Para cualquier viajero, una escapada de dos días será suficiente para visitar los imprescindibles de Bristol. Pero si queréis visitar los lugares más famosos en los alrededores de la ciudad de Bristol necesitaréis de alguna jornada más. La elegancia georgiana de Bath, el sorprendente conjunto megalítico de Stonehenge, Salisbury y su fantástica catedral… son algunas de las excursiones clásicas que emprender desde Bristol.
Nosotros contábamos con cinco días de viaje para empaparnos de todo ello. Además quisimos dedicar un día para conocer la abadía de Glastonbury y la catedral de Wells… ¿Queréis saber qué visitamos en aquellos días de escapada a Bristol y sus alrededores?
Los imprescindibles de Bristol. La escapada de cinco días
Nuestra ruta por los imprescindibles de Bristol y sus alrededores en cinco días
Día 1. Vuelo de ida y alojamiento en Moxy Bristol, el mejor hotel de la ciudad.
Día 2. Paseo y visita de la mayor parte de los imprescindibles de Bristol.
Día 3. Excursión a Glastonbury y Wells. Visita de los atractivos de la abadía y la catedral. Noche en Bristol.
Día 4. Día completo en Bristol con visita del SS Great Britain por la mañana y tour de Bansky por la tarde. Noche en la ciudad.
Día 5. En coche a Bath, día completo para visitar la ciudad y noche en Salisbury.
Día 6. Visita de la catedral y la ciudad de Salisbury, vuelta por la tarde a España.
¿Qué preparar para visitar los imprescindibles de Bristol?
Preparar el pasaporte
¿Recordáis la broma de los ingleses y su Brexit?. Pues sí, comenzó de broma pero les salió regular. A ellos y a nosotros. Una vez fuera de la Comunidad Europea viajar a Inglaterra ya no es tan sencillo para los españoles. Así que si quieres disfrutar de esos imprescindibles de Bristol, necesitas del pasaporte en vigor para hacerlo. Tampoco es que se haya complicado en exceso, pero es un engorro y encontrarás colas en inmigración a la ida y a la vuelta a buen seguro.
Hacerse con un seguro de viaje
La otra cuestión que se llevó por delante el Brexit, fue la sanidad pública y universal en nuestros viajes al país. Bastaba con contar con la tarjeta sanitaria europea para disponer de asistencia gratuita en caso de ser necesaria. Hoy por hoy, deberás viajar con un seguro de viaje. Por pocos días que sean, mejor prevenir que curar. El que siempre recomendamos, por cobertura y precio, el seguro de viaje de Hey Mondo.
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Reservar un coche de alquiler
Si queréis hacer una ruta por los alrededores de Bristol, indudablemente os recomendamos alquilar un coche. Nosotros aprovechamos para visitar Bath, Salisbury y Stonehenge. Además también visitamos la abadía de Glastongury y la pequeña población y la catedral de Wells. No te arrepentirás si lo haces en coche de alquiler.
Sirvió nuestro carnet de conducir español, no necesitando el carnet de conducir internacional. Todas las compañías de alquiler tienen sus oficinas en un edificio cercano al aeropuerto y una lanzadera te llevará a la terminal en pocos minutos. Ya sabes, ¡toca conducir por la izquierda!, aunque es cuestión de minutos acostumbrarse.
Contar con el cambio de moneda
Aunque no fue una consecuencia del Brexit (es cierto que Inglaterra nunca asumió el Euro como moneda) esta ruptura acrecentó los problemas de viajar al país. Actualmente el cambio entre la Libra Esterlina y el Euro fluctúa más y, por desgracia, siempre en favor de la moneda inglesa.
Es importante contar con una tarjeta de débito aceptada. Nosotros viajamos con la N26, ya os hemos contado las bondades de la misma. Transferimos la cantidad de dinero que pretendemos gastar, funciona en cualquier establecimiento o cajero y aplica un cambio automático más que razonable con bajas comisiones. Además la App permite llevar perfectamente controlados los gastos.
No necesitamos sacar dinero en ningún cajero y en todo momento aceptaron el pago con tarjeta independientemente del lugar y la cantidad.
