Emprende un viaje de descubrimiento en la hermosa región de Galicia, donde te espera un impresionante paisaje costero y joyas ocultas. Con solo cinco días para explorar esta parte de Galicia, nuestra intuición sirvió como guía para descubrir la costa norte de Galicia, que es muy atractiva pero menos visitada.
Nuestro deseo de regresar a Santiago de Compostela nos llevó a emprender un viaje circular en coche, una ruta hacia Lugo antes de continuar nuestro viaje a través de las impresionantes Rías Altas y de regreso a La Coruña. En el camino, disfrutamos de la mejor cocina gallega, probando las delicias locales y sumergiéndonos de lleno en la cultura. ¡Ven y experimenta la magia de Galicia, donde cada rincón guarda una nueva aventura esperando ser descubierta!
Para las primeras noches
Alojamiento en Santiago de Compostela
Cinco días en la costa norte de Galicia
En aquella escapada, muchas cosas se quedaron en el tintero para la próxima: poder disfrutar de algunas de las famosas rutas naturales del norte y sus fabulosos parques nacionales, visitar con tranquilidad algunas poblaciones por las que pasamos demasiado rápido e incluso, porqué no, probar a bailar sobre las fantásticas olas del atlántico y practicar surf. No son pocas las oportunidades de aprender en alguno de los cursos y clases de surf en Coruña y aprovechar las playas de la provincia para perfeccionar la técnica. Un buen lugar puede ser la escuela de surf en Coruña Artsurfcamp situada en la playa de Razo.
Pero bueno, todo esto y más sería para otra escapada a Galicia. Estos cinco días en Galicia quedaron como sigue…
La ruta de aquellos cinco días por el norte de Galicia
El rumbo y el ritmo de nuestra escapada a Galicia lo terminó marcando la lluvia…
Día 1.- Alicante-Santiago de Compostela. Tarde de tapas en Santiago
Día 2.- Visita de Santiago de Compostela. Lo que nos dejó la lluvia que no fue mucho
Día 3.- La ruta al cabo de Finisterre. La población de Noia
Día 4.- Santiago-Mondoñedo. Playa de las Catedrales y noche en Viveiro
Día 5.- Costa norte de Galicia: Estaca de Bares, banco de Loiba y cabo Ortegal. Noche en Cedeira
Día 6.- Ría del Ferrol y Pontedeume. Regreso
La ruta de cinco días por el norte de Galicia
Dos experiencias imprescindibles en Santiago
La catedral y el Portico
Free Tour de los Misterios de Santiago
La ruta desde Santiago hasta el cabo de Finisterre
El fin del mundo de los romanos es otra de las imprescindibles visitas si se pasan varios días en Santiago. No solo se debe llegar al cabo, sino que en el camino se puede disfrutar de paisajes y poblaciones que hacen más atractivo en recorrido.
La población de Noia
Nosotros paramos en Noia, a unos 35 kilómetros de Santiago. La población debe parte de su fama a la leyenda que cuenta que aquí se conserva parte del arca de Noe será verdad o mentira pero la verdad es que las dos iglesias con las que cuenta, justifican la parada. Las visitamos las dos, la iglesia de San Martiño de Noia, precioso edificio románico que preside una amplia plaza y la de Santa María a cuyo interior atiborrado de numerosas piedras funerarias merece la pena entrar. También nos dimos un buen paseo por el casco antiguo y casualidad o no caímos en la que viene como la casa más antigua del pueblo, hoy Tasca Típica de Noia. Allí nos dieron a probar la empanada más rica jamás catada, de maíz y zamburiñas recién cocinada, además de un buen lomo, unas patatas fritas de premio y los sabrosos pimientos del padrón.
Carnota y Ezaro
Con el tiempo apretando pues teníamos reserva en un restaurante de Finisterre, todavía dio tiempo para visitar el horreo de Carnota, el que dicen es el segundo en longitud del mundo con sus 35 metros de longitud, solo por detrás del horreo de Líra aunque por pocos centímetros y peor conservado. También hicimos una breve parada para ver las cascadas y el mirador de Ezaro, en el monte Pindo, un macizo granítico de 627 metros de altura. Leemos que es el único río que cae en cascada sobre el mar. Muy recomendable la parada para la foto.
