El viaje a Navarra con niños. La Navarra pirenaica

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Aquí va el diario de viaje de una escapada con las niñas a Navarra. Un viaje por Navarra en el que visitamos lo mejor de la Navarra pirenaica además de la Ribera y la zona media del Reino. Una ruta para descubrir los rincones más impresionantes de Navarra. Qué ver y que hacer en una semana por Navarra

El viaje a Navarra con niños. Pamplona y la Navarra pirenaica

La visita de Pamplona con niños 

Para Pamplona llevaba yo una especie de gymkhana hecha, que nos hacía recorrer todo el centro siguiendo los recorridos de los encierros primero, bordeando el casco y el Camino de Santiago después. Era a base de preguntas-pruebas cuyas respuestas les llevaban a pistas sobre el camino que había que ir siguiendo. Ello nos llevó toda la mañana. Comimos en uno de los restaurantes que nos recomendaron las chicas de la recepción del hotel, donde ellas van cuando comen por ahí.

La tarde la dedicamos a patear el Parque de la Taconera, que en su foso tiene todo tipo de aves que campan a su aire. También vimos ciervos, pero no salieron de la sombra donde descansaban, por lo que los vimos poco. Un parque super agradable, que también tiene al final unos columpios.

Paseamos hasta el Parque de Yamaguchi, que la verdad nos decepcionó un poco. Alejado de todo, lo pintaban como un parque auténticamente japonés: mismo estilo, misma vegetación, mismo todo. Y puede que así sea, pero tampoco merece la pena desviarte tanto, porque no tiene nada de especial y no pilla de paso de nada.

Lo que sí nos encantó es la Ciudadela. Una auténtica fortaleza por la que pasear: por fuera, por un paso en medio, por el foso, por su interior. Gente de todo tipo disfrutando de su tranquilidad. Genial, la verdad.

Volvimos al hotel antes de ver las velas con las que iluminan los sábados de agosto el Rincón del Caballo Blanco

Y parece que en nuestro día no hubo concierto en la Ciudadela, aunque suele haber cada noche de agosto actividades gratuitas.

Lo que sí coincidió nuestra visita a Pamplona fue con una carrera ciclista a la ciudad y sus alrededores, de la que vimos la emocionante salida desde el Ayuntamiento. Y la celebración del día de Bolivia con bailes y música de los distintos departamentos del país. Además de dos reuniones religiosas (¿evangelistas?), con conciertos incluidos. Curioso ver cómo seguían las canciones totalmente exaltados, tipo gospel. Es decir, un día muy animoso y musical.

Nos faltó tiempo (¡y temperatura!) para bañarnos en el río: bajando por el ascensor del Fuerte de San Bartolomé, llegas al río; lo cruzas por la pasarela y al lado del club de natación, nos dijeron que hay un acceso a la orilla, que es zona de bañistas.

Tampoco pudimos usar el otro ascensor: dejando el coche (el que vaya en coche) en los parkings gratuitos frente al Puente de la Rochapea, cruzas el río por este mismo y ahí hay un ascensor que sube al centro de Pamplona (que está en alto respecto al río).

Turismo de Pamplona te ofrece siete propuestas de recorridos por Pamplona: 1. Ciudad fortificada. 2. El Encierro y los San Fermines. 3. Pamplona monumental y artística. 4. Pamplona verde. 5. Camino de Santiago. 6. Pamplona, ciudad de exposiciones. 7. Gastronomía, compras y ocio. (www.turismo.navarra.es; www.turismodepamplona.es)

Mapa de turismo de Pamplona

Restaurantes:

Nos recomendaron:

-calle Mercaderes: Iruñazurre

-calle Navarrería: uno de tortillas

-calle San Nicolás: La Mandarra de los Ramos y Otano (en el que comimos: bien, pero al ser sábado, menú a 21 e…)

-calle Comedias: Café Roch

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Lo mejor de la Navarra pirenaíca

Burguete

Es un pueblo precioso de casitas blancas con ventanas con contraventanas de madera, tejados a dos aguas, típicas de toda esta zona de montaña. Limpio y nuevecito, ya que fue reconstruido tras los incendios de 1794, provocados por las tropas francesas en la guerra de la Convención. Una auténtica belleza. Tiene muchos servicios: centro de salud, parque infantil, estanco, bares y restaurantes, bancos (Santander y La Caixa), supermercado y farmacia.

