Marrakech con niños

Guías y foros en Internet no dejan de hablar de los buenos resultados que tiene esa combinación: Marrakech con niños. Y yo, ahora, en otro foro distinto, lo corroboro: una mezcla exquisita. En cuanto a la generalidad “niños”, aclaro que mi experiencia ha sido adaptada a las edades de 4 y casi 7 años, y, además, niñas las dos. Si tienes en cuenta que el ritmo que se lleva con ellos es distinto que yendo sólo adultos y aceptas que tu visita va ser diferente, el éxito está asegurado.

No hay que tener miedo a Marrakech; probablemente como el resto del país (que desconozco), es un lugar seguro. Las leyes marroquíes deben ser claras y duras al respecto: dejad en paz al turista. Y así es. Lo único que te puedes encontrar es carteristas, pero sin agresiones ni violencia.

Alojamientos en Marrakech

Los RIADs para los que elijan la opción intramuros, son una alternativa estupenda. La Medina está llena de ellos. Son casas antiguas con patio, rehabilitadas para alojar huéspedes. Cuentan con pocas habitaciones (entre 4-20), por lo que el trato es cercano. Algunos tienen, hasta piscinilla tipo alberca. Están decoradas al estilo típico marroquí. Y hay muchas, para los más escrupulosos, regentadas por europeos. Cuestión de darse una vuelta por Internet. Además puedes encontrar riads más humildes y baratos y algunos más lujosos y caros.

Las guías no te recomiendan alojarte dentro de la Medina con niños. A pesar de esa seguridad de la que hablan, andar por la noche por los callejones oscuros puede asustar un poco y, además, los riads son más ruidosos al distribuirse alrededor de un patio. En mi experiencia, fue estupendo estar en el “meollo” de todo.

Nosotros estuvimos en el RIAD ABAKA (21, Derb Roukni LAKSOUR, 40 000, Marrakech-Médina; mob 06 66 97 87 03), con su toque árabe. Un lugar encantador con 2 patios preciosos, 6 habitaciones, limpio, nuevo, con un trato estupendo. Desayuno abundante y continental (con su toque exótico), y que cada día variaba. En un callejón en el que no caben dos personas al tiempo…

Los patios a finales de octubre están tapados con unos plásticos que retienen el agua de lluvia (en Marrakech llueve y muuuucho) y además la evacuan a través de una especie de tubo desde ese mismo plástico que canaliza el agua hasta el suelo, hasta las rejillas en los patios. Imagino que en verano los retiran para poder disfrutar de las estrellas de la noche.

También existen multitud de hoteles. Los grandes hoteles internacionales se encuentran en Hivernage, entre la medina y el aeropuerto, teniendo que coger algún tipo de vehículo para llegar a la medina. Suelen ser enormes y con grandes piscinas, además de muchos otros servicios. Otra opción yendo con niños.

En la Palmeraie también hay numerosos hoteles, lujosos y muy alejados del centro.

Que ver en Marrakech

Marrakech cuenta con una febril actividad a cualquier hora del día. Empezaré por la plaza de Jemaa el Fna. Esta gran explanada tiene suficientes atractivos como para que los niños no quieran moverse de allí en todo el día. Menos mal que para ir y venir del RIAD había que pasar forzosamente por ella. ¡Gracias a eso pudimos visitar más cosas! Lo que más les llama la atención son las serpientes y sus encantadores. Imprescindible. Ya no sólo la foto de rigor (con el intercambio monetario posterior), sino en general los espectáculos que organizan. Continuamente se forman círculos de multitudes alrededor de ellos, pues tocan música, las cogen, hacen teatrillos entre varios. Tú no entiendes nada, pero ellos se destornillan de risa y aplauden continuamente.

Un poco más allá hay otro círculo de gente. Te asomas y puedes ver a una niña-chicle haciendo posturitas y ejercicios con una mujer que le da el ritmo con percusión.

También están los de los monos. Lo mismo, foto y dinerito. Los llevan vestidos de diferentes formas que a los niños les hace mucha gracia, ¡incluso con pañales!

Por no hablar de las mujeres que hacen los tatuajes de henna. ¡Yo que iba con niñas! Todos los días quieren hacerse uno diferente, que luego no son capaces de dejar secar media hora sin que dejen todo pringado con pegotes de henna. Los precios varían de unas a otras, de un día a otro, de un horario a otro. Incluso la misma varía de precio continuamente, imagino según le va yendo el día.