El cabo de Finisterre
Y por fin la hora de comer y nuestra reserva, en el restaurante Tira do Cordel, buenos mariscos y pescados. Probamos un buen centollo, el besugo y alguna cosa más…
Para bajarlo llegamos hasta el cabo de Finisterre o Fisterra y nos paseamos por el lugar. El faro, el pequeño hotel, el mirador sobre el océano. Cuantas leyendas y cuantos siglos lo contemplan si ya los romanos pensaron que aquí terminaba el mundo. Desde aquí arriba entiendes el significado de la costa da Morte y contemplar el embravecido y infinito Atlántico nos empequeñece frente al sobrecogedor paisaje.
Hasta aquí llegan los peregrinos del Camino de Santiago para quemar sus ropas antes de emprender el camino de vuelta.
¿Te gustaría alojarte en el Cabo de Finisterre?
La población medieval de Mondoñedo
Fueron 170 kilómetros desde Santiago donde amanecimos pero la primera parada de nuestra ruta por el norte de Galicia. Desde aquí arrancábamos hacia el oeste para recorrer lo mejor de la costa cántabra de la región.
En Mondoñedo merece la pena parar y pasear. Ya en 1156 adquiere el título de ciudad y de ahí su rico patrimonio histórico y cultural. Preside la plaza principal del pueblo, la fabulosa catedral basílica de la Virgen de Mondoñedo, conocida como la catedral arrodillada por sus perfectas proporciones. Por 5.5 € visitamos el interior y los tesoros del museo. Numerosas y bellas piezas con una entretenida visita “audioguiada”. Además la entrada incluye el claustro.
Por lo demás pasear por Mondoñedo es bonito e inquietante a la vez, que de casas vacías y en venta hay en toda la zona. Un pueblo incluido en 2017 en la red de los más bonitos de España pero donde el concepto tan reciente de “la España vaciada” toma sentido.
La playa de las Catedrales de Lugo
Para el mediodía y siguiendo las indicaciones que encontramos respecto de las mareas, visitamos la playa de las Catedrales, la que dicen es la más bonita de las playas gallegas. No conocemos muchas más pero seguramente si debe ocupar este primer puesto. La conocida como catedral del Mar es realmente un monumento natural de grandes proporciones con arcos de piedra que alcanzan los 30 metros de altura. Francamente bonito.
Un recorrido sobre la arena entre los montículos de piedra que conforman el paisaje os aseguro que abre el apetito y allí mismo comimos, en el restaurante del recinto. Por cierto, Mayo es el último mes del año en que se puede acceder sin reserva previa. Más allá es necesario solicitar la entrada previamente para evitar las temidas aglomeraciones que tanto daño han hecho al entorno de la playa.
La Basílica de San Martín de Mondoñedo
A pocos kilómetros de la playa de las Catedrales y siguiendo dirección oeste en busca de lugar donde dormir, tomamos un desvío hacia Foz que tras unos minutos nos llevó a la Basílica de San Martín de Mondoñedo, la que dicen es la primera catedral del país. Los orígenes de la diócesis se remontan al siglo VI, cuando los cristianos bretones, huyendo de su enemigo, desembarcan en la Lugo y organizan el centro episcopal de Bretoña. Podemos imaginar la importancia del templo en los siglos posteriores. El aspecto actual de la edificación nace de la conjunción distintos estilos entre los siglos X y XII.
Tuvimos la mala suerte de encontrarla cerrada pero el recorrido hasta llegar y el entorno merecen la pena por si solos. La bonita iglesia románica no desmerece en belleza el lugar y aún con muchas ganas de visitar su interior, nos quedamos enamorados del edificio.
La población de Viveiro
Atardecía y ya sin ganas de más visitas ni kilómetros llegábamos a la población de Viveiro, una pequeña ciudad marinera cargada de historia que nos pareció buen lugar para pernoctar. Poco antes de llegar reservamos en Booking un apartamento para los cinco.
La noche en ruta por el Norte de Galicia
Hotel Boa Vista en Viveiro
Nada más llegar nos llama la atención la famosa puerta todavía conservada de Carlos V pero los 900 años de la villa esconden muchos más tesoros. Callejeamos algo por sus empinadas calles y visitamos algunos de los muchos reclamos que la villa ofrece, entre otras las iglesias parroquiales de Santa María y Santiago-San Francisco. Son muy vistosas las fachadas de las casas con sus balconadas cerradas sin duda como medida de protección frente a las inclemencias climáticas de la zona. Con el día echado y habiendo cenado excelentemente junto a la antigua muralla de la ciudad nos fuimos a la cama.
