absolutamente sopas para llegar a las 10:00 al mini-aeropuerto de Varsovia-Modlin, abierto en Julio 2012 (casi que lo estrenamos). Justo en la puerta cogemos un pequeño bus que pasa cada 20 minutos y te lleva a la “estación” de tren de Modlin (un andén con un cartel encima). Por 12 PLN incluye el bus hasta la estación y el tren hasta Varsovia, donde puedes parar en la estación que prefieras. Nosotros nos bajamos, por ejemplo en Warsawza Gdanska, y de ahí cogimos el metro hasta la parada más cercana al hostel que teníamos reservado.

Para los dos primeros días reservamos en Planet Hostel desde la web de Hostel Bookers. No muy fácil de encontrar, la entrada daba bastante miedo aunque al subir a la segunda planta y entrar al hostel nos gustó mucho, recién reformado, con wifi, 2 ordenadores de uso libre y por 70 PLN por persona en habitación doble con baño compartido por noche. Nos echamos una minisiesta necesaria de 1 hora y a la calle a patear Varsovia!! Andando, andando, andando, desde el Hostel hacia la zona antigua pasamos por Nowy Swiat, una calle con restaurantes y muchos sitios para tomar cerves y recorremos sin saberlo, la Ruta Real, en un paseo muy agradable. Continuando con la Ruta Real pasamos por el monumento a Copérnico, la Universidad, el Hotel Bristol y varias iglesias, hasta que llegamos a la parte más bonita de Varsovia: el centro histórico. Desde lejos se van viendo los tejados rojos de las casas, y la columna con el rey Segismundo III en el centro de la plaza del Castillo de Varsovia.

Paseamos por las callejuelas y llegamos a la Rynek Stare Miasto, la plaza principal de la ciudad antigua, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ya que tras haber sido destruida por los bombardeos en la II Guerra Mundial, el pueblo de Varsovia la reconstruyó entera tal y como estaba antes. Increíble. En esta misma plaza hay una oficina de turismo, donde nos atiende una chica muy maja, y nos da información de todo lo que nos ofrece Varsovia, y en español, Ole! Justo en el centro de la plaza está la sirena, símbolo de la ciudad, dice la leyenda que es prima de la de Copenaghe. Continuamos caminando un poco más y ya es tiempo de descanso para una cerveza, una pinta de Zywiec por 8PLN, deliciosa la cerveza polaca.

Volvemos por Nowy Swiat hacia el Hostel y paramos a cenar en un restaurante recomendado por Lonely Planet, pierogi y sopa (riquísimos) y muertos volvemos caminando a descansar. Un gran día (y largo).

DIA 3 Varsovia

Dormimos como angelitos, ducha y desayuno en el hotel. Compramos billete para transporte todo el día por 12 PLN por persona, se puede comprar en kioscos o en las máquinas que hay en la calle, y hay que validarlos cuando te montas en el bus, tranvía o metro. Con ese billete puedes viajar las veces que quieras y en el medio que quieras. Desde la puerta del hostel cogemos un tranvía hasta la estación central de Varsovia y de ahí vamos dando un paseo hasta el museo del alzamiento de Varsovia. La entrada cuesta 14 PLN normal, 10 PLN reducida (el carnet universitario puede seguir sirviendo para algo!) y pillamos también una audioguía en español por 10 PLN muy completa, demasiado en mi opinión, solo para los muy freaks de la II Guerra Mundial. Muy interesante y recomendable la visita a este museo, nos tiramos casi toda la mañana ahí metidos. Después cogemos otro tranvía hasta Centrum y paseamos hacia el centro, comemos en un restaurante en Nowy Swiat otra vez deliciosos pierogi y salchicha polaca y nos dirigimos a tomar un café por la ciudad vieja, y a visitar lo que nos faltó ayer, y de camino nos encontramos con un desfile militar con caballos, y una banda, todos ataviados con uniformes, que no llegamos a conocer el motivo… Hoy visitamos el cúmulo de los desperdicios (os podéis imaginar el por qué de ese nombre), la Rynek Nowe Miasto (plaza de la ciudad nueva) y continuamos hasta la Ciudadela, pero cuando llegamos está ya cerrada (abre de 9:00-16:00), así que nos volvemos por la zona de la ciudad nueva: la biblioteca, las cortes generales y el monumento al levantamiento de Varsovia y al pequeño insurrecto (este último, personalmente, me encantó). Otra matanza de paseo, seguimos, seguimos seguimos y pasamos por la Ópera y el Gran Teatro. Muy cerca está la plaza con la tumba del soldado desconocido, una plaza enorme con unos jardines donde paramos a descansar un rato. Por una perpendicular a Ul. Marszalkowska llegamos al lado del palacio de la cultura donde cenamos. Para los amantes del jazz, y en general de la música en directo recomendamos Tygmont para tomar una copa o cerveza.