El roaming e internet
Esto no se lo cargaron y después del acuerdo que se alcanzó en todo el territorio de la Comunidad Europea, vuestros megas y tarifa de navegación serán válidos con casi todas las compañías en Reino Unido. De todos modos, mejor comprobar que vuestra compañía cumple con esta normativa europea y no os van a cobrar por el uso del móvil en el viaje.
Si no es así, os recomendamos comprar una tarjeta prepago de HolaFly, no puede ser más sencillo.
Cómo llegar desde el aeropuerto al centro de Bristol
La opción más económica será el bus, unos 30 minutos de recorrido. Dos compañías operan el trayecto entre el aeropuerto y el centro de Bristol: Falcon National Express y la línea A1 Bristol Flyer Express. El Bristol Flyer opera con una frecuencia de cada 10 minutos durante el día. Por la noche sale cada 20 minutos funcionando las 24 horas.
Hacen cuatro paradas en la ciudad: la Estación Central, Cabot Circus, City Centre y Brístol Temple Meads. El billete se puede comprar online por 9 libras por trayecto o en el bus al mismo precio.
Lo mejor, colocar la dirección del hotel en Google Maps, preguntar ¿cómo llegar? Y marcar la opción bus. Verás cuál es el más próximo a tu salida y las paradas y el tiempo que te llevará llegar al centro de Bristol. En nuestro caso, nos aconsejó “el Falcon”. Ya sabía Google que veníamos de España…
Dónde alojarse en Bristol
Elegimos el Moxy Bristol, un hotel de la cadena que ya habíamos disfrutado en Bucarest. Muy buena ubicación, frente al famoso centro comercial de Cabot Circus. 580 € por cuatro noches. El hotel es envidiable en decoración y siempre tiene buen ambiente para esa última cerveza. Lo de los horarios de cenas es otra cosa, esto es “muy english” pero siempre queda la opción de pedir un Uber y cenar en el bar. Muy recomendable.
Un consejo: Si queréis ahorraros las 15 libras por persona que cobran en el desayuno, enfrente, en el Cabot Circus, encontrarás muchas cafeterías y locales donde desayunar.
Alojamiento en Bristol
Los 18 lugares imprescindibles de Bristol
Para muchos ingleses Bristol es una de las ciudades con mayor calidad de vida del país. Un clima “templado” poco común en la isla, unas buenas comunicaciones con la capital y un atractivo centro histórico son algunos de los motivos. Pero además la tradición artística plasmada en el teatro más antiguo del país, en su industria cinematográfica y en el arte callejero que inunda sus calles, por no hablar de su prestigiosa universidad y el consecuente ambiente nocturno. La cultura más tradicional y el diseño más vanguardista van de la mano en Bristol.
Tomamos la ciudad con tranquilidad. Pasear por sus calles, hacernos con todos los barrios y disfrutar por igual de las paradas para una cerveza en algún pub y de sus principales edificios, aconseja un ritmo pausado. Comenzamos en el norte, desde el Moxy Bristol donde nos alojábamos.
Os vamos a ir contando también los mejores lugares para comer o tomar algo en Bristol y que probamos.
1. Castle Park y el castillo de Bristol
No se puede decir que Bristol no sea una ciudad verde. La ciudad cuenta con grandes parques que hace muy agradable el paseo. Uno de ellos es Castle Park y en el centro se encuentran los restos del que fue el castillo de la ciudad. Un castillo normando construido para la defensa entre los ríos Avon y Frome unidos por un canal para formar el foso que rodeaba totalmente la fortificación. En la orilla norte del río y alrededor del antiguo puente que cruza el mismo comenzó la ciudad de “Brigstowe”, de donde viene el nombre de Bristol.
En un lateral podéis ver los restos de la Iglesia de San Pedro que no sobrevivió al bombardeo.
2. Saint Mary Redcliffe Church, imprescindible de Bristol
Gratuita y abierta hasta las 17 horas. La que dicen es la iglesia más bonita de la ciudad y una de las pocas que si se salvó de los bombardeos en la Primera Guerra Mundial. El 24 de noviembre de 1940 toda la zona antigua alrededor del río fue destruida.