Los diferentes músicos cuyos sonidos se entremezclan con los de los demás “trabajadores”, digamos, de la plaza. Los bailarines disfrazados de mujeres.

O los aguadores, vestidos con túnicas de colores y unos sombreros-sombrillas enormes.

O los sacadores de muelas exponiendo todos los dientes que han sacado apilados en montañas.

La gente que vende hierbas, los de los zumos, los de los frutos secos, los limpia zapatos. Y al caer la tarde los puestos de comida que riegan la plaza entera con su olor.

Los contadores de historias o cuenta cuentos.

La plaza en sí misma es un espectáculo vivo (de hecho es Patrimonio de la Humanidad Oral e Inmaterial). Y de veras que cuesta sacarlos de allí.

Una reseña: en los bordes de la plaza hay numeroso cafés que ofrecen como atractivo sus terrazas para observar desde allí la plaza con un café o una comida. En la guía hablaba de Las Terrasses de l´Alhambra. Pues de todos los que hay, nosotros elegimos ése para comer. Mala elección: además de desproporcionalmente caro, con platos escasos y no tan bien cocinados, no pusieron ni pan. Muy lentos. ¡La próxima vez habrá que ir a otro!

En Marrakech es muy interesante también perderse por los zocos. Un peligro a su vez, pues, si por mí fuera, lo compraría todo. ¡Bendita Ryanair!, con la que si quieres facturar tienes que pagar… Recorrer los diferentes barrios por oficios, los fondacs (antiguas casas de huéspedes con patio, ahora talleres de artesanos), perderse sin rumbo por sus calles… una gozada.

Nosotros visitamos también la Madraza de Ben Yusuf, una preciosa escuela. Curioso visitar lo que eran las habitaciones de los estudiantes. El patio impresionante. Muy bonita, merece la pena.

Las ruinas del Palacio el Badi son también muy interesantes. Hay que echarle algo de imaginación para visitarlas con las niñas, pero es fácil verlo como una palacio de verdad lleno de príncipes y princesas…

El maravilloso Palacio Bahia, comparable en belleza a los Palacios Nazaríes de la Alhambra de Graná. Repleto de alicatados impresionantes y delicadas maderas talladas en los techos y un recorrido lleno de recovecos.

El Museo de Marrakech, situado en un palacio con una sala central y otras secundarias muy bonitas, pero poco interesante lo que alberga en su interior.

En Marrakech, y con niños, no puedes dejar de dar un paseo en calesa. Te conviertes en princesa mientras recorres la ciudad, visitando sus murallas y sus puertas. Se cogen en el lado oeste de la plaza de Jemaa el Fna, yendo hacia la Koutoubia. Según las guías las rutas más populares (30 ó 60 minutos) tienen precios fijos, pero hay que regatear, considerando un precio razonable 90 dirhams/hora. Bueno, pues aun siendo una guía del 2011, la nuestra está totalmente desactualizada. No se me da mal regatear y tengo paciencia. Pero tras recorrernos todos los conductores (fue lo primero que hicimos ese día, por lo que estaban aún todos abrillantando, dando aceite a las calesas o cepillando a los caballos), lo más barato que conseguí fue 120 dirhams por los cuatro (el “official fixed price” que todos te muestran plastificado y pegado en el respaldo del asiento fue duro de negociar). A lo mejor la guía se refería a 90/hora/persona…

También es obligado el paseo en camello yendo con niños. Dentro de la ciudad, fuera de la medina hay muchas opciones (te encuentras a los bichos con sus dueños en miles de sitios). Nosotros optamos por hacerlo en el campo, durante las excursiones.

Se nos quedaron en el camino las tumbas sadíes, el famosísimo Jardín de Majorelle (gracias a Yves Saint-Lurent), el ilustre Hotel La Mamounia. La Mezquita Koutoubia, el edificio mas alto de todo Marrakech (no se puede por ley construir por encima de su altura), se aprecia casi desde toda la ciudad. Es preciosa, muy parecida a nuestra Giralda de Sevilla. Pero no se puede visitar por dentro (reservada la entrada sólo a los musulmanes).

Las mejores excursiones desde Marrakech

En general, para excursiones de un día desde Marrakech existen principalmente tres opciones: Essaouira, en la costa atlántica, el Valle de Ourika, el alto Atlas, Ouarzazate a 196 km, con buena carretera aunque muchas curvas que alargan el tiempo hasta el destino.