La ruta de Fuciño do Porco
Una de las más atractivas rutas a pie del norte de Galicia según leemos. Una sendero acondicionado mediante pasarelas que lleva a algunos acantilados del cantábrico de esos que solo ves en las postales. Nuestra mala suerte fue que amaneció con una intensa lluvia, aguacero que desaconsejaba emprender el recorrido. Para la próxima.
Es un trayecto de dificultad baja y accesible para niños. Leemos que para hacer el recorrido de ida y vuelta de los 400 metros de pasarelas se calculan unos 45 minutos. Vemos las fotos de otros bloggers y nos vamos con la sensación de que debemos volver… Si la vas a visitar en verano tienes que tener en cuenta que será necesario reservar igual que en la playa de las Catedrales.
Cabo de Estaca de Bares
A tan solo 24 km de Viveiro y para nosotros parada obligatoria. Es uno de esos sitios que suenan tan cercanos para los que hicimos la EGB, a la vez que los tenemos tan alejados en nuestra mente. Como llegar a un nuevo fin del mundo para nosotros. Y es que siendo el extremo más al norte de la península no era para menos y era mucho lo que habíamos estudiado en nuestra infancia sobre el famoso cabo. Además y por si fuera poco constituye la divisoria geográfica entre el océano Atlántico y el mar Cantábrico.
Aparcamos a unos 300 metros del faro, en una zona habilitada para ello y todavía con la lluvia amenazando nuestra visita. Pero todo lo contrario, en los siguientes minutos, el cielo se fue despejando y la luz del sol hizo su aparición para mejorar el paseo hasta el faro y el cabo. Un corto sendero perfectamente habilitado que lleva hasta el extremo del cabo y desde donde las vistas son impresionantes. Abstenerse aquellos que sufran de vértigo…
El Banco de Loiba
Casi por casualidad y sin haber leído mucho de ello llegamos al desvío de la nacional que marcaba el camino hasta el famoso banco de Loiba “The best bank of the world”. Al parecer una campaña publicitaria de una entidad bancaria aupó a este rincón de la costa gallega y sus vistas a uno de los primeros lugares de lugares visitados en Galicia. Y no es para menos. En poco kilómetros por carretera se llega a los acantilados. A partir de aquí un paseo entre miradores en alguno de los cuales se puede disfrutar de un descanso en uno de los bancos estratégicamente allí dispuestos. Las vistas abarcan el océano y la costa comprendida entre el cabo Ortegal y Estaca de Bares. El momento mirando el océano justifica la fama.
Ortigueira y la ría del mismo nombre
Con la hora de comer cerca y nuestros estómagos recordándolo, la mejor opción fue entrar en la ciudad de Ortigueira y llegar hasta el puerto donde comimos. El pueblo tiene un aspecto inmejorable y la ría que lo protege todavía más pero reconozco que por falta de tiempo optamos por seguir adelante.
Cabo Ortegal
El segundo en discordia más al norte de España, por detrás del de Bares. La subida en el coche hasta el mismo da miedito pero merece igualmente la pena llegar hasta allí. De nuevo unas vistas sobre los acantilados que recuerdan el poder de la naturaleza. Curiosamente frente al cabo tres islotes rocosos, “los tres Agijones” datados en varios milenios de antigüedad respecto a las rocas de la península. ¿De dónde habrán salido?
Los acantilados de Vixia Herbeira
A 613 metros de altura sobre el nivel del mar y sin nada que envidiar a los fiordos noruegos que son los únicos que los superan en altura. Llegar no es difícil y supone bajar desde Cabo Ortegal por una ruta que ofrece fabulosas vistas de la ría de Ortigueira y toda la comarca. La neblina emborrona el paisaje pero cada poco el viento limpia el cielo para poder alcanzar con la vista muchos kilómetros más allá de la accidentada costa gallega en este punto. Desde aquí la ruta de los miradores hacia el sur. Muchos puntos donde parar sin dejar de sorprenderse de los acantilados gallegos que se suceden.