Los primeros restos de la construcción en el pórtico norte son de 1185. A lo lejos destaca por la aguja de su torre que se eleva 89 metros sobre la ciudad. Las 1100 piezas diferentes que recubren y entrelazan los arbotantes de la bóveda se recubrieron de oro. Destacan igualmente las vidrieras medievales y el órgano de 1726.
En el interior los curiosos restos de la ballena que trajo Cabot en el siglo XV desde Terranova y la estatua de Isabel I. No resultan sencillos de encontrar y lo más fácil es que te pierdas entre tumbas. Buscad la capilla de San Juan.
¿Tal vez a estas alturas os preguntaréis quién fue Giovanni Caboto, ese tal Cabot? Ese que sale en tantas localizaciones en Bristol. Nosotros desde luego que si y buscando buscando averiguamos que fue un navegante veneciano emprendió una travesía desde Bristol en 1497 que le llevó a descubrir Terranova.
3. El mercado de San Nicolás
Uno de los más clásicos, dónde acudir a la hora de comer en la ciudad en un callejón cubierto que aglutina varios puestos de comida de todos los rincones del mundo. A los lados la zona cubierta con tiendas de artesanía y souvenirs. El mercado funciona desde 1743.
Una curiosidad: Al cerrar un trato en el mercado se colocaba el dinero del pago en unos bolardos de bronce que todavía se conservan: The Nails. La expresión “put on the nail” (pagar al contado o a toca teja) viene de aquí.
Y otra curiosidad de la ciudad: Cuenta con su propia moneda, las Bristol Pounds. Una moneda que podrás utilizar en este mercado para comer pero he de confesar que aunque peculiar no nos preocupamos en buscar.
4. Welsh Back en Old City
La orilla oeste del río cuenta con varios restaurantes, que, a juzgar por la cantidad de gente que allí se sienta a la hora de comer son de los mejores y más económicos de la ciudad. Algunos han aprovechado las viejas barcazas amarradas.
Nos llamó la atención Three Brothers Burgers, lleno hasta la bandera y con gran variedad de hamburguesas en su carta. Volvimos a cenar un día. ¡Menudas hamburguesas!. Al lado y abriéndose hacia King St, está Apple, un bar especializado en sidras montado sobre una barcaza y con una terraza siempre abarrotada.
5. La plaza de la Reina, Queen Square
Si habéis viajado a otras ciudades inglesas, ya habéis caído en que no hay ninguna sin su plaza de la Reina o su calle del Rey… La de Bristol es la más simétrica de las plazas de la ciudad y ¡casi seguro del mundo!. Un cuadrado perfecto en cuyo centro se encuentra la estatua ecuestre de Guillermo III. Rodeando los cuatro lados de la plaza, algunas de las casas victorianas mejor conservadas de la ciudad.
Visita guiada por Bristol
6. King Street
La calle más tradicional de Bristol y donde se encuentra el Bristol Old Vic, el teatro más antiguo de Inglaterra. Aquí se formó Jeremy Irons entre otros.
La calle también es famosa por la cantidad de pubs donde probar la mejor cerveza de Bristol. Buscad el Beermuda Triangle, el lugar donde confluyen tres de los más clásicos: Small Bar, Royal Navy Volunteer (escuchamos buena música en directo allí) y the Beer Emporium. Pero más adelante siguen las mesas corridas donde compartir cerveza y conversación. Ya entendemos porque se conoce con ese peculiar nombre, capaz eres de perderte al salir de allí…
Podrás tomar una cerveza en el edificio más antiguo de Bristol, el Llandoger Trow. Date prisa porque tiene aspecto de caer en cualquier momento.
7. Harbourfront, los muelles de Bristol
El antiguo muelle ahora reconvertido en zona de ocio, donde los viejos almacenes han pasado a ser alguno de los más concurridos restaurantes de la ciudad de Bristol.
Uno de los que recomiendan los bloggers, Mud Dock, levantado sobre un antiguo taller de bicicletas. Nosotros intentamos sentarnos sin reserva y no hubo manera. Desde luego las vistas merecen la pena intentarlo.