Tras llegar y tomar posesión de las habitaciones, quisimos dar un paseíllo, así que tomamos el Camino de Santiago a la inversa y llegamos hasta Roncesvalles. De allí volvimos a Burguete, esta vez si en sentido de las flechas amarillas.

La tarde se nos planteaba un poco vacía, así que dimos una vuelta sin rumbo por el pueblo, cayendo en la tentación que nos ofrecía un mercadillo de segunda mano que se celebraba. Pasando un rato en el parque infantil, vimos llegar a unos ciclistas con niños, así que me acerqué a preguntar. Y ¡cómo son los vascos! En seguida nos faltó tiempo para hacer todas las propuestas que nos hicieron. Decidimos probar con las piscinas fluviales. Del lado de los impares de la calle principal, a varias alturas, entre ellas de donde sale de nuevo el Camino que deja el pueblo ya, sale una pista asfaltada que pasa por encima del río y al final, se divide. Cogiendo el camino de la derecha, se llega a una pradera pasto de las vacas, junto al río, en una zona apta para el baño. De hecho estaba llena de lugareños, sobre todo niños, que se acercan a bañar con las bicis. Super divertido hacerlo al lado de las vacas y de caminar en bañador y descalzo camino del agua entre los deshechos de las mismas…

Justo en esa zona, hay un pequeño puente que atraviesa el río (de peldaños de madera rotos…). Si lo cruzas y sigues el camino (que cuando se divide, esta vez has de coger el de la izquierda, aunque está perfectamente indicado), podrás llegar a un bosque precioso y mágico caminando por la pista. Y en un punto el río reaparece haciendo meatos. Genial para seguir caminando…

El vasquito nos dio muchas más ideas:

Sorogain

Nos habló maravillas. Está perfectamente bien indicada desde la carretera la salida hacia allí. Nos recomendó subir a Adi por la regata de Odia por su belleza. Pero no nos dio tiempo a hacerlo

Orbaizeta

Pasado el pueblo, por la Na 2030, se llega a la antigua Fábrica de Armamento, abandonada, cuyas ruinas entre las que ha crecido desmesuradamente la vegetación, son curiosas de ver. Nosotros sólo pudimos verlo desde fuera y arriba, no pudimos caminar entre los edificios derruidos, apreciándolo un poco peor (estaba cerrado).

Desde allí, se puede coger el coche por un camino-pista asfaltado (Na 2032) unos kilometrillos, se pasa un refugio de montaña (con unas barbacoas fuera visibles), el refugio de Azpegui. Lo dejamos atrás y seguimos. Las indicaciones de nuestro amigo vasco, fue dejar el coche en algún lugar que no moleste pasado el refugio y en seguida coger el camino que sube al pico Urkulu andando, unos 45 minutos ida y otros tantos vuelta. No llegamos a hacerlo porque no vimos bien dónde empezar… Se nos escapó el camino. Luego volvimos a preguntar: si sigues adelante, llega un momento (ya en Francia) que la carretera se divide en dos. Si coges a la izquierda, bordeas el monte y en un llano donde siempre hay algún coche (…), sale otro camino que también llega a la cima del Urkulu, en menos tiempo….

En esa misma división de la carretera, si vas a la derecha, y sigues, sigues, pasas una granja, luego otra casa un poco más debajo de la carretera. Y ésta al fin acaba en un refugio de pastores. Dejas el coche allí y si sigues andando por una senda, 5-10 minutos, y por fin llegas a la impresionante Cueva de Harpea. Es una cueva poco profunda, mas bien un orificio, pero con una entrada en la roca impresionante.