DIA 4 Varsovia-Cracovia

Dedicamos la mañana al parque Laziensky, que está al lado de nuestro Hostel. Es un parque enorme con mucho bosque y césped y varios palacetes, ya que era la residencia de verano del último rey que vivió en Varsovia. En medio del parque está el palacio sobre el agua, y justo al lado un auditorio donde todos los domingos, a las 12:00 y a las 16:00 hay conciertos de piano gratis de canciones de Chopin, y ponen altavoces y se oye por todo el parque. Además Varsovia nos regala hoy 27 grados y un sol radiante, ideal para disfrutar de la combinación naturaleza-música. Tras recorrer el parque tirando fotos, comemos en una lechería, típico de Polonia, sopa y crepes de pollo y espinacas por 38 PLN los dos. Recogemos las mochilas del Hostel, pillamos el tranvía hasta Warszawa Centralna. En la estación compramos el billete de tren hasta Cracovia, (en las máquinas automáticas, en inglés y se puede pagar con tarjeta de crédito VISA o MasterCard), por 56 PLN por persona en 2ª clase. Una vez que llega el tren, la gente se agolpa corriendo, y después entendimos por qué. De 2ª clase solo hay 3 vagones y hay muchísima gente, así que no hay sitio para todos, nos toca pasillo y sentarnos en la mochila, lo sabemos para la vuelta.

Después de 3 horas de viaje bastante caluroso llegamos a Cracovia, y nada más bajarnos del tren tenemos la sensación de que esta ciudad tiene algo que engancha. Andando unos 10 minutos llegamos a nuestro Hostel, que reservamos anoche por internet: The Pink Panther`s Hostel donde nos recibe un personajillo que chapurrea español, nos da la llave de nuestra habitación que está en la buhardilla, y aquí mismo contratamos excursión para el día siguiente a Auschwitz por 120 PLN por persona con guía en español. Siestecilla, ducha rápida y a pasear por Cracovia!! Es una ciudad preciosa, de cuento, muy bien conservada, con un animado centro en la zona antigua lleno de gente. El hostel está a escasos pasos de la Rynek Glowny La plaza medieval mercado más grande de Europa. En el centro está el antiguo mercado de telas, convertido ahora en puestos de artesanía polaca.

Paseamos envueltos en el ambiente mágico del centro de Cracovia, y se va haciendo de noche. Parada técnica para cervecita en Pianola Bar, en la terraza. Ojeamos la Lonely Planet para ver las recomendaciones para cenar y encontramos un sitio ideal llamado “Ambasada Sledzia” (La embajada del arenque), un sitio de tapas polacas, muy popular, hasta arriba de gente joven, muy animado. Nos sentamos en la barra y cenamos arenques en aceite (que vienen a ser como aquí los boquerones) y salchichas, por supuesto acompañado de buena cerveza. Absolutamente recomendable. De allí continuamos nuestro paseo nocturno hasta la Rynek, en donde encontramos un club de jazz, Harris piano jazz bar con concierto en directo, ¡imposible resistirnos! La entrada vale 20 PLN por persona (algo caro, pero merece la pena), con consumición incluida. Disfrutamos como enanos del musicón, y del encanto del local, que está en un sótano debajo de la plaza, y parece que estás en una cueva, y vuelta al hostel a descansar.