Otros con buena situación junto al muelle: Riverstation, Harbour House o The Hole in the Wall. Hasta uno de los barcos se ha convertido en discoteca y sala de conciertos: Thekla.
Nosotros comimos en la terraza de Harbour House. Fish and chips y linguine de marisco con dos nuevas pintas de cerveza local. 35 € cada uno con el café. Tanto nos gustó que repetimos.
8. Redcliffe Parade East
Del otro lado del muelle Station son las casas de colores. Desde aquí se obtiene una de las panorámicas más completas de los muelles. Le falta algo de mantenimiento al acantilado en esta zona…
9. El Mshead en Prince’s Wharf. Bristol Museum
El muelle de la Princesa, hasta donde llegaba la línea ferroviaria para cargar y descargar las mercancías. En el muelle se conservan algunos de los barcos más antiguos que sirvieron a la ciudad y lo convierten en uno de los lugares imprescindibles de Bristol. Destaca el Matthew, una réplica en el que John Cabot navegó hasta el nuevo mundo. Se puede visitar de 10 a 16 horas gratuitamente.
Frente al barco, el Mshead, los antiguos almacenes portuarios, es un museo gratuito que recupera parte de la historia de Bristol. Dentro, “hay un poco de todo”, muy interactivo y desde luego ideal para viajar con niños a Bristol.
Detrás, los contenedores se han transformado en restaurantes y pubs donde parar a tomar un respiro.
Nosotros subimos hasta la terraza del museo para tomar alguna foto.
10. Hacer un tour por el río
Bristol Packet Boat Trips ofrece recorridos por el río por 9.75 libras. Salen a las 10:30, 11:30, 12:30, 14, 15 y 16 horas. Serán 45 minutos por los muelles históricos de Bristol.
Pero si tuviéramos que recomendar algún barco, os diríamos que os subierais al de la foto. Es uno de los barcos más clásicos en la historia de Bristol y realiza un recorrido por toda la bahía. La tripulación es una delicia de mayores dedicados en cuerpo y alma a hacer disfrutar a los turistas de la travesía.
11. El Brunel’s SS Great Britain, el mayor de los imprescindibles de Bristol
El SS Great Britain es la visita que no te puedes perder en Bristol. Un barco que constituye una obra maestra de ingeniería que cruzó el Atlántico hasta Nueva York a mediados del XIX y el Pacífico en ruta a Australia. Barco de pasajeros, hospital y hasta almacén, la historia del que fue el mayor buque de acero en su tiempo movido por hélices es fascinante.
La visita cuesta 22 libras. Está abierto entre las 10 y las 17 horas entre marzo y octubre. De 10 a 16 horas entre noviembre y febrero. Por un extra de 12.50 libras puedes subirte a uno de los mástiles.
En 1845 hizo su primera ruta desde Liverpool a Nueva York en 14 días. El barco, después de años de servicio, acabó abandonado en las Malvinas de donde fue rescatado y vuelto a su origen en 1970.
Antes de acceder al barco una completa exposición con utensilios de la nave, incluyendo las impresionantes hélices que lo movían, un gran mástil y todo tipo de información de las travesías. Incluso podrás vestirte como un pasajero de la época antes de abordar la embarcación. En el interior se visitan todas las estancias con personajes de la época en sus labores diarias a bordo.
La visita terminó en el casco del barco, bajando hasta el dique seco donde se construyó.
Una visita tremendamente recomendable para realizar con niños.
12. El puente de Pero, Pero’s Bridge
Ese donde los enamorados colocan sus candados en prueba de amor eterno. Seguro que os suena. Vayáis o no con un candado, las vistas al cruzarlo merecen la pena y seguro que alguna selfie os lleváis. Y si os gusta el café, en una de las orillas hay varias cafeterías que lo preparan ¡tremendo!.
Por cierto que el puente rinde honor a Pero, un esclavo africano que volvió de una isla caribeña para servir a una de las familias pudientes de Bristol en el siglo XVIII. Desde los muelles de Bristol se embarcaron a más de 500.000 esclavos rumbo a América.