La visita de San Andrés de Teixido
Dicen que sin alcanzas a visitar la población en vida, volverás después de muerto a la misma. Sea como fuere nosotros hicimos la parada y ya tenemos la posibilidad cubierta y por lo tanto evitada. Muy bonita y totalmente desolada en el momento de nuestra visita. Lo que debe ser un hervidero de turistas en temporada alta y normal era como un plató de televisión vacío aguardando a los protagonistas. Apenas 50 vecinos según leemos, que nos parecen muchos para los que vemos y que seguramente se dedican todos al turismo y en concreto a ofrecer raciones de percebes… Menuda competencia más atroz vimos en la cartelería de los locales con este producto.
La noche en Cedeira
La población donde decidimos para y en la que no te equivocas si buscas buenos lugares donde tapear y pasar la noche.
La segunda noche en el norte
Hotel Herbeira en Cedeira
No tuvimos suerte con los sitios en los que tratamos de cenar, todos ellos aunque recomendados de antemano, cerrados ese día. Eso si, tuvimos la fortuna de tropezar con el restaurante de la peña madridista de la población que nos sirvió una pantagruélica cena con productos gallegos a los que no se les puede poner ni un solo pero. Chapeau por la propietaria que hizo las veces de cocinera, camarera y perfecta anfitriona.
Pontedeume con parada en la playa de Valdoviño y Punta Frouxeira
El tiempo apremiaba la mañana del último día antes de nuestra vuelta desde Santiago. Pero todavía quedaron ganas y tiempo para una parada en la población de Pontedeume puerta de entrada al famoso parque natural de bosque atlántico de las Fragas do Eume. Dimos un paseo por la población, de importante valor histórico tras el paso durante siglos de la familia Andrade y emprendimos la ruta hasta Santiago sin demasiado tiempo para disfrutarla.
Y de nuevo Santiago de Compostela antes de volver, una buena comida en el mercado de Abastos. No te puedes ir de Galicia sin el mejor sabor de boca.
Algunas recomendaciones gastronómicas en Santiago
La tarde de nuestra llegada y el día siguiente estuvieron marcados por la lluvia y el frío, dos extremos para los que no veníamos especialmente preparados. Consecuencia de ello fue que acabamos buscando cobijo en bares y restaurantes, algunos por recomendación y otros por intuición. Tuvimos tiempo de volver a disfrutar de la catedral, al menos allí estuvimos resguardados pero, como digo, el resto del tiempo lo dedicamos a comer y beber, básicamente.
Alba nos había escrito algunas recomendaciones del tiempo que vivió en Santiago de Compostela, Eugenio nos mandó las siempre acertadas mesas que conocía y nosotros habíamos hecho nuestros pinitos navegando por la red. Probamos y quedamos contentos en los siguientes:
> El mercado de Abastos. Visitar Santiago de Compostela y no aprovechar una mañana de tapas o un mediodía para comer en el mercado de Abastos es un crimen. El ambiente, la arquitectura y por supuesto el producto, son insuperables. El mercado es ese sitio donde puedes comprar mariscos y te lo cocinarán en algún local por tan solo 5 euros por comensal. Es ese sitio donde probamos un buen pulpo a feira y una exquisita empanada de xoubas (sardinillas) y el lugar donde puedes sentarte a comer en Abastos 2.0, donde cocinan pescado fresco con toques sabrosos y diferentes.
> El restaurante Orixen. Un pequeño pero tremendamente atractivo salón donde los caldos gallegos, la carta de vinos y el servicio hacen de la comida un delicioso momento. Lo mejor dejarse aconsejar, estamos seguros de que os gustará todo lo que os sirvan.
> El restaurante A Moa. Un bonito sótano y jardín donde a pesar de tener una carta muy corta sales satisfecho y donde saben fusionar sabores típicamente gallegos con otros menos autóctonos.
> La tasca de las Titas, el famoso local donde la tapa es la tortilla y cada vez que pidas una cerveza o un vino tendrás que repetir. Nos reímos un rato con la sorprendente historia del local y las vicisitudes derivadas de su éxito.
No dio para más, bueno si, alguna parada menor en alguno de los bares que completan la famosa ruta Paris-Dakar y poco más. Es curiosa la tradición que manda comenzar en el primero de los bares de esta calle, el bar Paris, para terminar en el último de ellos, si puedes, el Dakar. Hasta puedes pedir el sello de cada uno de los bares tras consumir, a modo de Compostela…
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