DIA 5 Auschwitz

Hoy toca madrugar. Nos levantamos a las 7:00 porque la excursión que contratamos ayer a Auschwitz sale a las 8:15. Desayuno en el hostel completico, tostadas, cereales, café y té hasta hartarse.

El trayecto hasta Oswiecim (el nombre polaco del pueblo que los nazis rebautizaron como Auscchwitz), dura 1 hora 15 minutos, y para aprovechar nos ponen la película documental de “La liberación de Auschwitz”, que muestra testimonios de los soldados soviéticos que liberaron a los judíos del campo de concentración al terminar la II Guerra Mundial.

Nos reunimos con un grupo de españoles con una guía polaca que habla español, nos da unos cascos y comenzamos la visita. Primero recorrido por Auschwitz, el campo 1, visitando los bloques donde hay exposiciones sobre la vida en el campo.

La segunda parte consiste en ir a Birkenau, conocido como Auschwitz II, un campo más grande concebido y destinado para el exterminio de la raza judía, en el que había 4 crematorios (de los que sólo quedan las ruinas, porque los nazis intentaron destruirlos para no dejar pruebas de la barbarie que habían cometido) y hasta donde llegaban los judíos desde todos los campos de concentración de Europa. Allí hay un monumento a todas las víctimas de Auschwitz, con unas placas conmemorativas escritas en 23 idiomas diferentes (todos los de los países desde donde procedían los judíos).

Escalofriante, indignante y muy emotivo. La visita te deja sin palabras.

Volvemos a Cracovia para la hora de comer. Hoy elegimos el Bar Mlecky, al final de la calle de nuestro hostel, comida deliciosa y barato. Repetimos pierogi rustike y probamos una especie de gelatina de cocido de pollo. Paseo y helado (Lodi, en polaco), obligado probarlos, a pesar del frío a los polacos les encantan y la verdad es que están riquísimos.

Vamos a la oficina de turismo que hay en la Rynek donde nos dan información de qué hacer, ver y visitar en Cracovia. Paseamos por la “Ruta Real”, cenamos un kebab, otro helado y nos sentamos un rato en Maly Rynek a ver pasar a la gente y charlar, fotos nocturnas y al hostel.

DIA 6 Minas de sal de Wielickza-Zakopane

Nos levantamos tempranico, desayuno en el hostel, check-out, dejamos las mochilas y nos vamos de excursión por nuestra cuenta a visitar las minas de sal de Wielickza, a 14 km de Cracovia.

Cogemos un microbús en la parada-estación que hay enfrente del centro comercial Galeria Krakow, que es como un solar que menos estación de bus parece cualquier cosa. El billete cuesta 3 PLN y tarda 30 minutos en llegar. Nos deja justo en la puerta de las minas, y tenemos mucha suerte, porque llegamos a las 11:00 y justo a las 11:20 es la visita guiada en español (la siguiente sale a las 16:20). Es lo que tiene no mirar los horarios… La entrada vale 73 PLN por persona , (aquí no me dejan sacarla con descuento estudiante, no cuela). Con la visita guiada en inglés o polaco vale 56 PLN y salen con más frecuencia.

Totalmente recomendable. Impresionante lo que hay dentro de las minas. 9 pisos hacia abajao, aunque sólo están abiertos al público los 3 primeros. En el 3º hay un balneario.