13. La plaza Millenium
Pues es justo donde os lleva el peculiar puente. Y si es curioso el puente, no lo es menos la plaza. Eclecticismo en estado puro. Un lugar al que llegas y no sabes nunca que encontrarás. ¿Una estatua del actor bristolense más insigne, Cary Grant?, ¿Una gran bola plateada en la que disfrutar de sus reflejos con la cámara?, ¿Una noria?… Todo eso es esta plaza. Parece que van dejando allí todo cuanto sobra en mobiliario urbano.
14. La catedral de Bristol
Cierra jueves y viernes. Abre el resto de días hasta las 18 horas. Desde la plaza Millenium se puede llegar.
Un monasterio agustino, la abadía de San Agustin de 1140, actualmente catedral gótica de la ciudad. Se consagró como tal en 1542 si bien el aspecto actual con sus dos Torres corresponde a la ampliación del siglo XIX. Merece la pena entrar y disfrutar de la perfección de sus bóvedas y los arbotantes que las sustentan.
La Lady Chapel, el coro y el claustro son los lugares más espectaculares, propios de una ciudad que llegó a ser la segunda en importancia de Inglaterra en él siglos XV.
Frente a la catedral, el Ayuntamiento está coronado por dos unicornios. Es curiosa la historia de estas dos figuras en el edificio. Por cierto que pillamos la ceremonia de graduación de los universitarios ingleses, glamour a rabiar…
15. El puente colgante y el barrio de Clifton
El barrio de moda de Bristol, con el permiso de los muelles y al que hay que llegar al atardecer. La manera más sencilla para nosotros fue en el autobús número 8, frente a la catedral (2 libras un billete sencillo). Llegar a pie es posible pero será cuesta arriba.
El famoso puente colgante se inauguró en 1862. Cruza el río Avon y si quieres las mejores vistas dicen que merece la pena subir al observatorio. Nosotros optamos por las vistas desde White Lion Inn, una terraza que nos sirvió para el merecido descanso tras una intensa jornada caminando por Bristol. El restaurante está en el bajo del Avon Gorge Hotel y no siempre será sencillo encontrar un hueco en la terraza. ¡Pero lo conseguimos! Y merece muchísimo la pena.
16. La torre Cabot
En la colina de Brandon se alza la torre Cabot construida en 1890 para conmemorar el 400 aniversario del viaje del marinero. Desde luego no se puede decir que Bristol no sienta devoción por el veneciano. Recientemente se añadió un observatorio desde el que se obtienen buenas vistas de la ciudad.
17. El centro comercial de Cabot Circus
Si ese clima “benigno” del que se alardea en la ciudad se tuerce, cosa bastante probable, este es un buen refugio. Tiendas por doquier en una estructura que intuimos fue un complejo industrial, genialmente restaurado. En las inmediaciones, más y más comercios.
18. El tour de arte callejero de Bristol
¿Quién no ha oído hablar de Banksy? Pues el famoso artista que tan poco se ha dejado ver nació en Bristol y no son pocas las muestras de su arte callejero que ocupan las fachadas de la ciudad. Además de Bansky, el más conocido de los artistas, otros muchos se han subido al movimiento y han convertido la ciudad en un auténtico museo al aire libre. Para disfrutarlo, lo mejor es enrolarse en un tour por el barrio de Stokes Croft, donde comenzó. Sin lugar a dudas, un tour de grafitis en la ciudad es una de las experiencias imprescindibles en Bristol.
El tour de Civitatis comenzaba a las 15 horas. Con una duración de dos horas arrancaba puntualmente. Elegimos el tour en español y Paco, nuestro guía, no decepcionó. 14 € por persona.
Tour de los grafitis de Bristol
Banksy, Inkie, Mode2 y Lucas Antic en Stokes Croft
Se visitan tanto obras legales como ilegales y algunas son permanentes y otras temporales. Bajamos en primer lugar hacia el barrio de Montpelier. El primero de los graffitis está firmado por tres artistas: Banksy, Inkie y Mode2. Con el tiempo se vandalizaron y quedan las firmas y poco más. Esta es la segunda firma más antigua de Banksy y es realmente interesante ver la evolución del autor y su rúbrica.
