Acerca de tu viaje en el… Transiberiano. Mismo destino, distintas pasiones.

El Transiberiano es ese mítico tren que recorre toda Rusia y desde Moscú nos lleva a Vladivostok. Un montón de días de viaje en un tren cargado de leyendas e historias. Para nosotros fue una de las mejores experiencias viajeras que hemos vivido. Para una mujer como Elisa, no lo sabemos ¿Queréis conocer su opinión del viaje abordo del Transiberiano?

Bueno, en mi casa se leía mucho y con las aventuras y viajes de Salgari, y Julio Verne creo que nació mi pasión por viajar, así que desde muy joven sentí el gusanillo del viaje y fui mochilera por Europa y algo de España, pero el viaje a Egipto con 25 años marcó un antes y un después e hizo que sintiera la necesidad de conocer otras culturas diferentes, así que viajé a China, India, de nuevo a Egipto, etc y, dejé Europa pensando que era más cómodo para hacerlo “de mayor” y que mientras pudiera me centraría en otros continentes que me parecían más fascinantes y tenían un componente más aventurero, idea que se confirmó al pisar África negra, porque fui presa del llamado “mal de África” que nos hace volver una y otra vez a ver esos cielos poblados de millones de estrellas en acampadas en medio de la sabana.

1. ¿Por qué te decidiste por ese destino?

Era un viaje mítico, una idea romántica de cómo viajaban antiguamente, me veía cual moderna Ana Karenina, J pero creo que no lo habría hecho –pues tengo un listado importante en espera- si no hubiera sido por la ilusión de la amiga con la que viajé, que me dio el empujón.

2. ¿En qué fechas lo hiciste y cuántos días le dedicaste a ese viaje?

A primeros de agosto, el viaje en total duró 20 días, desde Moscú a Pekín cruzando Mongolia, así que en realidad hicimos el Transmongoliano, y pasamos en total 5 noches y 4 días en el tren.

3. ¿Cuáles son las escalas que has hecho en el trayecto? ¿Cuál crees fue la mejor de tus visitas y cuál no recomendarías?

Las escalas fueron: Irkutst, Listvyanka- Lago Baikal, Bolshie Koty, Ulán Bator, Pekín

La mejor fue Listvyanka, en el Lago Baikal, y todas fueron interesantes.

4. ¿Cuál es tu impresión general del viaje en el Transiberiano?

Siento decir que el halo de romanticismo que creía que lo envolvía perdió bastante al encontrarme demasiado tiempo “encerrada” y ser bastante monótona la vida dentro del tren, si que hubo muchas risas, cervezas, lectura, etc, pero mi carácter no es nada tranquilo y necesito acción, sin embargo para mi amiga resultó muy placentero.

5. ¿Lo mejor y más destacable de tu experiencia? Algo totalmente imprescindible

La convivencia con personas que no conoces, y el intento de entendernos en idiomas tan diferentes (casi, casi nadie habla inglés), el descubrimiento de Mongolia con sus inmensas planicies plagadas de rebaños de vacas, ovejas, cabras, caballos, camellos… y su gente tan tímida como hospitalaria.

6. ¿Lo peor del viaje, si lo ha habido en tu experiencia?

La monotonía del tren, pero insisto en que esto va en formas de ser.

7. ¿Por qué recomiendas a los viajeros a “subirse a este tren”?

Porque puedes recorrer 3 países de habla y costumbres muy dispares y resulta un viaje bastante descansado.

8. Creo que tienes nuestro “Asia de ida y vuelta”. ¿Te ayudó a decidirte, a organizarlo, lo recomendarías a otros amigos?

Si, lo tengo y aunque ya le había echado un ojo por encima me lo llevé al viaje. Me sirvió a nivel práctico del día a día pues el tema de los billetes que era lo que encontrábamos más engorroso nos lo hizo una agencia. Y por supuesto que es muy recomendable, sobre todo si vas a hacer el viaje totalmente por libre.

9. ¿Alguna cosa más que quieras contarnos?

Que cuantas más escalas hagáis más ameno resultará el viaje, y que os leáis, como yo hice, Miguel Strogoff, el Correo del Zar, de Julio Verne en los ratos libres, porque os hará sentir la emoción de estar siguiendo la misma ruta por la estepa siberiana.

Y claro, que viajéis, y que nos lo sigáis contando, que como dijo alguien: “la vida es como un viaje y quien viaja vive dos veces

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