Para comenzar la visita hay que bajar nada más y nada menos que 380 escalones del tirón, así que, ¡llevad zapatos cómodos! Bajamos a 64 metros de profundidad. Todo lo que hay dentro está hecho de sal, las esculturas, las capillas y los túneles, todo excavado en sal. Vamos visitando el laberinto de cámaras y pasillos (no se puede visitar sin guía) hasta que llegamos a la más impresionante de todas, la capilla de Santa Kinga, la patrona de la mina. Según la leyenda, la princesa de Polonia (Kinga), se iba a casar con el príncipe de Hungría (no se quién , el púdico), y como dote le ofreció una mina de sal en Hungría. Kinga, al enterarse, tiró el anillo a un pozo en Hungría (no le pareció bien el regalo). Unos años después, un minero excavando un pozo en Wielickza descubrió la mina de sal y el anillo de Kinga, y la leyenda dice que la mina se trasladó de Hungría a Polonia, y finalmente se casaron. Al morir su marido, Kinga se metió a monja, y cuando murió la hicieron santa, y le hicieron la impresionante capilla en sal que hay en la mina. TODO absolutamente está hecho de sal, el retablo del altar mayor, las escenas con pasajes de la Biblia de las paredes, incluso las lámparas están hechas con cristales de sal. En la misma capilla hay una escultura de Juan Pablo II, como en cada esquina de cualquier sitio en Polonia. Dentro de la mina también hay un lago de agua salada, con una concentración de sal mayor que la del Mar Muerto, imposible hundirse allí.

La visita dura casi 3 horas, por lo que salimos tarde y como estamos muertos de hambre, comemos una salchicha a la parrilla gigante en un puesto que hay justo enfrente de la mina. Para volver a Cracovia se puede coger un microbús como en el que hemos venido, o en el bus de línea 304, enfrente de la parada donde nos hemos bajado.

Importante, comprar el billete sí o sí, ya que si no lo llevas la multa es de 120 PLN por persona.

Volvemos al hostel a por las mochilas y nos vamos para la estación de autobús, a 10 minutos andando para coger un bus hasta Zakopane. Salen microbuses cada 30 minutos de Cracovia a Zakopane, el billete cuesta 20PLN por persona y tarda unas 2 horas, casi directo, y el paisaje de camino es alucinante.

La estación de bus de Zakopane está muy cerca del centro. Andando unos 5-10 minutos llegamos al Top Hostel, que está en Ul. Krupowki, la calle peatonal del centro de la ciudad. Nos instalamos, ducha y paseo por la ciudad. Se trata de una ciudad tranquilita, a los pies de los Cárpatos, montado para el turismo. Esta noche elegimos para cenar un restaurante al final de la Ul Krupowki el Kasza-Nasza. Pedimos la sopa Tatras y pollo con cebolla, delicioso, el sitio muy agradable, la camarera muy amable, incluso charlamos un rato con ella, y nos enseña algunas palabras en polaco, todo por 52 PLN. De camino al hostel paramos a tomar una cerveza en una terraza con manta (hace bastante frío) y a dormir.

DIA 7 Subida al Morskie Oko y Monte Gubalowka

Nos levantamos a una hora decente, ducha y a funcionar. De camino a la estación de autobuses paramos a desayunar en un sitio que parece un bar de carretera. La camarera nos sirve un café gigante, y ya cargaditos de cafeína todo el día. Paramos en la oficina de turismo donde nos atiende una chica muy amable y nos informa sobre qué ver y qué hacer en Zakopane.