Nosotros elegimos las dos primeras.

La visita de Essaouira

Essaouira es un precioso pueblo costero del Atlántico. Conocida por ser “sede” de hippies en los 60` y 70`, por los músicos después y los windsurfistas y skysurfistas en la actualidad. Tiene un puerto pesquero lleno de barcas de un azul intenso precioso.

Puedes encontrar pescado fresco en todos lados para comer, incluídos los puestos entre la plaza Moulay Hassan y el puerto, donde tú eliges lo que te cocinan. (Salvo cuando fui yo, que debido a encontrarnos en los días posteriores a la fiesta del cordero, los pescadores no salían a la mar, pues sólo se come cordero…). Puedes callejear y perderte, comprar y comprar, perder tu vista en el mar asomado a la muralla, o pasear por la playa. Dicen que siempre hace mucho viento, de ahí lo de los surfistas, pero a nosotros nos pilló uno bueno de verdad, además de frío, por lo que disfrutamos poco de los paseos por la playa. Una excursión preciosa.

En abril/mayo tiene lugar su famoso e internacional festival de música, parece que el mayor espectáculo de improvisación del mundo.

En el camino hacia la playa hicimos una parada en una de las varias cooperativas de mujeres que hay para el tratamiento del fruto del árbol del erguen. Es éste un árbol autóctono de la zona suroeste de Marruecos, no existiendo en ningún lugar más del mundo. Tradicionalmente usado para obtener aceite para cocinar, en la actualidad han encontrado otros usos más comerciales como son para cosméticos, jabones, cremas, aceites corporales, etc…

También te puedes encontrar en el camino una estampa divertida y curiosa, que son las cabras subidas al árbol comiendo de sus frutos. Por lo visto eso es una realidad del campo profundo. Sólo que los pastores te lo ponen en el árbol de la cuneta de la carretera para que les des propina por la foto.

Valle de Ourika

El Valle de Ourika está en las estribaciones del alto Atlas. Es zona bereber, que son sus habitantes (hay otras zonas bereberes en Marruecos). Son diferentes de los marroquíes, y así se sienten los unos y los otros. Lo único que tienen en común es la religión y el país, pues costumbres, idioma y forma de vivir son diferentes. El destino de la excursión es Setti Fatma, un pueblecito turístico, pues los bereberes que viven y trabajan allí, realmente lo hacen en la montaña, en un pueblo escarpado completamente mimetizado con la montaña, bajando y subiendo cada día al núcleo turístico. En el camino hasta allí es donde nosotros decidimos hacer nuestra excursión a camello. También paramos en una casa bereber, abierta a los turistas para que conozcamos cómo es y cómo son los molinos que usan para moler el grano.

Desde Setti Fatma sale un camino que te lleva por una ruta que recorre siete cascadas. Vas pasando de una en una, cada vez por un camino más complicado. Aunque sin problemas para nadie, pues los guías bereberes cargan con cualquiera en los pasos difíciles (no sólo ayudaban a mis niñas, he visto alzar a auténticas vacas extranjeras, incluso una llevaba el zapato de su guía puesto y su sandalia rota en la mano…).

Da igual la manera cómo llegues hasta allí, a partir de entonces, territorio bereber, los chóferes, conductores, guías etc… marroquíes que te hayan llevado, pasan a descansar, pues en territorio bereber son éstos los que trabajan. Ello implica una nueva propina a tu nuevo guía, no incluída en la tarifa, fuese cual fuese, fijada con anterioridad para la excursión.

En Setti Fatma puedes comer, comprar bebidas, recuerdos, etc… Al estar en las montañas es un lugar fresco y agradable para la temporada de verano para los locales de Marrakech y turistas. Por ello que en las orillas del río es donde esta gente monta sus terracitas, comiendo a veces literalmente, con los pies en el agua. También utilizan el agua del río, fresca, para refrigerar las bebidas haciéndosela caer a modo de cascada. Original.