Pasado de vuelta Orbaitzeta y Orbara, que es el pueblo siguiente, en la carretera encuentras el Bar de Betolegui. Lo menciono porque, totalmente fuera de tiempo y con la cocina ya recogida y limpia, tuvieron a bien ponernos unos bocatas a muy buen precio. Algo digno de mención.

Paisajes de Navarra

Roncesvalles

Roncesvalles nació como santuario y hospital en 1132. El término no es municipal sino que pertenece a la colegiata y a su comunidad de canónigos (no al ayuntamiento). Es el lugar de comienzo del Camino de Santiago Español. Un museo- biblioteca y la Casa Prioral te dan la bienvenida y el paso al Claustro y la Colegiata de Santa María, de estilo gótico francés, muy bonita. El antiguo hospital es el albergue de peregrinos. La oficina de turismo es un antiguo molino. Hay una capilla gótica a Santiago y la románica del Espíritu Santo, fuera ya del recinto; así como la casa (otro antiguo hospital) Itzandegia. Varios bares y restaurantes. Y varias hospederías completan el conjunto del pueblo (Hostal Rural La Posada; Hotel Roncesvalles, apartamentos Casa de los Beneficiados; hostal rural Casa Sabina.)

Ochagavía

Ochagavía es una maravilla de pueblo. Todo de piedra, incluida las calzadas de las calles. Lleno de geranios en los balcones, con una iglesita preciosa con un pórtico románico puro. El río, paralelo a la calle principal y carretera, es accesible al baño en muchos sitios, aunque lleva poco agua y en el pueblo no hay pozas. Tan bonito que esta lleno de turistas, claro, aunque merece la pena callejearlo.

Es uno de los puntos de acceso a Irati. Desde allí parte la NA 2012 que te sube y luego baja un puerto, en 24 km, para llegar a Casas de Irati, el punto de partida de miles de rutas locales y paso de GRs.

Por la Na 140 hasta llegar a Ochagavia desde Burguete, se pasan por muchos pueblos, preciosos también, aunque no paramos en ellos: Garralda, Aribe, Garaioa, Abaurregaina, Jaurrieta, Ezcaroz.

Irati

Un bosque de hayas impresionante. Para perderse y soñar que eres David el Gnomo y te esperan los animalillos para jugar. Increíble.

Como he dicho, desde Ochagavía parte una de las carreteras de acceso. Totalmente señalada, de la entrada del pueblo sale la Na 2012. Sube 14 km de puerto hasta el Alto de Tapia, de donde salen dos rutas de montaña con vistas espectaculares todo el tiempo, pero sin bosque: Mirador de Goñiburu, 5 km lineales (ida y vuelta), la SL Na 67. Y Los Altos de Abodi, 6,1 km, circular, la SL Na 68. En el Alto de Tapia el parking del coche es gratuito.

Si decides llegar al bosque, has de bajar los 10 km finales. Llegando a Casas de Irati, un trabajador forestal de Navarra, te indica que son 5 e los coches (2 las motos y 30 los buses) dejarlos en el parking (cuota de mantenimiento de Irati). Si te alojas en la zona o compras mas de 15e en tiendas locales (creo que eran), te descuentan hasta solo 2 e.

En seguida el puesto de información de las rutas, donde amablemente te sugieren lo mejor, dadas tus condiciones físicas, las edades, el tiempo del que dispones, etc…. Además te dan un mapa geográfico de la zona. Allí mismo hay un bar donde tomarte algo o comprar bocatas y la ermita de la Virgen de las Nieves, por lo que a este área de parking, información e inicio de rutas, se le conoce como área de acogida Virgen de las Nieves. Hay varias fuentes, pero no caía casi agua, así que recomiendo llevarla previamente.