Decidimos subir al Morskie Oko, un lago de montaña, ya que según las previsiones del tiempo, hoy es el único día que no va a llover de los que pensamos estar en Zakopane, así que hay que aprovechar. Compramos en un supermercado sándwiches y cogemos un microbús hasta Polana Palenika. Los microbuses se cogen justo enfrente de la estación de autobús, y salen con bastante frecuencia, cada 20-30 minutos, 20 PLN por persona y trayecto. Paran en una especie de parking gigante, donde está la entrada al inicio de la ruta de subida al lago, de 9 km. Hay que pagar 4 PLN por persona para entrar. Justo en la entrada hay unos carros que te suben los primeros 7 km por 40 PLN por persona. La subida es apta para cualquier persona, independientemente de la forma física en la que se encuentre, y para cualquier edad, desde niños hasta personas mayores, incluso parejas con bebés en sus carritos subían hacia el lago. Tras el esfuerzo, que merece absolutamente la pena llegamos al destino, y la recompensa es espectacular. Las vistas de la gigante montaña, y justo delante de ti el lago con aguas color verde esmeralda, sobre las que se reflejan los rayos de sol… una pasada. El tiempo acompaña y hace una temperatura ideal. Rodeamos el lago en otra rutilla de una hora más o menos, y nos encontramos con una pareja de novios haciéndose el reportaje de fotos allí mismo (todos los días, en todas las ciudades vemos parejas de novios haciéndose fotos, cúanta boda hay en Polonia!!!). Con la emoción del momento, comemos nuestros sándwiches y disfrutamos de las vistas, reponiendo fuerzas para la bajada, y cargamos la cámara con unas cuantas fotos. En 1h 45 minutos estamos abajo, en el parking, donde cogemos el microbús de vuelta hasta Zakopane.

Como vamos con la activación, decidimos subir hasta el Monte Gubalowka. En funicular vale 17 PLN ida y vuelta, aunque también está la opción de subir en funicular y bajar en telesilla por 14 PLN, pero una vez arriba hay que andar un ratazo, y estamos algo cansados de esta mañana, así que decidimos coger el funicular ida y vuelta. En pocos minutos te sube al monte, y arriba hay multitud de opciones de ocio, un parque multiaventura donde puedes hacer escalada, rappel, tirolina, puente tibetano… También hay puestos de souvenirs y artesanía, y de comida. Paseamos disfrutando de las vistas de la ciudad desde el Monte Gubalowka, otra tanda de fotos, cervecica descanso y bajamos. De vuelta hasta el hostel pasamos por el mercado, aunque estamos algo cansados y decidimos dejar las compras para mañana. Mini-siesta y salimos a cenar. Decidimos darnos un homenaje y, siguiendo las recomendaciones de la Lonely, elegimos el restaurante Czerny Taw, donde pedimos un jamón de cerdo con patatas, a la parrilla, y queso con mermelada. Todo por 70 PLN. Después mini-paseito para bajar la cena y a dormir pronto.

DIA 8 Zakopane relax

Según las previsiones, hoy llueve, y nos habíamos dejado el día para el relax, ver la ciudad con calma y hacer algunas compras. Nos levantamos no muy temprano y salimos en busca de desayuno. Después paseamos por la zona antigua de la ciudad, donde está la mini-ermita de piedra, la primera iglesia que hubo, y al lado el cementerio. Continuamos andando, recorriendo esa misma calle, y llegamos hasta el Santuario de Fátima.

Está toda la mañana lloviendo, así que decidimos volver y tomar algo antes de comer, a cubierto. Tomamos una cerve en el café Appendix, un sitio con buena música, muy acogedor. Justo al lado decidimos comer en un restaurante de pescado, que es de la misma cadena que en el que cenamos anoche. Pedimos trucha y salmón a la parrilla, ensalada y sopa, todo exquisito. Después tomamos un café y damos una vuelta por el mercadillo, compramos algunas cosas, sin parar de llover, y volvemos al café Appendix, donde echamos la tarde de charleta y escribiendo el diario del viaje, que llevábamos algo atrasado.

Los restaurantes son todos bastante parecidos, para esta noche elegimos uno que tiene música de los tatras en directo. Sopa zurek, pierogi y ensalada, y a dormir pronto. Un gran día relax, para coger fuerzas para lo que nos queda de viaje en Polonia.

DIA 9 Zakopane-Cracovia

Hoy toca despedirse de Zakopane, recogemos equipaje y, de camino a la estación de bus, compramos Kalacsoda, un bizcocho delicioso, con forma de espiral, y un café, y nos sentamos en un banco a desayunar. Antes de coger el autobús de vuelta, compramos queso ahumado a una señora que tiene un puesto en la calle (hay muchos por toda la ciudad), que son muy típicos de la zona.

