Por delante, los últimos 6 días por Tailandia, que teníamos repartidos entre Phuket y Bangkok.
Martes por la mañana cogimos nuestro vuelo a Phuket, pero con escala en Bangkok. (Hay posibilidad de vuelos directos todos los días, pero nosotros no lo pillamos… mala suerte!)
La costa oeste de Tailandia, bañada por el mar de Andamán es de las zonas más atractivas para ser visitada, repleta de infraestructuras que son fruto del auge turístico de los últimos años. En este contexto se encuentra Patong, una ciudad que atrae a los nocturnos, por estar repleto de bares, discotecas, pubs, e incluso cuenta con un mercado nocturno bastante transitado. Pukhet, una ciudad que en sí misma no cuenta con mucho atractivo, pero sigue siendo la puerta de entrada al recorrido de las islas más bonitas de la zona. (Nosotros elegimos esta zona un poco por recomendación de otros amigos que la habían visitado y por que tampoco buscábamos apartarnos demasiado de la multitud…)
A media tarde, aterrizamos por fin en Phuket. Otra vez no encontramos taxistas que trabajaran por libre, así que tuvimos que contratar el taxi desde un quiosco dentro del mismo aeropuerto. Nos cobraron 1.200 bth por un viaje de 50 minutos hacia Panwa Beach, bastante enlentecido por el tráfico tan abrupto y desordenado…
(Existe la opción de bus que por muy poco dinero te lleva a la ciudad, pero lo descartamos por que desde allí, teníamos que volver a coger transporte hacia el hotel, a unos 15 km de Phuket). Y si buscais muchas más opciones de transporte en Phuket o hacia las islas de la bahía, date una vuelta por Bookaway, tienen todas las opciones.
Y por fin, con el atardecer, llegamos a nuestro hotel, el Cape Panwa, un complejo situado en un lugar estratégico donde puedes disfrutar de las agradables vistas con de la calma que confiere el mar de Andamán, a unos 15 min de Phuket y 35 de Patong, muy recomendable si buscas tranquilidad. Por supuesto, tan espectacular como lo habíamos visto en las fotos y nos lo habían contado…
En la misma recepción, conocimos a los que hasta nuestra partida hacia Bangkok iban a ser nuestros compañeros de aventuras por la playa. Un grupo de españoles, la mayoría disfrutaban también de “hooney moon” y venían con el viaje organizado. Decididos a buscar excursión para el siguiente día, nos invitaron a realizar con ellos la salida que tenían organizada, y con un par de llamadas, nos incluyeron en su grupo para el siguiente día, sin problemas. Tras un pequeño descanso, bajamos a la zona de los bares en una furgoneta que nos llevaba desde la puerta del hotel y realizaba viajes de ida y vuelta cada 15 minutos, ya que estaba muy cerca, pero había que pasar una cuesta que era totalmente infumable… Disfrutamos todos juntos de una deliciosa cena en “khiang le pla phao” , (unos thai y otros más bien tiramos de espaguetis carbonara…) con más de una buena Chang y muchas risas…
Qué bien nos sentó esa primera noche disfrutar de nuevo de nuestra tierra, pero aún más, ¡tenerlos las 72 horas siguientes!.
Miércoles. (James Bond Island)
A la mañana siguiente, tras un exquisito desayuno buffet a las 07:00 a.m, con las mejores vistas al mar y nuestros nuevos amigos, salimos en furgoneta rumbo al puerto de Phuket (realizando paradas para recoger a más turistas que se alojaban en otros hoteles cercanos, entre ellos algunos de nuestros amigos) para coger la lancha rápida que nos llevaría a conocer ese día las “James Bond Island” en el Parque Nacional de Ao Phang Nga.
Nos montamos en la lancha rápida, cubiertos de nuestros chubasqueros ya que el tiempo estaba más que en nuestra contra. Conforme nos adentrábamos en el mar, resurgían de debajo del agua cada vez más islotes y cada vez más impresionantes, dando un paisaje bastante espectacular, pero seguro, no tanto como con el sol…
La lluvia era casi que constante y en muy pocas ocasiones nos regaló una tregua… ¡Qué rabia!