Nosotros hicimos el Sendero del Bosque de Zabaleta, circular, de 8 km (SL Na 63A). De manera continua por el impresionante bosque hasta el Embalse de Irabia, allí donde la chica de información nos dijo que podíamos bañarnos, algo desviado de la ruta. La vuelta, por el bosque es paralela al río. También se pueden buscar puntos de acceso al mismo para el baño, incluso puedes encontrar alguna poza para ello. Una maravilla, de verdad. Vimos lagartijas, ranas, escarabajos, peces, gusanos, lombrices. Lástima esos mamíferos pequeños que no se dejaron ver…

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Sierra de Aralar

Lekumberri es la población más grande de esta sierra. De aquí parten la Vía Verde de Plazaola, por el antiguo trazado del tren, la carretera que va a la Sierra de Aralar, la que va a la Cueva de Mendukilo

Aralar es un macizo que ofrece multitud de excursiones de montaña y senderismo, además de bicicleta. En lo alto de la sierra está el Santuario de Aralar o San Miguel por guardar una imagen barroca del mismo, al que se puede llegar en coche. Desde los alrededores podemos apreciar las maravillosas vistas al valle de Arakil y la sierra de Andía

Cueva de Mendukilo

Desde Lekumberri seguimos los carteles que nos llevan a la misma, justo antes de Astitz. Nos ofrece un centro de recepción con un gran parking y mucho espacio para esperar tranquilamente tumbado en el césped bajo el sol. Tras un vídeo sobre la Sierra de Aralar, una guía nos lleva al interior de la cueva en una visita que dura unos 50 minutos. De las 5 salas que hay exploradas, se visitan dos, de grandes dimensiones. Estalactitas, estalagmitas, columnas, banderas, macarrones y excéntricas son las formaciones que podemos disfrutar. Si es invierno, además veremos a los murciélagos en su hibernación. En verano, solo algunos insectos como única forma de vida perenne de la cueva. Hay que recordar que si vamos en verano, nos encontraremos con 9º de temperatura, muy húmedos… en invierno la sensación térmica al entrar no es de tanto frío porque no hay tanta diferencia. Dos adultos y dos niños, 28 euros. Tiene página web, y aunque en pleno agosto no tuvimos problema en cambiarnos de grupo porque llegamos muy temprano, se puede reservar la visita para asegurarte.

Cueva de Mendukilo

Vía verde de Plazaola

Sé que se puede hacer a caballo porque nos cruzamos con ellos, pero no he visto en ningún lado anuncios de empresas que lo hagan ni nada. Por supuesto, también se puede hacer andando. Nuestra opción fue la bicicleta, después de fallarnos una etapa del Camino con las bicis también.

Llegando a Lekumberri se ven carteles de información y turismo. La oficina esta en la antigua estación del tren. La cafetería de la misma, la Kantina, además tiene el servicio de alquilar bicicletas (Kantina de Lekumberri, kantinaplazaola@gmail.com; tlf 699 38 32 87; 948 60 48 21). Puedes alquilarlas una hora, medio día, o el día completo. Pero son muy laxos. Tienes hasta Leitza un recorrido de 15 km, y hasta Andoain (ya en Guipukcoa), 40 km.

Puedes hacer la ida y vuelta o sólo la ida. Para ello los chicos de la Kantina tienen el servicio de recogida (diferente precio según los km, claro).

Nosotros fuimos y volvimos a Leitza. El camino es una absoluta belleza. De verdad, que pocas veces he recorrido un camino tan bonito. Lleno de vegetación frondosa, verde por todos lados, con miles de túneles de diferentes longitudes, ¡incluso uno de 2700 metros! Y un sin fin de puentecillos de piedra, por los que pasas por debajo. De verdad, que muy muy bonito. Es un recorrido casi llano, con la mitad en mini cuesta hacia arriba y la otra mitad con mínima inclinación hacia abajo (es un camino de tren). Una auténtica maravilla que los chicos de la Kantina te faciclitan con gran simpatía y generosidad.