Autobuses desde Zakopane a Cracovia hay muchísimos, salen cada 20 minutos y valen 20 PLN por persona, 2 horas y media de viaje (o algo más, ya que nos tocan obras en la carretera).

En Cracovia volvemos a alojarnos en el Pink Panther`s Hostel, ya que nos gustó por la ubicación sobre todo, la relación calidad-precio, y el ambiente, dejamos las mochilas y nos echamos a la calle. Hoy comemos en la calle, unos fideos chinos, rápido, barato y ligero. Compramos las entradas para el Rynek Underground en la oficina de información y turismo (por cierto, la señora de información, un poco borde), por 17 PLN por persona (los martes la entrada es gratis, pero hay muchísima gente), y mientras se hace la hora para entrar, vamos a visitar la basílica de Santa María (Mariacka, como la llaman aquí).

La puerta principal de la basílica está reservada a los fieles, los turistas tienen que entrar por la puerta lateral, previo pago de 6 PLN (mas otros 5 PLN si quieres hacer fotos). El interior de la basílica es alucinante, las bóvedas, la cúpula, las paredes, las vidrieras… todo es de colores. Lo más impresionante es el retablo del altar mayor, según dicen, la octava maravilla del mundo para Pablo Picasso, cuyo autor tardó en acabarlo ¡12 años! Nos quedamos un buen rato sentados en un banco admirando las maravillas que tenemos delante. Después entramos en el antiguo mercado de los paños, donde hay puestos de artesanía de ámbar, muy típico de Polonia, aunque más de la zona norte. A nuestra hora entramos en el museo Rynek Underground, una mezcla entre las ruinas de la antigua plaza del siglo X d.c con luces y montajes audiovisuales en donde nos cuentan la historia de la ciudad desde sus orígenes. Muy interesante y recomendable.

Después de culturizarnos un rato volvemos al Hostel, previa parada en el bar de abajo para una Zywiec. Acicalamiento y salida a cenar. Hoy cambiamos de menú, y cenamos en un restaurante italiano, con pizzas artesanas y vino por 68 PLN entre los 2. Continuamos nuestra ruta nocturna en un local chulísimo que hace esquina con Maly Rynek, donde echamos un rato de conversación con un polaco que parecía el relaciones públicas del local, porque iba hablando con todo el mundo. Después entramos a un local muy animado con música funky, con un DJ pinchando en directo con vinilos, y un grupo de chicos bailando, que se llama Alternatywy. Muy divertido. Nos encanta este sitio y el ambiente nocturno de Cracovia.

DIA 10 Cracovia

Como anoche trasnochamos, hoy no tenemos prisa por levantarnos, y cuando salimos a la calle, es casi la hora de comer ya. Paramos en un sitio precioso, cerca de la Rynek y tomamos un brunch (esto que se han inventado los americanos para llamar a lo que hay entre la hora del desayuno y la de la comida), una tortilla de jamón con tomates secos y café, por 40 PLN entre los 2, y de ahí nos dirigimos a visitar el castillo de Wawel.

El castillo está en una colina, dividid en varias secciones, cada una de ellas con una entrada independiente. Nosotros compramos la de los aposentos reales por 18 PLN por persona, y la verdad es que después de verlo, no merece mucho la pena. Compramos también por 12 PLN la entrada a las tumbas reales, la subida a la campana de Segismundo y al museo de la catedral, y también entramos a visitar la catedral que es gratis. Ese día en la catedral había una boda y cerraban antes, así que fue lo primero que vimos. Lo que más me gustó de todo fue la subida a la campana de Segismundo, por las vistas de toda la ciudad desde lo alto de la torre, y por lo impresionante que es ver la campana gigante, que sólo suena en fechas señaladas (te dan hasta un calendario de los días y la hora a la que suena), y para hacerlo hacen falta 10 personas. Paseamos por los jardines (no cuesta dinero), y para salir del recinto, una buena opción es hacerlo por la cueva del dragón (por 3 PLN), en donde se baja por una escalera de caracol infinita y llegas a una cueva que está incrustada en la colina, la atravesamos y a la salida hay una escultura de hierro de un dragón que hasta echa fuego por la boca. Está puesta ahí porque, según la leyenda, Cracovia se fundó tras la derrota de un dragón.