Cena-espectáculo 

Se trata de algo altamente turístico, pero que hay que hacer antes de abandonar Marruecos. Son lugares enormes preparados para recibir a cientos de turistas con toda clase de música, danza y folklore de todas las zonas del país, incluido espectáculo con caballos, y cómo no, la danza del vientre. Te hinchas a comer, eso sí, pues te sacan 3 platos (sopa, tajin y cuscus), además de fruta. Si la noche es buena, cenas al aire libre. A nosotros nos calló lo más grande, llovió como si fuera la última vez que fuese a llover, por lo que cenamos en una especie de haima, y todo deslució un montón. Es caro (a nosotros nos costó 35 e por adulto y 19 por niño) y las bebidas no están incluidas, pero es curioso de ver. Nosotros disfrutamos nuestra cena en el muy famoso Chez Alí.

Transportes

Nosotros, optando por la comodidad, pues íbamos con las niñas, llevamos los transportes contratados desde aquí. A través de la agencia ALKIBLA (un médico marroquí que trabaja en Cartagena y que además tiene su agencia de viajes: Ahmed 617 81 79 97), contratamos el transporte de ida y vuelta al aeropuerto, una ruta en coche como primer acercamiento (totalmente prescindible, por cierto), y las excursiones y la cena con su transporte. Íbamos solos en un 7 plazas, con nuestro chófer a todos lados parando cuando nos daba la gana y según necesidades. Muy cómodo.

Pero como otras opciones están los transportes públicos, la opción de alquiler de coche, y los grands taxis para las excursiones. Para las distancias cortas dentro de la ciudad, los petit taxis, alquiler de bicis o motos.

Otros atractivos de Marrakech

Hay un parque acuático en época estival. Parece que muy adecuado para viajes con niños…

La estación de esquí alpino para el invierno, por lo visto muy barata.

Todo el mundo habla de la vida nocturna de Marrakech, con sus famosas discotecas y lugares de copas.

Independientemente de los precios que fijéis, para todo, hay que dejar propina: hoteles, chófer, fotos, camareros, tiendas…

Y de mi viaje no puedo daros más consejos. Seguro que si vas a viajar te asaltan cuestiones distintas a las que yo he intentado resolver aquí con mi experiencia, pero o las desconozco, o se me ha olvidado escribirlas, o yo no necesité tal información. Hasta donde he llegado, espero ser útil. Para mí fue un viaje muy muy chulo. ¡Espero que el vuestro también!

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12 comentarios en “Marrakech con niños”

  1. Hola sonia, me ha tranqulizado mucho tu articulo. En julio vamos con nuestra niña de tres años a marrakesh y nos gustaria tambien llevar el tema de los tralados un poco organizado. Aparte del tf tienes el email de la agencia alkibla para pedir presupuesto? Muchas gracias y saludos

  2. muchas gracias por todo el reportaje, ya no hay que mirar en mas sitios.
    me ha gustado mucho sobre todo porque has contado lo que esta bien y lo que no tanto y muchas ideas
    la verdad es que nos has animado a ir con niños, teniamos pensado un viaje solo de pareja pero va a ser mucho mejor toda la familia

  3. Enhorabuena por tu artículo. Soy fan de Marruecos y Marrakech, aunque hasta ahora siempre sin niños. Coincido en general con tu visión positiva de Marruecos y los marroquíes. Me fastidia mucho la actitud desconfiada y protestona de alguna gente que se ve en Marruecos: que si te quieren engañar, que si está sucio, que si no me gusta la comida… Y ya no digamos ir con niños!!
    Por lo tanto, me apunto a tu actitud “disfrutona” y positiva.
    Añado una opinión: he estado en Marrakech en Riad y en hotel (Sofitel) y aunque ciertamente recomiendo la experiencia de alojarse en un Riad que es una opción estupenda, la verdad es que las comodidades de un gran hotel no exentas de toque exótico tampoco están nada mal después de un día de bullicio en la medina.
    Saludos!

    1. Hola! Muchas gracias por tu comentario. En realidad siempre es lo mismo, todo depende de tu apertura al mundo y tu actitud ante la vida, no sólo de viaje. Pero los tiquismiquis deberían pensar en viajar a otro tipo de destinos, que por cierto, seguro también criticarán…

  4. Gracias Sonia! Me gusta mucho la manera en que nos has contado tu viaje a Marrakech y sobre todo que animes a todos a viajar con sus pequeños. No se me ocurre ninguna manera mejor de educarles que enseñarles otras realidades y culturas. Ya sabes que dentro de nada salgo para visitar este rinconcito de Marruecos y tendré en cuenta todos, o casi todos, tus consejos. Por cierto, has inagurado Africa como continente en viajefilos. No podía ser otra persona mejor que tú.

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