Más adelante obras de arte urbano de Lucas-Antic, una chica del barrio que se ha hecho un hueco en esto de pintar en las calles. Paco nos muestra varias obras de la muchacha y sus peculiares diseños en las que siempre aparecen animales con indumentaria y actitudes “muy humanas”.
Detrás, In the Charlie Box en la fachada del pequeño local que servía como refugio y cárcel de los borrachos del barrio. Adelante más obras de Lucas Antic, unas cartas de póker de nuevo con motivos animales sobre unas puertas de madera.
Saliendo de nuevo a la calle principal, una obra que se generó en protesta contra el establecimiento de Tesco en el barrio. Subimos una cuesta hacia Dove St. Arriba un Banksy con una rosa atrapada en una trampa de ratones. Una de sus plantillas más famosas. El uso de las plantillas por parte de este artista ha sido muy criticado por otros grafiteros, pero resulta curioso saber como ha ido alcanzando esa fama mundial y cómo ha aumentado la cotización de sus obras.
De nuevo en la principal: Mild Mild West en la que Banksy reivindica el carácter de Bristol. Enfrente otra pintura muy famosa, “legal” en este caso, en apoyo al movimiento Black Lives Matter.
En Hillgrove St se fundieron varias obras de varios artistas famosos en un mismo mural. A pesar de no ser la misma obra, todas parecen estar involucradas en el conjunto. Una muestra más de la vitalidad del arte urbano.
Antes de salir del barrio, la obra de un artista colombiano que pinta grandes imágenes de las caras de personas anónimas con las que se tropieza. Junto al cartel de bienvenida al barrio, un bar y hostel con más de 200 años pintado en todos los rincones de su fachada a modo de universo.
Christmas Street: Pixel Pancho, Stik, Aryz y Mac
El tour cambia hacia la zona comercial de tiendas y más céntrica. En All Saints St un dibujo de Pixel Pancho y en la perpendicular unos simples dibujos con líneas de Stik, un homeless londinense que se hizo famoso con estos sencillos trazos por todo el mundo. Cerca un ratón bailando de un barcelonés, Aryz, muy cotizado. Enfrente, el Vándalo de otro de los más importantes pintores de Bristol.
Toda la calle, Christmas St, permanece grafiteada tras un festival pasado conocido como See Noevil donde se juntaron algunos de los más famosos artistas. Se celebró en 2011 y a partir de ahí se sucedieron pintándose sobre los anteriores. Actualmente se celebra en las afueras.
Girando, el Duelo de Bristol y después el dibujo de la madre y el niño que cambia a medida que te acercas. Firmado por un chico de Los Ángeles, Mac.
Leonard Lane y más allá
El callejón que sigue es un compendio de grafitis inimaginable. Es en realidad una de las calles más antiguas de la ciudad junto a la muralla, Leonard Lane.
Terminamos cerca de The Hatchet Inn, de 1500, el pub más antiguo de la ciudad y cerca del que se encuentran alguno de los graffitis que se recorren. En este caso de JPS, un joven de la ciudad.
Y por fin, el famoso Banksy de “El amante colgado” en un lateral del ayuntamiento y cerca de la catedral. La pintura fue realizada por el artista, como siempre como crítica y provocación. Cuando el Ayuntamiento quiso eliminarla, decidió convocar una encuesta entre los habitantes de Bristol para conocer su grado de aceptación. El 93% estuvo a favor de dejarla y allí sigue a pesar del vandalismo habitual que sufren las obras.
Hasta aquí dieron dos intensos días en la ciudad. Tal vez un resumen de todos los imprescindibles de Bristol aunque con seguridad dejamos algún rincón oculto por descubrir… Emprendíamos rumbo a los alrededores de Bristol una vez conocida la interesante ciudad portuaria. Por delante lugares tan interesantes como Bath, Salisbury, Glastonbury o Wells. ¿Con ganas de seguir viajando por el sur de Inglaterra?
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