Salimos al parque que bordea el río Vistula, y paseamos hasta el puente de Njezdieu, donde, (¡cómo no!) hay una pareja de novios haciéndose fotos. Decidimos ir en un agradable paseo hasta el barrio de Pogdoze, donde está el museo de la fábrica de Schlinder. La entrada vale 17 PLN por persona. Para llegar hasta allí hay que atravesar algunas calles que dan un poco de mal rollo, además el ambiente del barrio donde está no tiene nada que ver con el del centro de Cracovia, es mucho más frío, no es tan mágico, pero tiene su encanto.

El museo de la fábrica de Schlinder nos recuerda al del Levantamiento de Varsovia, muy bien hecho, interactivo, combinando fotos reales con documentales con testimonios de gente que trabajó en la fábrica (donde hacían ollas), contando la historia de la ciudad durante la ocupación nazi y del ghetto judío. Muy emotivo otra vez, pone los pelos de punta. Al finalizar el recorrido hay como un monumento a las personas de la lista de Schlinder, donde están escritos los nombres de todas. Nos tiramos 3 horas allí metidos, y volvemos andando al centro pasando por el barrio judío de Kasimierz (es genial pasear por Cracovia y el tiempo acompaña). Hoy cenamos otra vez en un italiano, y antes de irnos a dormir reservamos para mañana el Hostel Oki Doki en Varsovia.

DIA 11 Cracovia-Varsovia

Nos levantamos a las 8 (después de unas 10 horas de sueño reparador), recogida de todo, nos despedimos del hostel y de la maravillosa Cracovia (volveremos algún día) y nos dirigimos a la estación de tren destino Varsovia. Compramos el billete (112 PLN los dos) y, sabiendo lo que nos pasó en el tren hace unos días, nos vamos con tiempo a esperar, para poder coger sitio, pero todo el mundo piensa lo mismo, así que cuando llega el tren, a pesar de correr, nos volvemos a quedar sin asiento, y nos toca otra vez pasillo. Un polaco se nos acerca y nos pregunta de dónde somos, y nos pide perdón por los trenes polacos, y charlamos un rato con él.

El trayecto dura 3 horas, y nos dedicamos a leer y ver las fotos. Nos bajamos en la estación central de Varsovia, y andando llegamos al Hostel, que está muy cerca, al lado del Palacio de la Cultura. De todos los sitios en los que nos hemos alojado, este es el que más nos gusta. Una pena que no estuviera disponible para nuestros días en Varsovia la semana pasada… Por 147 PLN la habitación doble con baño compartido, desayuno incluido. Tienen también ordenadores a disposición de los huéspedes, Wi-fi, y un montón de habitaciones, cada una de ellas decorada de forma diferente. A nosotros nos tocó la habitación de las 1001 manos. Las chicas de recepción son muy amables, nos dieron mapas de la ciudad y nos recomendaron sitios que visitar.

Volvemos a dar un paseo por la zona antigua, que ya conocemos, pero que nos gustó mucho, comemos, y dedicamos la tarde a visitar el Palacio de la Cultura, un imponente edificio, regalo de los soviéticos a la ciudad de Varsovia. A los lugareños no les gusta, de hecho, dicen que las mejores vistas de Varsovia son desde lo alto de ese edificio, ya que es el único sitio de la ciudad desde donde no se ve el propio edificio. La entrada a la terraza-mirador del piso 30 vale 20 PLN, y se sube por un ascensor que tarda unos pocos segundos. Las vistas la verdad es que son increíbles, aunque aviso a los que tengan vértigo, da un poco de miedo.