Tras un buen rato navegando por el furioso Andamán, llegamos a Khao Phing Kan, la isla más cercana donde se puede visualizar a unos 200 metros la isla de James Bond o Ko Tapu (su verdadero nombre), famosa por las películas del “Agente 007”. Es guay verlo en directo si la has visto en la tele, pero es mucho mejor llegar nadando hasta ella y tocarla con la mano. Así que ni cortos ni perezosos, ¡nos tiramos al agua y nadamos hasta el cacho de tierra famoso!.
Nuestro viajé siguió (acompañados de aún más lluvia) en lancha rápida, hasta llegar a las cuevas de Koh Phanak. En pleno mar abierto y con la que caía, empezaron a salir de un buen islote, kayak dirigidos cada uno por un joven tailandés. En cada uno de ellos, nos montábamos dos personas y casi que en fila india, nos dirigimos hacia el corazón del islote… el camino era oscuro por debajo de la roca enorme, con estalactitas que casi nos tocaban. Cada vez más estrecho… más bajo… y los chicos tai que nos llevaban, cada vez más bromistas “tsunami” “serpiente”… al final, la cueva terminó abriéndose, visualizando una laguna espectacular, por su vegetación, con islotes, árboles, ramas… que dibujaban un paisaje !increíble! Los monos se encontraban tan ocultos por la lluvia que decidieron que nos íbamos a ir sin verlos…
Para comer, nos llevaron a un pueblo que nos llamó mucho la atención. Desde lejos, se podía ver una mezquita de color dorado, como si estuviera pegada al islote, y en lo que parecen acantilados, descansan las casas que se mantienen encima del agua mediante pilotes y una plataforma de cemento y madera . Conforme nos acercábamos, un grupo de niños jugando en una pista de fútbol sala. ¡Era la pista del colegio!.
Data del siglo XVIII, cuando dos familias de pescadores, se trataba de dos familias de pescadores indonesios, decidieron comenzar una nueva vida en aquel lugar, implantando su religión musulmana. Actualmente cuenta con un centro de atención primaria de salud, un colegio, un mercado donde pueden comprar todo lo que necesitan, incluso medicamentos. Por la mañana, suelen recibir turistas, pero por la tarde le pueblo vuelve a su vida cotidiana. Las mujeres se dedican a coser las redes de los pescadores y los hombres, a mostrar las piezas que han conseguido eses día.
Teniendo en cuenta que el tsunami de 2004, arrasó las zonas de alrededor más cercanas, se considera milagroso que el pueblo quedara totalmente intacto. (se pueden ver por las calles como un protocolo de qué hacer ante una ola gigante…). Espectacular.
Para terminar el viaje, nos llevaron a una playa bastante grande, poco transitada (ese día, supongo que por el mal tiempo), donde nos tomamos una buena cerveza con un buen baño bajo bajo la lluvia.
A media tarde, volvimos cansados, pero muy reconfortados por la bonita excursión que habíamos hecho por la mañana.
Por la noche, nueva salida con los chicos. Esta vez encontramos el que sería nuestro lugar favorito, “Sawasdee” (certificado de excelencia en Tripadvisor), tanto que repetimos al día siguiente ¡y al siguiente!, (arrasando por supuesto con toda la cerveza…) Lugar bastante acogedor, con comida thai de las más sabrosas que había probado y muy bien de precio (servicio como siempre, genial). Disfruté del buenísimo pad thai, arroz frito, noodles, pollo picante, sopa, ensaladas típicas… todo muy muy rico. Después, unos cócteles en un garito de al lado antes de dormir…
Jueves. (Phuket).
El día anterior teníamos reservada para el jueves la excursión para las islas Phi Phi. Pero no nos recomendaban hacerla si el tiempo no acompañaba… así que nos tuvimos que quedar en tierra. Tras el desayuno, no teníamos mucho para hacer, así que decidimos bajar al supermercado a por cervezas y reunirnos en una habitación para pasar la mañana juntos. Al bajar al supermercado, nos sorprendió un monzón… en ese momento, empezaron a chapar tanto las tiendas como los bares. Los taxis buscaron refugio pronto y nosotros nos quedábamos ahí, viendo como las nubes nos cubrían la cabeza y probablemente la lluvia y el aire nos hiciera desaparecer del mapa. Gracias a un taxista, que nos montón en su coche y nos llevó de camino al hotel lo más rápido que pudo… menos mal.