Leitza

Leitza, un pueblo ya casi vasco, lleno de tradición deportiva rural: pelotas, levantamiento de piedras y hachas. Con una iglesia muy bonita por fuera, llama la atención por su historia deportiva y la simpatía y nobleza de sus gentes. Iñaki Perurena es de aquí

Museo Peru Harri

Desde Leitza, por la NA-1700 dirección Uitzi, nos encontramos con esta extraordinaria y original casa-museo de Iñaki Perurena. Un recorrido por los diferentes momentos de la carrera del levantador de piedras, lleno de recuerdos y trofeos, y el museo de esculturas gigantes que pueblan su jardín. Pero lo mejor de todo es que es el mismo Iñaki el que te muestra esta profesión y este original museo de la misma. Su teléfono es 659 70 10 45. Tienes que llamar previamente porque junta grupos de unas 15 personas para hacer el recorrido. Así que tienes que concertar la cita con antelación. Como dice él mismo, esto no es un museo de funcionarios y trabajadores a turnos, hay que adaptarse entre todos. Nosotros nos lo perdimos precisamente por eso, no puede atender a grupillos tan chicos, porque realmente no es a lo que se dedica. ¡Qué lástima me dio! (Aunque el destino me compensó haciéndome conocer a su hijo!)

Quesería Albi

Al otro lado de la sierra de Aralar, entre ésta y los montes de la de Andía, en el valle de Sakana, hay un pueblito, pequeño y precioso, llamado Arruazu. En este pueblo esta la Quesería de Albi.

Se trata de tres pastores jóvenes (dos hermanos y un primo), que tras saltarse una generación, recuperan la profesión de los abuelos y se dedican al pastoreo. Pastoreo entendido como medio de vida, no sólo la posesión de ovejas. De manera tradicional y en la mayor concordancia con la naturaleza que les rodea y la historia de la que vienen, cuidan, crían y pastorean a sus ovejas lachas. Y con la leche de las mismas y el cuajo de los corderos, elaboran quesos con denominación de origen de Idiazábal. De elaboración manual y tradicional. Pocas ovejas, poca producción de queso. La asociación de pastores a la que pertenecen, regidas por la tradición de los fueros, prohíbe la maquinaria industrial; sólo mecánica. Un resultado exquisito que les anima a ir experimentando nuevas mezclas, sin dejar nunca de lado los principios por los que se rigen, que son los que dan sentido a todo su quehacer, a toda su vida.

Un verdadero placer escuchar a Araitz, su punto de vista de la historia y cómo la misma ha hecho que ahora ellos estén donde estén, haciendo lo que hacen y haciéndolo como lo hacen. Un gusto entender esa forma de vida que han elegido. Muy didáctico aprender de la vida de las ovejas, de la elaboración del queso. Y muy divertido comprobar cómo su perro Eki, pastor, conduce al rebaño a sus órdenes con una eficacia más allá de la humana.

Tienen página web. Los teléfonos son 681 083 409 y 630 631 882. 6 e los adultos y 4 los niños mayores de 6 años. Merece la pena, sin duda.

Y hasta aquí este viaje maravilloso descubriendo una tierra muy especial con gentes muy especiales.

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2 comentarios en “El viaje a Navarra con niños. La Navarra pirenaica”

  1. Hola,
    Casualmente nos vamos mañana a Pamplona, así que tú post nos viene genial. Pensábamos subir algún día a la Selva de Irati, pero a última hora hemos cambiado de opinión y vamos a Zugarramurdi.
    Me guardo tu post para la próxima vez q visitemos Navarra.
    Un saludo,
    Alicia de Trotajoches.

    1. Hola Alicia,
      Muchas gracias por tu comentario. Navarra es tan grande, variada y maravillosa, que da para muchos viajes. Por ahí tengo la gymkhana guardada por si te sirve para Pamplona…
      ¡Y cuidado con las brujas, allá donde vais esta vez!
      Sonia

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