Nos queda por ver en Varsovia el barrio de Praga, el único en el que no se cayeron todos los edificios tras los bombardeos en la II Guerra Mundial, y en los que se ven las “cicatrices” de esos bombardeos. Los edificios aún tienen los estigmas de las bombas. Paseamos un rato por allí, y volvemos al centro a nuestra última cena el Polonia, y decidimos darnos un homenaje para despedirnos de la ciudad y del país que hemos disfrutado estos 10 días. Vamos a un restaurante que está al lado de la plaza de Copérnico, donde pagamos 120 PLN los dos por una cena exquisita, con vino, nuestra cena más cara de todo el viaje, y de ahí a dormir.

DIA 12 Varsovia-Barcelona

El desayuno va incluido en el precio de la habitación, y es en el bar del hostel. La chica de recepción nos dice cómo llegar hasta el aeropuerto de Modlin, cogiendo el metro hasta la estación de tren de Warszawa Gdansk, y allí compramos el ticket que incluye el tren hasta Modlin, y el autobús desde allí al aeropuerto por 12 PLN (igual que a la ida). Llegamos con bastante tiempo de antelación, y comemos unos bocadillos en la explanada de césped que hay justo enfrente del aeropuerto, donde disfrutamos del sol. Nuestra aventura polaca acabó.

RECOMENDACIONES PERSONALES:

– Si teneis poco tiempo y queréis sólo visitar una ciudad recomiendo mil veces Cracovia.

– La excursión a Auschwitz, aunque es dura es muy recomendable, y ayuda a entender un poco el carácter de los polacos.

– La comida polaca está muy rica. Imprescindible probar los pierogi, las sopas y por supuestísimo la cerveza.

– Si tuviera que elegir uno de los museos, me quedo con el de la Fábrica de Schindler.

– El transporte público es barato y flexible.

– Si no habéis ido a Polonia, apuntadlo en la lista de sitios para ir, buscadle un hueco, merece la pena.

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7 comentarios en “Viajando por Polonia”

  1. Hola Isa! Qué gran viaje!! Muy buenas recomendaciones para quienes visitaremos pronto Polonia. Solo preguntarte por la seguridad del país. Voy sola y eso me da un poco de inseguridad. Gracias!!

    1. Hola Belén! Gracias por el comentario!
      Polonia nos pareció un país seguro y la gente muy amable en general. No vas a tener ningún problema con respecto a eso.
      Deseando volver!!! Si te puedo ayudar en algo mas, no dudes en pedirlo.

      Que lo disfrutes!!!

  2. Hola Ruth! Me alegro de que te haya gustado el viaje. Nosotros estamos deseando volver y hacer la parte norte!!

    En cuanto a los alojamientos, llevábamos reservadas las dos primeras noches de Varsovia, las demás íbamos reservando la noche de antes por internet.

    En general hay muchos hostel y no hay problema, aunque supongo que dependerá de la época en la que vayas.

    Si te podemos ayudar con algo más, por aquí andamos 😀

    Un saludo!

  3. Me ha gustado mucho el viaje!!! y de hecho este verano mi pareja y yo iremos 9 dias a Polonia.

    Me gustaría saber si los alojamientos los llevabais reservados con antelación o si los cogíais allí…

    Muchaaas gracias!!!

    Ruth

  4. Guau!! Me gusta tu viaje, o, mejor dicho, me encanta. Lo tengo pendiente, así que seguiré tus recomendaciones y volveré a leer tu relato en cuanto me decida a visitar Polonia.

  5. Muy chulo ese viaje Isa! Totalmente de acuerdo, a priori un destino que cuesta plantearse, pero después resulta ser un país cargado de gratas sorpresas. Una delicia cultural, arquitectónica, histórica, con buena música y buen ambiente! Imposible resistirse a volver. Gracias por compartirlo…

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