Comimos en nuestro sitio favorito y por la tarde pedimos taxis para ir a visitar Phuket (15 min en coche). No voy a hablar mucho de ella ya que me pareció una ciudad un poco insulsa, poco atractiva para el turista. Sin más, andamos un poco, nos tomamos unas cervezas en un garito que pintaba bastante bien, cenamos en un Mc Donalds y nos volvimos antes de lo previsto… terminando la noche con unos cocteles en el bar del hotel (acompañados de los mosquitos o más bien, tigres voladores).
Viernes. Vuelta a Bangkok.
El viernes amanecía (por fin), con un solazo increíble, nos levantamos temprano para disfrutar por última vez del desayuno en compañía de nuestros amigos y bajarnos a la playa pronto. En una playa paradisiaca, un grupo de amigos, una Chang en la mano. ¡Una detrás de otra!. Muchas fotos, muchas risas y una buena comida en nuestro sitio favorito.
Así fue nuestra despedida. ¡No imagino una mejor!¡No imagino ese tramo tan maravilloso del viaje sin vosotros! ¡un placer habernos encontrado…!.
Con un poco de nostalgia, nos montamos en el taxi que nos esperaba en la puerta para llevarnos de nuevo al aeropuerto. Nos quedaba un largo fin de semana en Bangkok, ya con un par de sitios en la cabeza para visitar, pero el resto del tiempo a nuestra bola e improvisar….
Tras una hora y poco más de vuelo tranquilo, llegamos a Don Muang (aeropuerto de Bangkok) y un taxi nos llevó a nuestro hotel: Centre Point Silom en la zona de Bang Rak, (Silom, una zona llena de vida comercial y de mercados nocturnos). Se encuentra a muy pocos minutos andando del Sirocco, del famoso Shangri La, del río Chao Phraya y de la estación BTS. Es muy útil que se encuentre en el mismo edificio que un centro comercial (Robinson department store). Habíamos reservado una habitación doble par dos noches con vistas al río Chao Praya por unos 7.000 Bth. El servicio muy amable como siempre, nos guardó las maletas el domingo entero sin ningún problema. Nos gustó mucho la ubicación y las vistas que ofrecía desde la habitación, eran espectaculares…
En la puerta del hotel se encontraba el “Bangrak Bazar” un pequeño mercado pero que se podía encontrar un poco de todo (comida, fruta fresca, flores, ropa…), siendo transitado sobre todo por gente local. En un callejón a 200 m de nuestra ubicación y muy recomendado por Tripadvisor por su excelente cocina thai e italiana, decidimos cenar en el “Mazzaro Boutique and Restaurant”. Nos atrevimos con varias Beerlao, una pizza y algo de pasta para compartir, terminando con un postre de doble chocolate. Un poco caro para ser Bangkok, pero nada fuera de lugar. Recomendado 100%, con servicio rápido, amable, comida riquísima y restaurante muy moderno y ambientado para disfrutar de una cena romántica…
Sábado. (Chatuchak).
Al día siguiente, nos dirigimos hacia la parada del Skytrain más cercana para dirigirnos a Chatuchak Market. Nuestra idea era pasar el día y terminar las compras que quedaban pendientes, ya que al día siguiente nos marchábamos.
El mercado de Chatuchak es el más grande de Tailandia, uno de los más grandes de Asia y de los más conocidos del mundo. Abren solo los fines de semana y los festivos. Se puede encontrar de todo en su más de 15.000 puestos, es idóneo para el regateo y se encuentra dividido por zonas.
Siempre, muy concurrido de gente (unas 200.000 personas al día), que busca gangas de todo tipo, por lo que es ideal para realizar nuestras compras y para tomar algo… ya sea, un escorpión o incluso ¡una buena paella! Cual fue nuestra sorpresa cuando a la hora de la comida, buscando algo que llevarnos a la boca, nos encontramos con una fila de mesas donde se disfrutaba de un buen plato de arroz con verduras, pollo y de todo un poco… (nos llamaba la atención que la mayoría de personas que la comían, eran tailandeses…) no muy lejos, un chef español, se encontraba cocinando una paella de dimensiones más bien grandes, a la vista de todos, y tras charlar un rato con él, nos dimos un buen banquete con un par de platos… que para estar tan lejos de su origen, la paella no estaba nada mal.
Es difícil llegar hasta él en taxi ya que se encuentra bastante alejado del centro. Dos buenas opciones son el Skytrain o metro elevado o el metro subterráneo, ambos con parada en Chatuchak.
Nosotros elegimos el Skytrain, por su atractivo y por la opción de poder disfrutar de Bangkok durante el recorrido. Tiene dos líneas y el billete se saca en unas maquinas que se encuentran en cada estación. El precio depende del recorrido que vayas a realizar, pero el precio máximo son en torno a 40-50 bth (más caro que el autobús, pero más rápido). Hay que tener en cuenta que no llega a la zona de los Templos ni tampoco a khaosan (lugares a los que se puede llegar más fácilmente por el transporte público que ofrece el río…)
Al final, tras disfrutar de unas copas en Chatuchak, volvimos al hotel. Esta vez, para cenar buscamos otro lugar, también muy cerca y recomendado por tripadvisor, el “Enjoy Bkk Bistro Bar”. Se puede disfrutar de comida europea, americana, tailandesa con cientos de cervezas posibles para probar….
Esta vez nos decidimos por la carta thai: unos pad thai para compartir, un arroz frito con pollo (con curry) y para terminar unos cokteles súper ricos. ( De esos sitios que a uno le gusta encontrarse….).
Tras disfrutar de nuestra cena, nos dirigimos paseando hasta la State Tower, el segundo edificio más alto de Thailandia, para visitar el Sirocco (situado en la planta 63), uno de los restaurantes con vistas de Bangkok, famoso por salir en algunas películas, como “Resacón en Tailandia”.
Es muy visitada y puedes acudir solamente a disfrutar de sus vistas sin tener que estar hospedado en el hotel. Es gratis su entrada y solamente puedes acceder si vas con ropa adecuada (pantalones chinos, camisa y zapatos para hombre, vestido y zapatos para mujer…).
El restaurante es de un nivel bastante alto, con un menú que puede superar los 200 euros por persona….Una consumición puede rondar en torno a los 550 bth, bastante asequible y recomendable para disfrutar de las increíbles vistas acompañado de buena música de fondo… y mucho más bonito si es en el atardecer…
Domingo (Centros comerciales. Vuelta a Madrid)
Al día siguiente, dejábamos nuestro hotel, pero el vuelo a Madrid lo teníamos sobre las 02:00 de la mañana, por lo que necesitábamos un lugar para dejar las maletas. El hotel nos ofreció ese servicio sin ningún recargo y a la misma vez, ya dejamos reservado nuestro taxi para ir al aeropuerto.
Era un día más que improvisado, así que antes de salir decidimos dirigirnos (sky train) a la zona de Siam para pasear por los centros comerciales. (en información se puede conseguir una tarjeta de hasta 5% de descuento para los turistas, válido para todos los centros comerciales)..
Entramos al Siam Paragon que es el más lujoso de Thailandia. En él se encuentran tiendas de marcas lujosas y carísimas y hasta concesionarios de coches, como Lamborghini. También se encuentra en él la ópera de Siam y el Siam Ocean World, el aquarium más grande de Asia, donde se puede hasta bucear con tiburones. (El precio era un poco elevado, y al final del viaje no estábamos muy para caprichos…).
Muchos de los centros comerciales se comunican entre sí. El skywall es un puente peatonal entre los que se encuentran enfrente.
También visitamos el Discovery, el Siam Center y el MBK de nuevo.
Pero como no podía ser de otra manera, no podíamos despedirnos sin pisar de nuevo la fantástica “Khaosan Road”, por lo que cogimos un tuk tuk y nos dirigimos hacia la zona para disfrutar por última vez de una buena cerveza en el mejor ambiente mochilero… ¡me encanta ese sitio!
Un buen picoteo de comida callejera, vuelta en taxi-meter al hotel y preparados para partir rumbo a nuestra rutina…
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2 comentarios en “Como disfrutar de tu estancia en Phuket”
Un placer compartir con vosotros la última parte de nuestro viaje a Tailandia, que sin tus recomendaciones no podríamos haber hecho por libre.
Atrapa, apasiona y no dudo en volver a perderme por allí.
¡Espero que sea útil para los viajéfilos que decidan disfrutar de este apasionante país! 🙂
Otro destino más que apuntar a la lista de deseos… Sin duda, estoy más que seguro que lo visitaré, Tailandia me tiene atrapado como veo que también os atrapó a vosotros. Será cuestión de esperar la próxima oferta… Gracias Lucía por compartirlo en viajefilos, ¡me gustaron mucho tus fotos y recomendaciones!